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sábado, 3 de febrero de 2018

21-1-18 El Sindicato Machotal






     El hombre propone y el clima dispone... La densa niebla que teníamos en el término nos hace alterar los planes, nos viene a la cabeza una etapa que nos indicó nuestro coach hace tiempo y allí nos dirigimos.

    La intención es subir a la silla de Felipe II, pero cuando dejamos atrás la M-505 por el camino que lleva primero a la ermita de la Virgen de Gracia y después a la Silla del Rey Felipe II nos encontramos lo que parece el aparcamiento de un partido R. Madrid - Barcelona. Está la zona abarrotada, tenemos que estudiar de nuevo que hacer ¡Decidido! nos vamos a las Machotas, otra etapa que teníamos en la carpeta de pendiente. Subimos hasta el aparcamiento que hay a la puerta de la silla, en el paraje de Canto Gordo y desde allí por fin comenzamos. Dejamos la Casa del Sordo a la izquierda y nos vamos hacia la Cueva del Oso, pero antes de llegar a ella nos desviamos a la izquierda buscando el GR-10 que pronto tomamos y nos vamos por la izquierda hasta una puerta con la marca blanquirroja del GR donde cometemos el error de cruzarla y continuar por un estupendo camino que nos lleva a sobrepasar la Casa de los Ermitaños de Arriba, negativo de la Casa de los Ermitaños de Abajo y separadas algo más de un km. (llamadas así por vivir en estos parajes en tiempos de Felipe II unos ermitaños que hacían las veces de guardas de estos bosques). Una vez que hemos dejado atrás la casa vemos un precioso cedro, estábamos contemplándole cuando llega a nuestra altura un caminante al que preguntamos y nos saca del error. Dicharachero donde los haya nos pone al corriente de muchas curiosidades, además de corregirnos el rumbo ya que nos indica que vamos por el camino equivocado, nos dice que el árbol que miramos es un Cedro del Himalaya, sagrado para los nepalís, tenemos que desandar un trecho del camino en la dirección que él lleva, lo que aprovecha y de paso nos va a enseñar otro árbol sagrado, éste para los judíos, un bonito ejemplar de cedro del Líbano con una edad venerable, nos comenta que  ha visto a judíos ortodoxos rodeándole y rezando.
Cedrus Libani.


     A estas alturas ya sabemos el nombre de nuestro cicerone que no es otro que Manolo, de Aravaca y jubilado para más señas, aunque corre como un corzo. Nos dice que ha venido en tren hasta Zarzalejo y desde allí se va andando hasta el Escorial donde de nuevo tomará el tren y a su casa, como le hemos comentado nuestra intención de subir a las machotas, el continua con la  "master class" y nos dice que las machotas eran montañas sagradas para las tribus de los carpetanos que habitaban por estos lares antes de la llegada de los romanos, estamos de nuevo en la puerta pintada de blanco y rojo que nos llevó a error, Manolo se va a El Escorial y desde allí con su "tarjeta oro" de renfe se irá de vuelta a Aravaca, al mismo tiempo que nos despedimos nos indica por donde continua el GR-10, encantados y hasta la próxima.

     Dejamos atrás a Manolo y un nuevo guía nos coge al vuelo, nos indica que lleva nuestro mismo camino, arrancamos y rápidamente nos damos cuenta que el perro que le acompaña es un precioso pastor alemán, pero él es un galgo o por lo menos corre como si lo fuese. Ya pidiendo el oxígeno le decimos que continúe solo el camino ¡No podemos seguirle! Nos dice que puede ir más tranquilo, pues encantados, es un conversador ameno y fluido, subimos y subimos, pero casi más parece que estamos en una tertulia con una única contrariedad, la oposición que encontramos de un sol cegador, toda la ascensión le tenemos enfrente, aunque el calorcito que desprende se agradece porque hoy hace un airecito muy fresco. Llegamos a la Pradera de los Cerros la charla continúa, un poco más y llegamos al Collado de Entrecabezas que bien se podría llamar "Collado de Entremachotas" por hallarse equidistante entre La Machota Baja y La Machota Alta, es un paraje precioso. Aquí tomamos aire y nos damos cuenta de que incluso estando en baja forma, con demasiados torreznos y muchos polvorones encima, seguramente haya sido el ascenso más vertiginoso hecho por el Comando Peñota, ya con los pulmones llenos de oxígeno nos apena despedirnos de nuestro timonel, nos indica el itinerario que tenemos que seguir y adiós. Qué envidia, como corre... Bueno nosotros a lo nuestro, dejamos atrás el collado y continuamos ahora entre un sembrado de bloques esferoidales de granito, algunos de ellos demasiado juntos. Vemos el discurrir del bonito sendero que asciende hasta la cima que la tenemos enfrente ¡A por él! Hemos llegado a la cima ¡Bien! porque tenemos un hambre de mil demonios, no vemos el vértice geodésico ¡Horror! ¡No estamos en la Machota Baja!, gran chasco, la vemos, ahí está, a nuestro lado, pero es tarde, qué disgusto, nos quedamos sin ver a los carpetanos.

La Machota Chica desde "nuestro comedor".
     Hoy no entraremos en el Sindicato Machotal. Pensábamos subir las dos machotas y al final no subimos ni la Chica. Nos había avisado nuestro explorador antes de separarse de nosotros de la existencia de una bifurcación, está claro que hemos cogido el ramal equivocado.


     Es tarde, tendremos que meter de nuevo a la carpeta de pendiente la etapa de las Machotas, la próxima vez subiremos desde Zarzalejo, desde aquí vemos el bonito camino que sube paralelo a la depresión del arroyo de los Morales, si a esto le sumamos las explicaciones que nos ha dado nuestro compañero de ascensión, volveremos seguro.
    
     Las vistas son fabulosas y nos dan mil ideas para futuras etapas.

Pantano de Valmayor con Madrid al fondo.


Cantera de Valdecarros.

Zarzalejo, la Almenara y a lo lejos Gredos.

A nuestros pies el Collado de Entrecabezas y enfrente la Machota Alta.

Cerro de la Cabeza.

Abantos.

El Escorial.

Al fondo Alto de Guarramillas, la Maliciosa, etc...

Villalba y Sierra de Hoyo de Manzanares.
      
     Las vistas nos ayudan a pasar el disgusto de no hacer cima en la Machota Baja.

     ¡A por el menú! ¡Que hace hambre! Nos vamos a resguardar que hace un viento fresco de verdad, una vez puestos al abrigo, sacamos la logística y damos buena cuenta de ella.  

     ¡A bajar tocan! empezamos el descenso, afortunadamente ahora con el sol a nuestra espalda podemos ir viendo el entorno y disfrutar de él.

La encina de la cima.


El "grano di cafe".

Slalom.
     Bajamos por un laberinto de bolos graníticos en un zigzag infinito, curvas y contracurvas hasta que llegamos a un estrechamiento en el que nos quedamos atorados, casi tenemos que llamar a una grúa ¡Falsa alarma! Pudimos salir por nuestros propios medios y poco después llegamos al collado, un lugar mágico. Al noreste el Escorial y la meseta, al suroeste Zarzalejo nada más y nada menos con la ensortijada M-533 atravesándole.

El Escorial y Navacerrada desde el  Collado de Entrecabezas.
     

     Continuamos descendiendo y gozando de robles, fresnos y enormes y preciosos berrocales.

Macro-bolo.
      
El suelo tapizado de hojas de roble se embellece sobremanera bajo la penumbra de la Machota Alta, esta sombra que nos da un descanso a nuestros ojos nos hace disfrutar de lo que no hemos podido ver en toda la ascensión. Nos hemos entretenido mucho en el descenso pero estamos llegando a la famosa puerta blanquirroja ¡Caramba! Nos adelanta el pastor alemán de nuestro cicerone y detrás de él viene a carajo sacado, nuestro nuevo amigo  Jose Carlos R. de Pozuelo, que nada más darnos alcance se pone a hablar con nosotros continuando donde lo dejo y poniéndonos al corriente de su ascensión a la Machota Baja. Nosotros le comentamos nuestro fiasco, a la siguiente será, dice, le explicamos que hoy no entraremos a formar parte del sindicato machotal, él, como ha subido las dos machotas y varias veces es socio honorífico del mismo. Le preguntamos si ha visto algún carpetano en la Machota a lo que responde que no había nadie por las alturas. Llegamos al cruce del camino de la Cueva del Oso que tendremos que meter a la carpeta de pendiente, porque se nos está haciendo tarde, llegamos a los pies de la silla y es de noche, José Carlos se coloca el foco y continúa hasta el Escorial. Nos despedimos asegurando que nos vamos a ver, porque vamos a hacer muchas de las etapas que nos ha comentado a lo largo de la jornada ¡Adiós! Nosotros vamos a subir a la famosa silla que no la conocemos.
Desde la Silla del Rey, la silla de la reina.


Silla del Rey y detrás la Machota Baja.
     Y nos vamos, es una pena no poder disfrutar del entorno por culpa de la oscuridad,  a la derecha de la escalera de acceso a la silla hay un arce llamativo, no le hemos podido disfrutar y seguro que es un bonito ejemplar, la única consecuencia es que tendremos que volver. ¡Decido! Volveremos y ojala pasemos un día tan agradable como hoy y esperemos tener más suerte para poder acceder al Sindicato Machotal y si tenemos más suerte todavía, a lo mejor vemos los carpetanos que no hemos visto hoy.







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