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miércoles, 6 de diciembre de 2017

25-11-17 Pinturas de Peña Mingubela





25-11-17

Pinturas rupestres

     
     Para situar en el mapa el pueblo del que parte nuestra etapa de hoy utilizaremos la "antigua unidad de longitud", la legua castellana que equivale a 5000 varas castellanas de Burgos, es decir 2,5 millas romanas o lo que es lo mismo 15000 pies castellanos y convertida al sistema métrico 4190 m. Teniendo en cuenta todo esto y sabiendo que nuestra salida está a una legua de Blascoeles, una legua de Campo Azálvaro, a tres leguas de Avila, de la capital de España le separan 15 leguas, 19 de Valladolid, a Mediana de Voltoya 1/2 legua y a 1/4 de legua del famoso Urraca Miguel. Con el transportador llevamos al plano estas "coordenadas" y nos daremos cuenta de que todas coinciden en Ojos Albos, no tiene pérdida.

     Ojos Albos es un nombre que nos ha resultado curioso, cada vez que hemos pasado dirección a Ávila, muchas veces hemos pensado en conocerle.

     Hoy es día, el fin de semana pasado estuvimos tan cerca que no hemos podido aguantar las ganas, si a esto le sumamos que la teníamos en la carpeta de pendiente no podía ser de otra manera.

     Llegamos a la plaza y nos encontramos un bar donde paramos a tomar un café y a pensar. Como hace "siglos" que no llueve y no estamos acostumbrados nos hemos venido poco equipados, estamos aquí a vida o "caladura". ¡Nos vamos! Antes vemos la bonita iglesia, pequeñita pero muy coqueta.

Iglesia de Santa María?
     Una cosa que nos ha gustado mucho ha sido su escudo, tiene una encina como las que vemos antes de entrar al pueblo, que las hay centenarias y de porte glorioso, el castillito que no sabemos si tendrá que ver con el Palacio de Tabladillo, recientemente recuperado. Como no podía ser de otra manera, tiene su guerrero/a rupestre (aunque supuestamente parece macho) y vemos la Peña Mingubela con el ¿Voltoya? a sus pies, que se le ve muy crecidito, no como en estos tiempos de sequía que vivimos en la actualidad.

Escudo de Ojos Albos.
     Curiosamente aparcamos en la calle Procesión semiesquina a otra calle Procesión (¿les hicieron carteles de sobra?). Vemos la tierra de color rojizo, nos da la sensación de "barro santo" bueno para hacer botijos, pero malo para caminar porque se pega a las botas. 

     Tomamos un camino que sale de frente dirección al Colladillo y afortunadamente no es tal el barro y no se nos pega a los pies. Es una pena la niebla no nos permiten la visión de los terrenos aledaños. Cuando llegamos al cruce de caminos que hay a la altura del Alto de Cerrillos Redondos la mañana se ve más clara. A nuestra derecha vemos el lugar donde converge el tributario del Voltoya, al sureste un bonito farallón y al este vemos el cauce del arroyo y caminos que se reparten en diferentes direcciones.

Desembocadura del arroyo del Corral Hondo.


Peña de la Mora.

Cauce del arroyo.
     Bajamos hacia el cauce del arroyo con unas bonitas vistas de la hondonada. Cuando llegamos al lecho lo encontramos semiseco y nos hacemos una pregunta, ¿Cómo es posible venir hasta aquí con tanta basura de plástico? ¿No tiene más cerca un punto limpio? Más trabajo para el Seprona, supongo que no sería muy difícil encontrar al delincuente capaz de hacer este desatino con este vertido ilegal.

Terrorismo ecológico.
     Después del berrinche dejamos a la derecha el camino que creemos que sube con rumbo a una casa-refugio que vimos hace una semana en la solana de Aguafría. Nosotros seguimos por el margen  derecho hasta que llegamos enfrente a nuestro objetivo, salvamos la vaguada que nos separa de él y llegamos al yacimiento
. Después de ver los daños realizados por ese porcentaje de descerebrados, pequeño afortunadamente, nos preguntamos cómo es posible que una persona que venga a ver este tesoro sea capaz de agredir el entorno, lamentable.

     Se dan una serie de circunstancias en este entorno que le hacen idóneo para la relajación, solo se oye el siseo de los aerogeneradores y de algunos pájaros, pocos, hace mal día para ellos, está apartado de la civilización, se respira tranquilidad, se ve montaña por el norte y por el sur, al este y oeste se ven dos o tres kilómetros y ni un alma, las nubes resguardan más si cabe el lugar, en definitiva se respira paz, ahora hay que imaginarse este lugar siglos atrás.

     Nosotros nos disponemos a disfrutar, nos acercamos y lo primero que distinguimos es una formación que semejante a una columna de estilo indefinido pero eficiente y bella. Eficiente, porque sujeta una mole de piedra de muchas toneladas, por otro lado su belleza viene dada por su formación, muchos miles de daditos mágicamente colocados unos sobre otros, podría ser la precursora de la construcción modular. De lo que vemos se desprende que si a la fragilidad de la cuarcita micácea le añadimos el desplome de la pilastra da miedito. Cientos de fragmentos cuarteados dan la engañosa idea de correr peligro, preciosa formación. 

Detalle de la pilastra.


Equilibrio cósmico.
     Después de disfrutar de la visión pormenorizada de esta "catedral" natural, ahora vamos a ver la "galería de arte". A la izquierda vemos lo que parece un caballito de mar, cosa que suponemos poco probable teniendo en cuenta que estamos a quinientos kilómetros del mar, por lo que creemos que será una cabeza de caballo con los cuartos delanteros. En el mismo paño se dejan entrever lo que nos imaginamos cuadrúpedos que pueden ser desde cucarachas a diplodocus, pasando por caballos, toros, etc..., vemos múltiples guerreros y humanos en todas posiciones diferentes, se ven formas presuntamente de órganos genitales masculinos y femeninos, también vemos lo que creemos que podría ser una mujer embarazada, parecen estar pintadas con lo que pintaban las piedras los canteros no hace mucho y que se llama almazarrón. No se puede asegurar a ciencia cierta porque al estar a la intemperie desgraciadamente las pinturas están muy difuminadas y deterioradas, si a esto le añadimos nuestra poca destreza con la fotografía nos sale lo siguiente.





     Dejamos atrás  los ocres rojos de las pinturas y nos encontramos con los amarillos pistacho de los líquenes de formas también bastante abstractas.

Los dos hombres del saco.

Rhizocarpon geografhicum.
     Antes de cruzar de nuevo el arroyo del Corral Hondo el último vistazo al lugar de tan bonita toponimia como las Alegas de Vandiez.

Al fondo Coto Redondo.
     Cruzamos el arroyo semiseco y nos damos la vuelta para ver por última vez "la catedral". Es realmente asombroso lo limpia que está la entrada, nos preguntamos donde están todas las piedras que faltan en esa gruta.

Peña Mingubela.
     Nos vamos de vuelta, pero antes, vemos lo que suponemos una explotación minera, se ve claramente que la cueva no es natural y con una profundidad considerable aunque no se aprecie en la foto, desconocemos el mineral que se extraía. 

Bocamina.
     Adosados a la cavidad vemos unos afloramientos de formas caprichosas.


La montera.


El tragón.
     Dejamos atrás al comilón y volvemos al camino, cruzamos entre los parajes de Las Rozas y el Molino del Quemado, llegamos al Alto de los Cerrillos, nos damos la vuelta y nos despedimos del valle y ahora que ha subido la neblina vemos las cimas que pisábamos y disfrutábamos la semana pasada.


Peñagorda y Alto de las Peñas.
     A la postre aunque el día ha sido plomizo nos ha mojado muy poco y nos ha permitido disfrutar del paseo, llegamos a Peña Serrana y vemos a nuestra derecha el homónimo del cristo, a nuestra izquierda vemos una preciosa colina impregnada del color que tiene el día.


Cerro de la Cabezuela.


El Caloco.
      Últimas rampas que nos llevan al Colladillo, desde aquí es cuesta abajo hasta el pueblo que vemos al fondo.

Abrevadero.
     Bajamos hasta la vaguada y pronto llegamos al coche, nos montamos y antes de irnos nos despedimos del bonito pueblo de...





     




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