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sábado, 23 de octubre de 2021

11ª Camino de San Frutos del Comando Peñota

 

 31-03-21

"11ª mini-etapita"

Sebúlcor-Despoblado de San Miguel de Neguera -Sebúlcor


       Esta etapita lleva más de seis "veloces" meses metida en el tintero desde que hiciéramos la undécima de San Frutos, después de tanta espera ahora resulta que tenemos el " 🎼 corazón partio 🎵🎶", no sabemos si ir a San Frutos Pajarero o a "San Frutos  Micológico", pensándolo bien el camino de San Frutos pajarero lleva varios siglos ahí, nos esperara otro mes más y el otoño pasa volando, vayamos pues primero a setas, nos aguantamos unos días más las ganas de llegar a la meta del pajarero y esperemos que la naturaleza tenga a bien regalarnos sus "Santos Frutos", si somos capaces de verlos.
 
      Lo que sí que vemos es un cartel que nos indica que estamos llegando a la salida, otro letrero nos indica que los brujos nos dan la bienvenida al tiempo que por medio de un sortilegio tienen a bien situarnos frente a la pequeña iglesia de Santa María Magdalena punto de partida de la etapita de hoy. 

                                                     



        Y desde aquí nos vamos por la SG-V-2323 como acabamos la anterior etapa, cantando el famosísimo éxito que decía... 🎵🎶 Sebúlcor tiene un color especiaaaaal, Sebúlcor sigue teniendo su duende, me sigue oliendo a azahar, me gusta estar con su gente.... 🎶🎵. En estas llegamos a la calle La Matilla donde nos encontramos con un edificio de reciente construcción, se trata del Hotel Hoces del Duratón-Posada del Duratón que en la actualidad está cerrado suponemos que será debido al dichoso virus, motivo por el cual parece un poco desamparado.
 
Hotel Hoces del Duratón a la espera de la clientela.


         En el centro de la U que forma el edificio del hotel hay otro pequeño edificio con un cartel en el que reza Naturaltur, dedicado al turismo activo en el entorno de las hoces del Duratón y que también está cerrado dadas las circunstancias.   

Naturaltur, actividades de recreo.


       Salimos de Sebúlcor por la calle La Matilla, aún no hemos perdido de vista la llamativa construcción de La Posada del Duratón cuando vemos a nuestra izquierda otro vistoso edificio que también se dedica al turismo rural con el nombre de La Cerca Encantada, también está cerrado.

        Dejamos a nuestra espalda el pueblo por uno de los caminos tan cuidados que hay por estos lares, para nosotros, que estamos acostumbrados a vivir en un valle rodeados de montañas, lo que vemos no nos deja de sorprender. Una inmensa planicie dividida en terrenos de barbecho que dejan ver sus ocres tierras y que están flanqueados por los sembrados verdes que le dan a la panorámica un precioso toque "verde trigo" con el fondo rematado por dos pequeños rodales de pinos, por encima de los cuales asoma un "trampantojo" que nos hizo pensar en un principio  que era la envoltura de un globo aerostático que a la postre resultó ser la copa de un chopo y recortando el horizonte Somosierra.

        

La meseta segoviana parece interminable.


      Andando por el camino acotado por los trigales recién germinados que nos gratifican con su verdor y su frescor llegamos al sitio de El Hontanar donde nos encontramos a la izquierda los corros de pinos que viéramos antes. Es curioso lo que se diferencian de los pinos de nuestro pueblo, empezando por el tamaño de las acículas que son diez veces más largas, pero las que realmente nos parecen preciosas son sus grandes piñas, lo único que les echamos en falta fue el que no estuvieran repletas de piñones con lo ricos que están, en la foto podemos ver dos piñas hembra completamente abiertas rodeadas de piñas masculinas que suponemos han realizado ya su función.


Piñas (estróbilos) femeninos y conos masculinos.


        Dejamos atrás los pinos con sus piñas (estróbilos) de diseño y en el cruce situado en el paraje de los Morros de San Juan nos vamos por la izquierda. Damos unos pasos, paramos y mirando al frente nos llama la atención ver una fiel representación del plano en 3D, visto desde este punto privilegiado da la sensación de estar viendo una maqueta. Distinguimos al fondo a la pequeña meseta llamada La Lindona, al contemplarla su forma nos da la sensación de tratarse de un terraplén realizado con maquinaria, podría ser, desde donde estamos vemos dos lados de una pirámide truncada,  la cara que tenemos enfrente tendrá poco más de quinientos metros, se ve cómo nace a la izquierda a nivel del rellano desde donde desciende unos cincuenta metros hasta la arista aquí arranca la cara lateral derecha de pendiente y diferencia de nivel constante durante poco menos de un km, remarcando la "pirámide truncada" y a hacia ella nos dirigimos. Una vez pasada la Cuesta Blanca y El Cotarrillo el camino nos lleva hasta el margen izquierdo de la llanada desde donde bajamos dirección este hasta la arista, ahí retomamos el rumbo norte  acompañando el talud de la "pirámide" por su arista básica. Toda la ladera está tachonada de bonitos ejemplares de enebros, por nuestra izquierda.


Juniperus.


        Al mismo tiempo por la derecha nos acompaña el pequeño cauce del río San Juan que  unos dos km. y medio más abajo añade sus aguas a las del Duratón (que cruzaremos en la próxima etapa). Llegamos a un pequeño cambio de rasante desde donde podemos ver el despoblado de San Miguel de Neguera al que nos dirigimos por un camino dibujado en el suelo por carros desde la edad media.

Al fondo el despoblado.


        Llegamos al primer objetivo del día donde nos llevaremos una gran sorpresa al ver las ruinas de varias casa humildes y una construcción de grandes dimensiones que también se encuentra en un estado calamitoso pero curiosa e incomprensiblemente la vemos apuntalada, no queremos parecer carentes de sensibilidad pero recuperar ese edificio costaría cientos de miles de euros y suponemos que para un ayuntamiento como Sebúlcor le será imposible contar con el presupuesto necesario, sin ánimo de menospreciar porque es un pueblo que nos ha enamorado. 

        Visto lo visto es imposible no sucumbir a la curiosidad y lo que nos encontramos es realmente sorprendente. Lo primero es descubrir que ya en el año 1076 sale reflejada la cesión del "Vado de Neguera" hecha por Alfonso VI al abad Fortunio del monasterio de Silos. 

        Otro dato llamativo es que en el año 1247 (todavía no había nacido ni Jordi Hurtado) el pequeño caserío le tenía que pagar al obispado dos maravedíes, nos preguntamos de donde y como los ahorrarían.

        No podemos dejar de reflejar la descripción que hace del caserío esa joya que es el monumental <<Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar>> de Pascual Madoz que nos dice que en 1947 cuenta con 46 habitantes que producen trigo, cebada, centeno, cáñamo, algarrobas, garbanzos, otras legumbres y hortalizas. Mantienen ganado lanar, churro y vacuno; cría caza de liebres, perdices y otras aves y pesca de barbos. Industria agrícola y un molino harinero y añade que el comercio se reduce a la exportación de los frutos sobrantes a los mercados de Sepúlveda y Cantalejo. A la vista de esta descripción no cabe otra posibilidad de caer en la cuenta de que el pueblo está en ruinas porque sus habitantes murieron todos reventados a trabajar para pagar los maravedíes pertinentes al obispado.


        Otro apartado hay que dedicar a lo que queda del palacio medieval que según reza un deslucido letrero perteneció  al que fuera gobernador de la villa de Sepúlveda don Diego González de Sepúlveda que como comentábamos se encuentra en un estado calamitoso, de él quedan cuatro paredes incompletas dos de las cuales han sido reforzadas con una estructura de hierro porque fue declarado Bien de Interés cultural ¡Ya pueden ahorrar! En uno de los muros reforzados vemos un arco de medio punto que suponemos sería el hueco en el que iría la puerta principal, sobre él se sitúa una ventana geminada gótica de doble arco trilobulado, una pequeña joya, sobre la misma resalta el escudo de Don Diego en buen estado

Ha vivido tiempos mejores.


         Seguimos con la visita y cuando llegamos a la fachada opuesta a la principal nos encontramos con un curiosísimo "esgrafiado-grafiti" en adelante "el Maño" (en recuerdo a nuestro tío entusiasta del porrón, sobre todo a la hora de comer unas gachas) pues como decíamos "el Maño" viene muy a propósito dado que es la hora del puchero, que por cierto se nos ha olvidado cogerle, menos mal que traemos unos emparedados, a por ellos vamos con una sonrisa que nos sale sola cada vez que vemos a "el Maño". Nos preguntamos quien habrá sido su autor, porque "el Maño" le salió regular pero el porrón lo bordó, dan ganas de subir a una escalera para echar un traguito, desde luego no se le puede negar el valor añadido, trabajo en altura, técnica de localizaciones y la gracia que tiene, realmente es una obra sencilla pero realizada por un gran artista.

"El Maño" y su inseparable porrón.


         Una vez que hemos disfrutado del condumio recogemos la mesa nos despedimos de "el Maño" y rodeamos de nuevo el palacio para encontrarnos de frente con lo que queda de un vetusto paramento de piedra caliza con sus juntas invadidas y embellecidas por Ombligos de Venus (Umbilicus), esta planta de la que estamos enamorados y que si el nombre del genero Umbilicus es precioso y la gran cantidad de nombres vernáculos diferentes a cada cual más bonito que el anterior.


Sencillez y encanto.


          Nos vamos por la puerta de "salida oeste" y antes de iniciar el regreso echamos un vistazo al este, rumbo que tomaremos la próxima etapa, la que será penúltima de nuestro particular camino de San Frutos de doble sentido.

¿Puerta de salida?.


         Desde aquí tenemos que ir por el arcén de la SG-V-2323 para rodear La Lindona por su cara norte hasta que podemos salirnos por la derecha a un camino que nos lleva a una "playa segoviana" con la única salvedad de que no tiene agua, pero no creemos que haya ninguna playa en el mundo con tanta arena. Caminando por este terreno arenoso nos da la sensación de ir flotando bajo un techo de pinos resineros que además de darnos sombra nos aromatizan el ambiente y nos enseñan imperturbables sus "cicatrices de guerra" aún sangrantes.


Cicatriz del aprovechamiento.

      Caminamos entre los numerosos "heridos" que pueblan este pinar de suelo arenoso de efecto sedante, un zigzag para lleva a Las Torrezuelas donde hacemos un recodo del fraile que nos conduce de nuevo a un camino de suelo firme y a pasar por las puertas de la granja porcina de las Lastrillas que perfuma el ambiente. La dejamos atrás rápidamente, a la derecha hacia el paraje de Navarredonda, desde donde tomamos el camino que sale al oeste que nos lleva a pasar por delante del cementerio del pueblo en cuya puerta  reza la risueña inscripción que dice "BIENAVENTURADOS LOS QUE MUEREN" con la que no estamos muy de acuerdo, no creemos que si te mueres seas muy afortunado, se restauró en el año 1866 y por el tamaño que tiene se ve que no ha tenido mucha clientela.


Puerta santa.


        Dejamos atrás la necrópolis y llegamos a las puertas del pueblo y como no podía ser de otra manera entramos por la calle Campo Santo que nos lleva directamente a la plaza del ayuntamiento y de allí nos acercamos a la iglesia en cuya puerta tenemos aparcado el coche. Guardamos los petates y nos vamos tan contentos, como llegábamos esta mañana, cantando, 🎵🎶 Sebúlcor tiene un color especiaaaaal, Sebúlcor sigue teniendo su duende, me sigue oliendo a azahar, me gusta estar con su gente.... 🎶🎵.

        Caemos en la cuenta que va a coincidir la publicación de la etapa con la festividad de San Frutos Pajarero, si podemos iremos a la plaza mayor de nuestra capi a comer las sopas del santo que las dan por el módico precio de un euro y posteriormente a celebrar la finalización del camino aunque aún sea un poquito prematuro.

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