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domingo, 9 de julio de 2017

La Losa-Peña el Oso 02-03-17




02-03-17

LA OSADÍA

     Parece lejano, pero fue antes de ayer aquel primer día que subimos como sin querer a Cueva Valiente, después de cincuenta años. En aquella ocasión subimos con el maestro y como niños que éramos nos dedicábamos a jugar solamente, pero ahora medio siglo después y con otra mentalidad la visita y las vistas fueron impactantes, viendo la panorámica de 360º que se tiene desde esa atalaya. Desde ese momento empezó la "LEYENDA DE PEÑA EL OSO".
     
     En un primer momento pensamos que era el más alto de la Mujer Muerta (Efecto óptico). Se le ve impresionante, bien es cierto que después viendo el mapa nos dimos cuenta de que "La Beltraneja" mide un metro más que su compañero de formación, pero nos atraía mucho más el nombre del primero, básicamente, porque somos amantes de la serena belleza de los osos, en todas sus posibles variaciones de tamaño, color, etc... Fue este motivo por el cual ya desde ese mismo día empezamos a soñar con la posibilidad de osar un día subir hasta su cima. Comentario jocoso que repetíamos cada vez que le veíamos desde "La Tachuela", Cabeza Reina, Peñón Juan Plaza.... Según subíamos la altura de nuestras ascensiones más lo repetíamos, lógicamente nos parecía irrealizable, poco a poco subíamos más la cota, le vimos desde Cabeza Renales, Cabeza lijar, Cueva Valiente, las diferentes veces que hemos subido a nuestra querida Peñota y también del emblemático Montón de Trigo preciosa figura central del anfiteatro de la Garganta. Fue en esa cúspide donde comiendo el bocata y mirando a la Mujer Muerta lo decidimos, ¡Vamos a subir "Montón de Osos"! A partir de este momento, es curioso, pero nuestra vista se clavaba en él desde cualquier punto que estuviésemos. Mala cosa son las obsesiones, pero sobre todo si son duraderas y nosotros lo hablábamos cada vez que le veíamos desde cada punto, pero también nos asaltaban dudas, como la distancia, su altura, pero sobre todo, estaba la ingente cantidad de piedras que veíamos rodeándole, aunque hablando con algunos que le habían ascendido nos comentaban que era fácil, creíamos que era para quitarnos el miedito.

     Y ese día llegó, hoy aprovechando que han bajado un poco las temperaturas osaremos atacar al gran "Montón de Osos".

     Habíamos pensado empezar en la Losa, pero pensándolo mejor no era buena idea comenzar con una "Losa" encima, nos vamos y comenzamos en el presunto panorámico, en el cordel de Matazarzal curiosamente pegados al Prado Peña, en el paraje de Los Cepones, cerca de nuestra querida cañada Real Soriana Occidental. En marcha y con los petates llenos de ganas, que falta nos hacen, cogemos la Soriana a la derecha unos quinientos metros donde veremos a nuestra izquierda dos puertas una para carruajes que está cerrada y otra peatonal que será donde comenzamos a subir por una recta del GR-88 que nos lleva hasta el Rancho del Tabanero o de la Becea, donde nos encontramos una bifurcación. Hoy tomaremos el camino de la izquierda y rápidamente cruzamos el Arroyo de las Víboras. ¡Primera sorpresa del día! Estaban bebiendo una piara de jabalís que espantados salen corriendo cuesta arriba. Algunas hembras, algunas crías del año pasado y en último lugar unos preciosos rayones. En lo que queremos sacar la cámara han desaparecido de nuestro ángulo de visión, una visión que se quedara grabada en nuestras retinas, estas experiencias levantan los ánimos, lo que hace el camino más agradable. Como vamos entre pinos y a la sombra vamos tan a gustito. Cruzamos sobre el arroyo de Majada Conejo.

Arroyo Majada Conejo.


     Llegamos a lo que podríamos llamar cuatro caminos y nosotros continuamos de frente, dejando a nuestra derecha el nacimiento del Víboras. Un poco más y la preciosa vista del Cerro de la Cachiporra que no puede ser más contundente ¡Nos encanta la Cachiporra! subiremos a la bajada. (Cantamos, ¡-uuuhh, aaahh, a la cachi cachi porra-! hay que ponerle música de mambo y cantarlo como Pérez Prado)


Cerro de la Cachiporra.

 Más arriba llegamos al río Milanillo, sitio bonito y curioso, tiene una captación que probamos y da buena agua y fresca. Casi adherida hay una "Majá" en muy buen estado.

Captación.

Chozo del "Milanillo"
     Continuamos y llegamos a otro cruce que a la derecha va a la Majada de la Beceda nosotros nos vamos por la izquierda, nos encontramos con una puerta giratoria y una talanquera. Vemos que viene un ciclista y la entreabrimos para que pase, lo que nos da píe a una amena conversación. Hablamos con Adolfo, persona agradable, setenta y dos años, bicicleta de estreno, deportista empedernido hasta el punto de celebrar su boda en Navacerrada esquiando y durante un descenso, sacerdote incluido.No acaban aquí las sorpresas, nos remata la faena cuando nos cuenta su aventura con doce o trece años, en compañía de su hermano y su padre subían con nieve incluida a ver el accidente  del avión Languedoc de la compañía Aviaco que hacia el recorrido de Vigo a Madrid. Contaba que murieron los veinte pasajeros y la tripulación, incluida una azafata de dieciocho años que hacia su primer viaje. ¡Apasionante! Cincuenta y nueve años del suceso, ¡Que memoria y que lucidez!, incluso nos comentaba que había esparramadas langostas que transportaba. ¡Un rato agradable! Se va, le da gas a la bici eléctrica y sale "escopetao", madre mía como corre esa maquina y ni un ruido, ¡Menudo invento! Seguimos sus huellas, llegamos a una barandilla que se veía desde bastante  más abajo, es el mirador de Milanillos, desde aquí vemos Segovia, Revenga, el embalse de Puente Alta, el embalse del Río Peces, etc..., una vista hoy muy seca, pero preciosa.


     Giramos la cabeza 180º, vemos el collado a unos cien metros de desnivel, a por ellos, dos o tres "curvones" más, estamos llegando a la puerta Pasapán y en ese momento sale el amigo Adolfo que se baja ya, no sin antes preguntarle que cuantas langostas cogió aquel fatídico día, la curiosa respuesta fue, en aquellos tiempos no se robaba, nos comentó también que una chica de San Rafael fue su secretaria bastantes años, contento, sabiendo que la batería de su nueva bici le da de sobra para esta etapa. Nos despedimos y hacemos una entrada gloriosa al puerto de Pasapán (1846 m.). Una subida larga, pero el logro merece la pena. La primera "postal" el valle de San Rafael. El primero de los "Pasapanes" el puerto, mucho hemos hablado de él y ahora estamos aquí, a la derecha vemos Peñas de las Mojadas, al sur todo o casi todo y a nuestra izquierda tenemos nuestro reto.

Primero de los "Pasapanes" conseguido.

San Rafael desde Pasapan.

¿Y esta ocurrencia?, nos lo contaban y no lo creíamos.



     Aunque hace un sol de justicia el delicioso aire serrano nos refresca y nos permite continuar, nos vamos por el PR-4 un sendero precioso.

¿Por donde me lleva la liebre?
     La ruta es bonita, sin excesiva dificultad motivo por el cual disfrutamos mucho, de hecho ya estamos en el Pico de Pasapán de 2005 m de altitud.

Segundo Pasapan conseguido.
     Bajamos al collado que nos separa de "Montón de Osos" 1850 m., a
quí dejamos el nacimiento del Arroyo del Patarro a la derecha y enfrente tenemos la preciosa ascensión a nuestra meta, de película.

Da gusto ver las proporciones y el vértice geodésico en la cima.



     Llega el momento de la verdad ¡subamos! Seguimos por el bonito PR-4 y cómodo, antes de la primera loma perdemos de vista nuestro objetivo, pero cuando llegamos a ella aparece de nuevo y esta vez más cerca. ¡Sigamos! Ahora algunas piedras empiezan a solar la ascensión de la segunda loma. El camino sigue siendo hermoso, pero de nuevo esta loma nos vuelve a ocultar el vértice, la coronamos y aparece la cima más cerca que nunca. Nos queda el ultimo repecho, el ver nuestro propósito tan cerca nos alegra la vista y el corazón, realmente es curioso lo laborioso de la empresa y cuando tenemos la meta al alcance de la mano la satisfacción es completa. Coronamos y nos abrazamos al "monumento" como si fuese un familiar querido que llevásemos tiempo sin verlo. Estamos aquí, increíble, estamos en Peña el Oso (2196 m.), no sabemos si bajaremos, pero ahora vamos a disfrutar de este maravilloso momento.






     Que mejor recibimiento que el que nos tenían preparado los dos ositos dueños y amos del lugar. Nos encontramos dos maravillosos bocatas y lo "otro", de lo que damos buena cuenta, mientras que miramos el espectáculo que tenemos delante.

La Pinareja y al fondo Peñalara.

Vértice con Gredos al fondo.

Embalse de Navaccerrada y al fondo la capital del reino.

Montón de trigo.

Mirando los "Pasapanes" desde "Montón de Osos".

Sierra del Quintanar.
Embalse del Tejo, Peña el Aguila y Peñota.


     Una gozada nuestra estancia aquí arriba, después de desestimar la subida a La Pinareja por creer que su nombre suena un poco despectivo "La Beltraneja", ahora que la vemos bien rectificamos, subiremos, la metemos a la carpeta de pendiente.

         Ha llegado el momento de bajar, no dan ganas, pero si no empezamos el descenso se nos hará de noche. Decimos hasta la próxima a nuestros amigos los Ositos y empezamos el descenso. Ahora que empezamos a darnos cuenta, ¡estamos un poco quemados!, el sol y el viento ha hecho de las suyas y nos están afectando. Ya estamos subiendo de nuevo al Pico de Pasapán, cuando estamos en la cumbre vemos las vacas de la ganadería J.L., es curioso pero llevan aquí todo el día, suponemos que será para que el viento se lleve las moscas de sus alrededores.

Les gustan las alturas.

"Montón de Osos" y Montón de Trigo desde Pasapan.


La Beyonce y al fondo Peña el Águila.
     Desde aquí tenemos una vista preciosa de Cerro Pajoso y el Casetón. Seguimos bajando, una curiosidad del día es la ingente cantidad de mariposas, saltamontes y mariquitas, ¡Lo nunca visto! los hay a cientos, ¡Extraordinario! Hemos desandado el vistoso PR-4 y nos presentamos de nuevo en el puerto de Pasapán, contratiempo, ¡gran contrariedad!, se nos ha acabado el ¡AGUA!, bueno pronto llegaremos al chorro que sale de la fuente que hemos visto y probado.

Pasapan y Peña el Oso desde Pasapan



     Cruzamos la puerta ahora en sentido contrario para desandar el Cordel de Pasapán. Llegamos de nuevo al mirador, la meseta está seca, muy seca, aunque vemos manchas verdosas de los pinares de pino negrillo, que en realidad hay bastantes. En estos momentos el sol nos ataca desde nuestra izquierda iluminando de una forma especial las faldas de la Mujer Muerta y la depresión del río Milanillo.


Preciosa ladera de Pasapan.




Un espectáculo la vaguada del Milanillo.
     
Dejamos atrás la Peña de la Apretura y un poco más abajo vemos cayendo un precioso chorro de agua, no se nos saltan las lágrimas porque estamos deshidratados, ¡que sed!, según nos vamos acercando, ¡¡¡Sorpresa, sorpresa!!! justo por encima hay cuatro vacas paciendo, no nos lo podemos creer, las leyes de Murphy se hacen realidad de nuevo y a las vacas "se les ha caído la tostada del revés". Justo en el arroyo cuatro metros por encima de donde se recoge el agua que sale por el caño, nos acercamos a él y lo que nos imaginábamos a dos metros ya huele el agua a "tostada di vaca", particularmente me veo en la imposibilidad de pasar de largo, tengo que beber a la fuerza, ¡Me moría de la sed! mañana me curare la enteritis pero ahora mismo tengo que beber agua a la fuerza. Fue un poco ¡¡¡Puag!!! pero me quitó la sed, posteriormente ha quedado demostrado que no ha habido efectos secundarios.

     Nos va quedando menos, llegamos al paraje del Portachuelo, desde aquí arranca el camino que sube hasta el Cerro de la Cachiporra que hoy no lo subiremos por varias razones, primordialmente dos, a saber, primero no tenemos agua y segundo el cansancio lo que nos lleva a meterle en la carpeta de pendiente, lo que si es cierto es que le quedamos eternamente agradecido a la Cachiporra por su fresca sombra que nos da la vida, a estas alturas tenemos la piel al rojo vivo, cuarteada y  tirante, por eso esta penumbra la agradecemos infinito.
     
     De nuevo nos encontramos en los "cuatro caminos" esta vez "nos ayudan todos los santos" porque vamos cuesta abajo y llegamos a Las Coronillas que tiene unos abetales con algunos ejemplares realmente notorios y que también nos abrigan con su sombra, dejamos atrás los jóvenes pinares y vemos de nuevo el Rancho del Tabanero.

Rancho del Tabanero o de la Becea.
     Nos asomamos con cuidado y con mucha fe al sitio donde levantamos a la familia de jabalís, pero como es natural no nos estaban esperando. Nos encontramos enfrente del rancho y bajamos paralelos al arroyo hasta la Soriana y a la derecha donde cruzamos por encima del entubado Víboras.

Arroyo de las Viboras
     Curioso que después de ir toda la bajada dándole la espalda y en la ultima curva antes de dejar la Soriana y darle la espalda definitivamente, se despide de nosotros y nosotros de ella.

Adiós Mujer Muerta.
        Un último esfuerzo y llegamos al coche, nos descargamos los petates, ahora vacíos de ganas, dadas las tiranteces y el calor que nos irradia la cara no podemos por menos de mirarnos al espejo, estamos como el Ecce Homo de Borja, unos auténticos indios americanos, después de subir a "Montón de Osos". Hemos bajado convertidos en unos genuinos Pieles Rojas, no se sabe a ciencia cierta de que tribu, puestos a elegir nos gustan los Sioux, Pawnee, Cheyenne, Apache, Comanche o Mohicano, estos menos porque eran más morenos.


     Hemos conseguido hacer nuestro gran reto, ¡PRUEBA CONSEGUIDA!.
     
     Una osadía maravillosa.











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