1-4-18
Bonito día elegimos para volver a un lugar que nos trae muchos recuerdos por las múltiples visitas, muchas de ellas con nuestras hijas, Jhony y Morrosko.
Aparcamos muy cerca de la SG-722 y del barrio de Matute desde donde arrancamos la etapa de hoy. Acompañamos en su descenso al río Moros. Después de las muchas veces que hemos visitado este paraje de Valdecerrada vemos al río muy crecido y precioso, la idea es acercarnos a Valdeprados y hacia allí nos dirigimos. Adelantamos a una pareja que oteaba el horizonte en busca de aves rapaces, ahí les dejamos que están muy ensimismados. Hoy nos acompaña el Morrosko, cuando nos quedamos solos, es feliz. Llegamos a la altura de los Matorrilos, en su ladera se ven varias cuevas, en la de la fotografía nos resguardamos en una ocasión de un aguacero hace unos años.
El Paraguas. |
Nos adelantan los observadores de rapaces, no los habíamos conocido, viven en El Espinar. Charlamos con ellos, como nos dicen que van a ir por Los Cuarterones, cuando nos despedimos, nosotros decidimos ir por el camino de La Minas para liberarles de la presión de Morrosko. Cuando vamos a llegar nos encontramos con un nuevo arroyo, no le habíamos visto correr nunca, nos damos cuenta que tiene a la derecha un puente, muy precario, pero pasamos. En este punto nos encontramos con una pareja, muy simpáticos, ella se troncha y él es el hombre que "susurra a los perros". Un rato agradable. Nos despedimos y nos asomamos al puente sobre el río, vemos que baja mucho agua, pero, nos viene a la memoria que hace exactamente un mes subimos por la Garganta hasta los pantanos y recordamos aquel agua, transparente, de un verde turquesa clarito, ¡Que no daríamos por ese agua!, ahora le vemos pasar a nuestro pies, de otro color, por supuesto más feo ¡Vámonos! Teníamos pensado ir a Valdeprados, cambiamos de planes, cruzamos el puente y nos vamos a las Vegas que no hemos ido nunca por aquí ¡Camino nuevo! Es una subida que en verano tiene que castigar, pero hoy es muy llevadera. Hacemos un alto en El Berrocal y miramos al este, hacia el Alto del Pilón, que siempre le veíamos desde abajo, volvemos la cabeza al noreste, allí descubrimos Valdeprados, con su torre del castillo y de la iglesia recortados sobre el horizonte
Al fondo a la izquierda Las Muertecinas. |
Continuamos subiendo hasta que llegamos a un cambio de rasante, desde aquí vemos la cantera.
Cantera las Suertes. |
Desde aquí también se divisan Las Vegas, la vista nos dice que es más grande de lo que creíamos. Ahora bajamos tan ricamente. Llegamos a un cruce que más que una cruz es una equis, nos llama la atención una señal indicadora, sencilla y bonita, curiosamente vemos la tierra sembrada de grava, ¿será posible que de nazca algo en estas tierras?
A Valdeprados por allí. |
A continuación llegamos al paraje de Las Cruces, la denominación le viene como anillo al dedo, nos encontramos un mínimo de tres cruces en pie y alguna más en el suelo desmontadas, suponemos que para una posterior recolocación, también nos encontramos la reluciente ermita de la Virgen del Rosario.
Cruz del Calvario. |
2ª cruz. |
Qué bonita está. |
3ª cruz. |
Aquí tenemos un entorno inmejorable para disfrutar al sol del piscolabis bajo la protección de la virgen del Rosario. Comenzamos la marcha de nuevo y entramos al pueblo por la calle Ermita que nos lleva a la calle con el conocido nombre de Cantarranas, nos gusta cómo suena, nos preguntamos ¿será familia de la del Espinar? esta nos lleva a la calle Arroyo que también podría ser denominada rambla, por ella baja un arroyo que posiblemente en tiempo de crecidas cogerá toda la calle.
Bonito rincón al principio de la calle Arroyo. |
Cruzamos por debajo el puente sobre el que cruza la SG-722 a la que accedemos por el paseo Rodeo. Cruzamos y vemos enfrente el bar el Caño, están recogiendo la terraza, suponemos que hoy domingo el personal se va para Madrid. Llegamos a tiempo, nos dejan una mesa y unas sillas. Hablamos un rato con el camarero que nos indica que nos podíamos acercar a las caleras, de las cuales se extrajo cal para las obras del Monasterio del Escorial allá por los años 1564 y pico, reinando el tocayo de nombre de nuestro actual rey pero de diferente numérico Felipe II, metemos en la carpeta de pendiente la etapa de las caleras. Tranquilamente nos tomamos un cafetito relajante mirando al tremendo Pilón que es sin lugar a dudas el actor principal de la plaza.
El Caño. |
Iniciamos de nuevo el camino y nos vamos a acercar a la iglesia que vista de lejos parece monumental. Bajamos como no podía ser de otra manera por la calle Iglesia y efectivamente nos topamos de frente con ella ¡Está radiante! Varias cosas nos llaman la atención. Vemos un campanario que curiosamente tiene un cierto parecido con una espadaña, se la ve que la han reparado recientemente. También resaltan unos escudos heráldicos en perfecto estado, suponemos que estarán también recientemente restaurados, estos pertenecían a la familia de los Segovia señores de estas tierras durante muchos siglos, familia que encargó el proyecto de ampliación a Rodrigo Gil de Hontañón, a esto le tenemos que añadir un dato que nos llama poderosamente la atención: en el año 1570 se encargó la dirección de esta obra a un maestro cantero de El Espinar de nombre Juan del Camino que también trabajó en la de Otero de Herreros, lo que quiere decir que hay un poco del buen hacer de los canteros del Espinar en el alma de estas iglesias. A todas estas curiosidades hay que sumarle el nombre, iglesia de Santo Tomás de Canterbury, tomar el nombre de Thomas Becket, arzobispo de Canterbury sede del líder espiritual de la iglesia anglicana en Inglaterra, vamos lo que se dice unos adelantados a su tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que su fecha de construcción data de mediados finales del siglo XVI. Mucha historia rodea esta iglesia, incluso el cementerio que esta adosado a su espalda, nos ha faltado un detalle, poder ver su interior, otro día volveremos a verla por dentro, pensamos que tiene que ser muy bonita y de paso veremos el alma del Espinar.
Reluciente. |
Rehabilitado recientemente. |
Partimos hacia el camino de Otero que tomamos a la derecha, dejamos atrás Las Cruces y la ermita del Rosario, tomamos de nuevo el camino de las Minas, ahora en sentido inverso, llegamos a la Peña de la Colmena y comienza el descenso, un poco más adelante vemos un camino que sale a la derecha, desde este punto vemos cómo ha crecido Valdeprados en un rato.
Parece otro. |
Arrancamos de nuevo y nos vamos dirección al río por un camino de tierras ocres, nos gusta mucho el color, pero seguramente con la lluvia no será tan gustoso, se pegaría al calzado, las piedras que hay en los márgenes son preciosas.
¿El dragón? |
Bajamos un poco más y llegamos al Moros, esta vez subimos por su margen izquierda vemos la buena salud que desprende.
Río Moros. |
La visión del río en suave descenso en este paraje es sumamente relajante, viene bien este tramo para rematar un día tan bonito, no conocíamos este camino, con la de veces que hemos estado enfrente, parece mentira, vemos a la derecha algunas lagunas, que rodeadas de verde se nos presentan muy atractivas. Nos encontramos a nuestra derecha la que nosotros creíamos erróneamente la ermita de Nuestra Señora del Rosario y que hoy aprendemos que en realidad es la ermita de la Virgen de Matute, craso error, en nuestra defensa tenemos que decir que así se la denomina en el mapa oficial.
Ermita de la Virgen de Matute, |
En el año 1603 se fundó la cofradía de la Virgen de Matute y posteriormente se hizo la ermita de la que es patrona de Las Vegas de Matute, cuya fiesta se celebra el primer fin de semana de septiembre.
Continuamos por lo que nos parece el paseo de un jardín melancólico y llegamos a una chopera cuya vista es sumamente sugerente.
Paseo de los melancólicos. |
Nos parece mentira no haber cruzado nunca la frontera y no conocer la belleza de la margen izquierda. Bueno ahora lo sabemos y volveremos, se nos acaba lo bueno, llegamos a Matute.
Un nieto del primer señor del Lugar Don Diego de Segovia que nació en las Vegas fue virrey y capitán general del Perú el 16 de diciembre de 1734.
Al subir a la carretera aceleramos el paso para pasar el puente rápido aunque vemos que inteligentemente tiene parapetos.
Moros rivers. |
Cruzamos el puente y vamos a la canadiense que hay a la izquierda por donde vamos al coche, felices del maravilloso día que hemos pasado en este sitio, una vez más, hasta la próxima, volveremos seguro.
Con esto mandamos un recuerdo para nuestros amigos de las Vegas que están repartidos por todo el mundo, Madrid, Perú, incluso en San Rafael tenemos algunos y otros que nos han dejado.
Powered by Wikiloc
No hay comentarios:
Publicar un comentario