Vistas de página en total

sábado, 23 de diciembre de 2017

8-12-17 Pantano de Valmayor



8-12-17


Diremos sucio

     Hoy nos vamos para dejar atrás el frio, contamos con tres posibles etapas diferentes, elegiremos cuando salgamos del "reino de Narnia" y veamos la climatología, estamos bajando el puerto y vemos que a derecha e izquierda está muy oscuro, por el centro se ve algún claro ¡Decidido! Nos vamos a darnos un baño al pantano de Valmayor. 
     
     De camino pasamos por Galapagar, estaremos atentos por si vemos a nuestro primo y benefactor, no le hemos visto, dejamos atrás el pueblo y vamos camino al Escorial, antes de coger el puente que cruza el pantano tomamos una carretera que sale a la derecha dirección al antiguo asentamiento de Navalquejigo, hoy en día está abandonado, pero con una historia apasionante, empezando porque sus primeros moradores fueron segovianos que vinieron en el siglo XI siguiendo la Cañada.

     En la primera rotonda nos salimos por la izquierda y aparcamos en un área de estacionamiento. Mirando el mapa nos llevamos una sorpresa, sin saberlo hemos aparcado en la cañada Real Segoviana ¡Qué casualidad! Buen augurio, al mismo tiempo vemos que siguiendo esta cañada dirección sur aproximadamente a la altura del puente que cruza el pantano, ósea en medio del embalse enlazaba con la cañada real del Camino de Madrid ¡Es apasionante el mundo de los mapas! Se ve claramente que no se han respetado ni cañadas, ni cordeles, ni coladas, ni caminos que han sido fagocitados por urbanizaciones y por el mismo embalse. ¡Cómo ha cambiado la vida! Desde aquí vemos una urbanización que se llama las Zorreras, que curiosamente la conocí con cuatro chalets, no vamos a contarlos, que podríamos hacerlo sobre plano, pero a ojo habrá mil en números redondos.

     ¡A lo nuestro! Nos equipamos y arrancamos. Nada más empezar curiosidad al canto, vemos un cartel que nos deja patidifusos. Nos avisa que nos libremos de invadir el pantano con el mejillón cebra, repetimos ¡Cómo ha cambiado la vida! Tanto tiempo soñando con los productos que se extraen de las mejilloneras de las rías gallegas, que están ricos hechos de cualquier forma, incluso crudos con unas gotas de limón y de los tigres que decir, que nos encantan. Pues no, ahora tenemos que tener cuidado de no invadir de mejillones cebras el pantano. Viendo las recomendaciones del cartel, le obedecemos, miramos los bajos del coche, las suelas de los zapatos, las puntas de los palos, creemos que no traemos mejillones cebra. Parece mentira que un pequeño molusco bivalvo esté invadiendo algunos ríos españoles como el Júcar y el Ebro por el que ha subido llegando hasta la provincia de burgos y que cabe la posibilidad de que llegue a un pantano que está en el centro de España situado a quinientos km. de cualquier mar.

Dreissena polymorfha.
     Dejamos atrás el dichoso cartel, damos unos pocos pasos y otro cartel nos levanta el ánimo, nos indica la variedad de aves que habitan este entorno, entre ellas vemos alguna especie que suponemos que también podrían llegar a ser invasoras, no estamos seguros pero las gaviotas no nos gustan mucho y seguramente que acabaran multiplicándose hasta que sobren y lo peor ¡Quien se come eso!

Aves del pantano.
     Entramos en el área vallado del embalse, no nos sorprende lo vacío que está dadas las circunstancias, hecho este que aprovechamos para "andar por las aguas" como Jesús en el lago Tiberiades. Llegamos casi al centro desde donde vemos la escasez de agua, el exceso de "celulosa" y los efluvios. De frente vemos asomar sobre el agua una construcción que está a la altura del antiguo cruce de cañadas y el puente de la carretera de Galapagar a El Escorial y viceversa, a nuestra izquierda vemos la desembocadura del arroyo de la Cañada.


¿Podría ser un campanario?
     Vamos a verlo. Un rápido vistazo nos hace decidirnos ir por nuestra derecha aguas arriba, aunque en realidad no corre el agua, vamos por lo que podría llamarse "playa" de Valmayor.
 Reconocemos las emanaciones, nos da la sensación de que vayamos por otro planeta, al fondo descubrimos una pantalla de otro embalse.

Pantalla del embalse de los Arroyos.

     Aunque parece que el cauce está completamente seco, tiene un fondo de "chapapote" que no nos permite cruzar,  inesperadamente vemos "un puente" y a él nos dirigimos. Cruzamos a la margen contraria por el puente que usaban los antiguos pastores del extinto Navalquejigo tiempo atrás y que estos días se ha quedado al descubierto, hoy nos hace el servicio a nosotros.

Puente de dos OJOS.
        Ahora por la margen derecha seguimos pisando la "dermis" de celulosa camino del puente de la M-505. Entramos en modo ornitólogos, no sabemos si será la hora del baño o de la comida, es lo que sospechamos que hacen los cormoranes cuando se zambullen en picado y casi hasta nos preocupan del tiempo que aguantan bajo el agua. Vemos dos colonias de somormujos una un poco lejos en la margen contraria y otra que nos queda más cerca, tratamos de acercarnos un poco para una posible foto, no puede ser, huyen. También vemos algunas gaviotas, pájaros de mal agüero, son necesarias pero no nos gustan. Llegamos bajo el puente, una pena, lo que creíamos campanario, solo es un ventanuco bajo uno de los hastiales de un chabolo.


Presunto campanario.
     Nos vamos de este pantano que en su día se dijo que estaba plagado de cocodrilos, no hay ni uno o por lo menos no los hemos visto, también nos vamos con otra pena por no encontrarnos con el presunto campanario gótico que creíamos. Nos alejamos del pantano, del feo aroma y de la epidermis de celulosa. Se podía aprovechar lo bajo que está el nivel del agua y limpiarlo que falta le hace.


     Según nos alejamos vemos una "exposición" de grafitis pintados en los pilares del puente, un sitio idóneo para ello, hay muchos garabatos y algunos realmente bonitos.

El Cabolo.


Nos encanta.

Embarazada de Alien.
     Nos alejamos más y encontramos cobijo bajo una acogedora encina. Su tremenda copa de veinte metros de diámetro (medidos grosso modo) es una carpa perfecta e idónea para comernos el bocata, vemos con alegría que aún quedan algunos frutos en la encina, por eso hoy tenemos de menú paleta de cerdo "con bellotas". Si, si decimos bien, primero nos comemos el "bocata di paleta di porco" y después nos comemos unas riquísimas  bellotas, hacía muchos años que no las comíamos y estas son auténticas bellotas pata negra.

Quercus Ilex.


Su fruto.
     Abandonamos el abrigo de la carrasca y nos vamos por una vereda alejada del embalse,
incluso con el pantano a rebosar el sendero que llevamos iría por fuera. Vamos camino del Prado de las Eras, ante nosotros vemos ese tierno fenómeno óptico-meteorológico tan bonito que es el arco iris, le vemos que no sale de una olla de monedas de oro, en realidad, lo vemos claramente que nace de una encina de oro de dieciocho quilates y hacía ella vamos. Ha desaparecido, no conseguimos verla.

Arco iris

     Nos tenemos que ir, contrariados por el fiasco, seguimos el camino y en una charca divisamos una pareja de ánades reales, una hembra y un macho, es muy curioso el bonito colorido del macho en comparación con el monótono marrón de la hembra. Nos vamos directos a la pantalla del embalse de los Arroyos, cuando subimos a la pasarela de la represa mirando al norte, vemos otro mundo, está lleno y completamente rodeado de flora otoñal, bosque de ribera, espadañas, juncos, etc..., se ve claramente las confluencias de los arroyos Ladrón y Charcón, un paraje muy bonito.

Abantos oculto tras la niebla.


Al fondo las Zorreras.
     Claramente nos encontramos entre el Yin y el Yang, la oscuridad y la luz, a un lado agua en abundancia, al contrario, el agostamiento y el terreno cuarteado por la sequía.


Aguas abajo.

Pantalla del embalse del Arroyo con su "escalera de incendios".
     Antes de continuar nos tomamos un café en un "chiringuito de alto copete", el café muy rico, acompañado de un bomboncito de chocolate negro que nos encantó, eso sí, dos euros el cafetito, de fondo se oye suavemente música soul, que te hace cómplice y te eleva el alma.

     Bajamos el alma de las nubes y tomamos el camino de vuelta ¡Bien! Tenemos un golpe de suerte, creíamos que tendríamos que volver por el camino que va pegado al pantano pero no, antes de llegar a él sale un camino que nos lleva por un joven carrascal. Vamos disfrutando mucho de la senda que es muy bonita, llegamos a las espaldas del colegio Gredos San Diego y poco después vamos poco a poco girando a la izquierda y cuando nos queremos dar cuenta, salimos de nuevo a la Cañada Real Segoviana a la altura del cartel ornitológico. Vemos con agrado que hemos disfrutado de la visión de varias de las especies representadas en él. Tomamos a la izquierda y pronto llegamos al "carrimoto". Se remata nuestra suerte cuando nos sentamos en el coche, cerramos las puertas y se pone a llover, bonito ver llover sobre todo estando a cubierto.

     P. D.: No hemos reflejado con contundencia los efluvios, el "chapapote" y la celulosa por decirlo delicadamente, porque lo que creemos que lo que llamamos celulosa son cientos de kilómetros de papel higiénico recogido durante muchos años. Por este motivo, hoy por primera vez y creo que única lo hemos visto, porque no volveremos a venir, la sensación vivida no es muy agradable que digamos. No habíamos visto nunca un pantano tan maltratado por los hombres, no sabemos qué gente viene normalmente por aquí, pero lo que está claro es que son poco cuidadosos y muy marranos.
     
     Nos preguntamos qué sería de Valmayor si no hubiesen ejecutado la colosal obra del trasvase del pantano de San Juan a Valmayor que tuvimos la suerte de descubrir casi en su total magnitud el memorable día de la etapa de La Almenara, obra asombrosa. 

     Faltaba la aventura del "abuelo Cebolleta", corría el año de mil novecientos setenta y cuatro, cuando nos dirigíamos con Salvador desde Valdemorillo a replantear la vía de servicio de las Matas a las Rozas, pasábamos por delante de las obras de la pantalla de Valmayor. Estas obras se terminaron en el año de mil novecientos setenta y seis, motivo por el cual no fue posible que lo inaugurase el dueño de la Casa del Pico de Paco, famoso por esos menesteres y posteriormente conocido como Paco el Rana. El paso de los años, la climatología y el aumento demográfico le ha dado la razón.
     





   

sábado, 16 de diciembre de 2017

03-12-17 El Canto del Pico




3-12-17

La Casa del Pico de Paco



     El Palacio del Canto del Pico fue construido en 1920 por y para el conde de las Almenas y marqués de los Llanos de San Javier Don José María del Palacio y Abárzuza. Esta construcción tiene una historia fascinante, empezando por que se hizo sin arquitecto, para su ejecución se recogieron elementos constructivos de múltiples emplazamientos diferentes, todos ellos preciosos, se ve claramente que el bueno del conde además de buen gusto tenia posibles económicos, religiosos y por supuesto políticos. Valiéndose de ellos tuvo acceso a las obras de arte que forman parte del exterior de la casa y suponemos que de las muchísimas que hubo en el interior.

     Dentro del apartado de hechos históricos debemos empezar por el fallecimiento del incombustible estadista Antonio Maura, bajando por una de las escaleras interiores le dio un infarto, siendo como fue en un edificio repleto de arte no podía ser de otra forma que en dicha escalera colocaran una placa con la leyenda "Bajando por esta escalera, ascendió al cielo don Antonio Maura", de este hecho se cumplirán el próximo día trece, noventa y dos años.

     Un dato realmente singular es la utilización que se le dio durante la guerra civil, en él se instaló el cuartel del mando militar republicano para dirigir desde allí la Batalla de Brunete (dada la distancia suponemos que lo harían con el mando a distancia como siempre) de esta tarea fueron los responsables Indalecio Prieto y el General Miaja, curiosamente esta pareja además de compartir el mando de la fallida ofensiva de Brunete, se da la casualidad de que los dos nacieron en Oviedo y los dos fallecieron en México D.F.

     Una vez acabada la guerra en la que moriría el único hijo del conde-marqués, este padeció una fuerte depresión, en este punto estaba cuando tuvo la feliz idea de dejarle el palacio y la finca de noventa hectáreas a Francisco Franco, que la disfruto el resto de su vida. 

     Estamos paseando y vemos el holograma de Franco ora mirando dirección Brunete donde cambió su estrategia después del fallido ataque republicano, ora le vemos con la vista en las obras de la Cruz de los Caídos, también se le ve orgulloso de su atalaya cuando mira hacia Madrid recordando cuánto le costó conquistarla a "él".

     A la muerte del dictador heredó la propiedad su hija, fueron la hija de esta (nieta de Franco) y su marido el ácido Giménez-Arnau quienes vivieron en la casa del guarda de la finca, vivieron un lustro y a partir de ese punto principios de los ochenta empieza la degeneración del palacio. Antes de los noventa la hija del autócrata se lo vende a una empresa internacional, propiedad del hermano del por entonces párroco de Torrelodones, antes del dos mil hubo un incendio que destruyó todo su interior. Hoy en día sigue perteneciendo a la misma empresa, una última noticia leída, ordena con fecha de mayo de este año su rehabilitación, cosa que vemos harto compleja y costosísima, aunque dada su historia y su belleza estaría bien.

     Ahora bien, para nuestra historia con el palacio hay que entender que por aquellos años Franco era ¡Nuestro Dios!, hoy en día suena un poco fuerte, pero en aquellos tiempos todos los niños alentados por los maestros rezábamos oraciones a dios, la virgen y "rezábamos" el cara al sol a Franco y José Antonio, tendrían que pasar veinte años de mi vida hasta conocer a Jesús buen amigo, buena persona e introductor de una nueva forma de ver la vida un poco más real ¡Gracias Jesús!

     Una vez hecha esta pequeña introducción, comenzamos con la primera noticia del palacio conocida en su día por el Comando Peñota, corría el año 1965, acompañaba a mi padre, volvíamos de Madrid en el Ford 17 Cv. y subíamos la pendiente de las Matas a Torrelodones  a la increíble velocidad de 36 k. /h., mi padre señalándome el Palacio del Canto Del Pico me hace una confidencia ¡su propietario es el generalísimo! Mis ojos se abrieron como dos platos llanos ¡Estaba viendo la casa de Franco! Ahí arriba dominando el mundo. No salía de mi asombro, cuando para colmo mi padre me hace partícipe del secreto, aunque vamos los dos solos en el coche, se tapa la boca con la mano al hablar y bajando el tono de voz para que no nos oyese nadie y hacerlo más enigmático. Me dice un comentario escatológico, aunque no era una persona dada a ello. Al "todopoderoso" le habían hecho una "carioca" en su cama ni más ni menos ¡Secreto sumarísimo! 
     
     Medio siglo después llega la etapa de hoy que huyendo de los fríos nos vamos a tierras más cálidas y cuando llegamos a Torrelodones cruzamos el puente sobre la A-6 y tomamos la Av. de la Dehesa hasta que cogemos a la izquierda la calle Nueva, de nuevo a la izquierda en la calle del Canto del Pico donde aparcamos. Nos bajamos, comprobamos que hace mejor temperatura que en el pueblo y mirando a las altura le vemos, encaramado a un tremendo peñascal, El Palacio del Canto del Pico.

     Nos equipamos y nada más arrancar fijamos nuestras miradas en un tremendo canchal con un precioso gorro, nos acercamos y vemos asombrados que entre los diferentes grupos de escaladores hay una realmente joven. Están en la cordada sus padres y  su tío que la sujetan, alientan, enseñan y animan. Charlando, nos descubren la edad de la niña, la sorpresa desde luego no es tan pequeña como ella, nos dicen que tiene cuatro añitos. Asombroso verla como escala y baja haciendo rápel, fuerte entrenamiento, que suponemos que dentro de unos años la llevará a cotas mucho más altas. Nos despedimos y no podemos cerrar los ojos por la inverosímil visión.


Piedra Caballera y micro escaladora.

Valientes también los adultos.
     Comentando aun visión de la pequeña aprendiz de escaladora iniciamos la subida a "espetacabras". Visión granítica total, andamos por granito, subimos por granito, esquivamos los bolos de granito, a babor, estribor, proa y popa, navegamos por un océano de granito con olas de muchos metros y una belleza deslumbrante ¡Es un paisaje precioso!

Tremendo bolo, el de atrás.

Pedregal.
Berrocales.
     Continuamos subiendo y descubrimos que alguien ha tenido la misma idea que nosotros. Hay un jardinero embelleciendo más si cabe el decorado, suponemos que un día le descubrió y subiría a podarle, es verdaderamente de agradecer encontrarte esta preciosidad, por nuestra parte ya estamos pensando en subir otro día con abono y alimentarle un poco ¡Una belleza! Solamente nos queda felicitar al artista.

Bonsái en naturaleza.
     Nos encanta el granito, por eso estamos como los calamares en "nuestra tinta". Seguimos por lo que parece un laberinto, subimos, derecha, izquierda, marcha atrás, bajamos, como vamos a "espetacabras" hay que buscar los diferentes caminos para continuar en nuestra dirección, que nos lleva a la cima, donde nos llevamos un pequeño susto. Dos perros se enfrentan a nosotros poco amigables, una vez pasada la primera impresión los esquivamos y llegamos a la cima, viendo lo que queda del palacio tenemos dos sensaciones muy diferentes, una de asombro, viendo sus magníficas fachadas perfectamente hechas de piedra de verrugo, muchos dinteles, preciosas ventanas, columnas y capiteles procedentes de diferentes castillos, conventos, colegiatas, monasterios, incluso de la Seo de Urgel... Se nos cae el alma a los pies viendo como todas estas maravillas acabarán destruidas. Por un lado por una empresa que seguramente no se gastará un euro en arreglarlo, por otro lado botelloneros, grafiteros y demoledores en general que no saben el trabajo que hay en cada piedra colocada, una verdadera pena. A esto le tenemos que sumar la destrucción de la piscina, escalinatas, bancos y jardines ¡Penoso!


Fachada oeste.


Piscina

Jardines.

1/2 fachada sur.

1/2 fachada sur.

Fachada este.
Fachada norte.
     Nos acercamos al vértice geodésico, está claro que el Canto del Pico es una atalaya que domina todo el noroeste de la provincia de Madrid, un verdadero "nido del águila" desde donde también se divisa nuestra Peñota y por supuesto el mausoleo, la cruz de los caídos Un decorado de trescientos sesenta grados bonito de ver, nos vamos a buscar un resguardo para tomar el piscolabis de hoy.


     Empezamos el descenso y un rayo inquisidor nos pregunta, ¿no tendréis nada que ver con la carioca de marras? Aún están buscando al culpable.

     Seguimos bajando y vemos desde la cara norte el berrueco que da nombre al Palacio y al cerro.
Berrueco del Canto del Pico.

El rayo inquisitivo.
     Continuamos y encontramos un lugar al resguardo, cómodo y soleado, lo que aprovechamos para tomar un refrigerio de estrella Michelin, un estupendo bocata de lomo del gorrino de F. con pimientos italianos fritos ¡Una verdadera exquisitez! aún nos vamos relamiendo cuando llegamos a la casa del guarda y posterior residencia de la nietísima y Jimmy.


     Diciendo casa del guarda parece que desmerece, pero en realidad en su día sería un chalet con la fachada de piedra preciosa. Su estado actual es ruinoso y penoso, desde la entrada vemos un salón que alguien recientemente ha limpiado suponemos que para disfrutarlo incluida una bonita chimenea francesa. La cocina, baños y habitaciones están muy deterioradas, tiene una terraza con unas vistas increíbles, con una pérgola metálica arropada por una planta trepadora ¿Ficus?, desafortunadamente alguna especie de "Godzilla" la ha espachurrado. Lo único que esta impoluto es un espléndido pilón granítico, se ve claramente que es más moderno que la edificación.

Fachada.
Pilón perfecto. 
Luminoso salón. 

Pérgola.
     Camuflada entre granitos y diferentes plantas vemos lo que suponemos la "casa del guarda de la casa del guarda". Se ve claramente que es de construcción más moderna,  también tiene pérgola, está adosada a la casa. Igualmente tiene la misma enfermedad, le han atacado los "demoledores", pequeños animalejos descerebrados capaces de carcomer todo tipo de materiales, lo que hace que se encuentre en estado ruinoso. Visto que este chalet es una edificación más nueva, ahora dudamos si no sería esta la vivienda de los últimos moradores de la finca.

Pérgola de la casa del guarda del guarda.

Con su chimenea.

     Definitivamente nos vamos, ahora dirección al Canto del Mirador. Estamos dentro de la misma finca pero el terreno por aquí es más benevolente, vamos por un camino primoroso, nos acompañan pinus nigra, quercus de diferentes clases, algún juniperus y también ejemplares de abies, que a todos ellos se les ve faltos de agua y mejor estratos.

Delicias de camino.
     Dejamos atrás el bonito camino que nos deja al lado de lo que creemos un palomar y un invernadero. Un último vistazo al viejo caserón y nos vamos.

Bonito con sus berrocales.

???
     Rápidamente nos encontramos con una represa, que como es lógico y dada la "pertinaz sequía", sin una gota de agua ¡Sorpresa! De nuevo nos encontramos otro pequeño pino podado en escoba, muy bonito. Ttomamos un estrecho sendero que acompaña el presunto cauce de un arroyo, el descenso se convierte en un precioso "slalom" muy divertido hasta que llegamos a otra represa.

Represa 1.

Arbolito.

2ª represa.
     Hacemos el último tramo de 
cómodo camino y antes de llegar al asfalto un último vistazo a la pedriza que con el sol poniéndose la sonroja y embellece ¡Adiós!

     P. D.: Nos vamos recordando la famosa "carioca" que apareció en la cama de la Casa del Pico de Paco ¿Quién sería el autor? Nos preguntamos, esto es digno del programa "Cariocas sin resolver", un nido del águila con mucha historia e intriga.

Historia, magia y leyenda.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

25-11-17 Pinturas de Peña Mingubela





25-11-17

Pinturas rupestres

     
     Para situar en el mapa el pueblo del que parte nuestra etapa de hoy utilizaremos la "antigua unidad de longitud", la legua castellana que equivale a 5000 varas castellanas de Burgos, es decir 2,5 millas romanas o lo que es lo mismo 15000 pies castellanos y convertida al sistema métrico 4190 m. Teniendo en cuenta todo esto y sabiendo que nuestra salida está a una legua de Blascoeles, una legua de Campo Azálvaro, a tres leguas de Avila, de la capital de España le separan 15 leguas, 19 de Valladolid, a Mediana de Voltoya 1/2 legua y a 1/4 de legua del famoso Urraca Miguel. Con el transportador llevamos al plano estas "coordenadas" y nos daremos cuenta de que todas coinciden en Ojos Albos, no tiene pérdida.

     Ojos Albos es un nombre que nos ha resultado curioso, cada vez que hemos pasado dirección a Ávila, muchas veces hemos pensado en conocerle.

     Hoy es día, el fin de semana pasado estuvimos tan cerca que no hemos podido aguantar las ganas, si a esto le sumamos que la teníamos en la carpeta de pendiente no podía ser de otra manera.

     Llegamos a la plaza y nos encontramos un bar donde paramos a tomar un café y a pensar. Como hace "siglos" que no llueve y no estamos acostumbrados nos hemos venido poco equipados, estamos aquí a vida o "caladura". ¡Nos vamos! Antes vemos la bonita iglesia, pequeñita pero muy coqueta.

Iglesia de Santa María?
     Una cosa que nos ha gustado mucho ha sido su escudo, tiene una encina como las que vemos antes de entrar al pueblo, que las hay centenarias y de porte glorioso, el castillito que no sabemos si tendrá que ver con el Palacio de Tabladillo, recientemente recuperado. Como no podía ser de otra manera, tiene su guerrero/a rupestre (aunque supuestamente parece macho) y vemos la Peña Mingubela con el ¿Voltoya? a sus pies, que se le ve muy crecidito, no como en estos tiempos de sequía que vivimos en la actualidad.

Escudo de Ojos Albos.
     Curiosamente aparcamos en la calle Procesión semiesquina a otra calle Procesión (¿les hicieron carteles de sobra?). Vemos la tierra de color rojizo, nos da la sensación de "barro santo" bueno para hacer botijos, pero malo para caminar porque se pega a las botas. 

     Tomamos un camino que sale de frente dirección al Colladillo y afortunadamente no es tal el barro y no se nos pega a los pies. Es una pena la niebla no nos permiten la visión de los terrenos aledaños. Cuando llegamos al cruce de caminos que hay a la altura del Alto de Cerrillos Redondos la mañana se ve más clara. A nuestra derecha vemos el lugar donde converge el tributario del Voltoya, al sureste un bonito farallón y al este vemos el cauce del arroyo y caminos que se reparten en diferentes direcciones.

Desembocadura del arroyo del Corral Hondo.


Peña de la Mora.

Cauce del arroyo.
     Bajamos hacia el cauce del arroyo con unas bonitas vistas de la hondonada. Cuando llegamos al lecho lo encontramos semiseco y nos hacemos una pregunta, ¿Cómo es posible venir hasta aquí con tanta basura de plástico? ¿No tiene más cerca un punto limpio? Más trabajo para el Seprona, supongo que no sería muy difícil encontrar al delincuente capaz de hacer este desatino con este vertido ilegal.

Terrorismo ecológico.
     Después del berrinche dejamos a la derecha el camino que creemos que sube con rumbo a una casa-refugio que vimos hace una semana en la solana de Aguafría. Nosotros seguimos por el margen  derecho hasta que llegamos enfrente a nuestro objetivo, salvamos la vaguada que nos separa de él y llegamos al yacimiento
. Después de ver los daños realizados por ese porcentaje de descerebrados, pequeño afortunadamente, nos preguntamos cómo es posible que una persona que venga a ver este tesoro sea capaz de agredir el entorno, lamentable.

     Se dan una serie de circunstancias en este entorno que le hacen idóneo para la relajación, solo se oye el siseo de los aerogeneradores y de algunos pájaros, pocos, hace mal día para ellos, está apartado de la civilización, se respira tranquilidad, se ve montaña por el norte y por el sur, al este y oeste se ven dos o tres kilómetros y ni un alma, las nubes resguardan más si cabe el lugar, en definitiva se respira paz, ahora hay que imaginarse este lugar siglos atrás.

     Nosotros nos disponemos a disfrutar, nos acercamos y lo primero que distinguimos es una formación que semejante a una columna de estilo indefinido pero eficiente y bella. Eficiente, porque sujeta una mole de piedra de muchas toneladas, por otro lado su belleza viene dada por su formación, muchos miles de daditos mágicamente colocados unos sobre otros, podría ser la precursora de la construcción modular. De lo que vemos se desprende que si a la fragilidad de la cuarcita micácea le añadimos el desplome de la pilastra da miedito. Cientos de fragmentos cuarteados dan la engañosa idea de correr peligro, preciosa formación. 

Detalle de la pilastra.


Equilibrio cósmico.
     Después de disfrutar de la visión pormenorizada de esta "catedral" natural, ahora vamos a ver la "galería de arte". A la izquierda vemos lo que parece un caballito de mar, cosa que suponemos poco probable teniendo en cuenta que estamos a quinientos kilómetros del mar, por lo que creemos que será una cabeza de caballo con los cuartos delanteros. En el mismo paño se dejan entrever lo que nos imaginamos cuadrúpedos que pueden ser desde cucarachas a diplodocus, pasando por caballos, toros, etc..., vemos múltiples guerreros y humanos en todas posiciones diferentes, se ven formas presuntamente de órganos genitales masculinos y femeninos, también vemos lo que creemos que podría ser una mujer embarazada, parecen estar pintadas con lo que pintaban las piedras los canteros no hace mucho y que se llama almazarrón. No se puede asegurar a ciencia cierta porque al estar a la intemperie desgraciadamente las pinturas están muy difuminadas y deterioradas, si a esto le añadimos nuestra poca destreza con la fotografía nos sale lo siguiente.





     Dejamos atrás  los ocres rojos de las pinturas y nos encontramos con los amarillos pistacho de los líquenes de formas también bastante abstractas.

Los dos hombres del saco.

Rhizocarpon geografhicum.
     Antes de cruzar de nuevo el arroyo del Corral Hondo el último vistazo al lugar de tan bonita toponimia como las Alegas de Vandiez.

Al fondo Coto Redondo.
     Cruzamos el arroyo semiseco y nos damos la vuelta para ver por última vez "la catedral". Es realmente asombroso lo limpia que está la entrada, nos preguntamos donde están todas las piedras que faltan en esa gruta.

Peña Mingubela.
     Nos vamos de vuelta, pero antes, vemos lo que suponemos una explotación minera, se ve claramente que la cueva no es natural y con una profundidad considerable aunque no se aprecie en la foto, desconocemos el mineral que se extraía. 

Bocamina.
     Adosados a la cavidad vemos unos afloramientos de formas caprichosas.


La montera.


El tragón.
     Dejamos atrás al comilón y volvemos al camino, cruzamos entre los parajes de Las Rozas y el Molino del Quemado, llegamos al Alto de los Cerrillos, nos damos la vuelta y nos despedimos del valle y ahora que ha subido la neblina vemos las cimas que pisábamos y disfrutábamos la semana pasada.


Peñagorda y Alto de las Peñas.
     A la postre aunque el día ha sido plomizo nos ha mojado muy poco y nos ha permitido disfrutar del paseo, llegamos a Peña Serrana y vemos a nuestra derecha el homónimo del cristo, a nuestra izquierda vemos una preciosa colina impregnada del color que tiene el día.


Cerro de la Cabezuela.


El Caloco.
      Últimas rampas que nos llevan al Colladillo, desde aquí es cuesta abajo hasta el pueblo que vemos al fondo.

Abrevadero.
     Bajamos hasta la vaguada y pronto llegamos al coche, nos montamos y antes de irnos nos despedimos del bonito pueblo de...