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miércoles, 29 de julio de 2020

20-06-20 Peña del Cuervo





20-06-20

Corvus corax

Fotos cuervo carroña libres de regalías | Pxfuel



      Paralelamente a el poema de Poe titulado El Cuervo, éste nos ha estado llamando a nuestra ventana con la misma insistencia más de dos años, desde que un día viéramos a T. tomar el corta fuegos que arranca desde Las Campanillas, dicho esto y viendo la fotografía del encabezamiento y el titulo podemos hacernos una ligera idea de cuál va a ser la etapa del día.

  Para ello arrancamos desde la puerta del Baldío por el GR-88, que rápidamente abandonamos continuando de frente. Un encuentro con una "guardería" de chotos situados al lado del camino con su "monitora" que nos mira con cara de pocos amigos a lo que hay que sumar a las suspicaces madres que ya de lejos nos miran amenazadoramente y sin intercambiar ni una sola palabra nos vienen a decir desviemos nuestro camino y no molestemos. Esquivamos el grupo lo que hace que tengamos que caminar por el pasto y nos damos cuenta que los Praderones a día de hoy son más Praderones prueba de ello son unas vacas lustrosas con unos terneros orondos, si es verdad el refrán de que el ojo del amo engorda a ........, es difícil de imaginar el volumen que tienen que llegar conseguir en las retinas de sus dueños. La variante que hemos tomado nos lleva a un camino existente entre el G-R 88 y la cañada Real Leonesa que nos deposita en la cabecera del pilón que hay en el nacimiento del Gudillos que se haya repleto de algas y con buen caudal.

Pilón de los aserraderos.
      Dejamos atrás el surtidor de agua para unirnos al Camino del Agua durante un tramo minúsculo  el cual nos lleva de nuevo al GR-88 que nos acerca a Las Campanillas y desde aquí hacía el este sale el susodicho cortafuegos que llevábamos tiempo con ganas de recorrer. El cortafuegos hace las veces de camino, toma dirección este, se haya en buen estado, con benigna pendiente y acariciados por una deliciosa sombra que nos regalan los maduros pinos  que flanquean por la derecha la franja. Como siempre  la felicidad completa no existe y cuando "La Liebre" me dice "con la rampa hemos dado  querido Sancho" se me ponen las orejas como a un conejo a la escucha. Vemos el principio de una pendiente inmisericorde que aumenta de porcentaje violentamente e inversamente proporcional decrece la altura de los pinos lo que nos deja expuestos al pleno sol del mediodía y enlosado con "piedras flotantes" nos hace sudar la gota "obesa". Una pausa para tomar aire y cuando damos media vuelta vemos las anteriormente expuestas "bonanzas" del camino a lo que hay que añadirle una bonita vista de parte de Las Mesas, de "Venta Quemá" y de la meseta segoviana.

Las piedras estaban todas bien puestas las hemos descolocado nosotros.
      Damos un último demarraje largo y sostenido para llegar a la cima de Peña del Cuervo (1705 m.) una suave brisa de aire fresco refresca el ambiente y nos permite renovar el oxígeno de los pulmones lo que hace que se nos pase el sofocón y nos da píe a dar un paseo para ver parapetos, fortines, casas, el presunto puesto de mando, no damos con el famoso fortín llamado "El Chivo”, otra vez será, damos un vistazo al panorama y una vez hecho esto estamos listos para nuestra liturgia preferida, el acto de echarnos al coleto los bocatas y lo "otro". Sentados en nuestro "comedor" disfrutamos de una escena entrañable para nosotros, vemos el muro de la cara sur de la homónima de nuestro comando, también fijamos nuestras miradas en el punto en el que se halla el vértice geodésico nº 50943, situado en lo alto del Cerro de San Pedro, que está dirección este a 35400 metros de donde estamos comiéndonos tranquilamente un bocata, mientras recordamos aquella etapa que hiciéramos situada entre las fronteras de Colmenar viejo  y Guadalix de la Sierra de recuerdos tan agradables. 

La Peñota imponente coronada de cúmulos.

Hermoso el cerro San Pedro y su tonsura.
      Animados, alimentados y ahora con todos los santos de nuestra parte empezamos el suave descenso hasta el collado del Mostajo donde tomamos rumbo oeste en busca de la fuente del Mostajo, valga la redundancia, para nosotros desconocida. Cuando la encontramos nos entra una mezcla de desilusión y decepción, desilusión al ver el estado en el que se encuentra, justo de donde recoge el agua, es un trampal repleto de huellas de vaca de las pezuñas y de las marrones lo que nos hace decepcionarnos porque habíamos contado con su agua para abastecernos. De nuevo nos encontramos por estos lares escasos de agua, parece mentira que caigamos en esos errores. 

Collado del Mostajo.

Deteriorada fuente del Mostajo.
      La visión de la deteriorada obra de cantería, el mal funcionamiento de la hidráulica y la ubicación justo por debajo de un pútrido barrizal no nos incita a parar, más bien al contrario por eso reanudamos la marcha desilusionados por no poder abastecernos de agua. Dejamos la fuente del Mostajo y el nacimiento del arroyo del mismo nombre a nuestra espalda, nos vamos a "espetaperros" buscando  un camino que baja del Cerro del Mostajo. Pronto le encontramos, comenzamos el descenso y cuando llevamos recorridos unos pocos metros caemos en la cuenta de que hace aproximadamente cuatro décadas subimos con el Land Rover del amigo I. hasta la cima, por aquellos entonces no se nos pasaba por la cabeza subir andando hasta aquí, hoy según le bajamos nos vienen buenos recuerdos de aquel día. Discurre el camino por la Ladera de Gibraltar y aprovechando la bonanza del camino aceleramos el paso acuciados por la sed. Pronto llegamos a la altura de la Loma de los Ardiles donde nos encontramos con el camino que baja de los pantanos, enfrente nos encontramos con el chozo de Las Abiertas, no podemos por menos de darle un vistazo por si estuviera el "Yeti", ni rastro, pues nos vamos. 

Añadir leyenda
      ¡Vámonos que hay sed!  Y cuando menos te lo esperas, “Dios protege la ignorancia" ocurre lo que parecía imposible, mi compi hace de nuevo "el milagro de los panes, los pollos y las fuentes" y ¡Que fuente! Con un caudal que para sí querrían millones de personas. Haría falta un torrente de palabras para expresar la sensación tan agradable que nos brindó ese maravilloso descubrimiento, más grande que el de las américas a lo que habría que añadir su delicioso sabor que nos calma la aguda sed y nos da un respiro devolviéndonos de nuevo la vida. Un pequeño descanso, hacemos acopio de agua y reanudamos el camino ahora mucho más tranquilos lo que nos permite disfrutar de nuevo de la exuberancia de la flora, antes de cruzar de nuevo el arroyo del Mostajo nos asombra el verdor, el tamaño y la cantidad de piornos, helechos, somormujos, saúcos en plena floración, etc..., que pueblan las faldas del Mostajo. 

Sambucus nigra.
      Mucho más relajados llegamos a las Campanillas donde cruzamos la frontera que separa la garganta del Baldío para tomar la Cañada Real Leonesa, rápidamente llegamos a la encrucijada en la que nos separamos de ella, dejamos el Camino del Agua a la izquierda y nos vamos por el camino del centro con dirección a la Cerca Montosa para asomarnos al "cementerio de los tocones". Esperábamos asistir a un concierto dado por la "filarmónica" de las ranas que lo habitan,  donde esperábamos cientos de intérpretes, nos encontramos única y exclusivamente a las "voces" de un "cuarteto" ¡Gran decepción la nuestra! ¡Otra vez será! Cruzamos el escaso caudal del Arroyo del Cuervo lo que nos recuerda donde hemos subido hoy, bajamos de nuevo a la Real Leonesa cruzando los Praderones "más Praderones que nunca" y ya sin abandonarla nos lleva hasta la META.


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