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martes, 25 de septiembre de 2018

15-09-18 Mojón de los Arteseros



15-09-18

La fuente invisible


     Cuando en la vida se da la casualidad de que te ves inmerso en una concatenación de despropósitos cada uno peor que el anterior llega un momento en el que te sientes moralmente debilitado, ese deterioro viene sobre todo cuando cierras los ojos y piensas en esas roturas que son imposibles de arreglar. Estos percances son el tinte que oscurece el alma, además añaden un sobrepeso espiritual al cerebelo, el hipotálamo y cerebro en general que te impulsa la testuz en dirección al centro de la tierra.

     Incluso en estas condiciones nos disponemos a llevar a cabo la etapa de hoy y arrancamos, pesadamente por lo que es obvio y por lo que no se ve ni con rayos X. Afortunadamente vamos por terreno conocido, la curvatura de las cervicales nos permite ver las punteras de las botas y un par de pasos por delante, no nos permite disfrutar del entorno, con la cabeza excesivamente agachada lo que vemos es una imagen circular a forma de ojo de pez que nos distorsiona la realidad, todo esto lo agrava la falta de color, al oscuro color que le da el calor del verano al monte tiñendo de marrones le añadimos nuestros grises internos que no son pocos, un paso, dos pasos, mil y pico pasos más cuesta arriba y seguimos sin levantar cabeza, sin hablar, afligidos.

     Empezamos a pensar que no vamos a llegar muy lejos, este es el momento en el que la esencia del universo nos demuestra de lo que es capaz, ¡una pequeña piña!, el germen, no de un pino que sería lo lógico, no, en este caso es el embrión de la vuelta de la luz a nuestra vista, vemos la piña gris, nos agachamos, la cogemos, según la vamos acercando a nuestros ojos va tomando color, maravilloso, es verde, es de un verde esperanza maravilloso, es un verde desinfectante, lo notamos, lo sentimos, de repente vuelven los colores al interior de nuestra cavidad craneal, hay más colores ¡verde esperanza!.


¡Pura vida!

     El color esmeralda de la piña nos inyecta visualmente optimismo que es lo que nos hace falta, esta piña con sus dos acículas peinadas a la moda me trae a la memoria aquellos lejanos días de medio siglo atrás en los que acompañando a mi hermano a recoger piñas nos lo pasábamos de rechupete. Las que cogíamos las llevábamos al sequero de la casa forestal donde las compraban. Con estos pensamientos llegamos al camino de Ingeniero que cruzamos para continuar subiendo paralelos al arroyo que dada la escasez de caudal baja tan silencioso que parece que no quiere molestar. Deberíamos decirle que el rumor del agua nos encanta y nos alegra el corazón. Unas pendientes más y llegamos al sendero que nos conduce a la fuente del Esportón, una mirada y curiosamente nos viene a la memoria la primera vez que la vimos que nos trae gratos recuerdos, bebemos su agua que nos refresca y nos calma la sed, también dentro del conjunto, en su parte alta está el portal esperando a sus inquilinos que solo lo habitan en pleno invierno, otro recuerdo que nos aplaca el bochorno, bebemos agua de nuevo, rellenamos y nos vamos.


Deshabitado está más triste.
     Antes de irnos caemos en la cuenta, limpiamos el portal, el techo y el patio, regamos el musgo, tan guapo que se ha quedado, nos vamos, nos encontramos un pino muerto y caído que se ha quedado en equilibrio, viendo la situación en la que se halla nos da la sensación de que pronto van a tener un "terremoto" las termitas.


Atención al sismógrafo.
     Esquivamos al "finado" y rápidamente llegamos a la altura del collado de las Lagunillas que le encontramos amarillo y seco, no es que nosotros estemos un poco grises, puede que te tenga su belleza que la tiene, íntimamente lo preferimos verde, incluso totalmente blanco de lo que tenemos un recuerdo imborrable.


Collado de Las Lagunillas.
     Situados aquí, en la linde interprovincial dejando a un lado nuestro estado anímico y mirando objetivamente el lugar, no nos queda más remedio que admirar su belleza. Vemos los pastos mustios mirando al cielo en espera de que le caiga ese agua que le haga revivir de nuevo. Está salpicado de "granitos" de granito y flanqueado por esos bonitos pinos achaparrados debido a la altura y las inclemencias del tiempo, a todo esto le tenemos que añadir que está coronado por un cielo realmente bonito. Una parada, respirar profundamente y unos minutos de reflexión es la mejor medicina para ver las cosas de otro color.

     Hoy no vamos a Las Lagunillas, aunque posteriormente nos arrepentimos, damos media vuelta y nos vamos. De nuevo estamos en la bifurcación y tenemos que elegir "pinto, pinto, pino pocho a la derecha" tomamos la senda que nos llevará  al mojón con el fin de dirigirnos desde allí de nuevo a la búsqueda de la fuente del pino, que es nuestra intención. Disfrutando del camino nos encontramos y mirando al norte entre pinos aparece muy a propósito dadas las fechas El Caloco.


Entre los pinos aparece El Caloco y sus ¡caloquitos!
     Adelante, en el camino de hoy de  sensaciones desiguales pasamos de disfrutar de un hermoso panorama a todo lo contrario.


🎵¿quién me va a curar el corazón partío?🎵
     - Tiritas pa este corazón partío. 🎶- con esta canción vamos cuando nos encontramos con la desagradable visión del día, vemos los restos de una res.


La fallecida.


Huellas

      Dejamos a los anatomopatólogos, forenses e investigadores científicos buscando huellas, en este caso han tenido que venir de las oficinas de Peguerinos.

     Por nuestra parte dejamos atrás los Goyatos en dirección al mojón un poco pesarosos por la desagradable aparición anterior, el camino nos aleja de la alambrada que separa los términos cosa que agradecemos, volvemos a disfrutar de la belleza del camino y pronto llegamos al mojón de los Arteseros.


El mojón
     Después del día tan enrevesado, de sensaciones tan cambiantes, nos ponemos a lo que realmente hemos venido, el propósito del día es buscar la fuente del Pino que es nuestro deseo desde hace tiempo y que hemos buscado en varias ocasiones, para esto tenemos un problema, su localización la vemos en una fotografía sin escala de la ruta de los mojones, incluida en el libro Paseos y excursiones por el Espinar dado que en el mapa topográfico nacional no viene incluida, con estos medios tomamos la dirección que nos indica, una nueva manifestación de la naturaleza nos orienta de nuevo al buen humor y nos hace esbozar una sonrisa.

El can sonriente de ojos rasgados.

     Con una sonrisa en los labios continuamos con la búsqueda, llega el momento en el que creemos que hoy nos vamos de nuevo sin ver la fuente, por este motivo cambiamos el rumbo y nos dirigimos a la vereda que tenemos pendiente de ver su final. Hoy podría ser un buen día, nos encontramos de nuevo con la visión de una pequeña planta que tiene unas hojitas granates preciosas.


Estilizada y bellísima.

     
Nos ha llegado la hora de hacer uso de los víveres ¡mala pata! Se despierta el ogro, ¿cómo es posible? Estamos tan tranquilos y de repente viene el fin del mundo, se desata una tormenta de mil demonios ¡pies para que os quiero! ¡A correr toca! Guardamos los trastos y salimos escopeteados, nos tiramos a tumba abierta hacia abajo, la tormenta nos persigue como si le hubiésemos hecho algo ¡vámonos a la izquierda! Nos sigue como un perro ¡a la derecha! Los rayos y truenos nos persiguen como sabuesos ¡nos rendimos! ¡Que nos parta un rayo! No ‘falta nada para llegar al coche, unos metros, pero no podemos más ¡el milagro! Momento mágico, doblados, las manos apoyadas en las rodillas y diciendo, nos rendimos ¡increíble! La liebre que me ha hecho correr como a un galgo, grita ¡¡¡un níscalo!!! No ¡¡¡dos!!! No ¡¡¡tres!!! Más magia imposible, al grito de un ,dos, tres, la tormenta desaparece por arte de birlibirloque y nosotros nos vamos tan contentos al coche con un estado de ánimo diametralmente opuesto al que teníamos cuando llegamos, ahora no vemos todo de color gris, ahora lo vemos todo en color naranja.

     Por la noche la chef del Comando prepara los níscalos a la plancha, un níscalo y medio para cada uno, después de una solemne ceremonia damos cuenta del delicioso manjar, una sola cosa que decir, los mejores níscalos que hemos comido nunca ¡manjar de dioses!

     Para colmo, posteriormente, nos damos cuenta poniendo en la aplicación un mapa diferente en el que viene curiosamente el emplazamiento de la Fuente invisible, hemos pasado por encima y no la hemos visto ¡a la próxima!

         

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sábado, 8 de septiembre de 2018

02-09-18 Las caceras

02-09-18

En busca de las caceras



     Hoy repetimos el aparcamiento del fin de semana pasado, en esta ocasión lo hacemos diez metros más abajo. Lo primero que vemos según nos bajamos es un espino albar o majuelo con sus frutos aún verdes, tenemos que reconocer que para al Comando Peñota este arbusto nos atrae sobremanera. Sus pequeñas hojas caducas de aspecto delicado, las perfumadas florecillas de un blanco virginal de olor muy agradable y los frutos que maduros tienen un agradable sabor dulzón, solo tiene un inconveniente y son sus espinas que pinchan como un puerco espín. Es un arbusto que tiene muchas peculiaridades pero lo que nos llama la atención sobremanera es la ingente cantidad de nombres comunes que tiene, no los hemos contado, unos cien, algunos de ellos nos encantan, botironeto, carcabollo, cerecico de pastor, espino picón, mojolino, pericón, y muchos más.


Frutos aún verdes del majuelo.
     Recogemos los muebles y arrancamos, directos al edificio del CENEAM, vamos con la intención de hacer varias preguntas. Cuando llegamos a la puerta nos la encontramos cerrada, lo que sí que vemos en el cristal de la puerta, casi pegando al suelo, es una polilla curiosísima, nos agachamos para verla. El chiste del día, de repente se abre la puerta de cristal deslizante y nosotros rezando en dirección a la Meca, lo primero perdemos de vista a la polilla que se va "montada" en la puerta corredera, vemos unos zapatos, levantamos las cabezas simultáneamente y nos encontramos enfrentados con una trabajadora de seguridad, le explicamos estamos en esta postura por lo de la polilla, se da cuenta de que no vamos a gritar "Alá es grande" y se tranquiliza, ya aprovechamos para preguntar pero nos dice que está cerrado.

La polilla.
      En la explanada de la fachada principal disfrutamos de la visión de un roble con más de trescientos años que luce una salud de hierro, dos arbustos de desconocido nombre para nosotros y de unas florecillas azules preciosas.


Quercus Pyrenaica.


???

???

???
     Nos despedimos de la flora desconocida y damos un rodeo para irnos en dirección contraria al edificio, hacia la Mata Quemadilla. Vamos con la intención de encontrarnos perpendicularmente la primera cacera de las dos que queremos visitar hoy. Disfrutando de la hermosura una vez más de uno de los miles de caminos de los montes de Valsaín, llegamos al regato de la Cueva del Monje que está completamente seco. Pasamos por el puente, sí, está seco, pero le cruzamos. Nos llama la atención porque tiene felpudo a la entrada y a la salida, preguntándonos el motivo de ello, se nos presenta el arroyo Peñalara ¡qué casualidad! En el "justipunto" en el que engancha la cacera. Dios protege la ignorancia, vemos como arranca desde la margen derecha separándose del cauce suavemente.


Comienzo de la cacera de la Máquina Vieja.
     Comenzamos su seguimiento pensando el buen estado en el que se haya después de llevar funcionando 185 años, aunque el aserradero solo funciono unos 50 años por la posterior apertura del aserradero nuevo. Hoy en día  no sabemos para que se usa, pero se ve claramente que se sigue usando por lo bien cuidada que está. Nos preguntábamos cómo salvaría el cauce del arroyo de la Cueva del Monje, sencillo y genial, un rastrillo hecho con piedras a la "justialtura" deja escapar un caudal mínimo por el cauce del arroyuelo y el resto continúa por la cacera, unos metros más abajo antes de llegar a la carretera el agua desaparece en una arqueta que entendemos que es una canalización subterránea que lo lleva a la Máquina Vieja por debajo de la carretera.


Cacera.

El agua socava los bajos del pino.

Adiós.
      Aviso para el dueño de la lata de la fotografía, para recuperarla ponerse en contacto con nosotros, estaremos encantados de devolvérsela al indecente mugroso de su dueño que ha tenido la poca vergüenza de tirarla en un sitio tan bonito y tan limpio.


"Huella di obsceno"
   Hoy no cruzaremos la CL-601, lo dejamos para otra ocasión, es una finca particular y tenemos que pedir permiso a su dueño. Lo que hacemos ahora es darnos media vuelta y subir por un camino que nos lleva de nuevo al punto de enganche de la cacera por donde cruzaremos el puente sobre el Peñalara.


Puente sobre el Peñalara.
      Nos dirigimos hacia el sur por no repetir el camino del fin de semana pasado, cruzamos los Praderones Altos que a estas alturas están bajos y antes de llegar a Peña de la Pescada nos ponemos los trajes de toreros... Lo que vemos son  unos ejemplares de berrendos en colorado preciosos, una de las vacas tiene una llamativa cornamenta que tiene un metro y medio de punta a punta, esta si te mete un cuerno por el chirimbolo te asoma por la cabeza, a su lado contemplamos al jefe de la cabila que nos observa. Cuando le vamos a buscar su perfil bueno se viene hacia nosotros y tenemos que dar unos pases, menos mal que nos metimos en los burladeros.


La vaca Paca.



"Tranqui".

Quieto, quieto.

No me mires así que yo también me he asustado.
     Pensándolo bien y después de ver la cara de buen toro que tiene seguro que no quería cogernos, vendría a por alguna chuchería o a que le espantásemos las moscas, que el pobrecito estaba lleno. Antes de irnos de "la plaza de toros" descubrimos detrás de robles y pinos y bajo una corona de "algodones" a la Camorca, "su Camorquita" y Cerro Pelado.


Nos están llamando la Camorquilla y Cerro Pelado.
    Media vuelta y tomamos un camino que nos lleva hacía el este. Le seguimos disfrutando por sus suaves pendientes, ya nos tocaba alguna pendiente, llegamos al punto en el que nos encontramos con el ojo que todo lo ve, nos hace un guiño.


"Ojo pino"
     Ésta es la señal que estábamos esperando. Dejamos el camino y nos vamos campo a través, cruzamos el pobre cauce del Prado Redondillo para continuar aproximadamente por la misma, gracias a que el monte está bastante limpio y nos lo permite. Al mismo tiempo disfrutamos de la belleza de los bolos graníticos que "el decorador" ha colocado con muy buen criterio, cambiamos los berruecos por las zarzas con las primeras moras maduras que probamos este año, mora, mora, pino pocho a la derecha y llegamos de nuevo al arroyo Peñalara. Lo primero estudiamos de nuevo la construcción que hay en este punto y que no sabemos exactamente para qué sirve pero nos da una tremenda alegría cuando vemos una trucha de unos doce cm. Verla en un riachuelo a una cota de 1350 m. es una gozada que esperemos que dure, no nos gusta ser pesimista pero suponemos que el invierno pasado tardará en repetirse y por nuestra parte estaríamos muy contentos de que así fuera, porque entre otros muchos beneficios que nos ha dado está el ver que este riachuelo corra con tanta animación y tenga caudal para las dos caceras. Ahora cruzamos el cauce y estamos en la compuerta de la cacera que dirige el agua cristalina al Real Aserrío de Valsaín, el nuevo.


Conocida compuerta que permite el paso de agua a la cacera.
     Desde aquí comenzamos, pero, hay cambio de planes, nos acercaremos a ver una fuente cuatrocientos m. más arriba, llegamos y rápido nos damos cuenta que ha sido un acierto la decisión de desviarnos. Llegamos a la fuente del Ratón, coqueta fuente, bonito banco y un merendero que ni en la Moncloa, por todo esto decidimos por unanimidad que instalamos el campamento, probamos el agua, fresquísima y riquísima, acto seguido nos sentamos a la mesa en la que nos vamos a comer el menú que ha preparado la cocinera para hoy.


Barrita energética "empaná".
     Solo de verlo se me saltan las lágrimas y recordando su sabor me relamo de gusto, hoy la chef se ha superado, ha dicho que por ser bueno, no sé, no sé, parece que lo decía con una sonrisa maliciosa, el caso es que estaba superior, acompañado con un poco de "lo otro" y un paraguay@. Qué bien viene la @ para ser políticamente correcto hasta en el monte, después de la opípara comida, el buen tiempo, el sonido de la naturaleza y la somnolencia nos dan los "siete males" ¡vámonos que nos da algo!


Qué bonita.

"Banco di acusato".

Y el comedor.
     Con todo el dolor de nuestro corazón nos vamos y sorpresa, sorpresa no lo hemos visto al subir, de nuevo nos encontramos un "euro 🐸 batracio". Este mucho más pequeño, está encharcado por el sobrante de la fuente,  nos acercamos al tiempo que vemos el chapoteo  de los anfibios🐸 cuando saltan al agua. La charca aunque es pequeña tiene muchos habitantes  🐸 que salen a respirar y confiadas se quedan a la vista, eso sí están calladitas🐸 y ojo avizor. 🐸


El paraíso de los anfibios.
     Nos acercamos de nuevo al comienzo de la cacera, llegamos rápidamente, nos la encontramos en perfecto estado de revista y nos asociamos a ella para acompañarla en su viaje hasta su final.


Agua transparente deslizándose suavemente por la cacera.
     Disfrutamos de la compañía de nuestra nueva componente del Comando que nos susurra al oído  su suave y agradable sonoridad que nos transporta  como en una nube. Como el caudal es pequeño echamos un palito de calibre mínimo, como la velocidad que lleva, pronto le sacamos, nos damos cuenta de que los hay más lentos que nosotros. Vemos como  pasa por debajo del arroyo de la Cueva del Monje que está más seco que la mojama, cruzamos el camino que baja desde el Juego de Bolos lugar donde la descubrimos, llegamos a Navalhorno y entendemos el porqué del nombre. La falta de árboles en plena solana hace que suba la temperatura de repente bastantes grados. Estamos en la falda del Cerro del Puerco, que metemos en la carpeta de pendiente por quincuagésima vez, hoy viéndole desde sus bajos nos queda claro que es un destino para el otoño.


"Bolo di porco".
     Dejamos atrás la solana para entrar de nuevo en un curioso pinar, al principio parecían visiones nuestras pero pronto nos damos cuenta de que no son imaginaciones nuestras, en este pinar hay "mostros".


Un Troll.
Otro troll.

     Dejamos a nuestra espalda La Pinochera, que está llena de trolls, a esto le tenemos que añadir que la ladera granítica del Puerco hace que el itinerario de la cacera sea menos idílico. Cascaditas,  quiebros, pinos de raíces descarnadas por el agua y volcados, maleza y pequeñas compuertas que evacuan el agua a diferentes finales.


Pino "en su sano juicio" pero va al suelo.

"Compuertita".
     La belleza y el caudal  de la cacera va decreciendo y no solo eso, "tocomocho", llegamos a un punto que nos hacen el tres por cuatro, nos desvían el cauce hacía el pueblo dejando seca definitivamente la antigua cacera.


Se acabó.
     Continuamos acompañando a la cacera, eso sí, ahora completamente seca y claro nos entra la sed, por este motivo nos acercamos a una nueva fuente, se llama El Ángel, muy bonita y qué decir de los vasos, son  de acero Inoxidable, grabados con el nombre de la fuente,  son preciosos, nos encantan.


Fuente del Ángel.


Los iguales para hoy....
     Matada la sed volvemos a la cacera que a estas alturas sí que está muerta de sed, nos han boicoteado el último tramo, nos han hecho el "interruptus". La maleza se la come, no llegamos al final porque vemos una puerta antes y nos salimos del monte para entrar directamente al pueblo. Nos vamos zigzagueando por las calles y buscando la sombra pueblo a través hasta que llegamos a la meta y nos vamos para ver terminar la etapa de La Vuelta. Llegamos a ver la lucha de los últimos km., todo estupendo.

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sábado, 1 de septiembre de 2018

25-08-18 San Luis

25-08-18

San Luis





     Hoy día de San Luis es fiesta grande en La Granja de San Ildefonso, por este motivo en el Palacio ponen en funcionamiento las fuentes de sus jardines que es un espectáculo digno de ver. Hace mucho tiempo que le había dicho a mi compi que un día la invitaría a verlas y ese día va a ser hoy y ¡además es gratis! Está tarde cuando vengamos de vuelta iremos a verlas.




     Señoras y señores del jurado, por todo lo anteriormente expuesto vamos a darnos una vuelta por los montes de Valsaín que tanto nos gustan. En múltiples ocasiones hemos visto los indicadores del Centro Nacional de Educación Ambiental, hoy hemos tomado este camino por el que llegamos al estacionamiento en el que dejamos el coche. Una vez que cogemos los trastos nos vamos y lo primero que nos encontramos son las instalaciones del CENEAM, nos imanábamos un chiringuito, pero nada más lejos, es un complejo compuesto por un establecimiento de trabajo con salones de actos, aulas, salas de trabajo y salas de juntas, a esto hay que añadir una residencia, un albergue y un salón de actos con salas, cafetería y biblioteca, unas instalaciones  que se complementan con múltiples servicios y programas, tendremos que estudiar su tema.

     Nos despedimos del centro viendo unas preciosas fotografías expuestas con el único tema de los Parques Nacionales y una réplica de los mojones que se  pusieran por órdenes reales a partir del año 1762 cómo así reza en el costado de la reproducción.


Parques de Guadarrama, Monfragüe, Islas Gallegas, Caldera de Taburientes y el Mojón
     Cuando terminamos de disfrutar de la belleza de las fotografías de todos los parques nacionales damos media vuelta y comenzamos a trotar, cosa que nos dura poco, por la sorpresa que nos llevamos al leer en un cartel arboreto. No es muy grande, cuenta con una cincuentena de diferentes árboles y arbustos, solo tiene 21 años de antigüedad pero es una pequeña preciosidad, decididamente amamos los arboretos y nos preguntamos como podríamos hacer uno en nuestro pueblo.


Hace falta uno en nuestro término.
      ¡Vámonos! Dejamos la Pinochera a nuestras espaldas, nos encanta el topónimo que teniendo en cuenta el lugar donde nos encontramos y con la madera que se ve desde este punto se podrían hacer millones de Pinochos y unos millones más  de recambios para sus narices. Entramos en lo que creemos que es un robledal con pinos, vemos algunos ejemplares verdaderamente colosales y atractivos, observándolos pensamos que algunos de ellos por su edad han podido ser testigos de las cacerías de los Austrias y sus secuaces tres siglos atrás, por nuestra parte trescientos años más tarde vamos a disfrutar del entorno. Llegamos a la Mata de Navaquemadilla, de cuando en cuando la masa de árboles se abre dando paso a tremendas lanchas de granito, se le ve duro y de difícil extracción. Llegamos a una bifurcación en la que nos vamos por la derecha, cruzamos un hilo de agua que forma el riachuelo de la Cueva del Monje, pronto nos damos cuenta de que hemos acertado con el camino elegido, entre la maraña vemos una valla hecha con palos de madera tratada, no sabemos lo que es, pero nos acercamos ¡bendita la hora! ¡Lo mejor del día! Llegamos a "Eurobatracio", es el segundo que vemos por la zona, hace mucho tiempo en la etapa  Revenga-Valsaín-Revenga vimos otro similar a este cerca de la Cruz de la Gallega, aunque este es más bonito.



     Según nos vamos acercando lo primero que vemos es el clásico mojón con el bonito cercado de madera tratada en autoclave a su espalda.


El mojón nuestro de cada día.

     Llegamos al vallado y comienza la función, lo primero que descubrimos una charca a la que saltan múltiples ranas, ni el mejor paisajista del mundo podría hacerlo mejor, como se suele decir un auténtico remanso de paz, un complejo turístico para anfibios, suponemos que estarán muy felices, pero nos dan un poco de pena, con esos tremendos ojos que tienen completamente desaprovechados, como son tan pequeños y están pegados al suelo no pueden descubrir la belleza del lugar, nosotros sí que tenemos esa suerte y vemos en el pequeño charco reflejadas las copas de los dos pinos y el roble del telón de fondo, diferentes hierbas, juncos, algas, etc... También vemos lo que nos parecen nenúfares para hacer más idílico el "resort", seguro que las ranas disfrutan de lo lindo del lugar.


Parque acuático.
     Miramos a la izquierda y se nos viene a la cabeza el evangelio de Mateo en el que decía Jesús, es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja.... Nos tenemos que acercar y cuando llegamos vemos una auténtica obra de arte surrealista, han pasado un tremendo pino con miles de agujas por el vano de una valla.

Magia.
     Ahora nos vamos a la derecha de nuevo, sobrepasamos la charca dejándola a nuestra espalda y un poco más arriba vemos un pequeño muestrario botánico con un fondo de espadañas, planta herbácea de más de metro y medio, tallo largo a manera de junco, una especie de mazorca cilíndrica en la punta y hojas con forma de espada de dónde le viene su nombre, que forma un decorado especial.


Typha.
       Las espadañas nos esconden una nueva sorpresa, nos acercamos y a la vista  de la escena se nos abren los ojos como a los de Lepe, tenemos delante un "triumpinato", lo que viene a ser un conjunto formado por tres grandes pinos nacidos hace más de doscientos años adosados en su nacimiento. Parece mentira pero sus raíces no se han llegado a entrelazar y se ha inclinado en direcciones opuestas, desgraciadamente a día de hoy, no sabemos los motivos, hay dos escorados que se han quedado acaballados en pinos vecinos, el tercero es un caso aparte, este tiene una "rotura fibrilar" producida por algún tipo de "situación traumática", el estropicio es enorme y difícil de entender, no nos podemos imaginar el ruido que haría semejante chasquido.

Empujón de gigante.
     Si anteriormente nos quedamos prendados del pino "enhebrado", ahora asistimos a lo que parece "la cabra encima de la botella", vemos como un pino de varios cientos de kilos da la sensación de estar apoyado delicadamente sobre dos "palitos".

Equilibrio cósmico.
      El final del primer triunvirato formado por Marco Licinio Craso, Pompeyo Magno y Cayo Julio César sobrevino con la muerte de este último a manos de los conspiradores en los idus de marzo. En el caso de nuestro "triumpinato" no sabemos el nombre de los conspiradores, la conclusión es que no fue en los idus de marzo sería en los de mayo o muy cerca, se ven las heridas bastante recientes.

Separación dramática..
     Nos vamos del parque temático que nos deja mal sabor de boca por los daños sufridos por la naturaleza y pensando en el día que tengan que sacarlos de su actual emplazamiento, seguro que la valla sufrirá daños colaterales, a diez o quince metros nos encontramos otra víctima, aunque esta sigue en pie.

Pino de plata.
     Demasiadas fatalidades, pero la naturaleza es cíclica y ahora nos enseña como en el corazón de un difunto se genera vida de nuevo, lo que no sabemos a ciencia cierta ¿es la última de la primavera o la primera del otoño?

Milagros de la naturaleza.
     Seguimos y llegamos al arroyo de Peñalara que cruzamos por un sencillo puente hecho como no podía ser de otra manera de tablones de pino, una vez al otro lado vemos lo que queda de un antiguo puente con su mojón. Más arriba nos asomamos a un tremendo acopio de piedras que nos aventuramos a decir que podrían ser producto del empuje de un antiguo glaciar, solo es una suposición. Cuando nos hemos acercado a las piedras descubrimos una construcción río arriba a la cual nos acercamos, nos encontramos una compleja obra para la distribución de las aguas. Valsaín no falla, es una sorpresa continua, viendo la obra en la que estamos nos viene a la cabeza la cacera  que bastante más arriba vimos hace tiempo que cogía agua del Peñalara para llevarla al Estanque de las Ranas situado en la parte alta del palacio de La Granja y que surte a las fuentes que iremos a ver esta tarde. Por debajo de donde estamos está la cacera que surtía de agua el primer aserradero situado en el paraje conocido como la Máquina Vieja clausurado cuando se inauguró en 1884 el nuevo aserradero al que creemos que va la cacera que sale del lugar en el que nos encontramos.


Distribuidor.

Comienzo de la cacera.
     Seguimos el camino por cierto cómodo y bonito, pero ya sabemos que las cuestas llegan  y es lo que nos toca ahora, es leve. Pronto llegamos a una meseta en la que se hace el camino más tranquilo y donde nos volvemos para echar un vistazo. Por entre los pinos vemos muy cerca el Cerro del Moño de la Tía Andrea, nombre que nos encanta, también se deja ver La Atalaya tan bonita como siempre. Antes de arrancar nos fijamos de nuevo en un tocón o tocona que hace las veces de semillero cosa que hemos visto repetidamente a lo largo de la etapa.  


Incubadora..
     Vamos disfrutando del camino y desembarcamos en una pista a lado de la cual vemos otra obra de arte.


Imaginación al servicio del arte.
     Aquí tomamos la pista al mismo tiempo que hoy en vez de hacer el recodo del fraile haremos el recodo del monje, luego sabremos el porqué. De momento nos tiramos a tumba abierta y llegamos al Puente de los Quebrados sobre el arroyo de Navalasviudas y a continuación pasamos sobre el arroyo con el bonito nombre del Tío Levita. Bajamos a toda velocidad ya sabemos todos el porqué, dejamos dos caminos que se van por la derecha, dirección a la Fuente Fría, un poco más abajo no vemos el camino por el que presuntamente deberíamos haber aparecido nosotros ¡se nos ha perdido! Cruzamos otro arroyo, este se llama de los Regajos Fríos y en un periquete nos presentamos en la Fuente de Abastos, conocida nuestra, muy coqueta, hoy se ha puesto de tocado un precioso ramito de helechos que la sienta estupendamente, bebemos de ella, agua fresca y riquísima. Muy cerca vemos "nuestro merendero de hoy" y no lo vamos a desaprovechar, al "abocataje" acción de ABOrdar el BOCATA de poTAJE, que con un poquito de "lo otro" y el rumor del Peñalara que le tenemos de nuevo a nuestro lado nos quedamos como nuevos, además hoy con espectáculo. Una pequeña araña parece que esté transmitiendo el programa de ¡Quién vive ahí!, sale a la puerta  y nos dice que entremos pero solo nos podemos asomar a la puerta, lo que no conseguimos es que nos diga qué especie es de las de más de 46500 diferentes que hay.



La casa de "Octo pedes".
     Vamos por las Cabrerizas recreándonos y otra vez nos surge la duda, ¿primavera o verano?,  no sabemos si atender a los "diminutos" o a los "gigantes" que para todos los gustos tenemos, el descubrimiento de las setas anteriores y de ésta nos pone sobre aviso de que cada vez está más cerca el otoño.


"Peto di lupo"

Pino Valsaín "erectus".
     Antes de llegar al vivero nos salimos por la izquierda, vemos que los gabarreros modernos tienen un acopio de varios camiones de leña al lado del pino en uve, cerca está aparcado el D37E de KOMAT'SU, herramienta de los nuevos gabarreros.


Pino divino.

Tecnología japonesa al servicio segoviano.
     Estamos en la explanada de La Cueva del Monje que le ha dado su nombre al recodo del día de hoy, relegando así a un segundo plano al sempiterno fraile. Una vez aquí descubrimos que no queda ni un solo fruto en los cerezos, es tarde, hace tiempo que han hecho la cosecha los pájaros. Nos vamos a dar una vuelta para ver el "bolo" y de postre disfrutaremos de la cueva, su sombra y su entorno.


"Bolo di monje"

Cueva del Monje.

Peñalara desde el interior de la cueva.
     ¡Nos vamos! Antes de salir de la llanura de la cueva vemos un pino que creemos  "momificado", pero cuando nos acercamos nos damos cuenta de dónde y en qué circunstancias ha vivido además de nuestro error de creerle muerto, ahora está más vivo que nunca como tal y al mismo tiempo se ha convertido en una mega comunidad de insectos que se benefician de él, lo mismo que los picapinos que poco a poco y sin pausa le están dejando como un "queso de Gruyere" lleno de agujeros que curiosamente también tienen su cometido.
La última metamorfosis.


Complejo de apartamentos.
      Volvemos a la pista, antes de llegar a Juego de Bolos tomamos un camino a la izquierda y comenzamos a bajar y ya mismo nos encontramos una fuente muy pobre de caudal pero con un rico cartel.

La fuente.

Con su cartel.
     Seguimos bajando por el cómodo y bonito sendero, nos encontramos con una grata sorpresa que nos acompañará un buen trecho, una preciosa cacera, esto nos da una idea y la metemos en la carpeta de pendiente para hacerla en un futuro.

Cacera del aserradero.
     Es interesante ver que la cacera tiene unos añitos, se nota claramente cuando se aprecia como el agua ha horadado los cepellones de algunas raíces de los pinos que parecen estar en el aire y le dan la apariencia de poca estabilidad, aunque la cacera está en perfecto estado gracias a los encargados de su limpieza que lo hacen periódicamente.

Agua clara y transparente.
     En un claro nos visita la presencia de la recientemente ascendida Camorca y a su espalda un viejo amigo de forma tan reconocible.

Montón de Trigo
     También vemos La Pinareja y "Montón de Osos" antes de entrar de nuevo al robledal  que abandonáramos ésta mañana con sus tramos enlosados con granito en la zona del Charcón de Navalonguilla.


Imposible extraer piedra.
     En este punto retomamos el camino por el que hemos subido ahora en sentido contrario y vemos un palo de señalización de la ruta roja que no sabemos bien por donde va, pero, hay un detalle llamativo, vemos que han adosado a los palos un código QR (Del inglés Quick Response code, "código de respuesta rápida"), menudo descubrimiento, en este caso en concreto lo que nos descubren son datos sobre el entorno, una iniciativa estupenda, esperemos que la respeten los depredadores.

"Palo inteligente".
     Después de recibir unas clases de botánica seguimos bajando y pronto llegamos al coche, metemos los cachivaches en el coche y nos vamos a La Granja a ver las fuentes.

     La sorpresa a nuestra llegada a La Granja es morrocotuda, parece el Bernabéu en una noche de final ¡increíble! Desde que entramos en el pueblo los posibles lugares para aparcar están saturados ¡insólito! Los coches vamos en caravana, los peatones también, hueco para el coche por el centro del pueblo imposible de todo punto. Llegamos al centro y tomamos la carretera de Segovia, los coches aparcados siguen, llegan hasta el embalse y calles adyacentes, en vista de la aglomeración decidimos no parar hoy, ya veremos las fuentes en otra ocasión.

     Posteriormente leeríamos en El Norte de Castilla que ese día las fuentes tuvieron una afluencia de más de 15.000 personas, mucho personal.

     Por nuestra parte le echamos un tranquilo vistazo veraniego a la Mujer Muerta que no son las fuentes pero tampoco están mal.


"Hierbas de oro".





                             


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