Vistas de página en total

miércoles, 10 de octubre de 2018

23-09-18 La Cacera Real


23-09-18

         Imagen relacionada

San Ildefonso  y Santa Tecla



     Juntamos los nombres de los dos santos; el primero porque iniciaremos y terminaremos la etapa de hoy desde el palacio de la Granja y el segundo, porque es el día de su onomástica. Nos vamos en busca de la cacera primigenia, la larga, la grande, la real, la que abastece de agua al palacio de La Granja de San Ildefonso. Poco podía imaginarse Felipe V que casi tres siglos después íbamos a seguirla nosotros, el Comando Peñota, tal día como hoy festividad de santa Tecla.

     Para ello aparcamos enfrente de la Puerta de Cosíos, nos equipamos y cruzamos la puerta del camino que nos conduce al puente Blanco, al llegamos rápido. Pasamos la Cruz de la Pasión y llegamos a una curva que hace la pista a la derecha que nos llevaría al puente Negro que hoy no veremos, de dicha curva sale un camino por el que atajamos para llegar pronto a la pista que va desde La Pradera a la Silla del Rey, cuando llegamos a ella la tomamos a la derecha y llegamos al Puente del Vado de los Tres Maderos que salva el Arroyo de la Chorranca, quién le ha visto y quién le ve, hoy tan manso y otrora casi tapaba el ojo entero.


Con este caudal se hace bien el puente.
     Una vez cruzado el puente llegamos a un cruce y nos vamos a la izquierda, vamos a pasar deprisa que estamos 167 metros por encima del túnel del AVE. No se oye nada, no será su hora. Marchamos por la ladera del Cerro del Puerco y llegamos al mirador del Cerro del Moño de la Tía Andrea, nos encanta y su nombre también.


Allí está la silla del Rey.
     Abandonamos el mirador y continuamos subiendo, llegamos a Juego de Bolos. Sabido es que del cerdo nos gusta todo, hoy hemos salido de ese error y a partir de ahora diremos "del Puerco nos gusta todo menos sus rampas" que tampoco son lo más pero hoy nos han castigado mucho teniendo en cuenta que estamos un poco apelmazados. Dejamos a nuestra derecha la Cueva del Monje, el Vivero y más adelante la fuente del Ratón, está un poco más separada. Disfrutando del camino llegamos a la fuente de Abastos de la cual bebemos su rica agua, llenamos "el botijo", se la ve preciosa con su tocado de helecho de cuatro hojas, nos preguntamos si dará buena suerte como los tréboles, tras unos minutos nos vamos.


Fuente de Abastos con su "tocadito".
     Desandamos unos metros y nos salimos de la pista por un camino que lleva la dirección que nos interesa además de ser bonito y cómodo, no nos lo podemos creer, después del montón de ocasiones que hemos estado buscando la fuente del Pino en la ladera del cerro de los Arteseros vamos y nos encontramos un cartel que nos indica la dirección hacia la fuente del Pino, eso sí, en el paraje de Navalesquilar de los montes de Valsaín. Completita pero un poco chapucera, un poco recargada y demasiado rococó para nuestro gusto.





Fuente del Pino.
      Dado su escaso caudal no probamos su agua y continuamos. Pronto nos encontramos otra sorpresa, un maravilloso pino, erecto, sano, longevo, con sus más de treinta metros es todo un coloso de los pinares de Valsaín, nos recuerda al Pino Cardosillo de nuestra Garganta.



Con sus aproximadamente tres siglos parece un joven recién salido del gimnasio.
      Ver esta esbelta mole nos disminuye, pequeños como Garbancito nos despedimos y nos vamos, retomamos la senda y seguimos subiendo, mi compi pide mi atención y la dirige hacia una obra de arte arquitectónico arácnido, al trasluz vemos el impecable diseño y la perfecta ejecución de la "red de pesca" de la araña que por cierto no conseguimos ver.


La diana.

Iluminada por el sol
      Subimos un poco más y decidimos salir de la vereda y marchar campo a través en dirección al comienzo de la cacera, zigzagueando para salvar diferentes estorbos. Al fin llegamos al enganche, aquí comienza la cacera, no sabemos si eligieron el sitio topográficamente o por la belleza del lugar, un tremendo bolo granítico que parece colocado a propósito en el centro del cauce del arroyo ha frenado a muchos pequeños y medianos bolos que forman una preciosa cascada que a día de hoy baja con poco agua pero después del deshielo tiene que ser maravillosa, metemos una futura visita en la carpeta de pendiente. Siguiendo con el análisis vemos claramente donde comienza la cacera, de nuevo nos han boicoteado, ¡la salida del agua está seca! Ya nos están tocando la tecla, la cacera está totalmente seca, que chasco, lo que sí que vemos es que parte del agua entra a una captación que suponemos va subterráneamente al estanque del palacio.


Nos gustaría verla a tope de agua.

Tramo de la cascada.

Aliviadero y captación.
     Para paliar el disgusto que no hemos llevado al ver que no corre la cacera nos vamos a "castigar" con sendos bocatas de "La Sanabresa". Poco a poco el piscolabis nos disipa el disgusto, aunque no consigue que desaparezca íntegramente. Recogemos y nos vamos paralelos a la cacera seca que a estas alturas tiene una pendiente pronunciada, pronto llegamos al arroyo de la Chorranca, en este punto un vistazo nos da muchos datos, por una parte vemos una caseta dentro de la que se oye como corre el agua, seguro que es el que viene del azud de Peñalara, por otra parte vemos un tramo de la cacera que hoy está seco pero nosotros le recordamos con el agua corriendo desbocado por ella, esto sucedía una vez anterior que visitamos la Chorranca que bajaba por aquellos días exuberante. La naturaleza y sus contradicciones...


Lo que pensamos en su día era un arroyo.
      Cruzamos el arroyo de la Chorranca del que también se recoge agua para la granja y proseguimos para encontrarnos que ha pasado por aquí el mago Tamarit, es cosa de magia o por lo menos lo parece.


¡¡¡Chan chan chan chan!!!
     Cruzamos por la Peña de las Tres Varas y llegamos al riachuelo de los Neveros que baja escaso de agua.


A estas alturas del verano está muy cara el agua.
     Sin problemas para cruzarlo, nos encontramos con una pareja que pasean dos tremendos perros que en la anterior visita a las caceras de los aserraderos también nos cruzamos con ellos. En aquella ocasión no hablamos pero hoy no podemos por menos ¡indudablemente un acierto! Ha conocido a unos hermanos de una familia amiga, dándonos una enciclopedia de datos, con fechas y nombres desde la mili de su padre, posteriormente lo confirmamos, asombroso, un personaje singular como su domicilio. Una conversación apasionante pero nos tenemos que ir, antes nos indica una fuente cercana para beber agua, nos despedimos y vamos en su busca.


Fuente de los Acebos.
     Media vuelta y nos vamos hacia la Tolla de los Guindos camino de Los Tobarejos donde la solana hace cambiar un poco la flora y nos encontramos un héroe de "la guerra" aun en pie estoico.


¡Bello!
     Afortunadamente pronto pasamos el secano y volvemos al terreno verde que nos gusta más, un último vistazo a la deshidratada cacera  y llegamos al punto por donde entra al palacio camino del estanque de Las Ranas.


Entrada y valla del palacio.
     Nos vamos a la izquierda e inmediatamente doblamos la esquina donde nos encontramos con la fuente de la Plata que esta reseca. 


Agotada.
     Dejamos atrás a la ajada fuente y antes de llegar a la Puerta de la Última Línea vemos las saludables arterias de la naturaleza.


Está muy saludable.
     Entramos en la recta de meta, a la izquierda vemos lo que suponemos un refugio de anfibios desconocido pero como es tarde lo veremos en otra ocasión, hoy nos hemos llevado un chasco con la reseca cacera ha quedado claro que hoy nos han tocado bien la ¡¡¡tecla!!!.


Powered by Wikiloc

No hay comentarios:

Publicar un comentario