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sábado, 23 de junio de 2018

17-06-18 Las Lagunillas





17-06-18

Berrinches intermitentes



     Hoy aparcamos en la explanada del "área di zampa" que está situada enfrente del prado Goyato, venimos dispuestos a disfrutar porque vamos a hacer un "remember of Lagunillas" de la anterior vez que subimos, hace de esto cuatro meses y parece que fue ayer de tiempo  magnitud física que no de tiempo meteorológico dadas las diferencias. Para ello echamos mano de aquel "Pueblo bárbaro" llamado los bártulos, arrancamos y nos ponemos paralelos a la valla del prado hasta que la dejamos atrás para acercarnos al arroyo y cruzarlo para subir por su margen izquierda hasta que accedemos al camino del Ingeniero, desde aquí nos acercamos unos metros a la "gran cascada del Goyato", queremos ver el "monumento al pie" que colocamos hace un par de años pero que cada vez que venimos le encontramos en el suelo, hoy no podía ser de otra manera, le ponemos en pie, foto, monumental primer berrinche, no funciona la cámara. Desandamos el Ingeniero para continuar subiendo por el mismo camino hasta que llegamos a la altura de Los Poyales donde cruzamos el arroyo a la margen derecha, por donde subimos a la fuente de El Esportón. Nos la encontramos exuberante, vemos con gusto como brota el agua en cantidad por el conducto, da gusto ver ese chorro de agua tan cristalino, bebemos de él, rica, muy rica y fresca, aprovechamos para rellenar las botellas. También vemos que han recogido a los habitantes del belén que colocaron antes de navidades y que subimos en su día a ver.


Fuente alegre y Belén solitario.
     ¡Aleluya! ¡Estamos de suerte! ¡Funciona la cámara! Con esta alegría subimos al camino que pasa a la espalda de la fuente, desde aquí se ve un sendero que viene por la derecha, automáticamente le metemos en la carpeta de pendiente. Suponemos que la dirección que trae debe de ser la Majada el Brezo entre medias de los dos Peñones de la Solana, pero también nos da otras ideas buenas y bonitas. Una vez terminadas nuestras elucubraciones tomamos dirección al Collado de las Lagunas al que llegamos rápido, suponemos que nos encontraremos las charcas llenas teniendo en cuenta lo que ha llovido y que solo llevamos tres días de sol. Vemos con alegría que las primeras tienen agua, considerando que son las más altas el resto estarán a rebosar. El esparcimiento es múltiple, la belleza del Collado de las Lagunas te atrapa, nosotros formamos parte de sus admiradores porque no creemos que seamos los únicos.  A la belleza del lugar le tenemos que sumar el atractivo de las balsas que hay por aquí, por ejemplo en una de ellas, pequeña, pero igual de bonita, desde la orilla salta una rana o un sapo, no sabemos, está desaparece camuflada en el fondo, buscándola imposible encontrarla, se mimetiza con el fondo y se hace imposible descubrirla, lo que sí que vemos es una miríada de renacuajos y de aquí surge el milagro de "los panes y los batracios", es prodigioso y no acaba de sorprendernos... Esta charca  dentro quince o veinte días se secará y por arte de magia todos los anfibios desaparecerán, pero el año que viene por primavera aparecerán de nuevo, lo dicho, el milagro de "los panes y los batracios". Hemos llegado un poco tarde, un mes antes y hubiésemos visto los huevos, ellos nos indicarían si eran de sapo o de rana, si la puesta está en un cordón es de sapo, si por el contrario están recogidos en un paquete estos serán de rana (lo metemos en pendiente para el año que viene).
Luego que les llaman cabezones.
     Informándonos sobre el mundo de los anfibios descubrimos bastantes datos interesantes, por ejemplo que dentro de sus 54 familias hay más de 6600 especies y que entre estas hay ejemplares de 8.5 mm. hasta la Rana Goliat que haciendo honor a su nombre llega a medir 33 cm. y estirada hasta 80 cm., lo que se dice una rana en condiciones, por todo esto se le haría imposible camuflarse en esta pequeña charca, más teniendo en cuenta que es originaria de Camerún y Guinea Ecuatorial, desde luego en España difícilmente podrían vivir tranquilamente, nos imaginamos esas tremendas ancas de rana, se obtendrían unos magníficos jamones pata negra.

     Hartos de ancas de rana nos dirigimos a nuestro objetivo que no es otro que Las Lagunillas, es ahora cuando nos pillamos otro berrinche, toda la depresión del collado está inundada de agua ¡no acertamos ni una! Hoy pensábamos que nos encontraríamos todo seco, afortunadamente no, todo el paso es un tremendo trampal, antaño, cuando subimos la vez anterior pensando que no había nieve y nos encontramos con cincuenta cm. y hasta un metro, cada día tenemos más claro que no valemos para hombres del tiempo. Vamos llegando y notamos que nuestro compañero Niko ha preparado un "motín vacuno", para que se tranquilicen le ponemos la correa y corregimos el rumbo yéndonos al oeste para dejar tranquilas a las vacas al este, como se ve en la fotografía estaban a 500 m., increíble pero cierto, desde esa distancia dos vacas se arrancan en dirección a la fotógrafa y Niko, realmente la situación se vuelve peligrosa, el "mayoral", que está entre medias con la vaca a la izquierda, y los compañer@sa la derecha a 200 m., le corta el paso a la vaca en dirección sur para cerrarla el paso y poner entre medias la laguna, para que los toreros fintando hacia el norte y buscando el burladero, salgan del coso. Demostrando la casta la vemos como rodea la gran charca y como corre la condenada, gracias a la ventaja inicial cruzamos el camino y nos vamos, de otra manera nos habría metido el cuerno por el chirimbolo. Nosotros que veníamos a ver Las Lagunillas en primavera y rememorar el último día que estuvimos disfrutando de la visita y del encuentro con nuestra desde ese día amiga Ana. Hoy imposible ¡Huyamos! 


Vacas lejanas y al fondo Cueva Valiente desde donde veíamos el viernes está pradera.
     ¡Berrinche gordo! Parece mentira pero nos es imposible visitar el "ruedo-laguna" con las ganas que teníamos... Nos vamos de nuevo por el gigantesco "Everglades" esté mejor porque no tiene caimanes, por lo menos que hayamos visto, lo que si nos habría venido bien hubiese sido un aerodeslizador, para evitarnos otro berrinche que nos da con la caladura de las botas hidrófugas de Decathlon con garantía de dos años, que casualidad estas se empezaron a calar a los dos y medio, tendremos que ponerlas "tela asfáltica", chapoteando llegamos al Collado donde vemos de nuevo sus lagunillas.


La lagunillas del Collado floreciendo.
     Volvemos a cruzar la frontera de Peguerinos con El Espinar, pero ahora nos vamos a la derecha, la última vez y única que hemos pasado por aquí había tramos con un metro de nieve afortunadamente helada, aunque algunas veces nos hundíamos. Ahora sin nieve cuando llegamos a los Goyatos aparecen delante de nosotros dos veredas, una que debe conducir al mojón de los Arteseros sitio al que fuimos sobre la nieve la última vez y otra que nos parece que toma la dirección de la fuente del Pino, la que no conocemos y tenemos intención de ir, por este motivo tomamos esta ¡Qué delicia!  Cuanto más andamos más nos gusta, vamos descendiendo suavemente por la ladera de Los Arteseros, una cosa nos ha quedado clara, tenemos que volver pronto a estudiar estos caminos y si es posible ver a la fuente del Pino, aunque antes tendremos que pasarnos por el "C.S.I. de las fuentes".


El camino del "Director general".
 ¡Horror!, lo que nos faltaba se nos ha estropeado el móvil, ¡Esto vale por cinco berrinches! Afortunadamente la herida se nos va curando gracias al disfrute provocado por la belleza del camino. Embelesados por el encanto de la senda, no sabemos a dónde se dirige y nos vamos a quedar sin saberlo, hoy tomamos un arrastradero-camino por el que bajamos a La Canaleja donde enlazamos con el "Ramal superior Arteseros-Ingeniero-fuente de A. de las Heras" que le descubrimos no hace mucho y nos lleva al Ingeniero. De nuevo la ley de la casualidad universal hace acto de presencia, toda esta vuelta nos trae al punto justo en que mi compi se encuentra la herradura de la suerte de "la potra" y llegamos al camino. Raudos llegamos a otro arrastradero por el que atajamos bajando directos al Goyato que cruzamos para bajar por donde subíamos esta mañana, más abajo cruzamos el "Misissipi" para cambiar de margen, nos acercamos al prado y le bordeamos para llegar a la "curva de Asterix" desde donde enfilamos la recta de meta a la que llegamos para sentarnos y confirmar la avería del teléfono, no se mueve la pantalla, el berrinche va "in crescendo", no podemos parar el Wikiloc ¡Adiós!

    P.D.: No sabemos si será el hardware o el software le decimos a el "doctor Picorodín-A4" nuestro técnico para que nos estudie nuestro tema, a los cinco minutos aparece.                       - Ya funciona.
     - Pero que me dices, que le has hecho.
     - Le he reiniciado.
     - ¡Aleluya!  Vivan los técnicos.
     - Son 50 €.
     - Okey, me lo apuntas.

     P.D.: Los astros se alinean y la idea del Arboreto enraiza en nuestros corazones cada vez más.







 
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sábado, 16 de junio de 2018

09-06-18 La Lola Flores




40 DE MAYO DE  2018

LA LOLA FLORES








     Aparcamos en la plaza de la Estación de Los Molinos. La etapa de hoy la sacamos de la carpeta de pendiente en la cual llevaba demasiado tiempo, vamos a subir a la "Faraona". A tal efecto llenamos el petate de bocatas, "lo otro" y agua, nos los colgamos y arrancamos. Subimos al andén, una vez en él vemos que esto parece el milagro de los "panes, los pollos y los peces" ¡parece cosa de magia! De repente tenemos el don de la ubicuidad, ¡estamos en dos sitios a la vez! 




     Vemos que anden está muy alto, no hay nadie pero la cantina está abierta, entramos y tomamos un café y madre mía como huele de bien a tortilla de patatas con cebolla... Están haciendo tortillas como para una boda ¡Vamos! Que si no nos comemos una. Le preguntamos la forma de cruzar al otro lado ¡Gracias! Salimos y tomamos el andén a la izquierda siguiendo sus instrucciones.


La solitaria estación de Los Molinos-Guadarrama.
     Al final del andén hay un paso peatonal que nos permite cruzar al andén del centro por el iremos hasta el punto que enfrente hay una puerta camuflada que se abre al campo y donde empezaremos verdaderamente el camino, ¡Caramba, el tren! y como entra de rápido en la estación ¡Qué barbaridad! Bueno ya estamos en la seguridad del campo, ahora con decisión nos vamos hacia el este. Zigzagueando vamos entre jóvenes encinas  primaverales. Variamos nuestra dirección al sureste y aparece ante nosotros una maravilla, lo nunca visto, una explanada alfombrada con miles y miles flores y un mojón con una inscripción, de ella sacamos alguna palabra pero nada en claro.


Moqueta.

El mojón nuestro de cada día.
      Otro encinar joven y repentinamente aparece un firmamento, si antes decíamos miles ahora diremos un quintillón (un millón de cuatrillones) de flores. Esta es la alfombra persa de las flores, margaritas, dientes de león y muchas variedades más que ni conocemos, ¡espectacular! Nos miramos aún con la boca abierta, no salimos de nuestro asombro, de verdad inimaginable.


Flores.

Y más flores.
     A la vista de este tapiz nos preguntamos cómo llamaran aquí a la miel de mil flores, lo que sí que está claro es que las abejas tienen para dar y tomar ¡Caramba! Otro mojón similar al anterior, vamos a descubrir la piedra de Roseta. Nosotros vemos una corona, una R debajo y más abajo leemos: - BERIDO DECIDO ENOR AOD 1793 -, una vez en casa leemos sobre el tema, donde dice que en su día localizaron tres mojones con la leyenda - BEDADO DE CAZA MENOR AÑO DE 1793 - Está claro que no somos "egiptólogos", pero bueno hemos acertado alguna letra y el año que este se veía bien. Dicen de ellos que sirvieron para delimitar el coto de caza perteneciente a Carlos IV y su familia, se encontraron tres, uno se le llevaron al pueblo y los otros dos se nos han cruzado en nuestro camino y hemos tenido la suerte de verlos ¡Qué casualidad! Los dos ejemplares perdidos en el monte como nosotros. Ya lo dice el refrán: "Dios nos cría y nosotros nos juntamos".


225 años nos contemplan.
     Dejamos atrás la "pradera botánica" y entramos  de nuevo en un denso encinar, siempre de ejemplares jóvenes por el que nos despistamos y damos algún rodeo que otro. En un claro vemos en lo alto a la "Lola Flores".
"La Faraona".
     Seguimos y cuando nos vamos centrando nos topamos con un muro de piedra. Decidimos ir a la derecha, aquí nos encontramos con las vías del tren ¡cambio de rumbo! Nos vamos paralelos a las vías hacia el este, pronto nos encontramos en un fondo de saco. Las vías se pierden en un túnel rodeado de vallas. Damos media vuelta y nos decidimos por la opción de seguir pegados al muro. Vemos por un claro  que continúa montaña arriba.   Equidistantes de él y esquivando encinas, llegamos al paraje de El Montecillo, y como siempre Dios protege la ignorancia, perdido en mitad del monte vemos un hombre que está arreglando un portillo de grandes dimensiones en el muro. Nos acercamos y hablamos con él, le preguntamos cómo podríamos subir a lo que presumimos una ermita, nos dice que pasemos por el vano y nos indica un camino, se lo agradecemos y nos vamos. Cruzamos el arroyo de la Ventilla, siguiendo el camino nos lleva de nuevo hacia las vías, en realidad pasamos por encima del túnel y desde aquí comenzamos la ascensión. En una meseta nos encontramos una bonita y pequeña ermita en la que hacemos una parada para verla y beber agua.


Fachadas este y norte.

Interior de la ermita.

Oeste.

Fachada sur.
     Después de disfrutar de la ermita y su entorno, continuamos. El buen  tiempo nos acompaña, el sol tapado por las nubes nos ayuda, que falta nos hace para librar las empinadas rampas que estamos subiendo y las que nos faltan.


Una flor entre jaras florecidas, arriba, al fondo "La Faraona".
     Corre como un gamo, me lleva con la lengua fuera, menos mal que pese a ello y a la pendiente que es pronunciada tenemos  la sensación de ir por un jardín botánico que nos alegra la vista y el corazón, a esto hay que añadir que nos acompaña un buen amigo, el  tiempo. Nos vemos obligados a exponer una dispar colección de las bellas imágenes que vemos por el camino.


Tomillo borriquero con sus espigas violetas y olor inconfundibles.

Muy bonita, ???.

????.

Diminutas, delicadas y lindas, que bonitas, una pena no saber su nombre.

Bonita y desgarbada, ???.
     Tan diversas y seductoras nos traen a la mollera la pasada etapa del Arboreto y la idea no para de barrenarnos el cerebro, va a ser difícil desechar está idea.

     ¡Prosigamos! Es curioso que le llamen a el paraje por el que vamos Las Hoyas teniendo en cuenta que vamos por un lomo romo que hace el terreno sobre la ladera, este nos lleva a una explanada donde nos encontramos unas tinajas... ¡Oh tobosescas tinajas, que me habéis traído a la memoria....! - Nos llama la atención donde han ido a parar estas tinajas y otras que vemos a lo lejos, curioso lugar donde está situada la zona de descanso, tiene unas vistas preciosas, desde ella se ve por ejemplo la cruz de los caídos, pero sobre todo nos llama la atención  la Dehesa del Valle situado en la vaguada del arroyo de las Pozas, es impresionante su belleza.


Dehesa del Valle en flor y al fondo la Sierra del Castillo.

La tina y el banco que mira la cruz.
     Ya hemos descansado demasiado, continuamos con la ascensión y nos encontramos con un altar con la Virgen y el niño.


La Madonna.
    Seguimos subiendo y nos encontramos con villa Catalina, un refugio que dejamos a la izquierda en muy buenas condiciones y después de unas buenas pendientes más llegamos a nuestra primera mini-meta, ¡La Peñota!, otra Peñota que alcanza el Comando Peñota valga la reiteración. Desde aquí  las vistas son especiales sobre todo teniendo en cuenta que estamos viendo La Peñota desde La Peñota redundando de nuevo.


Entre los collados de Gibraltar y Cerromalejo la Peñota, a sus pies Los Molinos y Cercedilla visto desde La Peñota
     Hemos disfrutado de lo lindo con las vistas desde La Peñota. Ha llegado el momento de atacar la recta final y arriba vemos a la rumbosa "Lola Flores" que nos hace señas para que subamos ya, está ansiosa de saludarnos.


La "Faraona".
     ¡Vamos a por el "Mortirolo"! Subiendo nos encontramos con una pequeña meseta por donde cruza perpendicular la Vereda de Roblepoyo, una vez que la cruzamos nos vamos hacia la izquierda y haciendo un recodo del fraile atacamos la cima desde el norte, creemos que con menos pendiente, cuando llegamos a unos metros de la cima vemos que tiene su dificultad la última escalada, pero de nuevo Dios protege la ignorancia ¡asombroso! Ha pasado por aquí San Bernardo de Menthon patrón de escaladores y alpinistas con una cuadrilla y ha hecho un precioso camino que nos recuerda a caminos parecidos a los que hemos visto en algún reportaje del Tibet. Está veredita nos permite subir bastante cómodamente hasta el vértice geodésico, solo está a 1432 m. pero tenemos la sensación de estar en una cumbre y en el paraíso al mismo tiempo. El tiempo un poco fresco para ser cuarenta de mayo, pero estamos es la gloria. Por todo esto nos gustan tanto los "Montones de Trigo"... Desde la base del vértice nº 50842, con el plano encima del mismo caemos en la cuenta de nuestro gran error, no es la Lola Flores, no es "La Faraona", es el Cerro de JARAHONDA. Después de subir cantando  "Como me las maravillaría yo" y una vez que nos damos cuenta de que habíamos cambiado el nombre al cerro, nosotros y "Lola Flores" cambiamos de canción y cantamos "Ay pena penita pena". Fuera penas, estamos en un sitio fabuloso, nombres aparte, veamos nuestro entorno, vemos que por el camino que hemos subido andan dos cazadores con perros y a tiro limpio, esperemos que no lleguen aquí las postas.


A la derecha el Cerro de las Ruedas, a su izquierda la Dehesa de Cercedilla y entre nosotros y Peñota el collado de la Sanguijuela.

Vemos el embalse de Navacerrada, detrás el Cerro de las Cabezas, más allá el pantano de Santillana y al fondo recortado sobre el horizonte, precioso, nuestro Cerro de San Pedro.

Al sur el embalse de Valmayor.

A la izquierda la Machota Baja, en el centro la Machota Alta y a la derecha Abantos
     Huyendo del viento nos bajamos por el caminito "nepalí" unos metros en busca de un resguardo para dar buena cuenta de nuestros respectivos bocatas y de lo "otro", mientras que nos comíamos los emparedados, comentamos lo de los cazadores y decidimos  buscar un camino de vuelta alternativo. Dicho y hecho, recogemos y nos vamos. Bajamos al camino que ahora le cogemos con dirección este, camino bonito de suave pendiente que nos lleva hasta un cruce que tomamos al norte y aparece una auténtica autopista.  


"Vía Apia". 
     La suerte nos sigue acompañando, volvemos a cruzar la Vereda de Roblepoyo, ¿Podríamos haber bajado por ella?, ya es tarde, vamos por la dehesa de Jarahonda y por los claros a nuestra derecha vemos que discurre el arroyo de la Ventilla y al final del camino vemos unas edificaciones. Seguimos uniendo al delicioso camino la compañía de más flora llamativa.


Joven ejemplar masculino de encina saturado de amentos.

Bonitas flores con una fragancia no tan agradable.
     El jardín botánico continúa, es inagotable, seguimos con el descenso y al final de una larga recta vemos un tremendo perro. Vernos y ponerse a ladrar todo una, parece que  tiene la idea de cortarnos el paso, el hombre que susurraba a los perros ataca de nuevo, nos vamos acercando y no parece que nos vaya a dejar pasar, cuando parecía que el único remedio sería "La vara de medir", llegó la palabra mágica, mirándole a los ojos le susurramos el nombre que nos vino a la cabeza cuando le vimos ¡Roberto! Qué maravilla, acertamos de pleno, el perro se tiene que llamar Roberto obligatoriamente, una palabra y se hace amigo nuestro, cambia automáticamente el movimiento del rabo, nos deja que le acariciemos y nos acompaña el camino hasta una puerta donde no nos queda más remedio que separarnos de nuestro nuevo amigo.


Adiós Roberto.
      
     Cerramos la puerta con cuidado para que no se salga, nos despedimos ¡Adiós Roberto! y continuamos. Seguimos encontrándonos manifestaciones de la exuberancia de la naturaleza a lo largo del camino. Hemos visto muchas setas diferentes  que no conocemos. Hay un sembrado de setas a la sombra de una higuera y sus chupones de este año que están abarrotados de higos, desafortunadamente están muy verdes.



???

Ficus Carica.
     Dejamos a los higos a la espera de su maduración al mismo tiempo que se nos acerca un "Pikap Vichuvichi" por la izquierda, cuando paran a nuestro lado nos indican que estamos en una finca particular y que nos han visto que estábamos en lo alto del cerro, lo afirmamos y le comentamos como ha sido nuestra entrada en la finca, pedimos perdón y amablemente nos indican la puerta que vemos desde nos encontramos y la dirección a seguir y así lo hacemos, se van por donde han venido nunca mejor dicho. Hemos cruzado a la margen contraria del arroyo que ahora llevamos a nuestra izquierda, todo verde y con bonitos árboles, pasamos un complejo y cuando cruzamos la última puerta vemos rotulado el nombre de las instalaciones que se llama "Casa de espiritualidad Rivotorto", se usa para reuniones, encuentros, jornadas y ejercicios espirituales, mínimo grupos de quince personas, un sitio ideal en un enclave privilegiado. Bueno ya vamos más tranquilos, teníamos pensado coger un camino a la izquierda que nos llevase casi directo a la estación, ¡Pero!, seguiremos las indicaciones, sobre todo teniendo en cuenta que hemos visto varios carteles en esa dirección con la leyenda de TOROS BRAVOS. Susurramos a los perros pero no sabemos qué tal se nos dará musitar a los toros. Sin querer llegamos a la calle de la Acacia que tomamos a la izquierda hasta que nos topamos justo antes de llegar a las vías del tren una puerta, como no podía ser de otra forma cerrada, que casualidad ¿Qué hacemos? A la izquierda vemos cerca lo que suponemos sea el Centro San Juan de Dios, decidimos atajar y como no podía ser de otra manera con la exuberancia de la flora hemos topado, vamos bastante bien hasta que llegamos al terraplén que hace la calle a la que tenemos que acceder, aquí echamos de menos el no habernos traído el tajamata, pero lo desbrozamos con la "cabeza dura" y llegamos por fin al camino-calle con el bonito nombre de Cumbres del Chaparral donde nos vamos por la derecha. Llegamos a un claro donde nos damos media vuelta y vemos a "LA FARAONA", perdón, "JARAHONDA", último vistazo a nuestra visita de hoy.


La presunta Lola Flores.
     Un día estupendo disfrutando de la temperatura, fauna, flora y el sitio que es fabuloso, seguimos bajando y nos encontramos una "Majá" donde  vemos un famoso cuadro de Goya. 

"La Maja de La Majá"

     Seguimos por la misma calle-camino dejamos a la derecha el antiguo Asilo de San Rafael, un poco más y llegamos enfrente de la estación, desde aquí vemos como se abre el cielo para que unos rayos ya tardíos de sol iluminen la cumbre de Cabeza Lijar.


Ábrete Sésamo.
Más cerca.
     Después de disfrutar de ese espectáculo de magia, nos despertamos, giramos a la derecha noventa grados, bajamos unos metros y cruzamos la cancela, unos peldaños y ahí está, ¡Abracadabra!, la prueba de que estamos de vuelta.


Más magia no se puede pedir.

     Cogemos el andén central a la derecha hasta el final por donde cruzamos en paso peatonal esta vez en sentido contrario y desde aquí al coche, nos descargamos, montamos y nos vamos.


     P.D.: Un día mezcla de mágico y místico fabuloso, nos llevamos múltiples recuerdos, todos ellos bonitos, pero el pequeño detalle del caminito "Nepalí" subiendo a los cielos nos ha encantado, una pena que la fotografía nos salió más chapucera de lo normal.

      P.D.: La Idea del Arboreto y el botánico nos hierve dentro de la cabeza.





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sábado, 9 de junio de 2018

05-05-18 La Granja-Segovia

 


05-05-18


La Granja-Segovia


     Aparcamos en el sitio que por costumbre le hemos hecho nuestro, el Callejón Posada, desde aquí arrancaremos la etapa de hoy. Bajamos por la CL-601 vemos los magníficos ejemplares de abetos y  más abajo el "chopo-pocho". Dejamos Las Peñitas a la izquierda y llegamos al Puente Nuevo de Segovia, aunque no vayamos al sur miramos, nos atrae la belleza de sus vistas. 


Bonito Montón de Trigo.

La hoja de sierra de Siete Picos.

La inmensa Peñalara y nuestro querido Cerro del Moño de la Tía Andrea.
     Siempre que habíamos hecho este recorrido nos íbamos por la izquierda a coger las Pesquerías Reales, hoy no. Hoy nos vamos dirección norte. Cruzamos la puerta peatonal y vemos con alegría un camino de tres metros compactado y rematado con bordillos en ambas márgenes, la bonanza del camino nos permite al mismo tiempo que andamos observar las "amarillas" vistas que tenemos al este.


Se ve un poquito en el centro el Chorro de La Granja.

Santa Cecilia y al fondo la abrupta Buitrera.

Qué bonita la Atalaya.
      Disfrutamos del camino, del tiempo y de la visión del paisaje, notamos que el Pantano está muy bajo cosa que nos extraña teniendo en cuenta las últimas lluvias y el deshielo. Dejamos atrás Las Torreras y llegamos al punto que tenemos enfrente la desembocadura del río Cambrones que forma un "fiordo segoviano". Seguimos disfrutando del paseo horizontal y acuático, así llegamos al paraje del Pontón Alto que le da nombre al embalse. Nos encontramos con el dique que nos demuestra que efectivamente está bajo de agua. Cuando nos asomamos al frente vemos que está desaguando dos tremendos chorros capaces de vaciar un mar.


Mientras vemos la pantalla nos vigila La Atalaya.
     En este punto nos encontramos con la Cañada Real Soriana o de las Merinas que a estas alturas comparten espacio físico con GR-88, nos cabe la posibilidad de cruzar por encima del muro de contención pero decidimos bajar al río y cruzar el puente de las Merinas.


Un poco estrecho pero pasa el rebaño.
     Una vez cruzado el puente subimos una pendiente para tomar una vereda que seguiremos dirección a Palazuelos, cuando tomamos un poco de altura vemos la preciosa vaguada que vamos a seguir. Es una pena que en los principios de la primavera el sotobosque no esté repleto de hojas.


Valle del río Eresma.
     Vamos disfrutando del camino, da la sensación de ser de reciente creación. Cruzamos el arroyo del Muerto que está como su mismo nombre indica o poco le falta, pasamos por el sitio del Pontón próximos al río y a los árboles y arbustos que crecen en sus márgenes y juntos nos refrescan el paseo. Completamos la trilogía llegando al Pontón Bajo, punto en el que se nos hace la agradable hora del tentempié, una pareja de amables albañiles nos han colocado estratégicamente un banco. Tenemos sol y sombra, nos sentamos y vemos enfrente chapado en una piedra un azulejo azul con el dibujo de Santiago matamoros, no sabemos si está senda pertenecerá al camino de Santiago en alguna de sus variantes, en una etapa anterior fuimos a Segovia por el Cordel de Santillana que estaba marcado por unos elaborados mojones del Camino de Santiago. Estudiaremos su tema pero de momento nos comemos el bocata, una vez terminado, unos sentados en su entrada de sol y otros en la de sombra nos da un "flaqui-maqui" que no nos permite andar. Se nos cierran los ojos, el rumor del río, la buena temperatura, los efectos del bocata y lo otro nos atacan con una terrorífica modorra contra la que tenemos que luchar a brazo partido, ganamos la batalla y arrancamos, todavía no sabemos si estamos dormidos  o despiertos, nos encontramos con un refugio futurista eso si en mal estado.


Con su chimenea de diseño.
     Creíamos que habíamos visto a dos indios pero nos equivocamos, eran dos pescadores,  nos dicen que pescan barbos y bermejuelas. Nos vamos y los dejamos atrás mientras que pensamos si tendrán cuajo a comérselos según va el río. Cruzamos el arroyo de Gamones también escaso de agua, empezamos a certificar lo que veníamos pensando, notamos un incremento de un tufillo un tanto desagradable, será porque llegamos al lugar de El Mojón donde descubrimos un cartel que nos dice que el camino que traemos se llama Senda Verde del Alto Eresma. También vemos un puente que imaginamos que en su día se utilizaría para llegar al antiguo sanatorio psiquiátrico de Quitapesares.


Antiguo.

Hecha recientemente.

     Pronto nos damos cuenta de que el mal olor no viene del Mojón, nos vamos alejando de él y el tufillo se transforma en tufo. Llegamos a un cruce que frente a él tiene un valla bastante alta, al mismo tiempo nos encontramos con una paisana de Palazuelos de Eresma (no hemos conseguido saber su gentilicio). Esta buena mujer nos indica que debemos rodear lo que nos dice que son las destilerías de whisky Dyc, que fundara el adelantado a sus tiempos Nicomedes García, segoviano de Valverde del Majano para más señas. Subimos por donde nos habían indicado, cuando llegamos a Los Linares otro paisano nos corrige el itinerario recomendándonos dar media vuelta y bajar al río donde veremos un puente que nos permitirá cruzar el Eresma. Charlamos un rato con él, nos cuenta que ha trabajado en una pequeña repoblación que se ha hecho recientemente en el paraje que estamos, ojala nos equivoquemos, pero no tiene muchos visos de que salgan adelante. Nos despedimos del gabarrero-ciclista y nos vamos por donde nos ha indicado, rodeamos el recinto de la factoría y cuando llegamos a la esquina próxima al río vemos una represa con una captación de donde se recogería el agua antiguamente, ahora parece que no se utiliza.


Balsa para recogida de aguas.
    Continuamos y rápidamente llegamos a la puerta principal de destilerías DYC. Aquí tenemos que hacer unas puntualizaciones. Hace unos diez años el hijo de un amigo me comentó que trabajaba en una empresa americana que había comprado las destilerías DYC, me resultó curioso, hoy mi curiosidad se torna sorpresa y admiración por nuestro paisano y fundador de dicha empresa. Los tiempos cambian y la globalización tiene estas cosas, viene un holding nada más y nada menos que del mismísimo Chicago, allí tiene su sede. Pensamos en la posibilidad de que los herederos de Al Capone compren una destilería en la provincia de Segovia, sorprendente, esa sorpresa pasa a ser admiración cuando vemos las cifras, en el año 2017 embotellaron más de 40.000.000 de botellas no vamos a multiplicar, pero lo que está claro es que nos hemos tomado 1.300.000.000 millones de chupitos, nos va a durar la resaca un año. Hoy en día ha diversificado la producción y hacen diferentes productos, por ejemplo ginebra Larios y el que nos llama la atención sobremanera es el bourbon Jim Bean, autentico americano hecho en las destilerías de Palazuelos, como decía el abuelo, ¡Cómo ha cambiado la vida!


Entrada a las destilerías.
      Queríamos que nos invitasen a una cata a ciegas, no fue posible no era tiempo de visitas y menos mal porque cobran 8 € ¡mejor! que tenemos que andar. Damos media vuelta, cruzamos el Eresma y nos despedimos de él. Nos vamos por un camino asfaltado que hace una U gigante para a continuación subir dirección al Carrascalejo donde encontramos que hay una urbanización con el mismo nombre en la cual los de señalización viaria se han lucido, se han inventado el carril diabólico.

La Mujer Muerta y el carril sin fin.

     Dejamos atrás le carril satánico y a la mediana partiéndose de risa con la broma que ha preparado y rápidamente nos encontramos a la derecha una ampliación de las destilerías que como marcha bien el negocio ha tenido que ampliar. Nos dice el guarda que no se puede pasar y nos enseña el acopio de los barriles puestos a nuestro nombre.


Pues sí que han caído unos cuantos.
     Seguramente que el guarda es un exagerado, ¡Como nos vamos a beber todos esos barriles! Con el susto en el cuerpo seguimos y cruzamos la carretera Crterina-Palazuelos para seguir por el camino del Molino del Arco, afortunadamente nos da un poco el aire y se nos han olvidado ya los efluvios emanados en la destilación, pero nos dura poco la alegría, un hedor nuevo nos ataca de nuevo. Llegamos al foco que procede de un acopio de excremento animal para la producción de abonos, salimos del lugar del Campillo y llegamos a la carretera SG-V-6122 que une Segovia con Palazuelos. No nos queda más remedio que ir por un presunto carril bicis paralelo a la carretera, no es la mejor idea pero no nos queda más remedio. Pasamos por encima del arroyo Roduelos muy escaso de agua, ahora pasamos por debajo de la SG-20 y llegamos al paraje llamado Gallo Gociado (bonito topónimo). Nos quedamos perplejos, parece imposible pero es verdad, vemos la mayor aglomeración de conejos salvajes jamás vista, venimos dándonos cuenta que últimamente vemos más animales cerca de las poblaciones, parece que supieran que los cazadores no pueden cazarlos tan cerca de la carretera.


El país de los conejos.

     Decimos adiós a los "Bugs Bunny´s", cambio de rasante y vemos el cartel de nuestra meta.


Nuestro pueblo.
     Pasamos el último cambio de rasante y comenzamos a bajar. Entramos a Segovia dejando las pistas de atletismo de la Albuera a la derecha y bajamos por la CL-601 hasta la parada del autobús situada a la altura de la plaza de toros.


La monumental desde la parada.
     Viene el autobús ¡ale hop! subimos al bus y a La Granja. 


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