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sábado, 31 de marzo de 2018

25-03-18 Bustarviejo





Frío intenso.   

     

     Podríamos decir que lo que nos ha traído hasta el lugar donde nos encontramos hoy es lo que podríamos llamar una sumatoria de carambolas de fantasía. Nosotros lo que realmente pretendíamos era buscar una "atalaya" que tenemos vista muchas veces desde el puerto del León.

     Nos ponemos en marcha y después de muchos recovecos, muchos badenes y muchas "retondas" llegamos a lo que parece el fin del mundo, un pueblo llamado Bustarviejo, inmerso en un profundo valle que contrariamente a lo que parece una vez visto desde las alturas, es menos turbador que la primera impresión.

     Aparcamos cerca del cementerio, nos equipamos y arrancamos. Vamos hacia la Puerta del Cura, media vuelta y desde aquí vemos lo antiguo, lo viejo y lo nuevo, lo antiguo el pastoreo, el cabrero y sus cabras de presunta raza española, lo viejo el pueblo, "Bustar" y lo nuevo la telefonía móvil.  


Pequeño rebaño rodeando a su director.


El pueblo y la antena de teléfono.
     ¡Sigamos! Como no puede ser de otra manera porque el mundo es un pañuelo, dejamos a nuestra derecha a nuestros amigos el GR-10 y la Cañada Real Segoviana. Subimos por un camino que está empedrado, las piedras son de granito blando, todas están desgastadas, romas, al no tener aristas casi da gusto pisarlas, no son tan agresivas como las de nuestro término.

El "Empedrat"

     Llegamos a La Alberiza. Aquí mágicamente el camino se despeja de piedras y lo que queda es una calzada de granito descompuesto, un material estupendo para pasar una pata-cabra, la niveladora, un compactador y se prepara rápidamente una "autopista" por la que da verdadero gusto caminar, al mismo tiempo vemos al fondo nuestra meta.


Al frente el Cerro del Pendón.

      Como es lógico y normal, no podía durar eternamente la bondad del camino y comienza de nuevo el "empedrat". Vemos bajar trotando a un genuino montañero, le damos el alto para hacerle unas preguntas, hablamos un rato entre otras cosas del tremendo frío que hace empujado por un fuerte aire y nos deja una cosa clara, que no deberíamos subir hoy al Pendón, un cambio repentino del tiempo nos podría dar un disgusto. Nos despedimos y nos vamos con la mosca detrás de la oreja, aunque es solo un decir porque entre el frío que hace y el fuerte viento la mosca más cercana estará a varios miles de km. Continuamos y llegamos a un pimpollar que está situado en un terreno que es  casi exclusivamente granito descompuesto, motivo por el cual se les ve poco nutridos, casi anémicos, con todo y ello a nosotros nos vienen de perillas, nos cortan el viento y la frialdad al mismo tiempo. Como no podía ser de otra manera, nos dura poco la alegría. Llegamos a un collado, tenemos que tomar una decisión, por un lado tenemos la necesidad de subir al Pendón, que como tiene un vértice geodésico pensamos que nos permitirá ver el monte que venimos buscando, por otro lado está el aviso del que creemos más ducho que nosotros en estas lides, a lo que hay que añadir las nubes que vienen de la Albardilla y de la Cabeza del Cervunal, además del viento gélido. Vemos a la izquierda el rellano del Tiro de la Barra y detrás El Pendón con su ladera de barlovento desnuda y desafiante, por una vez y sin que sirva de precedente haremos caso a la cordura.

Cerro el Pendón.

     A la derecha vemos los Canchos, a los cuales podemos acceder dando un pequeño rodeo y sobre todo tiene a su favor que gran parte del camino lo haremos al resguardo, gracias a que los pinos "tísicos" (con perdón) se desplazan en esa dirección. El simple hecho del resguardo nos hace decidirnos en este caso por la derecha, continuamos un poco afligidos por no subir al vértice para seguir con nuestras pesquisas, pero el día no es el propicio, otra vez será. 
     
     Llegamos a los Canchos de la Peña del Rayo y lo mejor, después del rodeo llegamos a sotavento. Los Canchos forman una especie de muralla puesta al viento, tenemos que subir para descubrir las vistas al norte ¡Frío!.


Al oeste Cabeza Arcón


Al norte Cabeza del Cervunal y Mondalindo.

Al noreste La Cabeza.

Al este las canteras de granito del Berrocal.

Al sureste El Pendón

Al sur este precioso prado. 
     Una pena no haber conseguido nuestro propósito pero el lugar en el que nos encontramos es precioso, de momento buscaremos un refugio a sotavento que ha llegado la hora de comer. Hoy por primera vez hemos traído un termo de sopicaldo hecho a última hora con una pastilla de Avecrem ¡Bendita la hora! Estaba tan caliente que hemos tenido que soplar, grandísima idea y que bien nos ha sentado al cuerpo, bocata y un poquito de lo "otro", hay que combatir el frío. Levantamos la cabeza y ahí está, no nos lo podemos creer, al sur, parece que estemos viendo un espejismo, parece que lo que tenemos enfrente es la silueta que tenemos  tantas veces vista desde el puerto del León y que tanto nos llamaba la atención, la hemos localizado, -Dios protege la ignorancia- Hoy nos ha acompañado la suerte. Contentos por el hallazgo, echamos un vistazo y vemos granito, mucho granito, todo él cuarteado, debido a su extrema  blandura, están colonizados por líquenes de coloridos ¡Precioso! También vemos esqueletos de estepas con bonitas formas y aglomeraciones graníticas que debido a los efectos del calor, agua, hielo, etc..., están rotas en miles de pedazos que les dan las formas más inverosímiles, todas ellas dignas de ver.

Al fondo X???


Esqueleto de Cistus.

Dos morugos muy serios.

Piel de lagarto.

Conjuntos de granitos y cúmulos nubosos.
     ¡A bajar tocan! Nos vamos contentos de volver al abrigo de los pimpollos, lo cual agradecemos dado que ahora bajamos por la ladera de barlovento,  en un claro vemos el dedo de Dios apuntando a La Cabeza del Cervunal con Bustarviejo a sus pies, llegamos al collado y bajamos hasta la fuente de La Víbora desde donde vemos el paraje del Badén  ¡Esplendoroso! un lugar al resguardo de los vientos dominantes.
El índice.


El Badén regado por el arroyo de Navacerrada.
     Media vuelta y al collado de nuevo, desde donde vemos llamativas estructuras de granito.

"Tótems indios" desafiando al viento.

     ¡Bajamos! A partir de aquí el viento es inmisericorde, nos azota de frente, nos fastidia mucho más que cuando hemos subido que nos daba de espalda, ahora es cuando nos damos cuenta de la razón que tenía nuestro contertulio de esta mañana. En unos instantes estamos cubiertos de nubes, caen copos congelados y el viento los empujan a una velocidad de treinta o cuarenta kilómetros hora, parecen perdigones, se nos clavan en la cara como postas, hacen daño y nos hace apretar el paso con lo cual llegamos rápidamente a nuestro destinos que no es otro que el benefactor refugio del coche que nos libra del viento y los puñeteros "perdigones". Nos despedimos del crucero que hay enfrente de la puerta del cementerio, aunque hemos pasado mucho frío nos vamos contentos por haber localizado el cerro que buscábamos, a falta de situarle correctamente en el mapa, que no creemos que nos cueste mucho, teniendo en cuenta que sabemos la orientación desde el punto en el que estábamos situados.


"O cruceiro"










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sábado, 24 de marzo de 2018

18-03-18 Las Pesquerías 1




18-03-18

Luz difuminada



     
     Después del pequeño percance que nos ha tenido perniquebrados unos días, hoy probaremos si nos funciona bien el "osso bucco" o hueso hueco.


     Para ello nos vamos a La Granja donde aparcamos en el callejón de Las Posadas, nos aprovisionamos y comenzamos bajando por la acera derecha de la CL-601, nos adelanta un Toyota que nos saluda muy efusivamente pensamos que es nuestro "coach", más tarde nos confirma que estaba en Madrid, tenemos un amigo nuevo y una interrogante. Vamos viendo a nuestra derecha algunos bonitos chalets con secuoyas y  abetos centenarios de muy buen porte, seguimos y vemos un centro de equitación que van a tener que dar clases de natación a los caballos, por estar completamente inundado. Antes de dejarle atrás, vemos un chopo con los bajos tomados por los hongos yesqueros (Fomes fomentarius) y los altos por los coleópteros, no nos gusta ser pájaros de mal agüero pero al pobrecito no le podemos diagnosticar nada bueno.

Chopo-pocho.

      Tristes por la visión del enfermo chopo continuamos. Al fondo vemos el puente de Segovia que cruza el embalse del Pontón y cuando llegamos a él, vemos con gusto el pantano repleto de agua, hoy la especial luz del día le imprime un precioso color azul. También en su margen derecha vemos el palacio cuyo nombre nos trae a la mente gratos y recientes recuerdos, Santa Cecilia, creemos que antiguamente pertenecía a una congregación religiosa, hoy en día pertenece a Patrimonio Nacional. Actualmente se encuentra desocupado, sus actuales gestores tienen intenciones de alquilarle, mientras, suponemos que se irá deteriorando, una pena, porque es precioso.


Desde el puente.

     Cruzamos la CL-601, atravesamos la puerta y llegamos al paraje de Navalcaz. Nos acercamos al embalse ¡Que luz! Sedosa y difuminada embellece todo lo que alumbra ¡Asombroso! Vemos al noreste a nuestra querida Atalaya, de color diferente al día que la subimos pero igual de bonita. Enamorados de ella estamos y de la visión suya hoy con esta luz mágica. Giramos la cabeza, nueva sorpresa, tenemos enfrente otra de nuestras etapas por el término, el Cerro del Moño de la Tía Andrea de gratos recuerdos, en su cima está la silla del rey, donde nos sentamos y gratis. A nuestra espalda hay también otra pequeña hermosura, un precioso mojón de la Cuenca Hidrográfica del Duero con una bonita y sugerente forma.

C.H.D.

Se ve preciosa la Atalaya.

Al fondo el Cerro del Moño de la Tía Andrea.

    Media vuelta y nos vamos en busca del Eresma. Vamos por un joven robledal que con sus hojas caídas dejan un precioso manto sobre el suelo, hoy afeado al mezclarse con el barro en el trazado de los caminos, esto es producto de la ingente cantidad de agua que hay por todas partes, termina el pantano y nos acercamos al río, justo antes de llegar nos encontramos otro mojón, este del patrimonio y menos elaborado pero igual de bonito.

El nuevo mojón.

     Ya vamos por la senda de las Pesquerías y decimos senda porque estamos en Segovia, si estuviésemos en Italia sería La Vía Carlos III promotor del proyecto. Pensar que esta tremenda obra se hizo para nivelar y enrasar una anchura de dos metros en la margen izquierda del río Eresma desde el Puente de Segovia hasta el arroyo del Telégrafo, en total unos doce km., con el único fin de hacerle más cómodo los paseos al monarca y su comitiva… Este trabajo se realizó entre los años 1767 y 1769, según reza en una inscripción labrada en una gran losa de granito que nos encontramos más adelante antes de llegar al puente del Anzolero.

Bajo la corona real reza la inscripción año de 1768.

     Dos siglos y medio y parece que fue ayer. Por nuestra parte la hemos disfrutado varias veces y las que nos quedan, que ojalá sean muchas, porque las etapas por estos parajes son inolvidables en cualquier estación, en verano está más concurrido pero igual de bonito.


     Volvemos donde lo habíamos dejado, o sea casi al principio y vemos con asombro que o bien el caudal del río ha variado mucho, o hicieron un atajo, o el ingeniero real se puso morado de vino de Borgoña.

Árbol con "Escoliosis agresiva".

¿Ha desaparecido el río o se desvió el ingeniero?

      Dejamos la fuente del Cura a la derecha y pronto llegamos a un puente que une un camino que viene de la Granja con dirección a la Cuesta de Valparaíso y posteriormente a Valsaín, antes hemos tenido que cruzar el arroyo de Valparaíso que con la crecida tenía mil ramales y nos ha costado algún rodeo, al lado del puente hay un bonito cartel.


¿Puente del Niño?

Cartel informativo.

Detalle.

       Continuamos disfrutando del entorno, de la buena temperatura y de la luz, un precioso día luminoso con algunas nubes que le añaden un suave toque de color, este tramo es placentero. Llegamos a la estación de aforos cuya función es medir el caudal que circula a esta altura, un cálculo a ojo de buen tonelero nos hace pensar que está bajando un caudal de aproximadamente 15 m cúbicos o lo que es lo mismo 75.000 vasos de caña por segundo, parecería mucho, pero viendo las estadísticas para el consumo de agua la sorpresa es mayúscula. Consultamos un gráfico que comprende desde 1987 hasta 2010, este nos indica una serie de datos como por ejemplo que el consumo diario de habitante/día fue creciendo constante hasta el año 2004 desde donde fue descendiendo hasta el 2010 año que dio una cifra de 144 litros/día, conclusión ¡qué razón tienen mi mujer y mis hijas! cuando me dicen ¡cierra el grifo! Caigo en la cuenta, la sequía nos es culpa del niño, es del "padre". Desde aquí puedo prometer y prometo rebajar el gasto de agua. A todo esto hay que añadir algún dato curioso más, por ejemplo, el gasto medio habitante/día por ciudades y nos da unas cifras medias para Madrid de 131 l. por habitante y día y para Bilbao de 109 l., se nos vienen a la cabeza mil ideas, a esto le añadimos el dato de la ciudad de Oslo con un gasto medio de 197 l., lo que nos indica que hay que gravar a los noruegos que vengan de vacaciones a España con un impuesto hídrico. Bromas aparte, todos estos datos nos convencen de las bondades de las últimas nevadas y de que todas son pocas, nos pueden llegar a molestar en los quehaceres diarios, pero son más grandes sus beneficios. De ahí viene el refrán "año de nieves año de bienes", le pedimos a nuestra suerte que no nos falte nunca el agua.

Estación medidora.

     Dejamos atrás los cálculos hidrográficos. A partir de este punto el río se encajona entre granitos y la ejecución de las Pesquerías se multiplica por dos. Al desmesurado trabajo del parapeto y enlosado hay que sumarle la laboriosa tarea de desmontar con el fin de ensanchar la garganta, por estos desmontes escurren preciosas cortinas de agua que le añaden más belleza al entorno.



¡Ojo! peldaños.


Cortinaje acuífero.

     Es indudable que la visita a estos lugares es de una magnificencia que en muchos puntos sobrecoge. El agua que corre desbordada fuera de los cauces normales conlleva el tener que abandonar intermitentemente nuestro camino y hacer algún rodeo ¡Estupendo! Nos deja ver el camino desde otros puntos de vista. Vemos también un edificio que suponemos pertenece a la logística de la central eléctrica que se halla aguas arriba.

La senda.


Granito, agua y musgo.

El pino y el roble embellecen más al camino si cabe.

Mucho hambre tiene la piedra.

    La idónea iluminación del día le da un encanto especial a todo el entorno. Seguimos admirando el camino. Pasamos al lado de un antiguo comedor utilizado tiempo atrás un día lluvioso por el Comando Peñota, hoy nos hemos librado de las lluvias. Llegamos al puente del Anzobero o Anzolero, así denominados en el mapa el primero y en el cartel el segundo, por otro lado, se da una verdadera casualidad y curiosidad al mismo tiempo, justo bajo nuestros pies pasa el túnel del AVE Madrid-Valladolid.

Cartel artesano.

Puente visto desde aguas arriba.

     Ruge el agua encañonado, suponemos que con el trote que lleva se oxigenará, que por cierto falta le hace. Ahora, el río y nosotros vamos flanqueados por dos tremendos taludes inclinados 45º de granito "macizo" por el que escurre una lámina de agua dando la sensación de estar cristalizado, precioso paraje granítico.

Margen izquierda.

Margen derecha.

      Salimos del pétreo y atractivo cañón y pronto vemos la escala de peces totalmente desbordada, incluso corre el agua por ambos lados, vamos, las condiciones idóneas para que les sea totalmente imposible a las truchas ascender por ella, baja mucho agua por aquí, a esto hay que sumarle el agua que sale por la conducción de la central, por ello es curioso que el agua suelte un olor un poco fétido,  la verdad lo veníamos notando, la felicidad completa no existe. Subimos y vemos una escalera para "patica corta", descubrimos que son de reciente creación porque los peldaños están hechos con radial.

"Salmonera".


Escalinata.

     Subimos la escalerilla y nos encontramos con el embalse del Olvido construido en 1926 con la finalidad de abastecer de electricidad a la Pradera y Valsaín que hasta entonces no contaba con ella. Parece mentira, pensar que hasta hace noventa años no les llegó la luz a los valisabinenses.

     Un rincón precioso, la presa es pequeña pero con mucho encanto, nos encontramos con una pareja ella de la Granja y el de Guadalajara, donde viven, aprovechamos y nos hacen una foto, charla y despedida. Continuamos y vemos el agua iluminado por la preciosa luz del día, atravesamos la pantalla hacia la Pradera.


Rebosadero.

Al fondo La Pradera.

Travesía de la presa, al fondo el Cerro Matabueyes.

      Una vez cruzada la presa por un canal estrecho por el que se pasa sin ningún miedo gracias a los "medios de seguridad", subimos unos peldaños y llegamos al mirador, donde preparamos el comedor. Para homenajear al promotor de las Pesquerías el rey Carlos III, hoy tenemos el menú que curiosamente cenaba él todas las noches, era de ideas fijas, se componía de "su sopa", un pedazo de asado, que normalmente era de ternera, un huevo fresco,  ensalada con agua, azúcar y vinagre y una copa de vino dulce de Canarias, todo esto nos lo sirvió el mayordomo del rey y una vez terminado el ágape, nos recogen la mesa. Nosotros nos vamos, subimos unos peldaños y nos damos media vuelta, vemos la idílica terraza comedor del día de hoy con vistas al "Mar del Olvido" .Sublime el sitio, el menú, el día y qué decir de la esplendorosa luz que inunda todo de unos colores primorosos.

La terraza y el embalse "inolvidables".

     Media vuelta ¡¡¡arrr!!!, nos vamos a...


     
     Aprovechando que cruzamos a  la civilización nos tomamos un cafetín, muy rico. Una vez terminado continuamos. Tomamos la calle primera y subimos hacia Buenos Aires, dejamos la Quinta a la derecha, (así somos los segovianos tenemos "Quintas avenidas" como en el centro de Nueva York)  cuando llegamos a la Segunda, a la izquierda. Aquí vemos la fotocopia del monumento de la Estación o viceversa, siempre que vemos estas maravillosas obras de arte, nos vienen a la cabeza las ganas de poder haber presenciado su construcción (cimentación, replanteo, aplomado, andamiaje, izado de materiales) y lo más grande, como subieron el nido de las cigüeñas a lo más alto. Lo dicho, nos encantan las chimeneas, no sabemos el motivo, buena pregunta para nuestra próxima visita a psicoanalista, nos dirá lo clásico, es un símbolo.... 

El Cerro Matabueyes al fondo.

     ¡Continuamos! No vemos los daños del fuego que hubo hace unas fechas, lo han arreglado rápido. Dejamos el pueblo a nuestra espalda y llegamos a La Pértiga del Nogal ¡Caramba! Nos encontramos con un viejo amigo, un roble (Quercus Robur) que posiblemente tendrá más de trescientos años, suponemos y curiosamente por extraño que parezca de nuevo bajo nuestros pies tenemos el túnel del AVE, unos cincuenta metros por debajo, una obra de ingeniería fabulosa de 28.5 km., una buena "chapuza" que también nos hubiese gustado ver su ejecución.

Los dos amigos.

Acopio 1

Un ejemplar mágico.

Acopio 2

      Nos acercamos a un mirador de obligada visita, preciosas las vistas, desde aquí se ve la tremenda  entrada o salida del  valle, empezamos por la izquierda donde vemos el Cerro Matabueyes, en centro el balcón se abre a la meseta segoviana y a la derecha vemos el cimborrio del Palacio, con unos colores preciosos gracias a la luz tan radiante del día de hoy y a su espalda, más alta y teñida de blanco, La Atalaya, nos encanta. Retomamos el camino y vemos un nuevo rótulo cortado por el mismo "sastre".


Nos encanta el informativo.

Embalse del potón



     Dejamos atrás el mirador, a la derecha el cerro del Puerco  y bajo nuestros pies el túnel del AVE. Pasamos por el paraje con el rotundo nombre de Pata de la Vaca, hacia la fuente del Nogal que la dejamos a la derecha, pronto pasamos el Puente Negro sobre el arroyo de La Chorranca, con el agua que bajaba nos quedamos con las ganas de acercarnos a ver La Chorranca, está lejos y es tarde, otra vez tendrá que ser. Llegamos al lugar de La Cruz de la Pasión, donde cruzamos una nueva pasarela en este caso el Puente Blanco, la misión de este es vadear el arroyo del Rastrillo que teniendo en cuenta que nace muy cerca de aquí es sorprendente la cantidad de agua que trae.

Puente Blanco.

     Nos vamos corriendo que desde que mi compi toma los "tripofanos" corre como un galgo. Llegamos a la puerta que corta el paso a carruajes y animales, salimos y nos encontramos otro letrero que curiosamente refleja calcada la etapa que hacemos hoy. Sólo una salvedad que hemos marcado en rojo desde el punto 10 al 12, saltándonos el recorrido que pasaba por el punto nº 11. Enfrente justo vemos, está con nombre, la puerta de Cosíos que  pertenece ya a los jardines del Palacio, lógicamente está cerrada. Echamos un vistazo, lo que nos permite disfrutar aunque sea mínimamente de la grandiosidad y belleza de los mismos. Viendo los jardines se oye "por los altavoces música barroca".

Calle Valsaín de los jardines del Palacio.

Etapa del día de hoy, en rojo el atajo que hemos cogido.

     Nos vamos y atacamos perpendicularmente a la CL-601, justo antes de llegar a la carretera nos vamos a la derecha por la acera, con muchos barros, pasamos frente a bonitas casas y en sus jardines hay algunos ejemplares de árboles esculturales, con bastante edad para estar jubilados y hay están, de pies y tiesos como velas de 30 m. de altura..

Secuoya.

      Continuamos paralelos a la carretera hasta que llegamos enfrente de la calle Carretera de Segovia, cruzamos y nos encontramos de frente el antiguo y artístico anuncio de PHILIPS,  - "es la reafirmación de la iluminación que ha tenido todo el día" - No sabemos  exactamente el motivo  que llevaba a los pintores encargados de tapar esos anuncios antiguos con lo bonitos que son, pero el tiempo es justo y les está devolviendo su añoso esplendor ¡Nos encanta! Estos no se pueden hacer con el ordenador, eran el producto de la colaboración de por lo menos un diseñador, un ceramista, un transportista, un ayudante y un alicatador que tendría que dar muchas vueltas a los azulejos para montar este puzzle y el resultado final es esa maravilla, que publicita la marca de la empresa que se fundó el 15 de Mayo de 1891 en Eindhoven, Países Bajos y llevan más de medio siglo haciendo su cometido.


Anuncio situado en el Cristo del Caloco.

Su "primostro" de La Granja.

     Aunque la claridad se va apagando, la maravillosa luz del día nos alumbra la calle que nos lleva de nuevo a la CL-601 que ha cambiado de rumbo en una "retonda" que vemos a nuestra derecha. Cruzamos y nos vamos a la izquierda e inmediatamente vemos enfrente,  no sabemos si será la fachada del parador antiguo, parece que está muy nuevo si es este, fue el primero de España o poco le faltó.


¿¿¿Antiguo parador???

     Seguimos a toda la velocidad, (mi compi va a tener que bajar la dosis de "tripofanos" o puede ser que tenga que empezar a tomarlos yo)  a la derecha y entramos en el callejón de Las Posadas, nos despojamos de los bártulos y nos vamos.

     Se nos va la luz, pero según vamos para casa vemos como los últimos rayos ya horizontales iluminan a la Mujer Muerta bajo su sudario.


Buenas noches.

     La experiencia lumínica del día ha sido inolvidable, ha conseguido que por la noche nuestro sueños hayan transcurrido viendo preciosos estanques cubiertos de FLORES DE LOTO con suaves y difuminados colores que nos han permitido descansar dulce y plácidamente, que falta nos hace.


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