02-09-18
En busca de las caceras
Hoy repetimos el aparcamiento del fin de semana pasado, en esta ocasión lo hacemos diez metros más abajo. Lo primero que vemos según nos bajamos es un espino albar o majuelo con sus frutos aún verdes, tenemos que reconocer que para al Comando Peñota este arbusto nos atrae sobremanera. Sus pequeñas hojas caducas de aspecto delicado, las perfumadas florecillas de un blanco virginal de olor muy agradable y los frutos que maduros tienen un agradable sabor dulzón, solo tiene un inconveniente y son sus espinas que pinchan como un puerco espín. Es un arbusto que tiene muchas peculiaridades pero lo que nos llama la atención sobremanera es la ingente cantidad de nombres comunes que tiene, no los hemos contado, unos cien, algunos de ellos nos encantan, botironeto, carcabollo, cerecico de pastor, espino picón, mojolino, pericón, y muchos más.
Recogemos los muebles y arrancamos, directos al edificio del CENEAM, vamos con la intención de hacer varias preguntas. Cuando llegamos a la puerta nos la encontramos cerrada, lo que sí que vemos en el cristal de la puerta, casi pegando al suelo, es una polilla curiosísima, nos agachamos para verla. El chiste del día, de repente se abre la puerta de cristal deslizante y nosotros rezando en dirección a la Meca, lo primero perdemos de vista a la polilla que se va "montada" en la puerta corredera, vemos unos zapatos, levantamos las cabezas simultáneamente y nos encontramos enfrentados con una trabajadora de seguridad, le explicamos estamos en esta postura por lo de la polilla, se da cuenta de que no vamos a gritar "Alá es grande" y se tranquiliza, ya aprovechamos para preguntar pero nos dice que está cerrado.
En la explanada de la fachada principal disfrutamos de la visión de un roble con más de trescientos años que luce una salud de hierro, dos arbustos de desconocido nombre para nosotros y de unas florecillas azules preciosas.
Nos despedimos de la flora desconocida y damos un rodeo para irnos en dirección contraria al edificio, hacia la Mata Quemadilla. Vamos con la intención de encontrarnos perpendicularmente la primera cacera de las dos que queremos visitar hoy. Disfrutando de la hermosura una vez más de uno de los miles de caminos de los montes de Valsaín, llegamos al regato de la Cueva del Monje que está completamente seco. Pasamos por el puente, sí, está seco, pero le cruzamos. Nos llama la atención porque tiene felpudo a la entrada y a la salida, preguntándonos el motivo de ello, se nos presenta el arroyo Peñalara ¡qué casualidad! En el "justipunto" en el que engancha la cacera. Dios protege la ignorancia, vemos como arranca desde la margen derecha separándose del cauce suavemente.
Comenzamos su seguimiento pensando el buen estado en el que se haya después de llevar funcionando 185 años, aunque el aserradero solo funciono unos 50 años por la posterior apertura del aserradero nuevo. Hoy en día no sabemos para que se usa, pero se ve claramente que se sigue usando por lo bien cuidada que está. Nos preguntábamos cómo salvaría el cauce del arroyo de la Cueva del Monje, sencillo y genial, un rastrillo hecho con piedras a la "justialtura" deja escapar un caudal mínimo por el cauce del arroyuelo y el resto continúa por la cacera, unos metros más abajo antes de llegar a la carretera el agua desaparece en una arqueta que entendemos que es una canalización subterránea que lo lleva a la Máquina Vieja por debajo de la carretera.
Aviso para el dueño de la lata de la fotografía, para recuperarla ponerse en contacto con nosotros, estaremos encantados de devolvérsela al indecente mugroso de su dueño que ha tenido la poca vergüenza de tirarla en un sitio tan bonito y tan limpio.
Hoy no cruzaremos la CL-601, lo dejamos para otra ocasión, es una finca particular y tenemos que pedir permiso a su dueño. Lo que hacemos ahora es darnos media vuelta y subir por un camino que nos lleva de nuevo al punto de enganche de la cacera por donde cruzaremos el puente sobre el Peñalara.
Nos dirigimos hacia el sur por no repetir el camino del fin de semana pasado, cruzamos los Praderones Altos que a estas alturas están bajos y antes de llegar a Peña de la Pescada nos ponemos los trajes de toreros... Lo que vemos son unos ejemplares de berrendos en colorado preciosos, una de las vacas tiene una llamativa cornamenta que tiene un metro y medio de punta a punta, esta si te mete un cuerno por el chirimbolo te asoma por la cabeza, a su lado contemplamos al jefe de la cabila que nos observa. Cuando le vamos a buscar su perfil bueno se viene hacia nosotros y tenemos que dar unos pases, menos mal que nos metimos en los burladeros.
Pensándolo bien y después de ver la cara de buen toro que tiene seguro que no quería cogernos, vendría a por alguna chuchería o a que le espantásemos las moscas, que el pobrecito estaba lleno. Antes de irnos de "la plaza de toros" descubrimos detrás de robles y pinos y bajo una corona de "algodones" a la Camorca, "su Camorquita" y Cerro Pelado.
Media vuelta y tomamos un camino que nos lleva hacía el este. Le seguimos disfrutando por sus suaves pendientes, ya nos tocaba alguna pendiente, llegamos al punto en el que nos encontramos con el ojo que todo lo ve, nos hace un guiño.
Ésta es la señal que estábamos esperando. Dejamos el camino y nos vamos campo a través, cruzamos el pobre cauce del Prado Redondillo para continuar aproximadamente por la misma, gracias a que el monte está bastante limpio y nos lo permite. Al mismo tiempo disfrutamos de la belleza de los bolos graníticos que "el decorador" ha colocado con muy buen criterio, cambiamos los berruecos por las zarzas con las primeras moras maduras que probamos este año, mora, mora, pino pocho a la derecha y llegamos de nuevo al arroyo Peñalara. Lo primero estudiamos de nuevo la construcción que hay en este punto y que no sabemos exactamente para qué sirve pero nos da una tremenda alegría cuando vemos una trucha de unos doce cm. Verla en un riachuelo a una cota de 1350 m. es una gozada que esperemos que dure, no nos gusta ser pesimista pero suponemos que el invierno pasado tardará en repetirse y por nuestra parte estaríamos muy contentos de que así fuera, porque entre otros muchos beneficios que nos ha dado está el ver que este riachuelo corra con tanta animación y tenga caudal para las dos caceras. Ahora cruzamos el cauce y estamos en la compuerta de la cacera que dirige el agua cristalina al Real Aserrío de Valsaín, el nuevo.
Desde aquí comenzamos, pero, hay cambio de planes, nos acercaremos a ver una fuente cuatrocientos m. más arriba, llegamos y rápido nos damos cuenta que ha sido un acierto la decisión de desviarnos. Llegamos a la fuente del Ratón, coqueta fuente, bonito banco y un merendero que ni en la Moncloa, por todo esto decidimos por unanimidad que instalamos el campamento, probamos el agua, fresquísima y riquísima, acto seguido nos sentamos a la mesa en la que nos vamos a comer el menú que ha preparado la cocinera para hoy.
Solo de verlo se me saltan las lágrimas y recordando su sabor me relamo de gusto, hoy la chef se ha superado, ha dicho que por ser bueno, no sé, no sé, parece que lo decía con una sonrisa maliciosa, el caso es que estaba superior, acompañado con un poco de "lo otro" y un paraguay@. Qué bien viene la @ para ser políticamente correcto hasta en el monte, después de la opípara comida, el buen tiempo, el sonido de la naturaleza y la somnolencia nos dan los "siete males" ¡vámonos que nos da algo!
Con todo el dolor de nuestro corazón nos vamos y sorpresa, sorpresa no lo hemos visto al subir, de nuevo nos encontramos un "euro 🐸 batracio". Este mucho más pequeño, está encharcado por el sobrante de la fuente, nos acercamos al tiempo que vemos el chapoteo de los anfibios🐸 cuando saltan al agua. La charca aunque es pequeña tiene muchos habitantes 🐸 que salen a respirar y confiadas se quedan a la vista, eso sí están calladitas🐸 y ojo avizor. 🐸
Nos acercamos de nuevo al comienzo de la cacera, llegamos rápidamente, nos la encontramos en perfecto estado de revista y nos asociamos a ella para acompañarla en su viaje hasta su final.
Disfrutamos de la compañía de nuestra nueva componente del Comando que nos susurra al oído su suave y agradable sonoridad que nos transporta como en una nube. Como el caudal es pequeño echamos un palito de calibre mínimo, como la velocidad que lleva, pronto le sacamos, nos damos cuenta de que los hay más lentos que nosotros. Vemos como pasa por debajo del arroyo de la Cueva del Monje que está más seco que la mojama, cruzamos el camino que baja desde el Juego de Bolos lugar donde la descubrimos, llegamos a Navalhorno y entendemos el porqué del nombre. La falta de árboles en plena solana hace que suba la temperatura de repente bastantes grados. Estamos en la falda del Cerro del Puerco, que metemos en la carpeta de pendiente por quincuagésima vez, hoy viéndole desde sus bajos nos queda claro que es un destino para el otoño.
Dejamos atrás la solana para entrar de nuevo en un curioso pinar, al principio parecían visiones nuestras pero pronto nos damos cuenta de que no son imaginaciones nuestras, en este pinar hay "mostros".
Dejamos a nuestra espalda La Pinochera, que está llena de trolls, a esto le tenemos que añadir que la ladera granítica del Puerco hace que el itinerario de la cacera sea menos idílico. Cascaditas, quiebros, pinos de raíces descarnadas por el agua y volcados, maleza y pequeñas compuertas que evacuan el agua a diferentes finales.
La belleza y el caudal de la cacera va decreciendo y no solo eso, "tocomocho", llegamos a un punto que nos hacen el tres por cuatro, nos desvían el cauce hacía el pueblo dejando seca definitivamente la antigua cacera.
Continuamos acompañando a la cacera, eso sí, ahora completamente seca y claro nos entra la sed, por este motivo nos acercamos a una nueva fuente, se llama El Ángel, muy bonita y qué decir de los vasos, son de acero Inoxidable, grabados con el nombre de la fuente, son preciosos, nos encantan.
Matada la sed volvemos a la cacera que a estas alturas sí que está muerta de sed, nos han boicoteado el último tramo, nos han hecho el "interruptus". La maleza se la come, no llegamos al final porque vemos una puerta antes y nos salimos del monte para entrar directamente al pueblo. Nos vamos zigzagueando por las calles y buscando la sombra pueblo a través hasta que llegamos a la meta y nos vamos para ver terminar la etapa de La Vuelta. Llegamos a ver la lucha de los últimos km., todo estupendo.
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Frutos aún verdes del majuelo. |
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La polilla. |
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Quercus Pyrenaica. |
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Comienzo de la cacera de la Máquina Vieja. |
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Cacera. |
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El agua socava los bajos del pino. |
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Adiós. |
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"Huella di obsceno" |
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Puente sobre el Peñalara. |
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La vaca Paca. |
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"Tranqui". |
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Quieto, quieto. |
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No me mires así que yo también me he asustado. |
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Nos están llamando la Camorquilla y Cerro Pelado. |
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"Ojo pino" |
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Conocida compuerta que permite el paso de agua a la cacera. |
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Barrita energética "empaná". |
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Qué bonita. |
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"Banco di acusato". |
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Y el comedor. |
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El paraíso de los anfibios. |
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Agua transparente deslizándose suavemente por la cacera. |
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"Bolo di porco". |
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Un Troll. |
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Otro troll. |
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Pino "en su sano juicio" pero va al suelo. |
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"Compuertita". |
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Se acabó. |
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Fuente del Ángel. |
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Los iguales para hoy.... |
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