Comando Peñota: Dirección Pasapan-08-01-17

08-01-17

LA SORPRESA

Subimos desde Ortigosa por la vereda del Bercial, dejamos Bezoya a la derecha, llegamos a el Paraje El Berrueco. ¡Primera sorpresa! Hace aproximadamente cuarenta años hicimos un chalet aquí, recordando que era un prado, nos asombra el pinar que hay hoy en día, un pinarcito de treinta y tantos años, bonito de verdad, supongo que en su día sería plantado por los dueños de una docena de casas que forman la pequeña colonia que se ha formado, cosas como esta te dan una idea del tiempo vivido. Después de la grata sorpresa, tomamos a la izquierda por nuestra perseguida cañada Real Soriana, inmediatamente cruzamos el rio Milanillos con su “merenderito” tan guapo, la idea es un paseo no muy largo por “exigencias del guión”. Llegamos al cruce con el cordel de Navashaces, vamos disfrutando del gustoso camino acompañados por un muy buen día, tenemos a la izquierda las Torvejas, a continuación la vereda del Cerro de las arañas que divide el prado Peña en dos, con los parajes de Matazarzal y los Cepones formando parte del mismo. Nos adelanta una decena de perros que han sacado a pasear a sus dueñas y que nos tranquilizan diciéndonos que no muerden, a lo cual yo les respondo que la mía tampoco, ya van quinientos metros por delante cuando nos adelanta un salchicha que da la sensación de tener bastantes años o mucha tranquilidad, él va a su pasito. No se acaba dicho prado y vemos a nuestra derecha un camino que nos llama la atención porque tiene pintados en una mocheta los colores de GR-88, hay una puerta de vehículos con candado y también una peatonal de acceso libre, nos puede la curiosidad. A la derecha es curioso ver unas placas solares, una caseta y dos antenas una de ellas parabólica, no se entiende muy bien su posible uso teniendo en cuenta que está en medio de la nada. Empezamos la subida y llegamos al Rancho de la Becea, unas naves tremendas que creemos que se usaron para la cría caballar, justo enfrente nos encontramos ¡la sorpresa!, un doble cartel indicador, a la izquierda la falda de la Mujer Muerta y a la derecha una de nuestras etapas pendientes y con muchas ganas de hacerla, lo que lleva a mi compi a indicarme la dirección a seguir “a los Pasapanes”. Sabemos que hoy no tenemos mucho tiempo pero estudiaremos el itinerario, pronto entra el camino en un pinar repoblado suponemos hace unos cincuenta o sesenta años, da gusto pensar los ejemplares tan bonitos que nos vamos a encontrar cuando vengamos dentro de un siglo. La vía es ancha y está en muy buen estado, transcurre comprimida por los pinos, lo que la hace un poco misteriosa, dejamos atrás las Cruzadas, las Porquerizas. Como parece que llevásemos tapados los ojos como los caballos de los picadores cada curva nos intriga más, no sabemos lo que habrá detrás, la siguiente lo mismo y la siguiente y la siguiente. Nos quedamos sin tiempo, llegamos a una vaguada que se despeja de pinos y nos permite ver algo más que el cielo, estamos cerca del puerto, una verdadera pena pero nos tenemos que dar la vuelta, ¡que rabia! Bueno una cosa queda clara no tardando mucho volveremos, eso seguro si las autoridades competentes nos lo permiten.
Comenzamos a bajar, la pendiente es leve y cómoda, nos desviamos al cerro de la Cachiporra nombre contundente por antonomasia, un mirador de la meseta segoviana, se ve bonita, nos vamos y pronto llegamos a la bifurcación del doble cartel, el camino que indica a la ladera de la Mujer Muerta anteriormente desestimado, por supuesto lo metemos en la carpeta de pendiente en compañía de alguno más. Proseguimos y a esta altura tenemos una vista con el palacio de Rio Frio de frente y a la derecha una panorámica de mi pueblo de nacimiento Segovia con su catedral y el Alcázar, entre medias, un poco más lejano se ve el polígono de Valverde del Majano que le quita un poco de encanto a la postal. Cruzamos la puerta peatonal y tomamos la cañada de nuevo, donde nos acaricia el Sol que realmente se agradece, con las prisas no nos dábamos cuenta que en la umbría hacia fresco de verdad, un paseíto cogiendo energía y calor y nos vamos que hay prisa.
P.D. Nos vamos tan contentos con la sorpresa tan agradable y romántica.