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domingo, 26 de agosto de 2018

19-08-18 Santo Domingo de Pirón

19-08-18

🎵Por el río Pirón bajaba un "suzmarino".....🎶

     Plagiamos el famosísimo éxito musical de los años 60, -Por el Río Boquerón bajaba un "suzmarino" rumba la rumba la run... y cambiamos el nombre del río Boquerón por el de río Pirón y cantando esta canción nos vamos "p'al Pirón".

     Antes de llegar al km. 177, a la derecha, nada más entrar al camino cruzamos la Cañada Real Soriana y el GR-88 que en estas latitudes van hermanados y adosado. A estos estuvo un poblado medieval, hoy en día desaparecido, en el cual vemos las ruinas de Rancho Alfaro mandado construir por el "conocidísimo" secretario de Fernando VI José Alfaro. La finalidad del mismo era esquilar y lavar la lana de las ovejas con el fin de hacer con ella vellones para su posterior exportación a Francia, Gran Bretaña y Países Bajos, el declive del negocio y su posterior abandono lo ha llevado a su estado actual de deterioro. Viendo el gran tamaño de las instalaciones, nos preguntamos cuántos miles de ovejas se habrán esquilado allí.


Preciosa entrada al rancho con su arco rebajado a sardinel.
     Seguimos por el camino y pasamos por el antiguo molino del Romo, su construcción data de finales del siglo XIX, hoy reconvertido en vivienda y explotación agraria, rebautizado como molino del Pirón, al ser particular no se puede ver.


     Avante a toda marcha llegamos a una curva que coincide con una pequeña explanada a la derecha que utilizamos de aparcamiento. También desde este punto arranca un camino que tiene una puerta cortando el paso, por este motivo tomamos el que sale a la izquierda. Pronto tenemos el primer contacto con el Pirón, le cruzamos por un puente y cambiamos de margen. Enfrente tenemos un camino con puerta que no permite el paso a vehículos, nosotros nos vamos a la derecha, un llamativo arbusto abarrotado de frutos rojos fija nuestros ojos en él, parece una madreselva, como no lo sabemos no los probamos pero tienen una pinta apetitosa ¡sorpresa! Los frutos de la madreselva son tóxicos.


Frutos de madreselva???.
     Seguimos y nos encontramos un depósito de agua potable y adosada a él, una nave con antena parabólica, continuamos y pronto nos encontramos con el muro de contención del embalse. En este momento caemos en la cuenta que nos hemos equivocado de camino, cambiamos de planes; haremos la etapa al revés. Como estamos en la berma cerca de la parte baja de los aliviaderos tenemos que subir, "a espetaperros". Piornos, zarzas y la fuerte pendiente nos lo ponen difícil pero por fin llegamos arriba. Cuando nos acercamos ¡premio! Nos encontramos con un remanso de paz y belleza. Mirando al oeste vemos una "serpiente" de bosque de ribera dando sombra al Pirón, media vuelta y la armonía que vemos nos llena las mochilas de paz y tranquilidad, tenemos serenidad para otros 30.000 km.


Desde la pantalla mirando aguas abajo vemos el curso del Pirón y el camino por el que subíamos.

Desde el comienzo de la pasarela vista al este.

Desde la orilla norte vista al sur.

Al fondo La Campana (1842 m.) y una ligera brisa acaricia el agua.
     Nos vamos que nuestra intención era precisamente ir a La Campana. Vamos bordeando la represa por la margen derecha, pasamos por encima del arroyo de Majada del Buitre, continuamos hasta la recula en un paseo a nivel y delicioso. Cruzamos un puente que suponemos tiene el fin de llegar de nuevo a la pantalla por su margen izquierda.

Puente sobre el Pirón.
 
Primera vista de la hermosa garganta del Pirón.
   
Volvemos a cruzar la pasarela y continuamos, nos hemos metido en una especie de ratonera. Primero tenemos que pasar por un pedregoso tramo del cauce del río, a día de hoy afortunadamente seco, subimos un "semi precipicio", una vez arriba vamos un pequeño tramo por un estrecho balcón que nos deposita a los pies del siguiente "espetaperros", corto pero intenso. Una tremenda pendiente acompañada de mucha broza que nos deja los gemelos maltrechos, una vez arriba y mirando hacia abajo se ve de otra manera, ya en el camino arrancamos con decisión de nuevo, a nivel vamos al arroyo de Majada del Roble.


A. Majada del Roble.
      Desde aquí comenzamos a subir de nuevo, cruzamos de nuevo el Pirón, una curva "derechona" recta y posterior curva "izquierdaza" nos llevan al paraje de Majalperro.




     No sabemos el motivo del encabezamiento, el fin de semana pasado veíamos el mismo en los montes de Collado Hermoso. Seguimos y nos encontramos un pequeño socavón producido por la rotura de un tubo pasa caminos.


Señalización rústica.
     Continuamos paralelos al río que es el encargado de poner la sintonía aunque se desliza muy por debajo nuestro, da gusto oírle, de nuevo vuela nuestra imaginación.


Que vuele la imaginación.
     Seguimos por el lugar de Majalperro y vemos que sube una pareja de "galgos" de La Granja, como poco después nos dirían. Les cortamos el ritmo para hacerles la "interviú", le preguntamos por el camino que pretendíamos hacer hoy antes de equivocarnos, le conocen y nos das cumplidas referencias, el que no conocen es el que a la postre vamos a recorrer hoy definitivamente, salen galopando, nosotros nos quedamos mirando una calva desaprovechada en la repoblación por la imposibilidad dado el exceso de piedra.


Pedriza de La Aprisquera.
    Los corredores han desaparecido, pasamos por encima del riachuelo de Majada del Hidalgo, seguimos subiendo y llegamos al cruce por el que deberíamos haber venido pero en realidad por el que no vamos a ir, estamos disfrutando del encanto y magnificencia de la vaguada del Pirón y aparecen por el camino la pareja de corredores. Van con prisa, tienen que recoger a los niños que están con los abuelos ¡hasta la próxima! Seguimos admirados y expectantes porque no vemos por donde va el camino que deseamos seguir.


Allá va el Pirón camino de Mozoncillo.


Al fondo Las Cabrerizas ladera del Negro (2087 m.) y por la vaguada de la derecha baja el Pirón desde su nacimiento
     Sabemos que el Pirón está hay porque le oímos pero no le vemos, la maleza le tiene perfectamente camuflado ¡vosotros no sé si tendréis hambre pero nosotros sí! Vemos un comedor muy aparente que aprovechamos para dar cuenta de nuestras delicias leonesas y lo otro de Hoyo de Pinares, el asiento, la saciedad y la sombra nos sumergen en un sopor al que es difícil no sucumbir, "contra la pereza leznazos". Mientras comíamos descubrimos el discurrir del camino que llevaremos ¡ya era hora! Nos ha alegrado ver que empieza suave, nos vendrá bien para hacer la digestión, más teniendo en cuenta que va por la solana. Arrancamos y cuando pasamos por encima del Pirón le vemos, desnudito y transparente.


El Pirón.
     Entramos en el paraje de La Aprisquera que está en plena solanera como nos lo demuestra la visión de la Hierba de Santiago repletas de mariposas recogiendo en sus alas el calor del sol.


Cuántas mariposas hay en  esta Senecio Jacobaea.
     Por supuesto que no contamos con la infinidad de mariposas que echaron a volar, de las que se quedaron contamos nueve, esto con la lupa claro, se veían mejor las que estaban posadas en los cardos en el Camino del Agua, hace unas fechas. Levantamos la vista y nos encontramos enfrente el camino por el que hemos subido y el camino por el que deberíamos haber venido y al fondo La Campana.


No te preocupes que te metemos en la carpeta de Pendiente y no tardaremos mucho en recorrerte.
      Pasamos por debajo de la pedriza y aunque nos da el sol de lleno tenemos la suerte de ir a la sombra de los múltiples jóvenes pinos que nos parapetan, es más, vemos asombrados como en el último tercio del mes de agosto en la solana, se observa una ladera repleta de helechos con un verde radiante.


Ladera de helechos.
     Pasamos por un claro y algo o alguien nos llama, cuando nos asomamos en un primer momento no caemos, es posteriormente, mirando con la lupa, cuando descubrimos que el que nos llamaba era el "señor" de la piedra con el sauco a sus pies.


Hondonada del Pirón, la pista de subida y la piedra del "señor y el sauco".

Aumentados "el señor y el sauco", más imaginación.
  
     La sombra, el rumor del Pirón, el frescor de los helechos y la comodidad del camino nos hace pensar que estamos en la gloria, ¿quién viene? Se nos acerca un "Bichubichi" ¡anda c...! le conocemos de vista del fin de semana pasado. Una pareja de ganaderos, paran a nuestro lado y nos preguntan en tono jocoso ¿os habéis perdido? A lo que contestamos ¿y vosotros habéis encontrado las vacas? Entre la situación y lo graciosos que son "el vaquero y la vaquera de Santo Domingo del Pirón" que no de la Finojosa:


Moza tan fermosa 
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.



     Tronchante, buena persona, dicharachero y con buen humor, nos pasamos un rato buenísimo. Además del gracejo nos demuestra que es un hacha en geografía, nos da una estupenda lección de geografía y toponimia, parece una enciclopedia, son años "mamando monte", no como otros que yo me sé. Sorpresivamente y gracias a él nos enteramos que en los montes que estamos pertenecen a Santo Domingo de Pirón, contrariamente a lo que nosotros creíamos, pensábamos que eran de Sotosalbos. Nos despedimos, ellos se van en busca de sus novillas y nosotros nos vamos en busca del 3,1416 ¿qué es eso? Solamente es una figura que dibuja el camino, en realidad nosotros la trazamos al revés, de derecha a izquierda, llegamos al ángulo derecho que está formado por la hondonada de arroyo de Majada del Roble, muy cerca hay un caño de potente chorro.
A. de la Majada del Roble.
El caño vecino.
     Probamos su agua y fresca lo estaba pero sabía fatal. Seguimos y llegamos al siguiente ángulo de nuestra imaginaria letra Pi, por él baja un riachuelo de nombre desconocido. Continuamos con nuestro símil que termina haciendo una curva "derechona"  que nos lleva al riachuelo de la Majada del Buitre, desde aquí empezamos a rodear las faldas de la Majada del Buitre, desde el exterior del arco de circunferencia que forma la pista divisamos de nuevo el embalse del Pirón y su bonito entorno.


La garganta del Pirón.
     Vemos otra pléyade de mariposas posadas en hierba de Santiago y llegamos al cruce que tomándole a la derecha nos llevaría al territorio en el que nos cruzamos con el "bichubichi" la semana pasada, nosotros, hoy, a la izquierda, pero "cuidadín", nos atacan.


Está ya no pica más.
     Ahora sí que comenzamos a bajar, vemos el camino y no se nos ponen los pelos de punta porque nos colocamos las "fertigorras", ahora sí que no nos escapamos del sol, pega de lleno y con fuerza. Vemos unos "dólmenes", uno de los cuales nos recuerda el perfil de un ave rapaz.


El azor.
     Bajamos "bajo" el sol que no nos da tregua en este último tramo

Salida a la meseta del Pirón camino de Villovela de Pirón.
       Bajo un sol abrasador alcanzamos y pasamos por La Pradera de la Navalafuente, donde nos encontramos el cruce con el camino por el que hemos rodeado el pantano esta mañana, desde este punto tenemos una vista global de la garganta del Pirón incluido su embalse.


"La película del día".
     Después de disfrutar de la preciosa vista de los montes de Santo Domingo de Pirón nos vamos del tirón hasta la puerta por la que ha entrado hoy nuestro amigo el ganadero "porque él tiene llave y lo vale", nosotros pasamos por la peatonal, nos encontramos directamente ¿con quién?, como no podía ser de otra manera con el Pirón, justo en el punto por el que hemos cruzado el primer puente esta mañana. Bajamos a lo que pensábamos llamar equivocadamente  bodón, la curiosidad nos lleva a ver su significado en el diccionario de la RAE, en él nos dice que es una charca que se seca en verano, la curiosidad por el tema viene dada porque casualmente en nuestra conversación con el dueño del "bichubichi" hablando de esta charca la llamó bodón cosa que me extrañó, pensaba que esa palabra pertenecía al argot ganadero de nuestro término, copiado. Bajamos entonces a la poza, refrescamos los pies y al tiempo admiramos su belleza gracias a varios detalles.

Está no se seca, por lo menos este verano.


Remojón en el Pirón.

Incrustado en roca una bardaguera y un pinito, preciosa composición.

     Subimos de nuevo al camino, nos queda poco, pero antes pasamos por donde realmente deberíamos haber tenido la precaución de aparcar.


Está claro.
     Como estamos al lado, llegamos al coche rápido, en este momento caemos en la cuenta que estamos aparcados justo en la puerta que nos debería haber abierto el paso al camino que deberíamos haber cogido para ir a nuestra primera propuesta del día de hoy, nos descargamos y nos vamos. 

     POST DATAS:

        1ª Al que acierte cuántas veces hemos repetido la palabra "Pirón" a lo largo del comentario le invitamos a un café o similar.

          2ª Para la pareja de La Granja, si echáis un vistazo por aquí, os recomendamos el camino que desconocéis y que os dijimos que haríamos como viereis en la wikiloc.

            3ª Día fabuloso.

            4ª Los animalistas no nos "peguís" no la hemos matado, era atrezzo natural.


Falsa víbora áspid.
          🎵Por el río Pirón bajaba un "suzmarino".....🎶

       Y así acabamos como hemos estado todo el día cantando este  famosísimo éxito.


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lunes, 20 de agosto de 2018

12-08-18 Collado Hermoso

12-08-18

La tromba de agua que te crió.




     Huyendo de los gollum, trolls y orcos nos vamos en busca del lugar que nos cambie el "metabolismo", para ello giramos la "ruleta de la fortuna" y la flecha cae en la casilla del término con el bonito nombre de Collado Hermoso y allí nos vamos.

     Entramos en Collado Hermoso, abandonamos la N-110 y tomamos el Camino de los Molinos por el que llegamos al lugar donde aparcamos el coche, nos bajamos, cogemos el hatillo y arrancamos. Al mismo tiempo llega a nuestra altura un paisano con sus dos fieles compañeros, iniciamos una charla en la que nos da unas indicaciones y se ofrece a conducirnos a lo que le decimos que nosotros vamos muy lentos y en estas estamos cuando dejamos atrás el robledal y en un claro a nuestra derecha, al otro lado del río, vemos la manada de vacas más heterogénea vista jamás. Las había rubias, pardas, retintas, charolesas, limusinas, berrendas en colorao y en negro, moruchas, avileñas, etc..., da la sensación de que el ganadero está haciendo una colección y a fe que lo está consiguiendo.


Rebaño multiracial.
    Ya a estas altura, ósea, desde el principio, nuestro nuevo compañero se da cuenta de que nosotros nos quedamos "como las vacas al tren", por este motivo continúa a su ritmo, que por cierto es rápido. Nosotros por nuestra parte continuamos y llegamos a Las Calderas donde vemos un merendero que nos imaginamos que lo ha hecho el de "bricomania", una docena de tablas, otra de tocones cortados a su justa medida, un tablero de aglomerado hidrófugo y un palet, el conjunto sencillo y campero nos llama para que le disfrutemos. Es muy pronto para sacar los bocatas.


La mesa con sus bancos y la chaise longue.
     ¡Nos vamos que acabamos de empezar! Rápidamente llegamos a La Astillera donde nos alcanza un guarda, afortunadamente para a nuestro lado, conversamos, nos da algunas instrucciones, direcciones y lecciones, persona agradable y conocedora del término y del entorno. Entre otras muchas cosas nos dice que estos pinares se repoblaron hace 45 ó 50 años, le indicamos un área que destaca sobremanera del resto del pinar, pinos Bonanza les llama, nos indica el camino para llegar a verlos además de ir en nuestra dirección, nos despedimos. Cruzamos el Río Viejo y unos metros después a la izquierda, vamos por el camino indicado, hecho con máquina hace tiempo,  pero poco usado y sucio, lleva mucho tiempo sin limpiarse, llegamos a ver la pinada de Bonanza, sus acículas son más largas, las piñas más grandes y de porte recto, se les ve sanos.


Pino Bonanza???.
     Continuamos por este camino cubierto por cinco dedos de sustrato y ramas caídas, hasta que llegamos de nuevo a la pista como nos había indicado con buen criterio el guarda. Vamos al sur hasta la primera curva fuerte, vemos enfrente una caseta nos acercamos y está cerrada. Volvemos a la pista por lo que parecen las curvas del Tourmalet que nos suben hasta un cruce, damos media vuelta y nos encontramos de frente con la visión de parte del valle repoblado.


Cerro Pelado.
     Nos devuelve a la realidad una voz a nuestra espalda que nos saluda, miramos y nos encontramos a nuestro amigo con sus dos canes ¡nueva parrafada! Nos comenta que la caseta es un refugio para los pescadores que ya se utiliza menos gracias a la desdicha de la desaparición de las truchas de estos ríos también. Nos indica los derroteros que toma el camino desde aquí, a la derecha subiremos al Monte del Zarzoso y podríamos bajar a Sotosalbos, también nos da instrucciones para volver por la izquierda de nuevo a Collado Hermoso y entre otras muchas cosas nos certifica que la repoblación de toda la vaguada se hizo en 1973. Lo sabe bien, con anterioridad le habían expropiado a su padre unas tierras, allí nos indica el sitio, todo esto y muchas cosas más. Encantados nos tenemos que despedir, hasta la próxima, no han pasado diez minutos y se nos coloca encima nuestra una tormenta. Mal hecho pero nos resguardamos bajo una zarza entre medias de pinos, afortunadamente ha sido leve, cuatro rayos con sus respectivos truenos y pasa de largo, gracias a nuestra suerte. Seguimos, ahora bajando, vamos calados y para complementarnos vemos una fuente al lado del camino.

Fuente Las Canchas.
     Cómo estamos en el paraje de Las Canchas le añadimos el nombre a la fuente, después de probar su agua la desestimamos ¡sabe fatal! Por lo menos su agua que corre por la cuneta da de beber a multitud de plantas diferentes.



Menta suaveolens???.
     Continuamos bajando y llegamos al arroyo Segovia, vemos como baja encajado desde las laderas de Picota (1986 m.) a la derecha y a la izquierda la Majada de la Zorra.

Aguas arriba.

      Cuando miramos hacia el norte no es menor el espectáculo, el Segovia baja a entregar sus aguas al arroyo Viejo que sale encajonado entre las laderas de La Cagacera y El Cortado en su largo viaje hasta que deposita sus aguas en el Pirón.     


Aguas abajo.
        Estamos disfrutando de una flora que no habíamos visto con anterioridad o eso nos parece, hay una que hemos visto varias veces a lo largo del camino y no conocemos. 


???
     El cómodo camino, la peculiar y bonita flora, temperatura agradable y las bonitas vistas nos producen un estado casi catatónico, nos despierta un sorpresivo encuentro pétreo, enfrente tenemos al mismísimo chato.


Chato el apache.
     Seguimos bajando y girando a la derecha dejamos atrás la depresión del Arroyo Segovia. Estamos en la cuerda de la ladera que coincide con la frontera del término municipal, desde aquí vemos de nuevo el buen aprovechamiento de la repoblación.


La Pedriza.
     Y entramos en el valle del arroyo Viejo, bajamos hasta el mismo, desde la profundidad del cauce las vistas son muy reducidas hacia las alturas, en su descenso le imaginamos inmerso bajo el sotobosque que no nos permite acariciarle con nuestras miradas.



Al fondo la meseta.
     Casi adosado al cauce vemos aparecer un pequeño surtidor, admirando su belleza nos vienen muchas preguntas a la cabeza, por ejemplo nos gustaría saber ¿bebería algún carpetano en su día? o ¿cuánto tiempo tarda este agua en llegar al océano Atlántico? Compleja fórmula, complejas cabezas, investigaremos.

Tupé de helechos. 

     Comenzamos a subir de nuevo cuando dejamos atrás al arroyo Viejo y llegando a La Pedriza observamos un ejemplar de acebo que ha pasado por la "peluquería" y por cierto con buen resultado, a lo largo del camino hemos visto bastantes, todos ellos desproporcionados.

Acebo con su tocado.


     Subimos y antes de virar a la derecha en el paraje de El Hoyo nos damos media vuelta y descubrimos en escena al Arroyo Viejo bajando  embutido por su depresión.


Al fondo Sierras Calvas.
     Acabamos el giro a derechas en un declive por el que baja un hilo de agua que desciende de las laderas de Peña del Moro (1974 m.), este punto coincide con el final de la subida, comenzamos a bajar pero primero a torear.


No nos mires así que nosotros también nos hemos asustado.
     Salimos del coso taurino por la puerta grande como no podía ser de otra manera y como el hambre aprieta buscamos un "comedor" y lo que vemos es un bonito fresno.


Fraxinus.
     Dejamos a nuestra espalda al árbol de la vida y llegamos a una depresión  justo en el punto donde se juntan dos pequeños cauces que forman el arroyo del Charco, afluente del Viejo. En este punto nos coincide el hambre con la tormenta y ¡que tormenta! Pretendemos refugiarnos pero se nos acercan los rayos y truenos, aunque no estamos preparados para defendernos de agua decidimos seguir bajando. Agua y agua, aunque los relámpagos nos caen a derecha e izquierda, no vemos otra solución, nosotros por el centro de la pista y esperando que no acierten las centellas a ningún componente del Comando. Más agua ¡vaya caladura que nos estamos cogiendo! "Un kilómetro y medio de agua de ancho y de alto después". Nos adelanta la tormenta, se para el aguacero y lo mejor se alejan los tremendos relámpagos y estampidos. ¡Magia potagia! Sale el sol que con la ayuda de la brisa que hace nos vienen bien para secarnos que falta nos hace ¡se acabó! Será de pies pero nos comemos un bocata rápido mientras miramos al este.


Majadilla del Queso (1899 m.)
     Y ahora viene cuando metemos la pata. Tomamos la decisión de atajar desde este punto al coche que le tenemos a unos seiscientos metros, empezamos a bajar, mucha broza por debajo de los pinos, salimos de ellos toparnos con una barrera de maleza, matojos, zarzas y matorrales infranqueables, buscamos un posible paso, el coche está a trescientos metros pero es inviable. No nos queda más remedio que volver al camino pasando por entre los pinos y sus desechos y ramas caídos. Por fin nos vemos de nuevo en el camino, aquí no tenemos más remedio que desdecirnos de las muchas veces que hemos afirmado que nuestros montes están sucios, estos sí que están sucios, segurísimo que estos pinares no se han limpiado desde que se replantaron, lo que quiere decir que llevan 45 años soltando broza, hay que pasarle el aspirador con urgencia. Vamos por la pista y nos encontramos que hace una pata de gallina, "pinto, pinto", "pino-pocho" a la izquierda.

"Pino-pocho" a la izquierda.

     Una vez que nos vamos por la izquierda llegamos rápido al arroyo del Hoyo, adornando su cauce hay múltiples y diferentes plantas y arbustos.

Cerecillo???.
     Bajamos paralelos al riachuelo y disfrutando de la flora cuando giramos la cabeza y ¡que vemos! Hay unas ruinas ¡tenemos que acercarnos! Sale un camino que nos dirige a ellas, llegamos a La Pradera de Lavanfría, con la valla hemos topado, no podemos pasar.

Ruinas.

     Desandamos el camino y volvemos a la pista, bajamos y nos encontramos un paisano arreglando una alambrada, nos indica un "atajito" por el que cruzamos para llegar de nuevo al Camino de los Molinos, entre medias hay un tremendo roble y en medio no sabemos si es una mosca, un moscardón o un Pardillo.


Ovni.
     Desembarcamos al último tramo de camino enfrente de los depósitos de agua del pueblo, desde aquí nos vamos con dirección al coche, pero antes descubrimos un cartel.  



     Este es el nombre  de las ruinas que vimos anteriormente. Construido en el siglo XIII por la orden cisterciense, vemos un artículo sobre esta obra, era una preciosidad y una pena su deterioro. 

     ¡Nos vamos! Nos descargamos y casi secos nos despedimos de la que fuera última morada de los celtas carpetanos, allá por el siglo III antes de Cristo.

     P. D.: A estas horas caemos en la cuenta que entre la energía positiva de la naturaleza y el posterior lavado no quedó ni rastro de los "Malignos" ¡Estupendo! ¡Hasta la próxima!



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