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domingo, 28 de junio de 2020

06-06-20 Posible vertical a Cueva Valiente






06-06-20


Perdón




      Para celebrar el cumpleaños de Rafa Nadal (03-06-1986) intentaremos hacer un "ocho mil" que nos parece que hace un siglo que no subimos y para ello arrancamos el día con ganas de probar nuestras piernas (aunque no nos importaría que fueran unas de cordero). Nos dirigimos a "la Cañá Juan Llanos" lugar donde hace quince años se grabaron algunos de los exteriores del "El laberinto del fauno", película que recibió tres Óscar y fue la más taquillera rodada en español.  Atrás se queda "la Cañá" para dirigirnos al arroyo Secal que nos le encontramos seco como siempre, aunque un poco más arriba caemos en la cuenta que se está haciendo "un Guadiana" aparece y desaparece, es la primera vez que vemos corriendo agua por su cauce por estas fechas, aunque sea poco.


Agua en el arroyo Secal.
      Un poco más arriba abandonamos su compañía por la izquierda para tomar un tramo  bastante inclinado atravesado a la mitad por "la frontera" que la cruzamos por una talanquera (posteriormente caeremos en la cuenta que estamos transgrediendo la ley) la cerramos y notamos un endurecimiento del camino incluido un piorno caído de grandes dimensiones  que tenemos bordear. Continuamos subiendo por una trinchera que nos lleva al primer recodo del día que nos deposita enfrente del pino "di pispato di petate" donde colgamos los mismos para acercarnos a disfrutar del mirador de Cabeza del Buey que para nosotros es un  lugar estratégico para disfrutar de la falda noreste de Cueva Valiente. Una vez situados en el mirador nos disponemos a su disfrute, desde aquí obviando mirar al norte nos centramos primero en lo que nosotros denominamos el "cinturón de Cueva Valiente" que como su homónimo el "cinturón de Orión" está formado por sus tres "estrellas”; Alnilan, Alnitak y Mintaka, en este caso las tres Marías son al este Peña el Águila con su estilizado farallón, en el centro donde nos hallamos situados Cabeza del Buey y al oeste El Carnero con su rebaño de bolos graníticos incluido el famoso "canto`l tocino". Una, no sabríamos decir cual, se ve más bonita de las tres dentro del conjunto de la "galaxia" Cueva Valiente, la visión del conjunto es cautivadora.



Peña el Águila.

El Carnero.

      También desde nuestra atalaya vemos a la izquierda de nuestro destino dos montañas de las que no sabemos el nombre, llevamos tiempo tratando de averiguarlo, tenemos que buscar un "supercicuta" que nos lo diga.
Se busca información???
      Despertamos del encantamiento y como tenemos enfrente nuestro desafío del día (si nos responden las piernas después del confinamiento) tomamos el camino que nos lleva a recoger los petates para retomar la senda por la que transcurre la vertical. Vemos alguna víctima de las inclemencias y sobre todo la diferencia de cotas ¡Vamos!


¿Llegaremos?


Bella momia.


      Vamos subiendo y por si fuera poca la pendiente "la liebre" nos avisa que tenemos enfrente un impedimento gritando ¡cuerpo a tierra! a lo cual respondo "eu baixo por las escaleiras" (Quien nos pone encima los pinos para que no levantemos la cabeza)


Obstáculos al comando.
     Pese a los inconvenientes tenemos suerte, sobre todo con el tiempo, una fresca brisa y las nubes que nos resguardan del sol, nos hacen más llevadera la subida de la zona más descubierta del camino. Cuando llegamos a la sombra de los pinos les agradecemos  también su frescura, que nos renuevan las fuerzas y  nos acercan al destino. Ya vemos el "pitorro", un  ultimo impulso para hacer el recodo que nos deposita a las puertas del refugio. 
      Descubrimos con alegría la puerta que en la ultima visita estaba completamente rota, ahora renovada, nueva y compacta, esperemos que dure mucho tiempo, le encontramos bastante limpio y sin belén. Después de la revisión le dejamos atras para dirigirnos al vértice geodésico que concretamente es el nº 50791, no es de extrañar que esté catalogado de primer orden teniendo en cuenta que desde aquí y en días luminosos y limpios como el de hoy  estamos seguros que se tienen que ver infinidad de vértices diferentes. Y es que estamos a 1903 metros, es la cota más alta en varios kilómetros a la redonda, exactamente el pico más alto y cercano es.... nuestra querida Peñota (1944 m.) de la que en linea recta nos separan 10 kilómetros  y estamos 41 metros más bajos ¡Y parece que está ahí mismo! Teniendo todo esto en cuenta vemos lo hermoso  que es poder disfrutar de la preciosa vista de trescientos sesenta grados a lo que hay que agregar la radiante luz del día adornado con un manto de estratocúmulos que embellece todo el conjunto. No sabíamos si llegaríamos, pero nuestras piernas nos han respondido, nos aprovechamos del momento, del lugar y de la bonanza del tiempo ¡A disfrutar!



Al fondo la integral y a la derecha el boxeador Valiente.

Cabeza Lijar, La Salamanca y al fondo oculta por la polución, Madrid.

Al fondo nuestra "escalada" más peligrosa, La Almenara, más cerca el embalse de Aceña.
      Hemos disfrutado de la estancia en Cueva Valiente que siempre es un triunfo, de la conversación con unos chavales que nos hacen el favor de fotografiarnos en el vértice, del aliciente del bocata valiente y a todo esto le sumamos la climatología que denominándola benévola nos quedamos cortos y de hecho gracias a ella cambiamos de planes y vamos a bajar haciendo el "recodo el fraile", por el camino que se hace en las tres cumbres pero en sentido contrario. Nos vamos en dirección a Collado Hornillo, para ello tomamos el camino antiguamente asfaltado hoy en día completamente deteriorado que sube desde el otro no menos famoso collado de Gargantilla, bajamos unos metros por él y lo abandonamos por la izquierda donde nos encontramos uno de los cerros de los que desconocemos su nombre. Estamos seguros que en los mapas del ejército tiene que venir su nombre dada la gran cantidad de restos de fortificaciones de la guerra. Asu vista queda claro que por aquí los soldados acarrearon más piedras que balas, se ve un trabajo ingente con los agravantes de la altura, pendientes, irregularidad del terreno y la climatología, sobre todo en invierno, imaginar a esos hombres con malos ropajes, poca y mala alimentación (que no habrían dado por uno de los bocatas de chorizo que nos hemos comido hoy) verdaderamente esos sí que eran verdaderos "superhombres". Acabamos de vivir una mala experiencia, pero no queremos ni pensar lo horroroso de las guerras "Nunca Mais". 
Prohibido volver a usar.
     Dejamos atrás las construcciones de los "episodios nacionales" del 36 y viramos al este dejando a la derecha "la postal" de las Navas del Toril y el Valle de Enmedio, a partir de aquí comienza un camino que nos encanta  por varios motivos, su belleza intrínseca, su cementerio del pino y sobre todo por la colección de ejemplares de pinos azotados por el viento y castigados por la climatología adversa del lugar (hoy no) que les da un encanto especial.


Incluido el pedestal.
       Después de disfrutar del encanto de las anomalías y las desproporciones llegamos al último tramo que más inclinado y corto nos deposita en el collado donde nos encontramos con su sencilla explanada que nos enseña su encrucijada de camino. Con la vista al frente vemos que sale el camino a La Salamanca y también se ve que han desaparecido los carteles indicadores y lo que nos llama la atención poderosamente es el estado en el que han quedado los dos postes que en su día sostuvieron uno de los carteles, da la sensación de que haya arrancado el cartel Gotzilla, viendo como han quedado nos preguntamos ¿cómo es posible dejarlos en ese estado?


El Collado del Hornillo.
       Nos vamos de nuevo al norte. Bajamos y nos encontramos con el proyecto "que pudo ser y no fue" aunque que lo realizaron creo que un padre y su hijo, posteriormente pusieron una placa que unos bárbaros quitaron, la repusieron y de nuevo ahora unos vándalos la volvieron a sustraer lo que prueba de la existencia de las varias tribus que pululan por estos lares, esperemos no caer en sus manos. 


Fuente de ???
      Continuamos bajando, hacemos un zigzag y llegamos al siguiente donde cruzamos la Cañada Real Leonesa y tomamos el GR-88 para bajar acompañando al arroyo Mayor, llegamos a la altura de Peña el Águila, entre pinos se deja entrever su gran peñón, una pena no poder verle íntegramente, en una ocasión bajamos al arroyo, le cruzamos y subimos por enfrente la vaguada para eliminar el inconveniente del telón de pinos y justo situados a sus pies su visión es impresionante. En esta ocasión continuamos nuestro camino, de nuevo cruzamos la frontera entrando de nuevo a El Espinar, tenemos que cruzar dos arroyos a los que sorprendentemente han dotado de sendas plataformas a modo de puente, queda claro que dada su simplicidad es imposible ponerle un nombre ostentoso como los puentes de Golden Gate, Brooklyn o Ponte Becchio, ni mucho menos, bueno en realidad para nosotros son sonoras "chalapartas".
Nº 1

Nº 2

      Les cruzamos y así quedan oficialmente inaugurados por el Comando Peñota. Un poco más abajo dejamos a nuestro compañero el Mayor y unos metros más adelante también nos separamos de GR-88, inmediatamente cruzamos "la Caña Juan Llanos" y llegamos a la meta.
     
            P.D. : Como decíamos al principio tenemos que pedir perdón porque a posteriori caímos en la cuenta que durante el transcurso de la etapa habíamos cometido el error de cruzar de provincia contraviniendo las ordenanzas actuales ¡PERDÓN!

      Creo sin temor a equivocarme que en el pueblo tenemos el convencimiento que Cueva Valiente es nuestra aunque se le pongan vallas al monte. 

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domingo, 7 de junio de 2020

30-05-20 Peñón Juan Plaza pos-confinamiento






30-05-20

Mayo-Pos


      La vida nos demuestra de nuevo que el tiempo es relativo y lo hemos visto claramente después de estar recluidos por lo que creo que todos sabemos. Hace 79 días de la última etapa hecha por el Comando Peñota, o sea 1.896 horas o lo que es lo mismo 113.760 minutos, no minutos de reloj, no, han sido minutos de microondas que como todo el mundo sabe llegan a durar una infinidad. Bueno, pues si tenemos en cuenta que nuestras únicas excursiones durante nuestro "internado" han sido al frigorífico (eso sí, repetitivas y abundantes) y le sumamos el sedentarismo y el exceso de meditación,  directamente nos lleva a pensar en las dificultades que conllevará retomar la vida normal y las ascensiones de las cuestas de nuestros montes.

     Tenemos que reconocer que la primera "etapita" que hemos hecho fue bastante floja, con todo y eso nos salieron unas agujetas del mismo tamaño que le salen las patatas al hortelano tonto, a estas le tuvimos que añadir un buen surtido de molestias, punzadas y aguijonazos. Como parecía que la desazón decrecía probamos el fin de semana pasado a caminar un poco más, no mucho, pero algo más. Ya fuera por lo curativo del agua de la fuente de los Gabarreros o del de la Virgen de Las Nieves que bien podría ser, ocurrió que nos encontramos que no sufrimos la aspereza del anterior experimento, por ello decidimos empezar a prepararnos para la "vertical" y escogemos como primera prueba nuestro querido Peñón Juan Plaza, tramo corto pero con una buena dosis de inclinación tachonado de piedras y palos sueltos. Para ello comenzamos la etapa en la puerta situada enfrente de los depósitos, pronto y dada la fuerte pendiente casi nos pinchamos la nariz con un "cardo borriquero de mal agüero" (hemos cortado, arrancado y llevado al punto limpio  cientos esta semana) bien es verdad que curiosamente su flor es preciosa, no lo podemos negar, además de llamativa. En la foto se aprecia vagamente pero vemos como dos minúsculos comensales disfrutan de su suponemos rico polen a lo que acceden gustosamente pero no se te ocurra acariciarlos con la mano, seguro que te paga clavándote infinidad de "aguijones" que posiblemente antes de quitártelos se infectaran.


Onopordum acanthium.

      Leemos sobre los Onopordum nos quedamos perplejos, curiosamente en varias páginas le idolatran, incluso dándole títulos como: planta silvestre muy interesante, múltiples propiedades, "pueden jugar al baloncesto", llegan a los dos metros, (esto lo podemos afirmar después de lo recientemente visto) para acabar dando consejos para su trasplante, abonado, riego, poda multiplicación, etc. No se nos ocurre a quien se le puede pasar por la cabeza plantarlo en su jardín.

      "Espoleados por las espinas" aceleramos el paso que dada la dura pendiente no es muy rápido, aunque como el tramo es corto no tardamos mucho en hacer el recodo que nos deja enfrente de nuestro querido caos de granito. Lo primero que hacemos es asomarnos al mirador al tiempo de insuflar oxígeno a nuestros pulmones disfrutamos del verdor del valle de San Rafael que con la primavera que tenemos realmente es digno de disfrutarlo, a nuestra derecha vemos a otro mirón.


"El Osanapio"

      Hacemos un nuevo recodo nos presenta a El peñón Juan Plaza, imponente, bello...


Desde el oeste.
      Subimos unos metros y nos sentamos a contemplar su frente sur mientras bebemos un poco de agua, tantos recuerdos nos traen muchas consideraciones a la cabeza, nuestra infancia subidos en lo alto del peñón, el primer día que subimos después de medio siglo y le reconocimos por su genuino pino, el día que subimos poco después y nos encontramos  el pino tan muerto como el "presunto bandolero" del que toma su nombre, tantos años teniéndole como meta de excursiones infantiles del cole, algunos picnic, también subieron durante un tiempo algunos "aizcolaris" a entrenarse, todavía quedan sus huellas,  tanta gente… Cuantas personas habrán hecho este itinerario a lo largo de los años, seguramente habrán sido miles, aunque últimamente los senderistas están más preparados y mejor equipados y sus metas son mucho más largas y duras, estas tachuelas quedan para los que somos del sector blando del partido.


Pensar que hemos estado subidos ahí.
            ¡Prosigamos! Subimos rumbo sur buscando el camino del "ingeniero aeronáutico"  al que llegamos rápidamente, le acompañamos en dirección a la fuente del Cura a la que llegamos antes de lo que creíamos después de cruzar el cauce seco del arroyo de la Hiedra, el manantial del que se surte la fuente es el nacimiento del arroyo de La Hiedra, curiosamente tiene un caudal generoso. La que no disfruta de buena salud es la fuente, ha sufrido una amputación, el caño ha desaparecido, bien es verdad que la última vez que le vimos no estaba muy alto pero se podía coger agua, ya no ¡Una verdadera pena! Nos hubiese gustado verla en plena efervescencia, no se entiende muy bien, durante muchos años los gabarreros cuidaban las fuentes porque sabían lo importante que es el agua por estas latitudes, hoy sin ir más lejos nosotros contábamos con su agua, una faena. Intentamos comenzar el arreglo de la fuente en un ataque de solidaridad acuífera, empezamos tratando de bajar el nivel del cauce, hemos bajado unos treinta centímetros un tramo de un metro ¡Por Tutatis! Tenemos que dejar los trabajos de drenado del cauce, hemos tenido un accidente laboral, ¡A quien se le ocurre tirar cristales aquí! quitando piedras para bajar el nivel un trozo de cristal traicionero nos acaricia haciéndonos un pequeño manantial de plasma sanguíneo lo que nos obliga a parar las obras automáticamente, continuara, ¡Verdad jefe! No podemos por menos que felicitar al descerebrado que saca una botella de cristal de su entorno ¡Hay que reciclar! Tenemos que pedir perdón, saneando la herida nos dejamos dos trocitos de cristal, bien es verdad que están a la vista ¡Cuidadín!


Estado actual de la antigua fuente.
      Para mitigar el doble disgusto nos buscamos un "comedor" cómodo cerca, el rumor del agua hace las veces de hilo musical y a disfrutar de la pitanza y de lo otro. Antes de que el sueño nos paralice nos vamos paralelos a la alambrada que separa las dos provincias, nos acercamos a la pedriza de El Carnero, sorpresivamente empiezan a caer gotas, pocas, pero gordas, motivo por el cual ponemos pies en polvorosa como hicieran los sarracenos después de la derrota que sufrieron en los campos de Polvorosa (Palencia). Afortunadamente se queda en susto, a mitad de la fuerte y pedregosa pendiente hay un mirador de San Rafael que a día de hoy recién maquillado se le ve realmente bello, es parada obligatoria.
No es porque sea nuestro pueblo.
      Rematamos la segunda mitad del descenso del Carnero por el que desembocamos en la prolongación del camino del Ingeniero que tomamos dirección oeste, por él circulábamos y ¡Premio! No habíamos caído en la cuenta, llevamos sed pero cuando la vemos se nos dispara, alabado sea el ingeniero que nos ha acercado la fuente del Acebo a píe de camino ¡Una bendición! Nos viene como agua de mayo y nunca más a propósito que para eso estamos a treinta del mismo. Curiosidades de la vida, hay energúmenos que les gusta destruir fuentes y artífices creadores de fuentes nuevas en los sitios más idóneos como precisamente así ha sido el caso de hoy y de todos los días y personas que pasamos por aquí. Te invita a beber de ella, manantial de abundante agua fresca que nos hace desaparecer la sed por arte de magia, no entendemos cómo es posible que un líquido al que le dicen insípido te llegue a parecer tal exquisitez.



2º proyecto y creemos definitivo de la fuente de Los Acebos "milagrosos".
      Enternecidos por las bondades de la vida y con la sed liquidada retomamos el camino, parece mentira que cosas tan sencillas te hagan tan feliz, de nuevo vuelve a sonar la primavera de nuestro tocayo Vivaldi para despedirnos tras corto y cómodo tramo del camino de la etapa de hoy.


Para terminar una pequeña galería del encanto primaveral.
Mayo florido y hermoso.












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