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domingo, 14 de febrero de 2021

Escarabajosa de Cabezas-Cantimpalos

 

16-01-21

"Unas gotitas de …"


         Por prescripción de la presidencia de la diputación nos vamos nada más y nada menos que a Escarabajosa de Cabeza. Es curioso que el nombre no procede ni de escarabajos ni de escarabajas, hace siete siglos su nombre era Escaravaiosa que venía dado por la abundancia de escaramujos, posteriormente se le añadió de Cabezas por que dependía de un sexmo llamado así. De cualquier forma tienen que dar gracias a su suerte porque no le derivaron del nombre con el que se le conoce vulgarmente que es el famoso tapaculos, pensándolo bien sería un nombre rotundo, “Tapaculosa de Cabezas” lo dejaremos estar…


        

        A la entrada del pueblo nos encontramos como viene siendo lo normal el ya clásico potro, se le ve que está recién acicalado, lo único que este no tiene techo.


El silencio del potro.


        Dejamos atrás el esqueleto del potro, la nave, el remolque, el campo "solado" de blanco y a todo esto hay que añadirle ese elemento que tanto dice como es el silencio que unido a la soledad le dan a la estampa un aire muy bucólico. Dejamos al potro en un mutismo conmovedor y continuamos para aparcar en la calle Real esquina a la plaza del ayuntamiento que está abarrotada por cuatro señoras simpatiquísimas que hacen la compra al dicharachero frutero que se "acoge a sagrado" aparcando la furgoneta en el flanco este del campanario de San Benito Abad. Bonita iglesia, con una mezcla barroca de románico y mudéjar, prueba de ello es el soportal que acoge una bonita portada con cinco arquivoltas de ladrillo, sencilla y luminosa, enfrente suyo hay un elegante árbol que no estábamos seguros de que fuera un almez, posteriormente preguntamos a los "súper cicutas" que dictaminaron que podría ser un ailanthus altisima o árbol del cielo, para confirmarlo tendremos que verle esta primavera con su follaje. La veleta está invadida por un par de docenas (no cabe ni uno más) de pájaros, a lo que hay que añadir una paloma que está sobrevolándola a la espera de que le den pista. 

Recién maquillada

¿Árbol del cielo?

Veleta repleta.


        La rodeamos hasta la esquina que forman las calles Yanguas con Monzoncillo, preciosa conjunción de topónimos auténticamente segovianos, punto este que coincide con un descansadero de la trashumancia.


"Coordenadas segovianas".
Pues descansaremos.


        Ya desde aquí nos vamos por la calle Real saliendo pronto del pueblo para tomar lo que posteriormente caeremos en la cuenta que se trata del Cordel del Camino Real (de 45 varas -37,61 m- de anchura) que como todas las cañadas con el tiempo ha encogido y que coincide "casualmente" con el nombre del descansadero que veíamos anteriormente en el pueblo y que hacia el recorrido desde Mozoncillo hasta enlazar con el cordel de Santillana cerca de Segovia. Se nos estropea la etapa cuando empezamos a sentir unos efluvios que cada metro que avanzamos se hace más intenso, pronto caemos en la cuenta que se trata de la esencia  "Eau du Cochín" que procede de una nave que dejamos a la derecha, afortunadamente veníamos de cara al viento y según avanzamos lo dejamos atrás y volvemos a disfrutar del aire limpio y fresco que predomina el día hoy, nos acercamos a la "catedral" de Las Correderas realizada con 2327  macro alpacas de paja.

¿Dónde está Wally?


           No podemos dejar de echar un vistazo al sur donde vemos la silueta de La Mujer Muerta, Montón de Trigo, Siete Picos y Peñalara todas ellas recortadas sobre el horizonte, postal velada por una ligera bruma que se levanta por la acción del sol y que embellece el contorno tan conocido para nosotros, entre tanto dos aviones que suponemos que no tardaran mucho en aterrizar en el aeropuerto de Madrid sobre vuelan la estampa.

Meseta-sierra.


        Antes de llegar a El Cambrano, el Cordel del Camino Real tuerce a la izquierda y nosotros con él y divisamos una nueva "catedral", la de Valtodomingo, esta es más grande aún, está formada por 3923 macro paquetes y aquí va a ser difícil encontrar a Wally.

Échale agua a la burra que paja ya tiene.


        Cuando llegamos a El Viñazo nos encontramos con un nuevo amigo, que no sabemos con qué le lavaran para que esté tan blanco.

El 3232.


             Entramos por la calle Regaluces a Cantimpalos, conocido mundialmente por ser un gran productor de embutidos, con su marca protegida del chorizo de Cantimpalos, hoy en día le han añadido la morcilla, pancetas, jamones, etc., cuatro regates y nos presentamos en la iglesia, enfrente justo de la puerta nos han colocado un banco que nos viene de perillas para sentarnos primero y a continuación abrir el hatillo para extraer nuestro -teesoooooro-, el bocadillo y lo otro, de los que damos cuenta con gusto, al mismo tiempo disfrutamos de la iglesia gótica del siglo XV que se la ve recientemente restaurada.

Desde nuestro comedor.

Ábside con sus rectos contrafuertes.


        Y ahora nos hacemos un recodo del fraile por el pueblo semi desierto pasando por la plaza mayor (todo cerrado), Travesía Presa, puente sobre el arroyo de los Alamillos por el que baja un hilo de agua. Antes de salir nos encontramos con uno de los "graffitis" más antiguos que se conocen y que publicitaba un abono para la utilización por parte de los agricultores.

Ácido nítrico.


         Salimos de pueblo y ¿por dónde? Como no podía ser de otra forma nos vamos por la calle...



        Vamos bien, en principio tenemos que ir por el arcén de la SG-V-2113 que no nos importa dado el escaso tráfico que tiene. Llegamos hasta el arroyo de los Papeles de escaso caudal y desde aquí nos vamos por la izquierda, por el camino de San Gregorio subiendo una suave pendiente que nos deja en el otero del  mismo nombre en el cual a la izquierda se sitúa el vértice geodésico de "San Goyo" (903 m.). Son curiosos estos vértices geodésicos mesetarios que parece que no vas a ver nada pero tiene una condición común a todos ellos, tienen visión diáfana de los 360º de lo que disfrutamos nosotros. Desde aquí mirando al noroeste vemos el campanario de Escarbajosa, si volvemos la vista al sureste nos encontramos con el de Cantimpalos y dominamos visualmente toda la meseta. Después de leer sobre él, la historia nos vuelve a sorprender, el nombre del hito viene de una pequeña ermita que hubo en este punto hasta hace dos siglos y que tenía el nombre de San Gregorio Nacianceno (ignoto) defensor  contra plagas y pulgones de los viñedos que antaño llenaban estas tierras. A día de hoy no queda ni una piedra de la ermita ni una viña.

Vértice geodésico n.º 45705.


        Desde aquí vemos a nuestra espalda el campanario de Cantimpalos y de frente al fondo el de Escarabajosa donde tenemos situada la meta, quiere decir que nos queda poco y en suave descenso. Al noroeste, no muy lejos divisamos cuatro o cinco docenas de buitres bien alimentados, en lo que imaginamos un comedero que suponemos que rellenaran con los sobrantes de los varios mataderos de cerdos de los que sacan las carnes para los famosos  embutidos de Cantimpalos y no debe ser poco lo que les suministran, se los ve que están en las quince arrobas, a duras penas hacen cien metros para volver al suelo para hacer la digestión.

        Y nos vamos tan contentos hacia la meta, hasta el momento que entramos en la "fábrica de perfumes", descubrimos en principio el aroma del "Jamón Jamón de Cacharel", pronto se le une la fragancia del "Aqua di Porko de Armani" se le suman unos efluvios de "Aire de Gorrín de Loewe" a esto se le añade el "G´orrinore de Dior", unas gotas de  "Cochín nº 5 de Chanel" y el sumun de los perfumes porcinos "Pata Black de Yves Saint Laurent", la suma de todas estas lociones nos acompañan y nos empujan fuertemente hasta el pueblo, suponemos que los escarabajenses estarán acostumbrados a que cuando sople el viento del sur tienen que padecer esta maldición ¡es increíble! Corriendo hacemos una foto del campanario que no pudimos hacerla esta mañana porque estaba el frutero y nos vamos. Una pena acabar así este bonito día.



        
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