Comando Peñota: Cañadas mojadas-03-07-16

03-07-16

LA LADERA

Hoy salimos a la calle a las 8.35 h, nos da el sol por la espalda sorprendiéndonos con un calor de bigotes, nos viene a la cabeza el fin de semana pasado y se nos ponen los pelos de punta.
Nos vamos a saltar el capitulo dedicado a nuestro termino municipal, solo podríamos decir que nuestro camino por el, es realmente penoso, gracias a los destrozos de una corta.
Llegamos a la frontera con Peguerinos, afortunadamente no ha llegado el “Peguerinexit”, la frontera esta abierta, no hay funcionarios de aduanas, no tenemos que enseñar el pasaporte, que por cierto no llevábamos, subimos y nos desviamos a la fuente Bellver para coger agua, mala noticia, malísima, el agua ha buscado otro camino y no sale por “o pitorro”, un desastre, la ultima vez que estuvimos aquí salía un chorro tremendo, no podemos llenar las cantimploras, una verdadera pena, seguimos y ahora si, en la fuente alta de Bellver, cogemos agua. Llegamos al collado, por la izquierda fuimos a Cueva Valiente, por la derecha fuimos a las Lagunillas, hoy optamos por tomar el camino del medio, llamado de los Rajuelos, la información que nos da el cartel da que pensar, cuando menos es curiosa, nos dice a la Casa del Comandante 36’, que medida es esa, 36’ ¿andando? ¿En coche? ¿En bicicleta?, vamos a comprobarlo, disfrutando del camino llegamos al paraje indicado y como el tiempo es relativo sopesamos y concluimos que aproximadamente es lo que tardaría uno que va un poco mas deprisa que nosotros, pero no estamos de acuerdo con esa forma de medir las distancias.
Es curioso la bonanza del tiempo, da gusto con el calor que hemos dejado atrás, incluso la flora se la ve mas primaveral, nos hemos encontrado con el coche de la intendencia de un campamento de chavales que le estarán esperando con ganas, y que dejamos atrás, siguiendo sus instrucciones, en el cruce de caminos a la izquierda (a la derecha le dejamos para la carpeta de pendiente), continuamos un poco mas y llegamos al embalse de Cañadas Mojadas, pequeño, pero con una ribera preciosa, un sitio idílico, que aprovechamos para descansar, mientras disfrutamos del entorno entre otras cosas, como por ejemplo de las libélulas, que por cierto llevaba mucho tiempo sin ver, nos llama la atención que hay bastantes que son de color azul eléctrico y solo una vino Burdeos, muy bonitas y después leyendo un poco sobre ellas en la LIBELULAPEDIA, no salimos de nuestro asombro, parecen frágiles pero son grandes depredadoras, un insecto muy curioso.
Ahora nos toca depredar a nosotros, daremos buena cuenta de unas mini barritas energéticas de León, lo otro y en marcha, vamos subiendo y antes de llegar a la famosa Casa del Comandante pensamos en tumbarnos a la Bartola un rato aprovechando el buen tiempo y el verdor del terreno, aprovechamos una pradera al lado del arroyo del Chuviaco, donde ponemos el ojo….., nido de arañas que nos cosen “a balazos” y nos echan rápidamente de sus dominios.
Nos cruzamos con el campamento que ya regresan y esta formado por 87 chavales y 12 cuidadores, muy majetes, seguimos y nos remojamos en una fuente que viene de la ladera del Toril con un agua riquísima y sobre todo fresquísima, un ultimo vistazo a LA LADERA del mismo que esta de postal con los piornos exuberantes, hierba alta y un verdor precioso, llegando de nuevo al collado nos encontramos con un chaval "amish" y dos chavalas, a una de ellas la tenemos que socorrer con crema solar, porque estaba como un tomate, hablamos y nos cuentan que están haciendo geocaching, no se les ve muy duchos, se han pasado y se vuelven con nosotros al cruce del collado donde les daremos unas indicaciones para que sigan con la búsqueda y nosotros iniciamos el descenso, de nuevo nos refrescamos en la fuente y ahora a tumba abierta, cruzamos la frontera y llegamos a la “zona de guerra” con los caminos “bombardeados” y con una nube “toxica” de polvo de tierra negra, la pasamos rápido y a la ducha.
P.D. después de la ducha decidimos añadirle otro nombre al camino del Burro Viejo, le llamaremos le ”Chemin du trois pié noire” en honor de mis tres antiguos amigos Alain, Roland y Jean Marie.