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viernes, 26 de febrero de 2021

6ª Camino de San Frutos del Comando Peñota


13-02-21

"6ª mini-etapita"

Carrascal de la Cuesta-Caballar


        Ha pasado algo menos de dos meses desde la 5ª de San Frutos pero han cundido de lo lindo, terminamos el famoso "anno horribilis" tan contentos ¡error! Hemos entrado a un "anno calamitosas" con mucho más de lo mismo, a lo que hay que sumarle la "Mortadela y la Filomena" que nos enterraron en nieve hasta el punto que han declarado zona catastrófica a la ciudad de Madrid y no sabemos si los alrededores  (como dicen que donde sucede la catástrofe toca la lotería de navidad, este año tocará el gordo en Madrid) aunque preferiblemente  nos atendremos a el refrán que dice año nieves año de bienes… Esperemos que empiece por quitarnos de encima la pesadilla que estamos viviendo y para tratar de olvidar haremos la ¡6ª de San Frutos! Que por cierto estamos deseando, después del buen sabor de boca y del resto de los sentidos que nos dejó la 5ª, para ello nos vamos y antes de llegar  a la salida que está en la plaza mayor de Carrascal de la Cuesta pasamos por delante de la iglesia románica de la Cuesta de la que estamos profundamente enamorados.

Nuestro amor.


        Una vez en la línea de salida nos equipamos y arrancamos como justo terminábamos la anterior, cantando la famosa canción infantil...🎵Carrascal, Carrascal, que bonita serenata...🎵 nos hacemos un recodo por el pueblo y salimos por la calle Turégano, cruzamos el antiguo Camino de Turégano a Carrascal hoy carretera, nos han puesto un rústico pero eficiente puente sobre la cacera que riega Las Eras.

De diseño rustico.


        Hemos empezado a ver agua que va a ser una constante a lo largo de la etapa, vemos a nuestra derecha la loma de Peña Pioja (1106 m.) en el que se sitúa un hito.

Vértice geodésico nº V.G. 45766


        Llegamos al presunto Cerro Mangueña que curiosamente tiene sus "lagunillas" y rodeándolas se nos va la vista a nuestros "cerros" teñidos de blanco.

Lagunilla de Mangueña.



Está muy viva.


        Seguimos el camino sorteando charcos y no nos queda más remedio que tomar la carretera que cruzáramos anteriormente que llega hasta Turégano, afortunadamente solo tenemos que andarla 750 m.  Llegamos al sitio de Serranillos desde donde vemos los efectos que el agua hace en los campos, es la crema rejuvenecedora, los maquilla, los deja lozanos y los reverdece, a eso unimos el cielo que está "seminublado" lo que le da al día una luminosidad especial que engalana toda la meseta

Ancha es Segovia.


        Tomamos a la derecha el camino que viene de Torreiglesias y que siguiéndole nos va a llevar a nuestro destino, Caballar, afortunadamente nos olvidamos de los caminos encharcados para encontrarnos caminando por una "autopista" creada con la concentración parcelaria, se haya seca para formar parte de otro cuadro.

Al fondo a la izquierda.


No cortar.


      ¡Camino cómodo! Cruzamos el arroyo de Valseco, subimos cruzando la hondonada y ya vemos unas construcciones que nos imaginamos  pertenecerán a nuestro objetivo. Bajamos hasta encontrarnos una labor merecedora de la "medalla al mérito al trabajo", una tierra sembrada con varios detalles que nos llaman poderosamente la atención, un precioso árbol del que no sabríamos decir de qué tipo se trata, adosado a un ejemplar igual al anterior hay un pequeño refugio que se podría decir unipersonal hecho con maestría, pero lo más sorprendente aún, es ver las miles de piedras que está claro que se han recogido pacientemente durante muchas jornadas de trabajo para colocarlas perfectamente en un acopio y así dejar el sembrado como el jaspe ¡admirable! Cabe desearle magnifica cosecha y todo lo bueno.



Arte agrario.

Diseño agrícola.


        Aún pensando en la visión del esfuerzo que ha realizado el paisano en su tierra, llegamos al cruce de la fuente de la Santa a la que visitaremos a la vuelta, damos unos pasos y nos encontramos con las ruinas de la que fuera ermita de San Frutos, solo quedan las cuatro paredes que están perfectamente realizadas, solo tienen dos ventanucos y a la cubierta le quedan cuatro vigas pochas.


Bellas esquinas de mampostería.


        Ya se ve el enclave en el que está situado el pueblo, inusual, curioso y que le embellece considerablemente. El camino discurre por un humedal aprovechado antiguamente por abundantes huertas que desatendidas hoy en día son transformadas en choperas, tiene que dar gusto verlas en verano repletas de hojas verdes y grandes movidas por la brisa produciendo ese rumor genuino. Nos encontramos con el río del Horco con abundante agua que cruza el camino y que vadeamos por un puente de dos ojos.

Diseño rural.


        Cruzamos el puente y antes de entrar al pueblo vemos que está situado a media falda de un cerro al que se abraza, con las calles escalonadas y paralelas a la ladera nos permiten ver el pueblo casi íntegramente. Tiene forma de morcilla (en que estaremos pensando) con la iglesia románica situada en su parte más  alta, lo que le da un aire solemne, no debe ser un pueblo sencillo para vivir pero sin lugar a dudas es un pueblo hermoso, podríamos decir que es hasta ahora es uno de los más bonito del camino que llevamos hecho.


Entrada por el Camino de Torreiglesias.


        Subimos por la calle Ángel Rebollo y -como nos llama la atención subimos por este callejón- que nos deposita en la calle Solana.

El atajo.


        Gracias al acortamiento nos presentamos en un santiamén (muy a propósito) a las puertas de la iglesia dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, levantada en el siglo XIII (mal número) donde haremos parada y fonda, que lo merece. Comenzaremos por la ubicación, edificada en una explanación situada al oeste, a treinta metros por debajo de la cumbre de un cerro llamado El Castillo (nos apena no haberle subido porque suponemos que tendrá unas bonitas vistas) volvemos a la explanada para ver el pórtico sobrio sencillo y de una altura considerable, situado en la fachada norte (cosa no muy normal), está flanqueado por dos tremendos contrafuertes -hechos a lo segoviano- (muchas piedras tuvieron que traer para hacer semejante machón) a la derecha de la entrada podemos ver una placa de falange de mármol blanco con dos nombres de fallecidos en la guerra civil (no sabemos si habría alguno del otro bando.) Es curioso que hace más de ochenta años en un recóndito pueblo que imaginamos semi-incomunicado hacía solamente diez años que habían puesto la primera farola en el pueblo fuese suficiente para encontrar "carne" para echar a la olla de la guerra, ocho décadas después sigue afligiéndonos, "nunca mais" ¡jamás!

Escalera a la cúspide.


        Cambiemos de emociones, pasamos a la fachada oeste, sencilla, en la descubrimos un precioso ventanal que  suponemos pertenecería a la clásica galería porticada, si nos fijamos por encima del ventanal se aprecia el hastial posteriormente recrecido para darle su acabado actual.

Acristalada.


        Nos vamos a la fachada sur donde vemos que efectivamente la galería que suele estar siempre en esta cara ya no existe, la han cerrado dejando una puerta con arco de medio punto en el centro con otros dos tremendos contrafuertes flanqueándola y una torre de dos cuerpos en la que llama la atención un precioso campanario que curiosamente es casi idéntica a la torre de la iglesia de La Cuesta, esto  nos podría llevar a pensar que podría estar construida por el mismo maestro constructor, desde la plazoleta que acompaña a la fachada se ve preciosa.

Bello y estilizado campanario


        Tenemos que volver a la principal para cruzar una puerta que se encuentra a su izquierda y da paso a un pequeño y cuidado cementerio que es una pequeña franja entre la iglesia y un muro de contención donde solo entran dos filas de tumbas, también descubrimos el escondido ábside que extrañamente no habíamos visto, es sencillo y hermoso, la pena es que la capilaridad de la humedad le está haciendo mucho daño, casi hasta duele ver el deterioro de esta maravilla.

Heridas visibles.

Necesita una reforma ya.


        Aún nos queda mucho por disfrutar, para ello nos asomamos al balcón que hace la explanada, dada su estratégica situación, se convierte en un gran mirador desde el que vemos al sur la vaguada por la que baja el rio del Horco, al oeste a nuestros pies, el pueblo rodeado por la vega que forman el río y su afluente el arroyo de los Ventrones, el prado comunal y al fondo la ancha meseta segoviana, Al norte veremos el barrio de Pavia, si a todo esto le añadimos un día primaveral, una estupenda temperatura y la ausencia de viento nos da la sensación de estar muy cerca del paraíso. Un verdadero privilegio tener la suerte de disfrutar de este emplazamiento, de la climatología, de la belleza del pueblo y de este privilegiado marco.

Al oeste.

        
        Pesarosos abandonamos el grato lugar del que hemos disfrutado desde el precioso mirador e iniciamos el regreso, bajamos por la calle Iglesia y a la izquierda, la belleza está en el ambiente, se mastica, a todo esto hay que sumarle el que los astros se alinean, nunca mejor dicho porque en este caso es literal.


Los rayos confluyen.


        Seguimos disfrutando del paseo por el pueblo y antes de abandonarle nos encontramos con una obra de reciente ejecución hecha por unos verdaderos maestros de la mampostería, de esos que nos gustan tanto, si bien hecha esta la fachada con las esquinas perfectamente labradas y las elaboradas dovelas de los dinteles la han enriquecido aún más.

Esmeradas las dovelas.


       Dejamos el pueblo por donde entramos, "descruzamos" de nuevo el puente rustico y deshacemos el camino que transcurre bajo las choperas exfoliadas.

Camino bajo "populus"


        Y en un periquete nos presentamos en el cruce de la fuente que cogemos para acercarnos a ella.


Cartel artesano con pajaro incluido.

        En un quinto de periquete llegamos a la fuente de la Santa. Cuenta la leyenda que en este lugar en el siglo VIII fueron decapitados San Valentín y Santa Engracia hermanos de San Frutos (familia de santos) a manos de los musulmanes, para posteriormente arrojar sus cabezas al pilón de dicha fuente, a día de hoy aún se guardan en la capilla que tienen en su honor en la iglesia del pueblo los cráneos de los dos hermanos, la fuente en realidad es un manantial que está cubierto con un templete en el que hay una leyenda borrosa que parece poner que se hizo por donación popular en el año 1769, a unos metros hay una pequeña ermita dedicada a los mismos, también nos han preparado un murete de piedra con vistas al prado del Agua que nos viene como anillo al dedo para nuestro siguiente propósito, dar buena cuenta de un estupendo "cocido madrileño" y lo otro. Una vez que conseguimos calmar el apetito, aprovechamos que estamos rodeados de un pacifico y sosegado ambiente  que nos da una relajación rayana a la siesta.


Manantial de La Santa.

Ermita de Santa Engracia y San Valentín


        Nos desperezamos y nos despedimos de la fuente, de la ermita, del prado del agua, de la chopera y arrancamos. Dejamos el camino de La Herrada a la derecha y un poco más adelante nos adentramos por la izquierda en un antiguo camino hoy en desuso que nos encamina a una hermosa vaguada.

Paraje de El Nogalillo

      El desusado camino nos dirige a la vaguada por la que subimos hasta el lugar de Cercas Pegadas desde donde después de dar media vuelta y ponernos mirando al norte descubriremos una imagen que se nos ha quedado grabada a fuego, soñamos con ella. Empezando por el oeste pequeñas encinas repartidas por la cárcava, al fondo, al noroeste vemos a Turégano y su precioso castillo, abajo, las tierras sembradas verdes, los barbechos roturados y a nuestra derecha un lozano pimpollar.


Preciosa estampa del termino de Turégano.


        Una vez que se nos pasa el arrebato continuamos y cuando llegamos a la altura del sitio de Las Cobatillas tenemos a la derecha el pequeño valle del arroyo de Valseco y en la ladera de enfrente vemos un sembrado arado perpendicularmente al cauce del río y curiosamente sin saber como puede ser, de forma incomprensible, vemos como corre el agua suavemente por todos los surcos con el sol que les da en el "justi-angulo" para reflejarse en el agua y ofrecernos la sugerente visión del “peine de agua con reflejos mágicos”. Llegamos a la SG-V-2362 que recorreremos en dirección a La Cuesta un par de cientos de metros, donde cogemos el Camino de Caballar que nos llevara a nuestra meta, eso sí cegados por el sol que no nos deja ver nada, una vez en el pueblo buscamos la sombra para recuperar la vista y aquí antes de llegar a la meta nos encontramos con la antigua fuente y la también antigua pila.

Pilón.

Antigua fuente del pueblo.


        Contentísimos con la sexta de ferias de San Frutos aún mejor que la anterior ¡ojala continuemos con el " In crescendo sostenuto"! Así deseamos que siga y nos vamos como terminamos la anterior etapita y como empezamos esta, cantando el famoso éxito:  🎵Carrascal, Carrascal, que bonita serenata...🎵.

        P.D.:  La historia nos vuelve a cautivar cuando leemos que corría el año del señor de 1123 cuando la reina Doña Urraca decide donar Caballar junto a otras propiedades al obispo de Segovia, por entonces no existía la iglesia que se haría dos siglos después. Según cuenta la tradición cuatro siglos antes fue cuando fallecido San Frutos sus hermanos renunciaron a quedarse en la ermita del Duratón y se vinieron al monasterio de San Zoilo hoy inexistente excepto una cruz que marca su antiguo emplazamiento. Sería allí donde lo musulmanes los capturaron para posteriormente decapitarlos en el lugar de la fuente. Dato curioso se recuperaron las cabezas y hoy en día 1300 años después siguen custodiados en su capilla dentro de la iglesia, tantos años desestimando la historia, maldita ignorancia…

      P.D.: Era moderna. Hablando con P. B. nos comenta que hace medio siglo P., maestra natural de San Rafael, impartió clases en la escuela de Caballar. 



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domingo, 14 de febrero de 2021

Escarabajosa de Cabezas-Cantimpalos

 

16-01-21

"Unas gotitas de …"


         Por prescripción de la presidencia de la diputación nos vamos nada más y nada menos que a Escarabajosa de Cabeza. Es curioso que el nombre no procede ni de escarabajos ni de escarabajas, hace siete siglos su nombre era Escaravaiosa que venía dado por la abundancia de escaramujos, posteriormente se le añadió de Cabezas por que dependía de un sexmo llamado así. De cualquier forma tienen que dar gracias a su suerte porque no le derivaron del nombre con el que se le conoce vulgarmente que es el famoso tapaculos, pensándolo bien sería un nombre rotundo, “Tapaculosa de Cabezas” lo dejaremos estar…


        

        A la entrada del pueblo nos encontramos como viene siendo lo normal el ya clásico potro, se le ve que está recién acicalado, lo único que este no tiene techo.


El silencio del potro.


        Dejamos atrás el esqueleto del potro, la nave, el remolque, el campo "solado" de blanco y a todo esto hay que añadirle ese elemento que tanto dice como es el silencio que unido a la soledad le dan a la estampa un aire muy bucólico. Dejamos al potro en un mutismo conmovedor y continuamos para aparcar en la calle Real esquina a la plaza del ayuntamiento que está abarrotada por cuatro señoras simpatiquísimas que hacen la compra al dicharachero frutero que se "acoge a sagrado" aparcando la furgoneta en el flanco este del campanario de San Benito Abad. Bonita iglesia, con una mezcla barroca de románico y mudéjar, prueba de ello es el soportal que acoge una bonita portada con cinco arquivoltas de ladrillo, sencilla y luminosa, enfrente suyo hay un elegante árbol que no estábamos seguros de que fuera un almez, posteriormente preguntamos a los "súper cicutas" que dictaminaron que podría ser un ailanthus altisima o árbol del cielo, para confirmarlo tendremos que verle esta primavera con su follaje. La veleta está invadida por un par de docenas (no cabe ni uno más) de pájaros, a lo que hay que añadir una paloma que está sobrevolándola a la espera de que le den pista. 

Recién maquillada

¿Árbol del cielo?

Veleta repleta.


        La rodeamos hasta la esquina que forman las calles Yanguas con Monzoncillo, preciosa conjunción de topónimos auténticamente segovianos, punto este que coincide con un descansadero de la trashumancia.


"Coordenadas segovianas".
Pues descansaremos.


        Ya desde aquí nos vamos por la calle Real saliendo pronto del pueblo para tomar lo que posteriormente caeremos en la cuenta que se trata del Cordel del Camino Real (de 45 varas -37,61 m- de anchura) que como todas las cañadas con el tiempo ha encogido y que coincide "casualmente" con el nombre del descansadero que veíamos anteriormente en el pueblo y que hacia el recorrido desde Mozoncillo hasta enlazar con el cordel de Santillana cerca de Segovia. Se nos estropea la etapa cuando empezamos a sentir unos efluvios que cada metro que avanzamos se hace más intenso, pronto caemos en la cuenta que se trata de la esencia  "Eau du Cochín" que procede de una nave que dejamos a la derecha, afortunadamente veníamos de cara al viento y según avanzamos lo dejamos atrás y volvemos a disfrutar del aire limpio y fresco que predomina el día hoy, nos acercamos a la "catedral" de Las Correderas realizada con 2327  macro alpacas de paja.

¿Dónde está Wally?


           No podemos dejar de echar un vistazo al sur donde vemos la silueta de La Mujer Muerta, Montón de Trigo, Siete Picos y Peñalara todas ellas recortadas sobre el horizonte, postal velada por una ligera bruma que se levanta por la acción del sol y que embellece el contorno tan conocido para nosotros, entre tanto dos aviones que suponemos que no tardaran mucho en aterrizar en el aeropuerto de Madrid sobre vuelan la estampa.

Meseta-sierra.


        Antes de llegar a El Cambrano, el Cordel del Camino Real tuerce a la izquierda y nosotros con él y divisamos una nueva "catedral", la de Valtodomingo, esta es más grande aún, está formada por 3923 macro paquetes y aquí va a ser difícil encontrar a Wally.

Échale agua a la burra que paja ya tiene.


        Cuando llegamos a El Viñazo nos encontramos con un nuevo amigo, que no sabemos con qué le lavaran para que esté tan blanco.

El 3232.


             Entramos por la calle Regaluces a Cantimpalos, conocido mundialmente por ser un gran productor de embutidos, con su marca protegida del chorizo de Cantimpalos, hoy en día le han añadido la morcilla, pancetas, jamones, etc., cuatro regates y nos presentamos en la iglesia, enfrente justo de la puerta nos han colocado un banco que nos viene de perillas para sentarnos primero y a continuación abrir el hatillo para extraer nuestro -teesoooooro-, el bocadillo y lo otro, de los que damos cuenta con gusto, al mismo tiempo disfrutamos de la iglesia gótica del siglo XV que se la ve recientemente restaurada.

Desde nuestro comedor.

Ábside con sus rectos contrafuertes.


        Y ahora nos hacemos un recodo del fraile por el pueblo semi desierto pasando por la plaza mayor (todo cerrado), Travesía Presa, puente sobre el arroyo de los Alamillos por el que baja un hilo de agua. Antes de salir nos encontramos con uno de los "graffitis" más antiguos que se conocen y que publicitaba un abono para la utilización por parte de los agricultores.

Ácido nítrico.


         Salimos de pueblo y ¿por dónde? Como no podía ser de otra forma nos vamos por la calle...



        Vamos bien, en principio tenemos que ir por el arcén de la SG-V-2113 que no nos importa dado el escaso tráfico que tiene. Llegamos hasta el arroyo de los Papeles de escaso caudal y desde aquí nos vamos por la izquierda, por el camino de San Gregorio subiendo una suave pendiente que nos deja en el otero del  mismo nombre en el cual a la izquierda se sitúa el vértice geodésico de "San Goyo" (903 m.). Son curiosos estos vértices geodésicos mesetarios que parece que no vas a ver nada pero tiene una condición común a todos ellos, tienen visión diáfana de los 360º de lo que disfrutamos nosotros. Desde aquí mirando al noroeste vemos el campanario de Escarbajosa, si volvemos la vista al sureste nos encontramos con el de Cantimpalos y dominamos visualmente toda la meseta. Después de leer sobre él, la historia nos vuelve a sorprender, el nombre del hito viene de una pequeña ermita que hubo en este punto hasta hace dos siglos y que tenía el nombre de San Gregorio Nacianceno (ignoto) defensor  contra plagas y pulgones de los viñedos que antaño llenaban estas tierras. A día de hoy no queda ni una piedra de la ermita ni una viña.

Vértice geodésico n.º 45705.


        Desde aquí vemos a nuestra espalda el campanario de Cantimpalos y de frente al fondo el de Escarabajosa donde tenemos situada la meta, quiere decir que nos queda poco y en suave descenso. Al noroeste, no muy lejos divisamos cuatro o cinco docenas de buitres bien alimentados, en lo que imaginamos un comedero que suponemos que rellenaran con los sobrantes de los varios mataderos de cerdos de los que sacan las carnes para los famosos  embutidos de Cantimpalos y no debe ser poco lo que les suministran, se los ve que están en las quince arrobas, a duras penas hacen cien metros para volver al suelo para hacer la digestión.

        Y nos vamos tan contentos hacia la meta, hasta el momento que entramos en la "fábrica de perfumes", descubrimos en principio el aroma del "Jamón Jamón de Cacharel", pronto se le une la fragancia del "Aqua di Porko de Armani" se le suman unos efluvios de "Aire de Gorrín de Loewe" a esto se le añade el "G´orrinore de Dior", unas gotas de  "Cochín nº 5 de Chanel" y el sumun de los perfumes porcinos "Pata Black de Yves Saint Laurent", la suma de todas estas lociones nos acompañan y nos empujan fuertemente hasta el pueblo, suponemos que los escarabajenses estarán acostumbrados a que cuando sople el viento del sur tienen que padecer esta maldición ¡es increíble! Corriendo hacemos una foto del campanario que no pudimos hacerla esta mañana porque estaba el frutero y nos vamos. Una pena acabar así este bonito día.



        
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