12-06-16
LOS ORCOS
Después de despertarme bajo una montaña de escombros, amontonados sobre mi por hordas de orcos y troles comandados por el lado oscuro de mi cerebro durante toda la noche, me doy cuenta de que todo son pesadillas. Pie a tierra, afortunadamente hoy tenemos excursión, rato que aprovechamos para “desinfectarnos” mentalmente.
Dejamos el coche en la Panera y comenzamos a subir inusitadamente rápido como mas tarde nos daríamos cuenta, supongo que tratando de huir de los malos pensamientos, hemos pasado el puente Negro hoy más negro de lo normal, vamos dejando atrás el refugio del Guijo, el del Raso, las Tabladillas, pasamos de largo dejando el embalse del Tejo a la derecha y llegamos a una bifurcación que hay justo antes de llegar a la presa del Vado de las Cabras deberíamos coger el camino de la izquierda pero antes nos acercamos a la fuente que hay en el camino a la altura de la recula de la cual no se su nombre, bebemos y rellenamos, charlamos con A. su mujer y su hijo un rato y a continuación volvemos sobre nuestros pasos para retomar el camino dicho anteriormente, a partir de aquí, terreno ignoto que siempre gusta, vamos tomando altura y viendo nuevas vistas de Peña el Águila, el Bercial, Minguete, Montón de Trigo, etc., todo se ve cubierto de un pan de oro, lo que a la postre es el polen de los pinos que tiñe todo de amarillo, se te mete en la nariz, te lloran los ojos y hace la atmósfera irrespirable.
Seguimos subiendo y llegamos a la cantera, fin de la primera etapa del día, de esta se extrajo la piedra para construir el muro de contención del embalse, pensábamos ver una gran excavación dada la cantidad de piedra que se uso, pero nos quedamos con las ganas porque el tiempo la ha camuflado con pinos, en los aproximadamente sesenta años transcurridos desde su explotación la naturaleza no ha dejado de trabajar. Decidimos establecer en este punto el avituallamiento y aprovechando un manantial que brota de las entrañas de la Pinareja y refresca el ambiente damos cuenta de las “barritas energéticas”.
Nos vamos al siguiente punto del día que no es otro que los pinos gordos, desde que un día hace tiempo ya nos hablara J. de ellos teníamos ganas de verlos, hace poco subieron un grupo a verlos y nos enseñaron fotos, cosa que nos hizo desear disfrutar de su visión, sin saber su situación no tuvimos mas remedio que pedir el comodín del publico a J. y el del teléfono a M., poco después empezamos ha descubrir magníficos ejemplares uno detrás del otro a cual mas bonito, que dados los sueños de esta noche parecen dibujados por el creador del Señor de Los Anillos. ¡Que volúmenes!, copas mas anchas que altas, ramas deformes, arrugas creadas por el tiempo y las inclemencias propias de esta altura mas de 1800 m. les dan la belleza de la madurez, ¡sorprendentes!, aunque la sorpresa fue mayor cuando al día siguiente nos enteramos que los vistos no eran realmente los pinos gordos, otra vez sera, la meteremos en la carpeta de pendiente para un futuro.
Comenzamos el descenso, no nos desviamos para ver el Salto de la trucha como teníamos pensado, sigue en pendientes, extrañamente poca conversación sigue mi cabeza llena de troles, cosa rara adelantamos a dos caminantes uno de ellos lesionado en un píe, por primera vez no llegaremos los últimos, error, un poco mas abajo sube un coche que al poco baja con el tullido y su solidario amigo, otra vez será, bebemos agua en la fuente de los guijos y afortunadamente comprobamos de nuevo lo bueno que es andar, porque después de la caminata larga de verdad vamos llegando al puente que ahora ya no parece tan Negro.
La Cantera y al fondo La Pinareja |
Montón de trigo |
Falso pino gordo |
Otro |
Refugios |
Vaguada |
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