01-04-17
Capitulo I
Boca del Asno
De nuevo Valsain de nuestros amores, hoy digamos que haremos una tercera etapa de las pesquerías comenzando en el área recreativa de Boca del Asno.
Desmontamos y nos acercamos al Centro de Interpretación, curiosamente no se puede ver, está cerrado, afortunadamente el encargado de darnos la mala nueva, además de ponernos al corriente nos da unos folletos, nos llama la atención antes de entrar salían tres chavales y según nos vamos entran seis, hoy sábado que hay bastante gente esta cerrado y luego le tendrán abierto toda la semana, que imaginamos que no vendrá mucha gente, lo metemos de nuevo a la carpeta de pendiente.
Nada más cruzar el puente a la izquierda, a disfrutar se ha dicho, tanto transito durante tantos años no nos quepa la menos duda que dejan huella, vemos como afloran los "intestinos" de los pinos, que gracias al abundante agua y comida se les ve sanos.
Da gusto ver lo limpia que baja el agua, transparente, incolora, permitiendo divisar en el fondo los millones de "huevos graníticos" de todos los tamaños, que ha labrado durante muchos miles de años.
Entramos en un cañón, en la margen izquierda, el granito está cortado por el "cuchillo" del río, en nuestra margen se ve la como ha sido la mano del hombre quien ha cortado el granito con mano experta, posteriormente con la piedra cortada hicieron una calzada tremenda de larga, nosotros hemos visto unos doce kilómetros y no hemos visto todo, no cabe duda que es una obra descomunal, sobre todo teniendo en cuenta que se hizo hace casi 250 años.
Llegamos a lo que queda del puente de los Vadillos, se ven los dos estribos con sus arranques, dos tajamares con sus respectivas pilastras, precioso, una pena que le falte la plataforma.
Continuamos y pronto nos encontramos con dos puentes de nueva construcción, también llamados de los vadillos, salvan los arroyos del Paular y del Telégrafo que convergen en este punto, dejamos pendiente para la bajada subir por este último.
Aquí no paras de asombrarte, detrás de una sorpresa viene otra, ¡tremendo bolo! y es que precisamente visto desde aquí es lo que parece, aunque tiene tres metros de ancho por cinco de alto por uno de grueso, unos quince metros cubico, unas cuarenta y cinco toneladas, a esta mole nuestro amigo el río le va escarbando los bajos y la está separando de su compañera de viaje dejando un paso entre las dos, la composición es espectacular, vamos a pasar con mucho cuidadito por debajo, no creo que caiga de golpe.
De la naturaleza ruda, extraordinaria, nos vamos a la naturaleza bella, delicada, podríamos decir exquisita, formando un jardín diminuto unas prímulas (Prímula vulgaris), unas hierbas, unas raíces, una piedra y unas plantitas rastreras, nos encontramos con una composición que nos hace deleitarnos con ella, (la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido).
Vemos algún salto de agua más y ¡caramba!, la mano del hombre y el cerebro se ponen a ejecutar, como vamos mirando al suelo y al río, de repente aparece delante de nosotros un puente tremendo y se podría decir que visto desde aquí abajo impresionante. Puestos debajo de él ¡da gusto ver cómo trabajan los canteros!, en realidad es una obra, pero de arte, los estribos, contundentes, con tres contrafuertes, necesarios dada la altura, las impostas colocadas en hiladas rectas, todas perfectamente aplomadas, dos hiladas de sillares volados y un arco formado con dovelas perfecto, nos subimos, vamos a ver si puede conmigo, si, puede, no se ha caído y nos alegramos porque nos asomamos al parapeto y hay unos treinta metros hasta el agua.
Un vistazo, vemos una serie de carteles y concluimos meter un par de etapas a la carpeta de pendiente, parecen prometedoras. Vemos la bonita fuente de la Canaleja con un pilón que parece una piscina y muy bien rematada por arriba.
Dejamos atrás el puente de la Cantina y de regreso bajaremos por el margen de la plebe, esta menos definido, pero se ve una senda que nos permite bajar, es curioso el acopio de bolos que hay en esta orilla, lo que aprovechamos para buscar dos cómodos asientos con un cojín de musgo para disfrutar del bocata, en estas estamos y la oradora ve una tribuna, la cual aprovecha para darme una perorata.
Nos vamos dando vueltas en la cabeza a la monserga recibida, pero rápidamente se nos va con el panorama que nos rodea. Ahora nuestro cerebro sigue asombrado con los berrocales graníticos que hay por todas partes, si uno es bonito el otro más, todos con la chapela en este caso verde, ¡Quien o que ha colocado este bolo aquí!, como quiera que sea quedado para exponerlo en una galería.
¡Prosigamos! Pronto dejamos a nuestra izquierda lo que queda del puente de los Vadillos, vamos viendo desde esta orilla el magnífico trabajo que se hizo en este estupendo jardín lineal que tanto nos ha hecho disfrutar en anteriores ocasiones y nos está haciendo deleitarnos hoy.
¡Cuidado! Casi tropezamos con unos ejemplares de pino amputados por motivo de la gangrena que se ve claramente que sufren, una pena, están rectos como velas y su diámetro (60cm.) y longitud (27 m.), aproximadamente, otra vez que nos hemos dejado la forcípula en casa, ¡cachis!.
Nos encontramos una fuente con agua fresca, el tosco pero trabajado cartel ha sido dañado por algún "artista" motivo por lo cual somos incapaces de descifrar su nombre, rápidamente llegamos al área recreativo y nos recibe otra fuente, esta más monumental pero no corre el agua, además de no ser apta como reza el cartel.
Tenemos un poco de prisa nos vamos al coche, pero antes un vistazo a un precioso ciruelo silvestres que se ha puesto su traje rosa primavera.
Una vez más hemos disfrutado de un día precioso, un entorno majestuoso y hay que recalcar una vez más la limpieza de todo el ámbito de las pesquerías, diríamos que de todos los montes de Valsain, es envidiable, no se entiende muy bien cómo es posible que no sea igual en nuestros montes, que pasa, ¿somos más cochinos?, ¿vienen más cochinos?, o ¿se limpia menos?, no se lo será, pero la diferencia es grande.
P.D.: Si no estuviera inventado este camino habría que inventarlo.
CAPITULO II
Los Gabarreros
Aprovechando la coyuntura nos acercamos a ver la liguilla de corte de leña que se hace los fines de semana en Valsain, primero vamos a recabar información, nos acercamos al bar de la Pradera, nos tomamos un café y como nos imaginábamos era un buen punto de información, ¡el mejor!, allí mismo nos ponen al corriente. Nuestros paisanos no vienen hoy, mañana participan en Vitoria en un concurso, bueno ¡otra vez será!, de todas formas vamos a ver cortar a los Valisabinenses que participan hoy, tenemos la suerte que uno que está en el bar lleva la misma dirección que nosotros y nos muestra el camino. Nos lleva al lugar conocido como la Maquina Vieja, allí se celebra el corte muy mermado, porque alguno de los de aquí también compiten el domingo en Gasteiz.
Empiezan por los preparativos, ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Lo primero preparar los troncos, hacerlos el asiento, quitarles la corteza y sujetarlos a dos largueros para que no bailen, un repaso a las hachas y escogen las que van a utilizar.
Preparados, listos, ¡ya! Comienzan y empiezan a saltar astillas algunas de tamaño considerable, cortan los troncos como si fueran de mantequilla, o por lo menos eso parece, aunque en realidad cuesta lo suyo, pero da gusto ver como lo hacen, un tronco, dos, tres y cuatro, campeón, los han cortado rápido, pero se les nota con el corazón acelerado.
Unos minutos de descanso, que se les normalice el pulso, les felicitamos, charlamos un rato con ellos, le damos las gracias al que nos ha indicado el camino, le damos recuerdos al que va al día siguiente con nuestros paisanos al concurso de Vitoria y nos despedimos de todos. ¡Un rato verdaderamente agradable! Antes de salir del pueblo,le decimos adiós al aserradero y a la chimenea "tocaya" de la de la Estación ¡Hasta la próxima! que no será tardando mucho.
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