01-05-17
La Atalaya
El nombre por si solo es bonito, Atalaya, nos encanta, con
su póquer de aes y sus consonantes tan sonoras y debe gustar porque se le pone
como nombre de bares, negocios, edificios, y urbanizaciones.
El diccionario dice de ella: Eminencia o altura desde donde se descubre mucho espacio de tierra o mar, es curioso que en su definición tenga un título honorifico, hasta ese punto tienen importancia geográfica todos los puntos así denominados.
Desde que descubrimos este cerro nos llamó la atención mucho su situación y su parecido con Montón de Trigo. Sabido es que nos encanta él y "sus negativos", si a esto le añadimos que buscando en el mapa descubrimos su nombre, la reacción fue inmediata ¡Tenemos que ir!
¡Y llegó el día! Nos vamos hasta La Granja, desde donde cogeremos la carretera que va a Torrecaballeros y a la altura del cruce de Palazuelos nos metemos a la derecha y aparcamos. Petates, palos y en marcha. Nos encontramos con la sempiterna cañada Real Soriana, es curioso que la transitamos o la cruzamos a menudo. Aquí queremos hacer una reseña, no podemos pasar por alto el modelo de cartel explicativo que nos encontramos desgraciadamente en muchas ocasiones y decimos desgraciadamente por el estado en que se encuentran y no solo es este, se ven muchos que se supone deberían durar muchos años y no duran ni "quinientos metros". De precios no hablamos que no sabemos, pero ya tienen que preparar otra hornada para vendérselos al Ministerio de Medio Ambiente y a la Junta. No nos podemos aguantar las ganas de felicitar el trabajo bien hecho.
¡Enhorabuena!
Una verdadera pena
tanto trabajo y tanto dinero al cubo de la basura, a lo que hay que sumar que al
no poder recibir la información que es para lo que se supone que esta. Hoy nos
quedamos sin sus sabios consejos.
Para que se nos
pase el enfado lo mejor es caminar. Dejamos la cañada atrás, la finca Gamones a
la derecha, cruzamos una puerta y nos vamos paralelos al arroyo del mismo
nombre y cometemos el primer delito al sortear la primera alambrera, pronto
cruzamos otra puerta, miramos hacia arriba y nos damos cuenta de que vamos a
subir a" finca traviesa", en principio la pendiente es leve y la
vista bonita.
Llegamos al Cuartelillo, un vistazo al frente y parece que tenemos delante un 8000 ¡Vamos allá! No han pasado veinte minutos y hacemos un salto en el tiempo pasando al siete de Julio San Fermín, dos vacas vienen directamente a por nosotros y con cara de pocos amigos ¡Comienzan los encierros! Corren más que nosotros, cuando creíamos que nos van a adelantar frenan en seco, gracias a nuestra suerte, sus retoños se encontraban al resguardo detrás de una piedra, amor de madres ¡Que susto! Viendo la tierna estampa se nos normalizan los latidos del corazón y continuamos. El porcentaje de la pendiente es un "increcendo sostenuto". Ya estamos a mil cuatrocientos veinte metros porque vemos a nuestra izquierda el cerro Cabeza Melera que se le ve tan coqueto.
A partir de aquí la naturaleza nos hace un regalo, una fascinante fragancia nos envuelve, un intenso aroma a tomillo nos hace disfrutar de lo lindo, continuamos la ascensión que cada vez es más pendiente.
En algún momento se nos viene a la cabeza el "Infierno Renales", pero afortunadamente no es lo mismo, aunque la pendiente era pronunciada en este caso corría una deliciosa brisa que nos refrescaba las ideas y la vegetación que pensábamos que empeoraría fue una vez más, benevolente con nosotros. Se acaba la "franja tomillera" que nos estaba subiendo en volandas, nos queda el último empujón, llegamos a la altura de las antenas y vemos el punto geodésico, nos queda un poquito más.
Como describir esto... Lo primero el día, maravilloso, el sol bondadoso, el aire nos acaricia y que decir del lugar, tenemos en el diccionario cantidad de bonitos adjetivos, todos, absolutamente todos, tienen cabida en los pocos metros cuadrados de esta cima. Después del trance, llega el momento del refrigerio, que hoy le vamos a disfrutar de lo lindo, al bocata le sumamos las vistas que tenemos.
Aquí vemos Siete Picos, Montón de Trigo, la Mujer Muerta, la sierra del Quintanar, La Granja, La Pradera, Valsain con su valle, Mata bueyes y el cerro del Moño de la Tía Andrea.
Aquí vemos Siete Picos, Montón de Trigo, la Mujer Muerta, la sierra del Quintanar, La Granja, La Pradera, Valsain con su valle, Mata bueyes y el cerro del Moño de la Tía Andrea.
Embalse del Pontón |
La Granja de San Ildefonso |
El Chorro |
La Buitrera |
Somosierra |
El "chocito" de la Atalaya y el chico pequeño del vértice |
La meseta con Palazuelos, Sonsoto, Tres Casas, Cabanillas del Campo, Torrecaballeros, Aldehuela, Tizneros, Espirdo, San Cristóbal, Segovia capital y la provincia entera, seguro que algo de la provincia de Avila, al fondo la provincia de Valladolid y como la vista se pierde en el infinito si no estuviesen el Padornelo y la Canda se vería Finisterre. Un deleite para la vista, la buena vista como la que tienen cien metros por debajo de nosotros una pareja de milanos, es bonito poder disfrutar de su vuelo esta vez vistos desde arriba que no es lo normal, delicadamente también disfrutan del día.
Aunque dan ganas de seguir disfrutando del sitio nos tenemos que ir. Justo empezamos a bajar y nos encontramos el que a la postre será el único ser humano que nos tropezamos hoy. Estamos de suerte, nos encontramos con Manuel, conocedor de la zona y diríamos más, de casi de todo el sistema central, incluida nuestra zona que la visita a menudo. Nos hace de cicerone y después de un rato agradable nos despedimos hasta que nos veamos en Peñota.
Ahora bajamos por el camino que usaran los técnicos que vengan a las múltiples antenas que hay. Nos vamos dirección al Cerro de las Cardosillas.
Llegamos al primer collado y a la derecha hacia el nacimiento del arroyo de la Mina que le cruzaremos, vamos al noreste hasta el paraje de Navafrades, donde el camino hace una curva que nos manda en dirección contraria, al suroeste, pasamos por encima del arroyo de las Cardosillas, nos vamos sumergiendo por un valle, a la izquierda vemos el cauce del Navahondilla ¡Precioso!
Seguimos bajando por el camino "Vodafone" con la Buitrera a la izquierda arriba, granito en estado puro y DURO.
Curiosamente y aunque no es muy normal cruzamos dos arroyos de la Atalaya que se juntan delante nuestro. Llegamos al sitio de Ranchos Bernuy, la primavera nos invita a disfrutar con la visión de unas bonitas florecillas, de las que no sabemos su nombre.
Llegamos al lugar de la Cocinilla, el camino va girando y ahora vamos dirección oeste, a lo Segoviano con el sol de frente ¡Una puñeta! Estamos ya en Gamones, vemos unos ejemplares hermosos de limousin, charolais y raza española.
Cruzamos de nuevo la alambrada, tan contentos... ¡La felicidad completa no existe!, una jauría de perros sale de no sé dónde, seis perros grandes y con cara de pocos amigos, más bien de enemigos, salimos literalmente a ESPETAPERROS. Nos persiguen, nos cogen ¡La madre que los pario! No nos queda más remedio que darnos la vuelta, menos mal que cuando ven al tío de la vara se paran ¡Joder que susto más grande!, si lo que querían era asustarnos lo ha conseguido. Llegamos a la cañada y al coche, tranquilidad de nuevo después de disfrutar de un estupendo día.
P. D.: Volveremos otra vez y en Otoño también.
P. D.: Mucha fuerza y suerte para Carlos Soria en su ascensión al Dhaulagiri
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