Comando Peñota: Domingo García-10-04-16

10-04-16

Domingo García

... Y campiña
Una mezcla muy apetecible de la “nouveau cuisine”, disfrutar de la sierra y la meseta castellana.
De camino a nuestro destino pasamos por Bernardos pueblo conocido por sus pizarras usadas en las cubiertas del palacio de la Granja, El Escorial, Río Frío, etc., siglos sacando pizarra de la misma cantera, nos llama la atención, como vamos bien de tiempo decidimos echarla un vistazo, bendita curiosidad, el espectáculo es sobrecogedor entre el puñetero aire que hace y la visión de una excavación tremenda conseguida en el movimiento de tantas miles de toneladas extraídas a lo largo de tantísimos años, grandiosa la vista, cincuenta metros de profundidad, mas de cien de anchura, una laguna de agua transparente aunque parezca mentira dada la oscuridad de la piedra, realmente me alegro de la decisión de la visita.
Retomando nuestro rumbo pasamos por Miguelañez con dirección a Domingo García que es la dirección de nuestra propuesta de hoy, aparcamos al lado de la iglesia de Santa Cecilia, aquí comenzamos por un camino de hormigón dirección sur por donde saldremos del pueblo hasta la Reguera desde donde veremos el espectáculo de la meseta, sembrada de varios cereales que como resultado dan toda una gama de verdes, un pinar de negrillo, las serpientes ocres de los caminos y un cielo plagado de estrato-cúmulos situados todos dentro del mismo renglón una vista que nos permite olvidarnos del viento un rato, continuamos subiendo hacia el Canto Grande una tachuela de 987 m., que es lo mas alto en muchos km., a la redonda, el camino discurre entre las muchas heridas recibidas por las excavaciones hechas para extraer cuarcita lo que le da un aspecto insólito, casi lunático, llegamos al vértice geodésico que supongo será el único en muchos kilómetros cuadrados, arriba hace un aire bastante fuerte, comenzamos el descenso viendo de frente Santa María la Real de Nieva y llegamos a la propuesta de hoy los petroglifos, grabados rupestres (Paleolítico Superior, edad del Bronce y edad Media) que no por su sencillez dejan de sorprenderte, aunque da la sensación de que algunos son del mismo artista, si artistas porque realmente hay varios “lienzos” diferentes, embobados con su visión se nos olvidaba el viento, ha llegado el momento de buscar un resguardo para comer el bocata, cosa que no conseguimos del todo pero por supuesto nos lo comemos, no se puede estar mucho parado, continuamos, vamos ahora a las ruinas de la ermita románica de San Isidro muy deteriorada, pero majestuosa, rodeándola para disfrutar de las vistas y del viento, sorpresa en la parte de atrás del ábside se pueden ver varias tumbas labradas en la roca, dice mi “com-comando” que en la edad media eran pequeños, lo que queda claro es que yo no entraría en ellas incluso las hay del tamaño de bebes, nos vamos de vuelta no sin echar un ultimo vistazo a los grabados según pasamos por ellos de nuevo, esta vez además del disfrute de su visión nos entra un poco de rabia por los desperfectos hechos por algún tuerce botas descerebrado que tiene que tener ganas de venir hasta aquí para hacer daño y que seguro que si se lo mandan no lo hace, regresamos y nos fijamos que por el sur el viento nos trae agua, tardamos poco en subir y bajamos a tumba abierta.
Otra sorpresa que nos hace aprender que debemos estar en época de celo de las libres, porque asistimos a las carreras y coqueteos de dos liebres suponemos macho y hembra, por cierto que tienen que acabar cansadísimas con esas carreras, unas cuantas heridas más en el terreno y vemos ya el pueblo, metemos los petates en el coche, el pueblo es pequeño pero bien cuidado, una vuelta alrededor de la iglesia gótica, en una fachada hay un escudo, que ¡sorpresa! es del Comunero Juan Bravo el colega de Padilla y Maldonado que por lo visto esta enterrada en una capilla a su mujer.
Nos Vamos y justo antes de entrar en el coche la primera gota, tres minutos después cae la del entierro del famoso Zafra.