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sábado, 24 de febrero de 2018

18-02-18 El Potril II



18-02-18


     Sacamos de la carpeta de pendiente la etapa de hoy. Desde que fuimos a primeros de junio del dieciséis y descubrimos el Potril, nos cautivó la preciosa charca desecada que preside su cima, nos quedamos prendados de ella. En este caso estaba roja toda ella, nos llegó al corazón, por ello estamos deseando verla de nuevo con las Navas de San Antonio a su espalda, esta vez deseamos que tenga agua y con la cantidad de nieve que ha caído estamos seguros que la tendrá y a verla nos vamos.

     Rebasamos el arroyo de la Chorlera afluente del de la Tejera y  en el km. 10.500 de la SG-500 nos metemos en el primer desvío a la derecha, donde aparcamos cerca del chozo y de la puerta de entrada a la cerca.

     No es pequeño el disgusto que nos llevamos cuando descubrimos que el "tramoyista del tiempo" nos ha bajado una espesa torunda de algodón de un gris también espeso y la ha colocado a forma de "txapela" gigante tapándonos la cima del Potril, una puñeta, "pacencia".

     Un poco incomodados por la niebla nos pertrechamos y arrancamos, entramos por la susodicha puerta y nos vamos con dirección a los corrales que hoy están ocupados por media docena de potros, poco agraciados por cierto, los dejamos a la derecha y continuamos, "Con la puerta con candado hemos dado, amigo Sancho". Como no podemos ir por la cerca, optamos por salirnos para ir paralelos a la carretera SG-500 ¡Una pena! Pronto nos damos cuenta de lo molesta y ruidosa que es la carretera, para cruzar las correntías que vienen de Cañadas Hondas tenemos que subirnos a la carretera, de otra forma es imposible. Dejamos a nuestra espalda el campo de golf y nos encontramos otra puerta, también tiene candado, seguimos con los ruidos de los vehículos que por cierto llevan buena velocidad o por lo menos eso nos parece, de lo que sí nos damos cuenta es de lo cochinos que son los viajeros que circulan por la SG-500 que tiran las latas, bolsas, botellas de cristal, etc. a cientos, la mayoría se les ve poco oxidadas, también se ven algunas "kakas" más viejas, las pocas que quedaron de la última limpieza del MOPU ¡Ya toca  otra vez!

     Nos encontramos otro par de puertas también con candado motivo por el cual decidimos llegarnos al km. 13 y una vez le pasamos, nos vamos a la  derecha. Cruzamos una canadiense y andamos un trecho por la vereda de los Serrano, donde nos encontramos al que llamamos el "Solitario" un precioso roble que nos tiene completamente enamorados. Siempre que pasamos por aquí, que no son pocas veces, tenemos que hablar con él, nos une ya una amistad de muchos años, mentalmente hacemos un comparativo y nos salen dos imágenes tan diferentes pero igual de bonitas las dos. 


29-10-17 otoño.
18-02-18 invierno.

     Seguimos sin ver la cima, el testarudo "tramoyista gris" sigue en sus trece, llegamos a la Cañada Soriana, desde aquí vemos los monumentales berrocales de Peña Cuervo que tanto nos hicieron disfrutar en su día.


El "pezón" de Peña Cuervo.

     Nos vamos "pa" Soria, pronto cambiamos de idea, exactamente a la altura del Mojón de Valportillo, en honor al mojón y a la cerca, aprovechamos un portillo que vemos, por supuesto una vez le cruzamos le reparamos y se queda la valla como nueva.

La bella Cerca con el nacimiento del arroyo Tejera.


Mojón de Valportillo con el Potril en su dorso.

     ¡Agua al duelo que el muerto cabecea! Todo el suelo está cubierto de una membrana que escurre hacia el cauce del arroyo, da verdadero placer ver ese espectáculo acuático. 

     Seguimos nuestro camino y vemos en la valla un artístico paso para los jabalíes, una verdadera obra hecha por un artista, nos encanta, la colocación de las piedras del "dintel" es etérea, una preciosidad.
"Puerta di porco"

      Ahora vamos entre robles disfrutando de su belleza y al fondo una comunidad de aves muy bulliciosos parece que festejen algo, tienen formado un escándalo que llama la atención. Durante todo el camino vemos infinidad de "micro-veredas" que han hecho todo tipo de micromamíferos, suponemos que huyendo de las riadas, tanto agua ha inundado sus pequeñas catacumbas, han entrado en pánico y han huido por y como han podido, lo que no cabe duda es de su laboriosidad, en proporción y dado su tamaño, parece que ha hecho la obra Dragados y Construcciones.

"Laberinto di topo"

     Vamos ganando altura y el número de encinas aumenta también, a éstas las vemos con muchas heridas abiertas por culpa de dos factores primordialmente, lo frondosas que están y el excesivo peso que han soportado en las recientes nevadas, los robles cómo están completamente desnudos y presumiblemente más flexibles no están tan dañados.


Encina dañada.

     Hemos girado 45º grados para ver los daños sufridos por este ejemplar de encina y cuando a este giro le sumamos otros 45º se nos pasan todos los males, la visión es sublime, vemos la inmensidad del Campo Azálvaro, la belleza de la cerca, unos bonitos cerros jaspeados de blanco y un berrocal realmente llamativo por su estructura y forma.


Peña Cuervo y Canto Gordo.


El más allá.

Ese pequeño roble aún con hojas, tiene un color precioso y la Cerca cautivadora.

Sombrero de boletus en un perfecto equilibrio cósmico. 
     Esta pausa en el camino ha sido fascinante, con esta maravilla que tenemos a nuestros pies. Media vuelta ¡Arrr! ¡Y a seguir subiendo! En los neveros que todavía perduran vemos muchísimas huellas, de jabalíes, de zorro, otras indefinidas y muchas de ellas de corzo, también vemos los diferentes tipos de deposiciones, estas concretamente de corzo macho.

Somos los conguitos....

     Nos falta poco, vemos el ¡Palo! y lo mejor nos acabamos de dar cuenta de que el "tramoyista del tiempo" ha tenido a bien mover los mecanismos necesarios para cambiar los efecto especiales, estamos en la  cima, el nivel de la niebla ha subido sustancialmente y nos permite la casi íntegra visión de los 360º. A falta de las cotas más altas del término que siguen ocultas, por suerte nos ha dejado una cumbre despejada, que nos viene de perillas para la misión que traíamos nosotros  que no era otra cosa que ver de nuevo la atractiva charca que viéramos hace año y medio, seca por aquellos entonces. Por fin llegamos, la visión no nos ha decepcionado, la suerte nos acompaña, no hay una sola, son multitud, las charquitas que hay, si una es bonita, la otra lo es más. La que nos atañe que es por la que veníamos, está preciosa, al levantarse la niebla también vemos al fondo las Navas de San Antonio. La pléyade de pocitas que hay en la cumbre la engalanan, dándonos la sensación de estar en las "lagunitas del Potril".

05-06-16 verano.


18-02-18 invierno.

   Después de cotejar la antigua visión de la charca en verano con la misma en invierno,  nos ha dado la razón, nuestros deseos de volver a verla con un "traje" antagónico nos ha proporcionado unos momentos deliciosos. Con que poco se nos inundan el alma, el corazón, y el cerebro de felicidad, hasta el punto de hacer que el hipotálamo nos produzca demasiada oxitocina...

Pocita 1.

Pocita 2.

Pocita 3.
     El conjunto de charcas le dan a este entorno un encanto especial, a esto le tenemos que sumar el "vértice geodésico" del Potril y la prodigiosa panorámica que se ve desde esta atalaya. Al noroeste vemos el Caloco truncado, con sus "Caloquitos", al oeste el Espinar y a su espalda "La Tachuela y Cabeza Reina, también se ve muy bonita Cabeza Renales con su turbante. 

En primer plano el "palo geodésico".

Ahí abajo vemos la Dehesa Chica.

De nuevo el "Palo Geodésico" y a su espalda semioculta Cabeza Renales.

     Buscaremos un sitio al resguardo para librarnos del frío viento con el fin de poder comernos el bocata de chori con tranquilidad. Encontramos un refugio estupendo, estamos mejor que en el comedor de casa, no nos da el aire y durante el tentempié tenemos frente a nosotros unas vistas espectaculares. Al mismo tiempo alimentamos cuerpo y alma, con esta unión el encéfalo comienza a segregar endorfina en cantidades industriales lo que nos hace entrar en un estado catatónico durante unos segundos, tiempo inmensamente beneficioso que nos hace una "desinfección mental" y nos levantarnos como nuevos, ahora como diría X "a por otra carga leña". Con los ánimos renovados nos vamos, cruzando las salpicaduras de nieve que aún aguantan, vemos infinidad de huellas de la fauna que ha tenido que pasar unos días angustiosos con la cantidad de nieve acumulada, pero hay una cosa clara, el agua que se ha desprendido de la nieve una vez desecha tiene todo el suelo con una "membrana" de agua que va a parar a los cauces que corren por doquier con todas las trayectorias posibles. A todo  este agua le tenemos que añadir que todos los acuíferos a día de hoy estarán a rebosar, sospechamos que estas nieves nos van a traer una primavera de las que nos gustan, de las de antiguamente cuando íbamos -con flores a María que madre nuestra es...., esos años en los que saqueábamos toda la flora con la idea de obsequiar a la virgen que nos miraría y pensaría estos humanos no tienen medida, con una florecilla cada uno vale, pues no "tres ramos", a esto había que sumarle las que nos comíamos, como por ejemplo las acederas, el pan y quesito, etc..., por eso ahora las flores están tan caras, menos mal que la próxima primavera nos va a regalar con una exuberante floración ¡Cuidémosla!  


     Después de este lapsus propiciado por estar disfrutando de la belleza del lugar y su entorno nos vamos porque se va haciendo tarde. Bajamos por una delicada pendiente en zigzag esquivando los neveros que aún quedan, vemos como a los animales no les importa la nieve, ellos llevan su rumbo, no sabemos bien con qué criterio, cosa que nos gustaría saber, motivo por el cual nos ponemos a seguir el rastro de un presunto macho de corzo que no se pone zapatos porque no los hay de su número. Luego de acompañar en su deambular a nuestro macho, sacamos una conclusión no tenemos ni idea en que se fundamentan para trazar su itinerario, la verdad que ha sido poco el tiempo y la distancia que le hemos seguido, lo que sí que nos queda claro es que comen, porque la máquina  de hacer conguitos les funciona a las mil maravillas. Nosotros recalculamos el rumbo  y le orientamos hacia el paraje del Canto de la Legua tratando de esquivar las lenguas de nieve y viendo los daños sufridos por las encinas que desde luego han sido muchos. Llegamos al camino que tomamos hacia el sur, bajamos, curva, contracurva y llegamos al puente sobre el arroyo de la Tejera.  

Aguas arriba.


Aguas abajo.
           El agua baja un poco turbio que suponemos será por dos motivos, uno podría ser el barrido que hace el agua por toda la superficie de la cerca depositando el abono animal en el cauce del arroyo y otro seguro que más culpable es la cascada escalonada que tiene aguas arriba, donde nos podemos encontrar un conjunto de pequeños saltos de agua que horadan la materia orgánica, el suelo y el subsuelo arrastrándonos aguas abajo.

     Dejamos el puente atrás y pronto llegamos a una puerta que casualmente nos encontramos cerrada con un candado, vaya que casualidad, con perdón tenemos que saltarla, cuarenta metros más y estamos en la puerta en la que comenzábamos la etapa, la cruzamos y llegamos al coche. "Acabouse".


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jueves, 22 de febrero de 2018

Variante





Pensando en voz alta


  Siempre que pensamos en la posible variante de San Rafael nos acordamos de las diferentes posiciones que hay ante ella y nos asaltan muchas dudas. De una manera gráfica, lo podríamos representar por un triángulo rectángulo isósceles en uno de los  catetos se encuentran los negocios, que posiblemente puedan sufrir una merma en sus beneficios. Aunque no soy un genio de las finanzas, no me cabe la menor duda que sin dar nombres, no hay que devanarse mucho los sesos para darse cuenta que para algunos será más dañino que para otros. En un segundo cateto, tenemos otro conjunto de posibles damnificados, que podrían ser los trabajadores de la antigua Iberpistas y sus familiares, que piensan que podrían verse desposeídos de sus respectivos trabajos. Podríamos decir que la hipotenusa está compuesta por un conjunto de subconjuntos. Por un lado el subconjunto de comerciantes, trabajadores de los mismos y sus respectivas familias, a este le tenemos que añadir el subconjunto de trabajadores de la antigua Iberpistas, también con sus familias pertinentes y tenemos que añadir un tercer subconjunto que está formado por todos los demás habitantes del pueblo, autóctonos y foráneos. Con todo esto tenemos que hacer una sencilla reflexión ¿Qué es más importante el beneficio individual o colectivo?    

     Por lo vivido personalmente, recuerdo como hace medio siglo hacíamos el reparto con el carro y el caballo tan tranquilos, hasta el punto que como Martín (el caballo), que era listísimo, se conocía todos los bares y ultramarinos, hacía todo el recorrido solo. En el momento que le decías que habíamos terminado en un punto, se iba al siguiente y hacíamos todo el recorrido entero tan tranquilos y qué duda cabe que también pasaban coches y camiones, pero por supuesto muchísimos menos y con menos prisas, más calmados. Entonces sí que paraban, incluso tenían tiempo para charlar tranquilamente.

     Por todo esto y muchas cosas que se quedan en el tintero, y que todos tenemos en la cabeza, pienso que antes de la manifestación del sábado, nos tomemos el viernes como día de reflexión y pensemos en ello.


     Y el sábado 24-02-18 a las 11,45 h. abrigaros para no pasar frío y nos vemos frente a la antigua telefónica.








miércoles, 21 de febrero de 2018

13-02-18 Carnaval de nieves II




CAPÍTULO II


13-02-18

Donald y Daisy

     Aparcamos donde lo dejamos el domingo con alguna pequeña diferencia, porque hoy lo que  haremos será la prueba del nueve, pero con las raquetas de nieve, de aquí nuestro disfraz para el día de hoy de la familia anatidae, probaremos nuestras habilidades con las "patas palmeadas".

     Hoy vamos al 100 X 100 con las raquetas de nieve por primera vez, nos las colocamos y el pato Donald comienza su coreografía, el primer paso, ni uno más, el primero y el viejo Donald cae de bruces, afortunadamente está la nieve para amortiguar la caída, entre las risas y las raquetas se hace costoso el levantarse pero cuando se le pasa la risa a Daisy le ayuda a levantarse a Donald. Este primer paso en falso nos da el toque de atención para que nos entre en la cabeza la nueva anchura de nuestros pies.

     Arrancamos torpemente y nos vamos en dirección al muro sur del campo de fútbol que acompañaremos hasta dejarle atrás, también se queda a nuestra espalda la explanada donde antiguamente estuvo situado el kiosco de Topete, un lugar entrañable para los días de fútbol, con su terraza que hoy en día sería un reducto de paz para tomarse un café, ¿será nostalgia?

     Continuamos y lo que vemos nos desgarra el corazón.


"Rotura fibrilar".
                                                                         
"Insecto gigante".

    ¡
Godzilla  ha pasado por aquí! Vemos a un precioso ejemplar de pinus sylvestris sano tronchado de una manera brutal, a cien metros vemos a otro ejemplar a éste solo le ha empujado.

Víctima apuntalada y al fondo Cabeza Reina.
     Por lo que vemos suponemos que estos daños son fruto de la nevada de Reyes, porque estos ejemplares ya les han amputado todos sus "apéndices" y se los han llevado. No hay mal que por bien no venga, siempre hay que manifestar optimismo y sacar lo positivo de los contratiempos, muchas familias se van a calentar con esa leña producto del exceso de nieve.


     Llegamos a la explanada del "Venerable" donde vemos con alegría que el agua de la Fuente del Avellano corre alegremente, cosa que no hacia la última vez que la vimos. Se la ve bonita.


¿El Ingeniero?

     Nos vamos a la forestal, nos desviamos hacia la salida de la cerca de las Monjas, cruzamos la puerta del cercado y poco después llegamos a la senda que continuándola nos llevaría a Peña el Águila. Hoy sólo la atravesamos, subimos la rampa que está tapada por la nieve como todo el pinar. Donald y Daisy siguen con su entrenamiento con las raquetas y llegan a la segunda fuente del día, la de los Gabarreros.


¿Fuente del Carnero?
     Hoy nos acompaña Morrosko que no para de comer granizado y de disfrutar sobre la nieve. Aquí hacemos una parada para comernos unos emparedados de pies para más señas. Lo incómodo del piscolabis hace que nos demos prisa en irnos, dentro del poco espacio que hay, Donald y Daisy dan la vuelta dificultosamente y se ponen en marcha de nuevo. Subimos al camino que va desde la forestal a la altura de las fuentes a enlazar con el GR-88, nosotros nos vamos a la derecha dirección a las fuentes a las que llegamos rápidamente.



Virgen de las Nieves.

La Hiedra.
     Continuamos y bajamos dejando a la derecha la yeguada, la confianza mató al gato y llevan de nuevo a Donald al suelo, no hay daños físicos, la nieve amortigua la caída y de nuevo vuelven las risas, cuando se calman se levanta y continuamos. Llegamos a una nueva fuente.



No nos acordamos de su nombre.
      Hoy ha sido un día de nieve pero también como hemos visto, de muchas y diferentes aguas, se lo dedicamos al "Señor de las Aguas", además nos vamos a mojar y diremos que hecha la cata, el agua más rica de esta colección de fuentes es... ¡Los Gabarreros! Está riquísima, auténtica pata negra. S
eguimos "raqueteando" y pronto llegamos a la última del día de hoy y en la que casualmente acabamos el capítulo anterior,


La Teja.

     De aquí al coche y en este punto terminamos la etapa de hoy, primer contacto del Comando Peñota con las raquetas de nieve, una experiencia divertida tropezones aparte, creemos que son indispensable para los "mountain man" que han subido por ejemplo a Cueva Valiente en plena "crecida" de las dos grandes nevadas que hemos tenido en estos últimos tiempos y que nosotros no hemos visto, pero hablando con varios de los que sí han subido, nos comentan que había más de un metro.

     Muy cansados por el uso de las raquetas, hasta el punto que nos ha producido el famoso codo de tenista, ahora al traumatólogo.


Nuestro disfraz para carnaval.
     Con la metamorfosis del día de hoy nos ha costado mucho andar como los patos. Sí, pero y lo que nos hemos reído.., eso no se paga con dinero de curso legal.

                                                                           Firmado:

                                                                 Donald     y     Daisy







      






   


   
     
 

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sábado, 17 de febrero de 2018

11-02-18 Carnaval de nieves I



CAPÍTULO I

11-02-18

Carnaval de nieves


     Nos vamos por la N-6, a la derecha por la calle Carlos Mendoza, dejamos el cole de los pequeños y el campo de fútbol a la izquierda y llegamos a la explanada en la que se planta la plaza de toros en las fiestas, la misma en la que se instaló el último circo al que fuimos nosotros hace años, espectacular, el más bonito nunca visto y nos da que será irrepetible, hoy la planicie está tomada por una legión de equipos creadores de obras de arte con la nieve, compuesto de padres e hijos creando un ejército de muñecos parecido a las  más de ocho mil figuras de guerreros encontrados en las excavaciones del Mausoleo de Qin Shi Huang estos de terracota y aquellos de nieve, también vemos que al mismo tiempo se están disputando las pruebas de bobsleigh y skeleton de San Rafael coincidiendo en el tiempo con los juegos olímpicos de invierno de Pyeongchang, visto lo cual dejamos para más tarde coger agua.

     Nos vamos y aparcamos en la calle Pinar esquina al Camino de los Pastores, aquí nos pertrechamos, petates, polainas, guantes y demás zarandajas, acto seguido nos ponemos en marcha, subimos por la calle Pinar hasta que llegamos al idem, aquí cruzamos el puente sobre el Gargantilla y subimos hacia el sur  y a continuación al oeste. Cruzamos la puerta y llegamos a la valla norte del prado Pinar que acompañaremos hasta la esquina desde la que continuaremos dirección a los Prados de Majadas Puercas. Nos asomamos a la puerta y no se ve la valla de enfrente, no se ve ni a tres personas montadas en un burro y no es que estemos ciegos como los topos, la conclusión que sacamos es que la culpable es la niebla que está muy cerrada. Izquierda ¡Arr! Nos vamos y nos encontramos de frente con el camino que sube desde el Preventorio hasta la Forestal, se ve claramente por dónde transcurre por las rodadas de los 4 X 4, le tomamos a la izquierda, pasamos sobre un presunto arroyo que no tiene esa categoría porque no está representado en los mapas aunque hoy corría el agua, sobre todo teniendo en cuenta que el deshielo tiene encharcado todo el suelo. Una vez pasado éste nos vamos a la izquierda dirección a la mata Nava del Rey y nos asomamos al pilón a la derecha del camino que cosa curiosa está seco.

Pilón.
     Nos damos media vuelta y volvemos al camino donde nos encontramos que baja una centena de personas, por un momento nos parece estar en la Gran Vía de Madrid. Charlamos con ellos, han venido a disfrutar de la nieve, cuando nos despedimos nos damos cuenta de que todos ellos van perfectamente equipados.


     Se nos viene a la cabeza la expresión "ponerse las botas", acudimos a "el porqué de los DICHOS" y de ella dice: Enriquecerse o lograr extraordinaria conveniencia, por lo cual queda claro que esta frase viene aquí muy a cuento, teniendo en cuenta que este invierno ha sido tan nevado y bonito en toda España la empresa "Diez pruebas" ha aprovechado la coyuntura y seguro que ha vendido incontables trineos, palos, guantes, polainas, raquetas y por supuestísimo botas, todo ello a pares, por eso la conclusión es que este invierno se han puesto las botas y las polainas y las raquetas, etc., etc.

     Una vez hecha esta salvedad continuamos subiendo por el camino que abandonamos para dirigirnos al desagüe del rebosadero del depósito de agua del Espinar y bajar a ver el puente sobre el Goyato.

Puente "Segoviano".

      Comprobamos que hoy no podemos sentarnos en la nieve, está blanda hoy, a lo que hay que sumarle (música) "con las bombas que tiran los pinarrones..."  El deshielo hace que no paren de caer bombas de todos los tamaño posibles de las copas de los pinos, algunas que hasta duelen, por este motivo tenemos que buscar un claro para comernos el bocata de "pavi-pato" De pies, así nos baja mejor. Mientras comemos tenemos enfrente un proyecto que tenemos en mente.


La belleza de la simbiosis.

     Nos vamos de vuelta, rodeamos el Prado Cositas en busca del "camino del Pinche", un sendero que hoy con la nieve será difícil de encontrar y seguir, creemos que vamos por él, llegamos a una zona limpia de pinos y con estepas que tiene un metro de nieve y nos cuesta pasarla bastante. Ya de nuevo bajo los pinos tenemos que cantar de nuevo aquello de "con las bombas que tiran los pinarrones nos comemos nosotros los chicharrones...," se acabó la canción, silencio, dos corzas nos miran sorprendidas con nuestra visión, se preguntarán qué pintamos aquí, que bonitas, malas fechas para ellas, pero son duras y saben buscarse la vida. Ya llegamos a la esquina que forman las tapias sur y oeste del prado Pinar, bajamos paralelos por esta última hasta la esquina que dejamos atrás anteriormente.

Al fondo el Peñón.

     Desde este punto volvemos sobre nuestras huellas hasta la puerta de un prado con algo historia para mí, me viene a la cabeza el día que asistimos un parto en el corral de la cuadra.

Pino bonito


Sala de partos.

     Dejamos atrás primeramente el Prado Pinar, posteriormente el pinar y finalmente la calle Pinar.

     Nos vamos a ver si ha bajado la afluencia de amantes de la nieve que comentábamos al principio que había en el entorno de la explanada de la plaza de toros. Efectivamente, solo quedan los ocupantes de dos coches que están despojando de los trajes de nieve a los niños y el ejército de muñecos de nieve. Nosotros cogemos cuatro garrafas y nos vamos a coger agua.

Fuente de la Teja.
     Una vez llenas las vasijas "pesan más" y nos vamos, llenos de agua, incluidos los pies, "estropeáronse les botes" que dirían los asturianos, una pena, les pediremos a los Reyes Magos unas botas nuevas, "con las bombas que tiran...."
    




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sábado, 3 de febrero de 2018

21-1-18 El Sindicato Machotal






     El hombre propone y el clima dispone... La densa niebla que teníamos en el término nos hace alterar los planes, nos viene a la cabeza una etapa que nos indicó nuestro coach hace tiempo y allí nos dirigimos.

    La intención es subir a la silla de Felipe II, pero cuando dejamos atrás la M-505 por el camino que lleva primero a la ermita de la Virgen de Gracia y después a la Silla del Rey Felipe II nos encontramos lo que parece el aparcamiento de un partido R. Madrid - Barcelona. Está la zona abarrotada, tenemos que estudiar de nuevo que hacer ¡Decidido! nos vamos a las Machotas, otra etapa que teníamos en la carpeta de pendiente. Subimos hasta el aparcamiento que hay a la puerta de la silla, en el paraje de Canto Gordo y desde allí por fin comenzamos. Dejamos la Casa del Sordo a la izquierda y nos vamos hacia la Cueva del Oso, pero antes de llegar a ella nos desviamos a la izquierda buscando el GR-10 que pronto tomamos y nos vamos por la izquierda hasta una puerta con la marca blanquirroja del GR donde cometemos el error de cruzarla y continuar por un estupendo camino que nos lleva a sobrepasar la Casa de los Ermitaños de Arriba, negativo de la Casa de los Ermitaños de Abajo y separadas algo más de un km. (llamadas así por vivir en estos parajes en tiempos de Felipe II unos ermitaños que hacían las veces de guardas de estos bosques). Una vez que hemos dejado atrás la casa vemos un precioso cedro, estábamos contemplándole cuando llega a nuestra altura un caminante al que preguntamos y nos saca del error. Dicharachero donde los haya nos pone al corriente de muchas curiosidades, además de corregirnos el rumbo ya que nos indica que vamos por el camino equivocado, nos dice que el árbol que miramos es un Cedro del Himalaya, sagrado para los nepalís, tenemos que desandar un trecho del camino en la dirección que él lleva, lo que aprovecha y de paso nos va a enseñar otro árbol sagrado, éste para los judíos, un bonito ejemplar de cedro del Líbano con una edad venerable, nos comenta que  ha visto a judíos ortodoxos rodeándole y rezando.
Cedrus Libani.


     A estas alturas ya sabemos el nombre de nuestro cicerone que no es otro que Manolo, de Aravaca y jubilado para más señas, aunque corre como un corzo. Nos dice que ha venido en tren hasta Zarzalejo y desde allí se va andando hasta el Escorial donde de nuevo tomará el tren y a su casa, como le hemos comentado nuestra intención de subir a las machotas, el continua con la  "master class" y nos dice que las machotas eran montañas sagradas para las tribus de los carpetanos que habitaban por estos lares antes de la llegada de los romanos, estamos de nuevo en la puerta pintada de blanco y rojo que nos llevó a error, Manolo se va a El Escorial y desde allí con su "tarjeta oro" de renfe se irá de vuelta a Aravaca, al mismo tiempo que nos despedimos nos indica por donde continua el GR-10, encantados y hasta la próxima.

     Dejamos atrás a Manolo y un nuevo guía nos coge al vuelo, nos indica que lleva nuestro mismo camino, arrancamos y rápidamente nos damos cuenta que el perro que le acompaña es un precioso pastor alemán, pero él es un galgo o por lo menos corre como si lo fuese. Ya pidiendo el oxígeno le decimos que continúe solo el camino ¡No podemos seguirle! Nos dice que puede ir más tranquilo, pues encantados, es un conversador ameno y fluido, subimos y subimos, pero casi más parece que estamos en una tertulia con una única contrariedad, la oposición que encontramos de un sol cegador, toda la ascensión le tenemos enfrente, aunque el calorcito que desprende se agradece porque hoy hace un airecito muy fresco. Llegamos a la Pradera de los Cerros la charla continúa, un poco más y llegamos al Collado de Entrecabezas que bien se podría llamar "Collado de Entremachotas" por hallarse equidistante entre La Machota Baja y La Machota Alta, es un paraje precioso. Aquí tomamos aire y nos damos cuenta de que incluso estando en baja forma, con demasiados torreznos y muchos polvorones encima, seguramente haya sido el ascenso más vertiginoso hecho por el Comando Peñota, ya con los pulmones llenos de oxígeno nos apena despedirnos de nuestro timonel, nos indica el itinerario que tenemos que seguir y adiós. Qué envidia, como corre... Bueno nosotros a lo nuestro, dejamos atrás el collado y continuamos ahora entre un sembrado de bloques esferoidales de granito, algunos de ellos demasiado juntos. Vemos el discurrir del bonito sendero que asciende hasta la cima que la tenemos enfrente ¡A por él! Hemos llegado a la cima ¡Bien! porque tenemos un hambre de mil demonios, no vemos el vértice geodésico ¡Horror! ¡No estamos en la Machota Baja!, gran chasco, la vemos, ahí está, a nuestro lado, pero es tarde, qué disgusto, nos quedamos sin ver a los carpetanos.

La Machota Chica desde "nuestro comedor".
     Hoy no entraremos en el Sindicato Machotal. Pensábamos subir las dos machotas y al final no subimos ni la Chica. Nos había avisado nuestro explorador antes de separarse de nosotros de la existencia de una bifurcación, está claro que hemos cogido el ramal equivocado.


     Es tarde, tendremos que meter de nuevo a la carpeta de pendiente la etapa de las Machotas, la próxima vez subiremos desde Zarzalejo, desde aquí vemos el bonito camino que sube paralelo a la depresión del arroyo de los Morales, si a esto le sumamos las explicaciones que nos ha dado nuestro compañero de ascensión, volveremos seguro.
    
     Las vistas son fabulosas y nos dan mil ideas para futuras etapas.

Pantano de Valmayor con Madrid al fondo.


Cantera de Valdecarros.

Zarzalejo, la Almenara y a lo lejos Gredos.

A nuestros pies el Collado de Entrecabezas y enfrente la Machota Alta.

Cerro de la Cabeza.

Abantos.

El Escorial.

Al fondo Alto de Guarramillas, la Maliciosa, etc...

Villalba y Sierra de Hoyo de Manzanares.
      
     Las vistas nos ayudan a pasar el disgusto de no hacer cima en la Machota Baja.

     ¡A por el menú! ¡Que hace hambre! Nos vamos a resguardar que hace un viento fresco de verdad, una vez puestos al abrigo, sacamos la logística y damos buena cuenta de ella.  

     ¡A bajar tocan! empezamos el descenso, afortunadamente ahora con el sol a nuestra espalda podemos ir viendo el entorno y disfrutar de él.

La encina de la cima.


El "grano di cafe".

Slalom.
     Bajamos por un laberinto de bolos graníticos en un zigzag infinito, curvas y contracurvas hasta que llegamos a un estrechamiento en el que nos quedamos atorados, casi tenemos que llamar a una grúa ¡Falsa alarma! Pudimos salir por nuestros propios medios y poco después llegamos al collado, un lugar mágico. Al noreste el Escorial y la meseta, al suroeste Zarzalejo nada más y nada menos con la ensortijada M-533 atravesándole.

El Escorial y Navacerrada desde el  Collado de Entrecabezas.
     

     Continuamos descendiendo y gozando de robles, fresnos y enormes y preciosos berrocales.

Macro-bolo.
      
El suelo tapizado de hojas de roble se embellece sobremanera bajo la penumbra de la Machota Alta, esta sombra que nos da un descanso a nuestros ojos nos hace disfrutar de lo que no hemos podido ver en toda la ascensión. Nos hemos entretenido mucho en el descenso pero estamos llegando a la famosa puerta blanquirroja ¡Caramba! Nos adelanta el pastor alemán de nuestro cicerone y detrás de él viene a carajo sacado, nuestro nuevo amigo  Jose Carlos R. de Pozuelo, que nada más darnos alcance se pone a hablar con nosotros continuando donde lo dejo y poniéndonos al corriente de su ascensión a la Machota Baja. Nosotros le comentamos nuestro fiasco, a la siguiente será, dice, le explicamos que hoy no entraremos a formar parte del sindicato machotal, él, como ha subido las dos machotas y varias veces es socio honorífico del mismo. Le preguntamos si ha visto algún carpetano en la Machota a lo que responde que no había nadie por las alturas. Llegamos al cruce del camino de la Cueva del Oso que tendremos que meter a la carpeta de pendiente, porque se nos está haciendo tarde, llegamos a los pies de la silla y es de noche, José Carlos se coloca el foco y continúa hasta el Escorial. Nos despedimos asegurando que nos vamos a ver, porque vamos a hacer muchas de las etapas que nos ha comentado a lo largo de la jornada ¡Adiós! Nosotros vamos a subir a la famosa silla que no la conocemos.
Desde la Silla del Rey, la silla de la reina.


Silla del Rey y detrás la Machota Baja.
     Y nos vamos, es una pena no poder disfrutar del entorno por culpa de la oscuridad,  a la derecha de la escalera de acceso a la silla hay un arce llamativo, no le hemos podido disfrutar y seguro que es un bonito ejemplar, la única consecuencia es que tendremos que volver. ¡Decido! Volveremos y ojala pasemos un día tan agradable como hoy y esperemos tener más suerte para poder acceder al Sindicato Machotal y si tenemos más suerte todavía, a lo mejor vemos los carpetanos que no hemos visto hoy.







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