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domingo, 29 de abril de 2018





7-4-18

DE LA TRILOGÍA CEBREROS 


CAPÍTULO III


"Serratas" y "Visigotos"


     Después de disfrutar anoche de las revolconas y revolcones nos levantamos con el síndrome del "Chivato", teníamos un día más para disfrutar de nuestra estancia en Cebreros pero decidimos que nos vamos con el fin de solucionar el tema del coche, un desayuno contundente, nos despedimos de nuestros amigos que tan bien se han portado con nosotros y nos vamos.

     Una vez que nos ponemos en marcha el chivato deja de chivarse, nos lo pensamos y cuando llegamos a Hoyo de Pinares decidimos que vamos a finalizar el viaje como le comenzamos haciéndonos una etapa de las muchas que tienen identificadas en el término. Lo primero es lo primero, por ello compramos el avituallamiento y vamos allá.

     Nos decidimos por la ruta de la Necrópolis Visigoda y ermita de la Virgen de Navaserrada, para ello salimos del pueblo por la calle escultor Jorge Muller hasta el desvío al cementerio, allí aparcamos a la sombra de La herrén, aunque no hace falta porque está lloviendo. Nos pertrechamos, nos ponemos el "chubasqueiro", desandamos unos metros y tomamos un camino al este y nos encontramos la primera señal que nos indica que vamos por el buen camino.

Indicador múltiple
     Pasamos por una parcela que vienen los guardianes, cuatro perros muy alterados y un cabritillo.

El cabritillo cojo.
     Un poco más adelante abandonamos este camino y tomamos un sendero a la derecha que va semi paralelo a él. Llegamos a un puente sobre el arroyo de la Peguera, nada más cruzarle comienza un pequeño tramo de una calzada romana, suponemos que sería de tercer o cuarto orden, nos preguntamos qué ciudades o pueblos uniría, es un corto tramo y donde termina nos permite ver al cerro del Canto del Fraile, un pequeño jardín natural repleto de lirios azules entre muchas plantas más. Nos llama la atención un pequeño cercado en mitad del campo con una entrada coronada con un precioso dintel, a esto hay que sumarle la gran variedad de vegetación.


Variedad de flora.

Remate singular.
     Dejamos atrás la calzada, rodeamos La Mojonera y nos encontramos el porqué del nombre del cerro.


El Canto del Fraile.
     ¡Hay que echarle imaginación para ver al fraile! Continuamos a coger el camino de los Cameros a la derecha y vamos por él hasta que dejamos atrás la Vereda de los Higuerales y abandonamos el camino por la izquierda. Vemos a un lado y otro tremendos canchales  graníticos con diferentes remates.


Remate con pinos.

Remate encina con piornos.
     Vemos una chabola que ha tenido tiempos mejores, está hecha con granito y en su día  serviría para guardar el azadón.
Bonito marco para la planta.

Cocina encastrada.
     Es curioso la infinidad chozos, barracas, chamizos, etc. Como cada dueño es su propio arquitecto y albañil, se hace su diseño y pone los materiales que quiere o tiene a su alcance, el resultado es una legión de barracones distintos, todos bonitos. Una revuelta y nos encontramos la necrópolis visigoda ¡Como es la vida! No ves un visigodo y en diez días vemos dos, hace poco vimos las excavaciones del cementerio visigodo que se encontraba en la ermita de la virgen de los Remedios, hoy vamos a descubrir la necrópolis visigoda llamado de san Vicente por estar en ese paraje, muy bien señalizada, como toda la etapa.



La florida peluca del cartel.
Nombre del lugar.


     Curiosamente la metodología de los enterramientos es similar en las dos necrópolis que hemos visto recientemente, si tenemos en cuenta que la distancia entre ambas es de 80 km., caben muchas posibilidades. Puestos a cavilar, sabiendo que los enterramientos se hacían incluyendo en cada uno el ajuar del finado, no sabemos si hay algún museo en El Hoyo donde lo hayan depositado o si lo han expoliado. Las tumbas están en perfecto estado, solo faltan las tapas y su contenido. 

     La historia de los visigodos (Germánicos orientales) es admirable, nos dice que en pleno apogeo su reino acogía España, Portugal y una gran parte de Francia, en los tres siglos y medio que duró su reinado tuvo duras peleas con los "Brutos mecánicos" de los Suevos y Vándalos hordas germánicas occidentales de cabeza dura, también tuvieron sus más y su menos con los Alanos unos "Jomeinis" venidos incomprensiblemente desde el actual Irán. Convivió y expulsó a los romanos, lo mismo que harían los musulmanes con ellos acabando con su reinado, a todo esto le sumamos la belleza de sus monedas, descendientes de los romanos, los Tremís, preciosos. Les debemos la etimología de algunas palabras y algunos de sus sonoros nombres tales como Alarico, Recaredo, Gumersindo, Chindasvinto, Ataulfo, Turismundo, Leovigildo, Gundemaro, Sisebuto, Wamba, Recesvinto, etc., no es que seamos "machisticos"  lo que ocurre es que los nombres femeninos son menos agraciados a excepción de algunos de origen romano. Una cosa nos llama la atención, en su función de agricultores tuvieron la feliz ocurrencia de traer a la península las entre otras verduras a las alcachofas, de las cuales me declaro un incondicional, resumiendo, muy curiosos los "Visigotos".

     Dejamos atrás la sacramental y nos dirigimos a la ermita de la virgen de Navaserrada, ininterrumpidamente el camino va acompañado de viñedos en su mayoría antiguos, muchos de ellos se les ve abandonados, en otros se nota que no han dejado de cuidarlos y a otros se les nota un desamparo pasado y su posterior recuperación, en este tiempo de dejadez han nacido y crecido unos preciosos "pompones" que le dan su punto verde.


Viñedo contaminado de "pompones"
     Muy cerca nos encontramos las ruinas de la ermita, está desolada, suponemos que a su alrededor estaría el asentamiento de los "visigotos". No sabemos si  la Virgen de Navaserrada era arriana o cristiana, lo que si nos comentaron el día de la etapa de la ruta del agua fue que de esta ermita salieron la pila, el altar, el arco y el púlpito que hay en la actualidad en el paraje de El Fresne, donde acuden los hoyancos a la romería que hacen para festejar a su patrona la Virgen de Navaserrada.  


Cepa de vino santo.

Lo único que queda de la ermita.
    Hoy vamos a acogernos a sagrado y comeremos en la ermita, una experiencia religiosa viendo las seductoras vistas de las ruinas que tantas súplicas han escuchado, al mismo tiempo muy cerca canta el cárabo, lo que nos dice que viene la primavera, lo ratifican los prunus y almendros que nos deleitan con sus flores que además llenan el suelo de "copos".


Que nieva.

¿Flor de almendro?
     Abandonamos el lugar con dirección al Prado Horno y vamos por una senda que se le ve que tiene que ser muy antigua, su irregularidad, su angostura, solo pasa un borriquillo y su orografía nos dan esa sensación tan singular. Es precioso, corto pero de las veredas más bonitas vista por el Comando, al mismo tiempo tenemos una visión singular.


El Seroles y el Cerro de las Ánimas.
     Una pena que se acabe, llegamos a un magnífico camino que nos permite observar la belleza de la orografía, además de la multitud de flora diferente que hay hasta donde se pierde la vista.


El Solitario.


     ¡Prosigamos! A un lado y otro nos acompañan viñas, olivos, prunus y multitud de chozos muy desiguales pero recogen los aperos perfectamente y algunos son verdaderas obras de arte, nos encanta ver el trabajo de posiblemente siglos para conseguir  la actual formación agraria y menos de un siglo para la ejecución de los chamizos que le dan carácter a toda la etapa. Llegamos al mirador del Hoyo.



En primer término el campo santo, vista del Hoyo y al fondo la Llanada.
     Comenzamos a bajar. Dejamos la calzada romana a la izquierda y bajamos  a cruzar de nuevo el arroyo de la Peguera, esta vez más alto, cerca del paraje del Horcajuelo donde nos encontramos lo que creemos un cerezo, florido demasiado pronto.


Otro que va a empezar a nevar.
     Cruzamos el arroyo y nos encontramos al dueño del gallinero que nos recuerda que todas las gallinas tienen dueño, cosa que le tiene muy desmejorado y al borde del colapso.


El blanco, el jefe del corral.
     Pronto vemos el vaticinio de lo que será el final del altanero gallo que no se diferencia mucho del de los demás.


La tinaja multifuncional.
     ¡Continuando, que es gerundio! Rápidamente llegamos a la zona de la cruz del Serrano y cuando alcanzamos el desvío al campo santo le tomamos y llegamos donde aparcamos el vehículo. Nos liberamos de los palos y los petates, nos vamos y según bordeamos el pueblo por su parte alta vemos su iglesia que por sus formas geométricas y su falta de decoración delatan su estilo Herreriano. 


Iglesia de San Miguel Arcángel.
    Antes de salir del pueblo vemos lo que nos recuerda de nuevo nuestra problemática, un precioso anuncio de lo que se nos avecina.


Taller mecánico.
     Para alegrarnos un poco la vista y el alma nos despiden los magníficos ejemplares de no sabemos qué tipo de palmeras que están estupendas de salud.


Estan hermosas.




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domingo, 22 de abril de 2018

06-04-18 El Castañar

 



6-4-18


DE LA TRILOGÍA CEBREROS 


CAPÍTULO II


El Castañar



     Después de desayunar con nuestros anfitriones nos vamos, tomamos camino del Tiemblo, una vez allí, compramos pan, relleno, lo otro y nos vamos a dar un paseo por el pueblo. Justo enfrente del local en el que compramos el adobo nos encontramos con la iglesia de nuestra señora de la Asunción, la rodeamos y vemos la torre con las bolas que adornan las ventanas del campanario que entre otras cosas nos indican que su estilo artístico es un gótico sencillo. En la construcción se ven algunas heridas de la guerra y la nave de la iglesia reconstruida posteriormente. En una plazoleta a su espalda hay un monumento muy bien emplazado porque está dedicado a la "bendita" vendimia de los ricos vinos que da la reciente denominación de origen del vino de Cebreros.

Torre gótica Isabelina.


La nave principal.


Monumento a la vendimia.


     Continuando con el paseo llegamos a la plaza de San Antonio donde nos encontramos la ermita de San Antonio como no podía ser de otra manera, teníamos que averiguar de qué santo se trataba y rápidamente nos dimos cuenta que se trataba de San Antonio de Padua, que contrariamente a lo que se supone nació en Lisboa, lo que sí ocurrió fue que falleció en Padua un 13 de Junio, fecha de su celebración. No nos costó mucho darnos cuenta, en cuanto vimos la imagen y no se veía al cochinillo, quedó claro que no se trataba de San Antonio Abad el anacoreta. Es curioso saber que se terminó hace doscientos años en números redondos e íntegramente realizada gracias a las contribuciones de los paisanos del pueblo. Tiene una portada preciosa, barroca, con un pequeño rosetón, una imagen del santo en una hornacina, un llamativo campanario y media docena de pináculos rematando y embelleciendo la portada de la ermita del patrón de El Tiemblo.



Frontispicio de la ermita, ¿dónde está Wally?.

Nave.


     Una vez terminado el paseo urbano nos vamos en dirección a la Reserva Natural del Valle de Iruelas, vamos con las indicaciones de un paisano y tomamos la N-403a dirección Toledo, sin salir del pueblo, llegamos a una rotonda, donde veremos el bar la Bodeguilla, aquí a la derecha por la calle Recaudador. Pasamos por el control del Castañar, hoy está cerrado, parece que solo cobran en otoño cuando hay castañas, esto te da derecho a recogerlas, no sabemos cuántas. Dejamos la colonia de la Yedra y al mismo tiempo  el pueblo, seguimos ahora por una pista forestal. Dejamos a la izquierda el embalse de la Hinchona, pasamos por encima del arroyo de los Corralejos, está claro que la felicidad completa no existe ¡El estropicio! Sube la temperatura del coche y se nos enciende el chivato de la inyección, justo paramos al lado de una fuente, damos un vistazo, agua bien, aceite bien, miramos el "prospecto" del coche, nos dice que podemos andar poco y despacio, estamos a la altura del arroyo de Las Minas, a cinco minutos de nuestro propósito.



Entrada a la Reserva.

Fuente y área.
     No nos podemos aguantar las ganas de ver esta zona, sobre todo desde que nos enseñara unas fotos Fer hace ya bastante tiempo, tenemos que ir si o si, nos falta poquísimo. Después de enfriar el motor del coche nos vamos, en un periquete llegamos al área recreativa el Regajo donde se encuentra el aparcamiento en el que dejamos el coche, vemos la zona, es preciosa, tienen que saber de rechupete aquí las tortillas, hoy como es viernes hay poca gente.



Esperando las viandas y la gente.
     Nos aprovisionamos y comenzamos, por fin vamos a conocer el Castañar del Tiemblo. Donde termina el  parque giramos a la derecha en busca del famoso Abuelo. Veníamos comentando del coche y de pronto nos damos cuenta de que estamos en un sitio mágico, que te eleva el espíritu, nos da la sensación que los pies abandonan el suelo para ir en un vuelo bajo y lento hacia los muchos puntos que nos llaman la atención. Entre una miríada de castaños jóvenes descubrimos verdaderos monumentos, obras que la naturaleza ha tardado cientos de años en hacer y otros tantos en deshacer, a esto hay que añadir la ayuda humana que aprovecha la leña, materia orgánica, agua, esporas de musgo y ese organismo compuesto por un hongo, un alga y una levadura, el liquen, un espécimen fascinante, todo ello flanqueado por varios hijos del primitivo castaño, la visión de todo este cúmulo de circunstancias nos hipnotiza.


La corrala del castaño.
     Nos encontramos otra versión de los restos de un antiguo castaño, el clásico tocón, pero estos son gigantescos y de formas siniestras pero bellas.


Protuberancia.
     Volvemos al camino donde nos encontramo con el primer humano, baja con dos cámaras de fotos colgadas al cuello, le saludamos y comenzamos a charlar. Es un aficionado a fotografiar la naturaleza, viendo la diferencia de aspecto de las dos cámaras nos hace preguntarle por la que parecía de aprendiz, menuda sorpresa cuando nos dice que cuesta 1200 € y nos lo demuestra enseñándonos las preciosas fotos que ha hecho, rápidamente nos damos cuenta de las bondades de la cámara, además de apreciar su profesionalidad. Cuando le decimos nuestra procedencia nos comenta que ha venido varias veces al mirador de los buitres del Campo Azalvaro a fotografiarlos, nos comenta algunas curiosidades del lugar y nos da referencias, nos despedimos de Javier el retratista de la naturaleza y hasta la próxima vez que venga a el Espinar a "capturar" buitres.

     Avanzamos un poco y nos encontramos el refugio de Majavilla, exteriormente está en perfecto estado. Le echamos un vistazo al interior y nos sorprendemos cuando le vemos por dentro, está decorado con unos dibujos muy bonitos hechos por un artista ¡Precioso! Solo una salvedad, los tontos abundan sobremanera, como se puede ser tan idiota, no te das cuenta que fastidias un trabajo bien hecho y agradable a la vista, pues no, viene un imbécil desde no sé dónde a estropearlo, escribe el nombre de su novia, el de sus amigotes y el suyo ¡Píntalos en tu casa que a los demás no nos interesa! ¡Gaznápiro!.


Bonito refugio.

Cómo nos mira.

La castaña.
     Dejamos atrás el refugio con sus bonitos dibujos y nos vamos en busca del Abuelo que cae cerca, rápido le descubrimos precedido por un gran ejemplar de pino resinero desubicado porque es el único del lugar. Ahora vamos a disfrutar de la foto que nos enseñó en su dia Fer, pero ahora en la realidad. Es bello, magnético, su visión atrae, una pena que esté muerto, afortunadamente está rodeado de su prole que perdura, no nos ha decepcionado, no podía ser de otra manera, después de acumular entre 800 y 1000 años de experiencia, una obra de arte.

No es racista, es amigo del único pino que se ve en todo el entorno.

Carácter.

Su mejor perfil.
     Cerca vemos a otro vecino que despierta nuestro interés, nada más verle nos viene un nombre a la cabeza para él, "Brazo Hierro", tiene una rama descomunal y atractiva.


El apéndice.
     Nos vamos a seguir las directrices de Javier, la magia continua allá por donde vayamos, afortunadamente hay buena luz lo que nos permite ir tranquilos, de otra forma las siluetas de castaños viejos y sus restos, de los que vemos muchos ejemplos podrían parecer cíclopes, trolles, kraken, basiliscos, minotauros, dragones y chupacabras, lo que se podría llamar el imperio del mal a lo que en realidad es el señorío de la belleza.







       Tanto disfrute nos abre el apetito, nos vamos a comer un bocata de pan de el Tiemblo con chorizo de no me acuerdo que pueblo de Ávila.com y un poco "de lo otro" de Cebreros, como no podía ser de otra forma la experiencia fue casi religiosa, el chorizo estupendo, lo otro, es de Cebreros todo dicho, pero el pan, como decirlo..., pan celestial, el pan era de los de antiguamente, un pan candeal hecho a la antigua usanza, no sé cuántos años llevamos sin comer un pan candeal tan rico, seguro que más de treinta años ¡Delicioso! lo compramos en la Panadería Samaniego C.B., una "estrella Michelin" para ellos. Hoy sí que podemos decir aquello de al pan, pan, al vino, vino y al chorizo, chorizo, memorables las delicatessen de El Tiemblo. Vamos a continuar, pero, nos acordamos del coche, ¡Maldito roedor!, Nos corta la digestión, nos tendremos que ir pronto para analizar el estropicio, tendremos que dejar para otro día las indicaciones de Javier. Nos vamos pero es imposible dejar pasar tanta belleza sin mirarla ¡Volveremos!  


Empedrat.

¡Que  te come!

¿Dónde está Wally?



¿Dónde está Wally-2?


Tocón en condiciones.
     Un poco más adelante nos encontramos otro tocón, esté muy especial, con paciencia podemos contar los años que tiene, bueno también hace falta añadir un mucho de imaginación y tiempo, aunque parece pequeño tiene más de un metro y medio de diámetro.



Tocón marmita.
     Estuvimos a punto de meternos dentro pero lo pensamos mejor, si nos metemos no salimos, era muy profundo. Nos vamos y antes de llegar al área de recreo vemos la fuente de Los Cazueleros, no hace honor a las fechas, no sale ni una gota de agua. Antes de irnos, una reflexión, ver este lugar con hojas, presunta maravilla y en el otoño puede ser el no va más, conclusión tendremos que volver.


Ha vivido mejores tiempos.
     Llegamos al coche, tendremos que enfrentarnos al problema, nos vamos, se  enciende el chivato, "Se masca la tragedia", vámonos despacito, tenemos que hacer una parada obligada. Durante la subida hemos visto unos cordones que cruzaban el camino entero, veamos lo que es, rápidamente nos damos cuenta, tremendas hileras de asquerosas orugas amenazándonos con sus pelos urticantes, si vemos pocas las pisamos (Que nos perdone el creador), pero el caso de hoy es espeluznante, vemos decenas, una verdadera "Pandemia", realmente tienen la zona completamente tomada.


Procesionaria del pino.
     Seguimos bajando por la garganta de la Yedra, hacemos una parada en el parking del mirador estelar de El Tiemblo, llama la atención. Situado al lado del embalse de la Hinchona, nos acercamos a los rótulos explicativos, es tarde, han llegado antes las hordas de los vándalos y los han estropeado, normal, que les importan las constelaciones que están a años luz de la tierra, en realidad no saben lo que es una galaxia y lo que es peor, no se lo preguntan.

     Aprovechamos la parada y nos asomamos a la garganta para ver la presa, afortunadamente porque lo que descubrimos, nos encanta, con una salvedad, salta a la vista la tremenda plaga de procesionaria que invade a los pinos, solo de verlos nos pica el cuerpo, nos quedamos con la vista del bonito valle que hace el río Yedra.

Se aprecia la plaga de nidos de oruga.

     Después de darnos cuenta de lo que abundan los capullos, continuamos, llegamos a Cebreros, nos damos un paseo,  adosada a la plaza mayor vemos la iglesia de estilo Herreriano, tenía otra más antigua, en la actualidad acoge el museo de Adolfo Suárez.


Iglesia de Santiago Apóstol.
     Nos vamos a la "Fonda del Sopapo"  de nuestros amigos Bea y Jesús, hoy nos van a dar de cena unas estupendas revolconas, ya nos estamos relamiendo.

     Una vez vistos los acontecimientos hemos sacado una conclusión, con las etapas que nos han quedado por hacer hemos llenado dos carpetas de pendientes.



     
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