Si el año pasado terminamos con la "última de ferias", no puede ser de otra forma y este año 2018 comenzamos con la "primera de ferias". Como el primer fin de semana coincidió con la fiesta de Reyes estuvimos muy atareados, recibiéndolos en la cabalgata, después disfrutamos del convite hecho por las Peñas, un poco pasado por agua todo sea dicho, posteriormente, pronto a la cama a dormir con ilusión y esperar la llegada de los Magos. Alegría y júbilo, los Reyes nos han traído unos calcetines circulares y unos "gandolflios" de pingüinos elegantes y preciosos. Después de disfrutar un rato, nos tomamos una achicoria con el exquisito roscón hecho por la cocinera del Comando. Concretando, un "finde" familiar estupendo, los Reyes además trajeron también para todo el pueblo la ¡nevada del siglo!
Esta nevada nos hizo pensar en la posibilidad de hacer una etapa de senderismo invernal, entendiendo por invernal caminar por el monte con cantidad de nieve. Como no habíamos hecho nunca, lo hablamos en el cónclave del Comando y decidimos que el próximo fin de semana la haremos.
A raíz de la conversación nos oyeron los Reyes y como son magos se dieron la vuelta y nos trajeron otro regalo más, unas polainas para andar sobre la nieve, ahora sí que sí.
Así ha sido, el domingo día catorce onomástica de san Fulgencio para más señas, hemos decidido subir a Cabeza Reina, vemos desde casa que parece que se ha quitado algo de nieve.
Con todo preparado para marchar recibimos una llamada de unos amigos, vienen a San Rafael a dar un paseo por la nieve, les comentamos los planes y se apuntan.
Cuando llegan ven con sorpresa la importancia de la nevada, no vienen preparados del todo, les buscamos unas polainas, las encontramos y nos vamos.
Arrancamos desde el apeadero, nos vamos por el andén dirección Segovia y a los veinte metros nos entra un ataque de risa ¡Que montón de nieve! Los pesos ligeros se hunden bastante pero a los pesos pesados nos llega la nieve hasta los trocánteres. Rápidamente somos conscientes de que va a ser imposible hacer cima (que bien suena, hacer cima) ya cuando se nos pasa la risa decidimos seguir y hasta donde lleguemos. Bajamos del arcén por su final, cruzamos la vía y al otro lado nos encontramos un muro de hormigón camuflado bajo la nieve, le salvamos y cuando estamos los cuatro arriba pasa un tren de las cuatro unidades que pasan al día, en otras circunstancias la Liebre habría consultado los horarios pero hoy estamos como los niños con zapatos nuevos, como así es realmente.
Aunque todo el suelo está blanco distinguimos el camino que tenemos que seguir, pronto vamos aprendiendo, rápido nos damos cuenta de la suerte que tenemos, hace buen día, buena temperatura y lo realmente bueno que tiene el día es que está nublado, porque de otra forma sería imposible. Caemos en la cuenta que todos los esquiadores llevan gafas ahora sabemos porque, si hubiese salido el sol ya estaríamos ciegos, que barbaridad, ¡que blancor!, parece que han lavado a Cabeza Reina con "Mi Vanish" está tan blanco que te hace daño a la vista. Disfrutamos de lo ignoto pese a que los nuevos nos llevan a gancho, que velocidad llevan con la ingente cantidad de nieve que hay, encima con los impedimentos que nos encontramos atravesados en el camino.
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Pino caído por el peso de la nieve. |
Ya sabemos a ciencia cierta que no podemos hacer cumbre, no tenemos tiempo, estamos poco preparados, además de no tener tiempo porque no nos hemos traído los focos, la falta de costumbre nos grava la subida. Hay conatos en el grupo y algún pequeño motín, dándonos a entender que nos demos la vuelta, continuaremos un poco más. Vemos a nuestra derecha una obra de arte, que aunque parezca mentira está hecha al alimón por miles de escultores a la vez y realmente han realizado una obra preciosa.
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"Totem di termita" |
Seguimos disfrutando del blanco puro como el traje de una novia, nieve y nieve, pasamos por zonas con setenta centímetros de nieve, tenemos nieve para rato. Nos desviamos a la derecha por un presunto camino que ahora a nivel se nos hace más cómodo, llegamos a la fuente de la Majada Alta donde haremos una parada de avituallamiento. Repartimos los víveres y damos buena cuenta de ellos que ha sido corto el viaje pero intenso y nos ha abierto un apetito voraz. Una vez terminado el frugal tentempié nos hacemos una foto para inmortalizar el día y nos vamos de vuelta.
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La cordada al completo. |
Dejamos atrás el cerro del mismo nombre que la fuente y empezamos a desandar el camino y aunque nuestros compañeros tienen prisa no podemos permitir que se vayan sin conocer la famosa cueva de Cotarra ya que vamos a pasar cerca de ella. Siempre que oímos cueva se nos enciende una luz en el cerebro. Comentamos que posiblemente la cueva sería en un principio una pequeña mina de no sabemos qué mineral y que una vez abandonada un innovador adelantado a sus tiempos, suponemos que hablamos de los años sesenta en adelante, (nos tendremos que enterar, seguramente que Jesús lo sabrá) la utilizó para el cultivo del champiñón. Lo que quiere decir que los únicos fantasmas que tiene esta cueva son los Agaricus, que al ajillo están deliciosos. Bien, tras una bajada dificultosa dada la pendiente y el gran manto blanco vamos a llegar a la boca de la cueva ¡Cuidado! Hemos asustado al abominable hombre de las nieves, el tiempo justo para hacerle una fotografía antes de que desaparezca. Llegamos a la cueva y la vemos que está casi tapada por la nieve, la boca justa por la que entra y sale el kunk de Cabeza Reina. Entramos en su guarida e inmortalizamos el momento, mientras estamos aquí miramos para atrás por si viene el pies grandes. Durante el tiempo que estuvimos allí no volvió, pero hasta que no nos fuimos no se nos fue el miedito. Nuestros nuevos compis no habían visto nunca ninguno, cuando lleguen a Madrid ya tienen historia para contar.
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Big feet. |
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Se han acabado los champiñones. |
Vámonos antes de que vuelva, subimos de nuevo dificultosamente al camino, mirando de reojo a nuestras espaldas por si venia, en este punto sí que pensamos que nos teníamos que haber traído los esquís para irnos deprisa, podríamos bajar hasta la casilla de salida, como no ha sido así seguiremos disfrutando del último regalo de Reyes, nuestras maravillosas polainas, estupendas, miramos a la izquierda y vemos a dos pobrecitos que están en porretas.
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Desnuditos, que frio. |
Seguimos bajando y cantando, aunque el día casi lo pida hoy no tocan villancicos, se nos ha metido en la cabeza el "blanca y radiante va la novia" que por varios motivos nos llena de felicidad, cruzamos un claro del bosque y se nos aparece un monstruo gigantesco.
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El transformer. |
Se nos ha pasado el sustito y continuamos trastabillando por encima de la nieve hasta un claro que nos permite ver Aguas Vertientes cubierta por la niebla que nos tapa la vista de la etapa que hicimos el último día. Es curioso pensar en ella con un día tan despejado que nos llegaba la visión hasta los confines del mundo, aunque la vista de hoy es preciosa.
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La cuenca del arroyo Mayor con flequillo de "prófugo". |
Damos cuatro pasos y por otro claro vemos en la ladera del Peñoncillo uno de los genuinos de San Rafael, el Peñón.
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Juan Plaza. |
Nos vamos del tirón, ahora que estamos cerca del final casi nos dan ganas de darnos la vuelta, bueno, la próxima vez será, ya estamos en el andén, aquí empezó todo, estamos esperando que se nos pase el susto, parece mentira pero de nuevo cruzando las vías venía otro tren, tropezamos dos veces en la misma piedra, afortunadamente estamos vivitos y coleando, nos vamos y estamos seguros que nos acordaremos de esta jornada, otro maravilloso día "blanco y radiante..." como el traje griego de novia de nuestra "Coco di Peñota".
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Final feliz. |
P.D.: Una bonita jornada la disfrutada con nuestros amigos Nana y Pablo que siempre que vienen traen la abundancia, lo mismo les da que sea nieve, boletus, o lo que toque.
Do Fa Do
Blanca y radiante va la novia...
Nos vemos en la siguiente.
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¡Qué día más bonito! Quiso el destino que llamásemos a nuestros amigos en el momento adecuado y, su empeño en conseguirnos material para poder andar por el bosque nos permitió unirnos a su aventura blanca.
ResponderEliminarUn día realmente bonito, espero que Pablo no perdiese un píe. A día de hoy tenemos de nuevo una nevada tremenda, llevamos una semana sin andar por culpa de los catarros y si podemos mañana nos daremos otra vuelta por la nieve, si venís estais invitados, un abrazo
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