08-07-17
Paz
Si la memoria no me falla, que es lo más fácil, puede que haga tres años del día que intentamos pero no conseguimos hacer esta ascensión, varios motivos nos lo impidieron, la inexperiencia, la falta de entrenamiento y el maldito tabaco se encargó de lo demás.
Hoy no puede venir mi compi por exigencias del guión, se viene conmigo el morrosco, nos vamos por la forestal hasta el Prado Goyato y enfrente aparcamos, estos días de menos calores y lluvias han embellecido el campo, además hace fresco y huele estupendamente.
Nos pertrechamos, bajo al nuevo acompañante que no desato hasta que dejamos atrás el prado y nos separamos del tráfico. A partir de aquí empezamos, yo a caminar a mi paso y el nuevo compañero corriendo como un galgo, bueno galgo lo que se dice galgo no, porque es más corto, más bajito. Es un saco de músculos gordos, de "patíca corta" pero fuertes como hidráulicos. Pecho de gimnasio, pero sobre todo al contrario que la estilizada cabeza del galgo la de Nico es de formas cuadradas como caja de zapatos que desde luego no ayuda a cortar el viento con esas tremendas aristas. Por todos estos motivos entenderemos que sería imposible que ganase una carrera de velocidad a un galgo, pero para largos recorridos que es lo que hoy nos atañe es realmente bueno.
Habíamos dejado a Nico corriendo como pollo sin cabeza, vamos acompañando al arroyo del Prado Goyato y vamos viendo las huellas de las ultimas tormentas, algunas bastante profundas, señales inequívocas de la gran cantidad de agua que ha caído aunque no lo parezca. Estoy encantado viendo todo recién humedecido y refrescado, el camino se hace más agradable, con estas apreciaciones y cada dos por tres viendo cruzar al obús negro, sin darme cuenta llegamos al Camino del Ingeniero. La vez mencionada al inicio de la descripción de hoy nos pareció que estaba más lejos. Cruzamos el arroyo y ahora subimos por la margen izquierda, la pendiente se incrementa y llegamos a Los Poyales, en aquella ocasión a estas alturas me empezaba faltar el oxigeno y me empezaba a entrar el mal de altura. Sin mapa, cometimos un error de principiante, nos desviamos un poco a la derecha y subimos hasta el Peñón de la Solana, un sitio, como describirlo, primero voy a oxigenarme. Cuando empezamos a estar mejor, pensamos, vamos a orientarnos, pero estamos en un paraje con el suelo pavimentado por sabinas rastreras, piorno bajo, difícil de andar. Nos subíamos a piedras, una corona de pinos nos rodeaban haciéndonos imposible el orientarnos. Tuvimos que dar marcha atrás y volver sobre nuestros pasos hasta abajo.
Hoy es curioso pero estoy aquí con la sensación de haber subido una tachuela. Como diría mi abuelo ¡como ha cambiado la vida! Miro el mapa, un vistazo rápido y me queda claro, tengo que ir al sureste. Arranco y me encuentro la fuente del Esportón, en condiciones muy precarias.
Fuente del Esportón. |
Y cartel lo mejor. |
Frontera de Peguerinos. |
Vertiente norte del Collado de las Lagunas. |
Vertiente sur del Collado de las Lagunas. |
¡Que bonito!. |
Como es pronto nos vamos dirección a Cueva Valiente por la pista forestal, primero vamos a desviarnos a la izquierda a ver un pilón de nombre desconocido, que cuando llegamos a él esta vacío.
Volvemos sobre nuestros pasos al camino y casi enfrente vemos una curiosidad, un pino medio muerto literal, la mitad de arriba de la copa esta muerta pero en la mitad de abajo cobra vida de nuevo, una clara lección que nos da a entender que mientras hay vida hay esperanza.
Al camino y en marcha con tranquilidad, poco después nos encontramos a la derecha un camino que va al pantano de Cañadas Mojadas (Otro reducto de paz) e inmediatamente a la izquierda la fuente de Fernando Benito "Benitín" con un chorro de agua generoso, fresco y rico, el sitio ideal para comer un piscolabis, buen sitio, fresquito e ideal para el reposo.
"GalgóNico" también ha tenido premio, lo que se dice un pinchito, "eso sí de la nouvelle cuisine", "nido de panes-paja con lacitos de ibericos". Nos desperezamos, dejamos la posición de descanso y continuamos por esta pista hasta el siguiente collado, el Alto Gargantilla, desde aquí tenemos enfrente Cueva Valiente, nos vigila, "no me mires así que te subo". Mejor no picarse, bajemos pues, llegamos al pilón, poco agua pero fresca.
Fuente Bellver. |
¡A bajar tocan!. Acompañamos a lo que queda de arroyo, con el aporte de las ultimas tormentas corre un poco más pero durará poco, en el cruce del camino que sale a la derecha dirección a la otra fuente de Bellver que por cierto llevamos tiempo sin ver y la ultima vez estaba en un estado lamentable, supongo que si no han venido los "restauradores" estará igual o peor. Pues como decíamos, en el cruce anteriormente dicho nos vamos a la izquierda por lo que nosotros denominamos "Camino del Burro Viejo", como no podía ser de otra manera llega el momento en el que aparece la eterna postal.
01-07-17 ascenso a "Montón de Osos". |
A partir de la fecha arriba indicada en la leyenda ya podremos decir que lo conseguimos, es interesante percibir que no me ataca la desazón como anteriormente, ahora, quizás coincidiendo con el día tan apaciguador que estamos disfrutando. Desde aquí se ve el error que nos da la perspectiva, claramente da la sensación de ser más alto Peña el Oso. Al camino y nos topamos con la divisoria del "Espi."
Umbral del Espinar. |
Muy cerca nos encontramos lo que queda de la fuente de "Lavacoñitos", no hace mucho tenía su tubo por el que manaba el agua, una pena, más trabajo para los "restauradores", nos van a mandar cerca, tanto encargarlos trabajos gratuitos.
Ruinas de la fuente de Lavacoñitos. |
Chozo de los Arteseros. |
No se porque motivo alguien ha hecho una empalizada encima de la fuente, querrían camuflarla. Retomamos el camino del Ingeniero y antes de llegar al arroyo a la derecha, desde donde bajaremos disfrutando del verdor y el frescor. El "Galgónico" durante toda la etapa no para de correr, avanza, desaparece y aparece cíclicamente. Cada vez que se asoma a una curva o un cambio de rasante me mira como pensando, si no fuera por mi este tonto y lento segoviano se perdería, una vez que se da cuenta que le sigo sale otra vez a lo suyo que es correr y correr, correrá otros dos o tres km. y volvera otra vez a mirarme desde otra curva pensando lo mismo. Doblamos la esquina del Prado Goyato y enfilamos los últimos metros, no sin antes creer ver el casco de nuestro amigo Asterix, ha sido una falsa alarma obra de la gabarreria.
Después de que nos quedáramos con las ganas de que nos invitaran a poción mágica los galos, llegamos a la meta. Me siento en uno de los bancos que tienen las mesas que hay justo enfrente de los dos Goyatos el prado y el arroyo. Unos minutos de relax y disfrutando de la calma que hay en la explanada, pienso, ¿que tal les ira a las de la despedida? Seguro que se lo están pasando de rechupete, yo por mi parte he disfrutado mucho de lo novedoso de la soledad, no estoy acostumbrado a estar tanto tiempo sin hablar, la verdad, se echa de menos a mi "compi-nche".
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Que chula la ruta. Desprende paz en todo el recorrido.
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