05-06-16
Muy cerca
Dentro del jardín botánico que tenemos al alcance de nuestra mano en el termino municipal, hoy nos vamos a ir a la Cerca Portillo en busca de la primavera.
Aparcamos enfrente de la puerta y nada más cruzarla, a la izquierda, dejamos atrás los corrales, circunvolando sobre nosotros hay decenas de buitres, (espero que no sea por nosotros), continuamos y nunca acaban las sorpresas, donde nos esperábamos ver el arroyo de la Tejera desbordado nos encontramos un cauce semiseco, por otra parte el terreno esta húmedo los pastos están verdes y floridos, los árboles exuberantes y da gusto ver los gamones (Asphodelus Albus), están llenos de bonitas flores y frutos, siempre pensando, se podrán comer, digo, voy a probarlos, pero me quita las intenciones mi compi con buen criterio, como después pude comprobar, son tóxicos, (casi les doy trabajo a los buitres).
Seguimos acompañando al riachuelo, que en algunos regatos esta teñido de blanco por culpa de los ranúnculos, también a lo largo del camino vamos encontrando abrevaderos de diferentes formas, todos saturados de verdín, no podemos pasar por alto un ejemplar de roble (Quercus Robur) precioso, que seguro que es centenario y posiblemente sea tatarabuelo de todos los que le rodean, me gusta, prosigamos, que ahora nos vamos al mojón de Valportillo, desde donde mirando al noroeste esta el cerro de Peña el cuervo, con unos de berrocales por montera que nos encantan, desde aquí nos vamos a subir al Potril por un camino en suave pendiente que transcurre por un robledal, casi llegando a la cima nos encontramos con lo que buscan los buitres, un ternero muerto, en algún sitio hay una vaca triste y un ganadero de luto, en contrapartida los carroñeros matarán el hambre. Llegamos a la cima del cerro del Potril, (1436 m.), ¡fascinante!, decididamente un sitio mágico. Trataremos de describirlo lo mas escuetamente posible, empezando por Cabeza Renales y mas a la derecha mirando dirección a la Isabela todas las pendientes teñidas de “amarillo di piorno”, al sur el puerto de la Cruz de Hierro, "querido Sancho", montón de “gigantes”, no contamos los aerogeneradores pero desde luego muchos, mas al oeste nos encontramos con ese espectáculo que es por si solo el Campo Azalvaro, del cual se queda uno prendado, mas al noroeste la meseta ancha y larga, seguimos girando, las Navas, la ermita de San Antonio, la caseta del telégrafo, el Caloco, los Ángeles, la Mujer Muerta, El Espinar, detrás ¡PEÑOTA!, el puerto, Cabeza Lijar, Cueva Valiente…, lo dicho un sitio admirable y por si todo eso fuese poco en el roquedal que corona el cerro nos encontramos un charco desecado de una belleza turbadora, se nota que se ha secado hace poco tiempo, porque increíblemente, aunque el fondo esta seco y cubierto con una alfombra roja, adosados hay algunos gamones y también juncos, para los amantes de los charcos como nosotros, inolvidable, a todo esto a unos cien metros tienen los buitres en el “aeropuerto”, volando son de una delicadeza exquisita pero “aterrizando”, un verdadero desastre, al primero que vimos dijimos aquello de “sá matao” pero para sorpresa nuestra no le paso nada, claramente se diferencian por lo menos dos clases, uno era el buitre negro (Aegypius monachus) y el otro que es mas claro que supongo que será el leonado, un voluntario ha hecho un vértice geodésico tosco y rural pero bonito, un mirador espectacular.
Bueno llego el momento, para rematar la faena unas barritas energéticas de Soria. Descendemos hacia noreste al Cuartel de la Regina, nos encontramos alguna “casa di conejo”, algunas encinas mimadas por los jardineros de la naturaleza con unos “cortes de pelo” que llaman la atención, unas en bola por arriba y otras cortado el flequillo por abajo, llegamos al paraje del Canto de la Legua y al sur, disfrutamos una vez mas de la visión de un corzo, nos encontramos en el camino “un corno di vaca” (algunas no saben donde dejan las cosas), un ultimo vistazo a la flores del espino albar ó majuelo (Crataegus Monogyna) arbusto que nos cautiva, cruzamos de nuevo el arroyo esta vez por un puente y llegamos a la puerta y para casa.
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