23-04-24
13ª de La Vía Verde de la "Esperanza"
Penúltima con monserga
Mala prensa tiene el número de la etapa que hoy nos atañe, pero el Comando no le da más importancia, sobre todo teniendo en cuenta que comenzamos el recorrido del día de hoy de nuevo en la plaza Mayor de Ciruelos de Coca con la coqueta y que tanto nos gusta iglesia de "San Cipri" presidiéndola y en la que, antes de partir, nos hemos acogido a sagrado.
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San Cipriano. |
Nos dirigimos de nuevo a la antigua estación donde nos encontramos el andén con el deterioro lógico del paso del tiempo, la falta de uso y la flora que busca todos los rincones posibles y donde lo han visto más fácil ha sido por donde discurrían las vías que lo han ocupado totalmente.
Tomamos rumbo noroeste en busca de nuevos caminos ignotos.
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Estación de Ciruelos de Coca. |
Nada más salir del pueblo nos encontramos una trinchera con ambos taludes ajardinados, sin planificar, sin estilo; es obra del mejor paisajista, la naturaleza, encargada de repartir las diferentes plantas, tiñendo de amarillo las laderas a la espera de posteriores colores. Aprovechando la altura del desmonte, se ha construido el puente por el que pasa la carretera que lleva de Ciruelo a Villeguillo.
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Trinchera. |
Cuando nos acercamos al mismo apreciamos que pese a su simplicidad, es precioso, el parapeto está bastante dañado por las inclemencias del tiempo que curiosamente no ha dañado tanto los muros de miles de ladrillos que están por debajo de la carretera, el arco de piedra y el intradós están como nuevos.
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Parece que está bien de la vista, el ojo. |
Nos encontramos una pequeña, delicada y desconocida planta para nosotros. Preguntamos su nombre a los "supercicutas", que nos dicen que es una Euphorbia. Nos llaman la atención, como siempre, los múltiples nombres comunes que tiene, algunos muy curiosos como asnaballo, cañamones purgantes, hierba de la purga, higuera del infierno, mataleche, tártago y muchos más, todos llamativos y lindos.
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Euphorbia serrata. |
El camino hace un meandro para librar las vías del AVE, poco después en el paraje de Las Gavias nos encontramos con el área de descanso de Fuente de Santa Cruz que lógicamente le han situado en lugar del antiguo apeadero del pueblo que se halla bastante cerca.
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Área de descanso del apeadero de Fuente de Santa Cruz. |
Adosado al área se aprecia lo que queda de los muelles.
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El embarcadero escondido.
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Pasamos por una nueva "trinchera botánica" con sus taludes alfombrados de flores que le dan ese colorido que tan bien reflejado han dejado múltiples pintores castellanos en sus cuadros.
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Talud ajardinado. |
Una nueva muestra floral que en este caso adorna la entrada cuadriforme del puente prefabricado que soporta el peso del camino de Fuente de Santa Cruz a Villeguilla.
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El cuadro inmerso en el cuadrado. |
Una milla más y nos encontramos un tubo que hace las veces de puente, por encima pasa el camino que va de Fuente de la Cruz a Villeguilla. Cuando cruzamos el conducto a la salida, nos encontramos con una de las múltiples, curiosas y multicolores charcas que se dan por la zona.
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El cuadro esférico de la balsa. |
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La balsa multicolor. |
En este punto tenemos una dicotomía, si seguimos por el camino de La Vía unos metros más, tendríamos que cruzar por debajo de las vías de AVE para encontrarnos con la frontera de Segovia con Valladolid y resulta que no nos hemos traído el pasaporte. Por este motivo nos vamos a ir campo a través por otro camino para librarnos de la aduana. Tomamos dirección sur y a continuación al oeste hasta el paraje de Las Longanizas (que ricas) posteriormente nos dirigimos al lugar de La Capellanía por donde pasa la línea interprovincial , punto en el que nos encontramos con un estraperlista como el mismo se denomina, nos comenta que viene de Olmedo y con destino a Coca, viene " - cargado de espárragos de Tudela, quesos de Villalon y Pata de Mulo, mantecados de Portillo, piñones de Pedrajas, cocadas de Medina del Campo y no se le olvida el vino de Rueda y a la vuelta se viene cargado de Lentejas de Armuña, garbanzos de Valseca, como no, judiones de la granja, para aderezarlos chorizos, morcillas y demás apaños de Cantimpalos, desde la maravillosa huerta de la comarca de El Carracillo puerros, zanahorias, endibias, remolachas, patatas, tomates, guisantes y fresas, que decir de los ajos de Vallelado, particularmente nos gusta mucho la achicoria, esta procede de Cuellar, tambien intercambia postres como el ponche segoviano, rosquillas, florones y tortas de chicharrones, tambien se vuelve con un odre del rico vino blanco del recientemente visitado pueblo de Nieva - ".El parlanchín estraperlista, después de darnos palique y unas indicaciones, nos confiesa que no se dedica al mercado negro, que es un agricultor con ganas de hablar. Nos despedimos del ingenioso Jesús y cada mochuelo a su olivo.
Subimos a una pequeña cotarra en el lugar de Valdemuñoz desde donde podemos deleitarnos con la belleza de la 'cuadratura de los paralelogramos' conseguido a base de muchas generaciones de incansables agricultores que, después de quitar muchas toneladas de piedras y desbrozar íntegramente de maleza todas las tierras hasta llegar a conseguir tanta hermosura que, durante cientos de años, ha proporcionado miles de toneladas de alimentos que llevarnos a la boca.
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La bella meseta segoviana. |
A los mismos labradores que colorean de verde los sembrados, la vida les ha enseñado, entre otras muchas cosas, que la tierra tiene que tener también sus vacaciones y por ello dejan a algunas en barbecho que tiñen de gris al campo.
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El barbecho rodeado por el verde. |
Pasamos por el paraje con el curioso topónimo de Quebranta Camas y cuando llegamos a La Lagartera, descubrimos un pequeño pueblo en casi toda su extensión.
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Descubierta la mitad de la etapa. |
Llegamos al pueblo por un camino sin asfaltar que da directamente a la calle Real que nos deposita en una plaza diáfana que se nos muestra radiante, enfrente nos encontramos una preciosa formación de casas bajas con sus fachadas realizadas con diferentes materiales, puertas carreteras, diversidad de cubiertas sobre las que sobresale el campanario de lo que posteriormente veremos que es de la casa del pueblo, dispares alturas, variedad de colores y pequeños arriates con bonitos arbustos todos ellos podados recientemente, cerca de una de las casas hay un pozo y el centro lo dominan dos generosos pilones, mientras que disfrutamos de la postal y de una mesa de comedor con su banco, sitio inmejorable para disfrutar de un rico bocadillo que según le hacemos desaparecer nos va sofocando el apetito.
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El merendero. |
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Pilones y pozo. |
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Interior del pozo. |
Una vez acabado el piscolabis, salimos de la plaza por la calle de La Calzada, que nos acerca a la austera Plaza Mayor con unas fachadas sencillas, pero ejecutadas primorosamente.
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Jardín de la plaza. |
Aquí en un rincón, concretamente en el norte, dos calles forman una escuadra que enmarcan un precioso descubrimiento, un edificio de dos plantas realmente llamativo, con una fachada construida en relieve de ladrillo visto rojo y blanco, un trabajo precioso, que está rematado por dos frentes que vemos desde la plaza, estos están rematados por dos adornadas barandas que aseguran la azotea, en el de la izquierda tiene dos sugestivos rótulos que dicen uno "El trabajo es virtud" y otro "La unión es fuerza", una pequeña ochava que sube desde la cota cero divide en dos el peto, en ella destacan, en la planta de calle está puerta principal, justo encima se haya el balcón para dar los pregones en las fiestas, por encima rematando el chaflán vemos un pequeño frontis que conquista a cualquiera, incrustados en él apreciamos, un primer letrero que nos dice que en su día acogió la escuela, le corona un bonito reloj que cansado de marcar el tiempo durante tantos años, se ha parado, en una hora muy chocante, las once y veinte, que además no se sabe si son de la noche o de la mañana de vete a saber que día, sobre el vemos el acogedor epígrafe de casa del pueblo, nos completa la información el rotulo que indica la fecha que suponemos de inauguración, 1920, por encima el ladrillo termia con dos pequeñas mochetas rematadas con sendas bolitas separadas entre ellas por un semicírculo de ladrillo visto y vistoso, como remate final, apreciamos una pequeña estructura metálica "tri-funcional" que soporta una pequeña campana para comunicar al pueblo de toda clase de noticias, encima tiene otra "chivata" nuestra amiga la veleta que nos indica que corre un ligero viento del sur y culminando el conjunto el "salvavidas", el pararrayos.
desde el punto más alto del edificio nuestra vista se dirige al peto de la derecha donde se puede leer con asombro el evocador lema de la revolución francesa, Libertad, Igualdad y Fraternidad, como es lógico a la vista del año de construcción del edificio nos vienen multitud de interrogantes a la cabeza, parece cosa de cuento, que aquí, en la Plaza Mayor de un pequeño pueblo vallisoletano de unos cuarenta habitantes, en el descubrimos un edificio con una historia apasionante para el Comando, aparte de ser una obra de arte, por supuesto la curiosidad nos hace leer sobre el tema, todo esto es posible gracias a la donación de Eladio Sobrino Segovia, conciudadano de Fuente Olmedo, en sus inicios labrador, como imaginamos que serían la mayoría de paisanos, a la edad de 14 años decide irse del pueblo y se va a Cádiz, "n'a más y n'a menos" (800 km) teniendo en cuenta que fue en el año 1887, una osadía y el comienzo de una gran aventura, vuela nuestra imaginación, pensamos, como sería posible en aquellos años tuviese un castellano esas ideas, se podrfi dar el caso de que alguno de sus maestros sacase de su "librillo" una bonita historia sobre el mar que le llevó a él, le conocio en Cadiz desde donde se iria a "descubrir las americas" embarcado de grumete, consiguio llegar a ser capitan de la matrina mercante, se asento en Chile, allí dejo huella, un matrimonio, ocho hijos y una vida mejor, esto le dio la posibilidad de volver al pueblo y demostrarle su amor promoviendo y sufragando el coste de este polivalente edificio que nos ha clavado una flecha de Cupido.
Leyendo la historia sobre el edificio y el pueblo, primero hemos disfrutado lo indecible, a lo que tenemos que añadir la cantidad de datos interesantes que leímos, como por ejemplo que Eladio Sobrino alentó a más vecinos a emigrar a Chile en busca de una economía mejor, como fue el caso de Fermín Segovia y su esposa, que en agradecimiento y como regalo al pueblo que les vio nacer donaron el reloj (extraído del sitio web Memorias de Fuente Olmedo).
A la vista del edificio nos surgen múltiples interrogantes, lógicamente lo más relevante sin duda y dado el periodo de la historia que ha vivido son los rótulos con las inscripciones de los principios de la revolución francesa. Algunas dudas se nos han aclarado con el bonito blog La Casa de la Palmera; de su lectura se deduce que en su día (se supone cuál fue) se retiraron y, posteriormente, en el año 2013, en la cooperación del ayuntamiento con algunos de los familiares de Eladio Sobrino, se recolocaron.
La ley de la casualidad universal vuelve a cumplirse; de toda la historia que hemos leído, hay un dato de la aventura que emprendió Eladio en el año 1887, en la que llegó a conseguir ser capitán de la marina mercante, que enlaza con la historia del Comando Peñota. 80 años después, un segoviano de dieciséis años se fue a La Coruña, donde estudiaría y se haría capitán de la marina mercante y, a la postre, un gran lobo de mar segoviano. Hoy en día, es el "doctor super cicuta" del Comando; los marinos castellanos son pocos, pero buenos.
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Tres en uno. |
Sin ganas salimos de la plaza, conmovidos por lo visto; pronto nos encontramos con otra plaza, pequeña, pero bien cuidada como todo el pueblo.
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Otra cuidada plaza. |
Durante nuestro paseo por el pueblo nos han llamado la atención los excelentes trabajos de albañilería que vemos, lo que indica el buen hacer de sus oficiales. También es justo elogiar el trabajo de los cerrajeros; lo demuestra el diseño y trabajo de las verjas que vemos en las ventanas de una vivienda, a lo que añadiríamos la labor del artesano que con unos sencillos tiestos decora graciosamente la ventana para conseguir extraer una sonrisa a los caminantes.
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Que felicidad. |
Nos enfrentamos con la entrada de la iglesia de San Juan Evangelista; sus comienzos datan del siglo XVI con posteriores reparaciones hasta el siglo XVIII, en el que se levantó el actual templo. Lo primero que se nos presenta es el porche que resguarda la entrada, que da la sensación de humildad al edificio.
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Entrada a la iglesia. |
Nada más lejano de la realidad cuando la examinamos más detenidamente por la parte posterior, donde nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos, descubrimos una magnífica construcción barroca reforzada con unos magníficos contrafuertes de ladrillo, la rotunda torre para la que harían falta "miles carros de bueyes" cargados de ladrillos que podrían ser traídos de las ladrilleras de Nava de la Asunción o de donde se hicieran los que se utilizaron en el castillo de Coca, lo que está claro es que colocaron varios miles, todos ellos colocados con un considerable trabajo, es curioso ver la diferencia entre el tamaño del campanario y sus ceñidas campanas, parece que después de gastar miles de "maravedíes" en ladrillos les sobraron unos pocos reales para la compra de las campanas. A la vista de que los mechinales que se utilizaron en la ejecución de las andamiadas se quedaron sin rematar, nos preguntamos si es que se acabó el presupuesto.
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Torre y contrafuerte. |
La fachada sur nos deja a la vista parte de los exteriores de la nave central, de una capilla y su gran campanario ladrillo que, como se ve en la imagen, está tocada por la luz divina que mima a este pueblo que desde hoy se ha buscado un sitio en nuestro corazón y que nos dice que volveremos a él.
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La luz divina ilumina la iglesia. |
Llega el momento de dejar el pueblo del que nos llevamos un trocito de su esencia y en el que se queda una parte del alma del Comando Peñota en la "Fuente que riega a los Olmos".
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Inolvidable- . |
Salimos del pueblo por la VP-1106 que lleva a Llanos de Olmedo; el cementerio lo dejamos a la derecha, pasamos por debajo de las vías del AVE y, cuando llegamos al paraje de El Hospital, entramos en la Vía Verde de nuevo; eso sí, nos la encontramos ajardinada.
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De nuevo a la vía verde. |
Pronto los bordes ajardinados que embellecen La Vía se tornan en un verdadero infierno: un mefistofélico ejército de sicarios armados con miles de afilados estiletes nos ataca las piernas sin compasión atravesando los pantalones para incrustarnos sus afiladas púas atiborradas de ponzoña venenosa que nos mortifican cruelmente en el momento y posteriormente. La Vía Verde ha sufrido una metamorfosis convirtiéndose en un Vía Crucis que no nos deja más remedio que salirnos de ella para continuar el camino campo a través.
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El infierno verde. |
De nuevo acudimos a los supercicutas, los cuales nos indican que el nombre de nuestros enemigos es Sibylum Marianum, que tiene una miríada de nombres comunes, a cada cual más singular, como por ejemplo Abrepuño, Alcachofa de burro, Cardo alcachofero, Cardo borricuno, Cardo cabrero, Cardo Picón y muchísimos más. Hay que reconocer que hemos visto algunos nombres que le quitan hierro, como Cardo de Santa María o Cardo santo, pero igualmente su armamento y dañino poderío es palpable; mejor abstenerse de acariciarlos.
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El "demoño" violáceo. |
Nos encontramos con el camino del Barroquino por él nos vamos hacia la derecha con la idea de cruzar las vías del AVE para coger el camino que va paralelo por la margen contraria, pero, ¡imposible! ¡está vallado! Marcha atrás y volvemos a caminar paralelos a la Vía campo a través hasta que llegamos a la altura del puente que "no" cruzamos esta mañana cuando abandonamos la Vía, en este punto caemos en la cuenta de que coincide con la frontera interprovincial, lo que nos deja claro que Segovia a hecho los deberes y a desbrozado su tramo de Vía, no así Valladolid que no ha quitado ni un cardo teniendo impracticable la senda, desde este punto y por este margen iremos por un camino de apoyo a la línea que está en buen estado, cruzamos el camino de Villeguillo, éste si tiene paso bajo el AVE, llegamos a La Migueleta donde vemos un tremendo barbecho desaprovechando los energéticos rayos de la estrella que tenemos más cercana, tambien miramos en dirección a La Laguna de Caballo de gran tamaño pero que no la descubrimos desde aquí, aunque ahí está.
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La balsa misteriosa. |
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El sol riega a los barbechos. |
Llegamos al paraje con el bonito nombre de La Migueleta, donde retomamos La Vía. Justo en el punto en el que cruzamos por primera vez hoy bajo el AVE en la ida, de nuevo hacemos el recodo del fraile que hiciéramos esta mañana en sentido contrario, lo que nos indica la cercanía de la meta.
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Ya estamos de vuelta. |
Antes de finalizar, nos encontramos con un inmenso rastrojo que nos llama la atención porque sus dimensiones son exageradas, pero realmente lo curioso es ver cómo el agricultor montado en su tractor ha sido capaz de trazar los larguísimos surcos; parece que los haya dibujado un delineante. Es sorprendente ver una tierra de más de dos hectáreas roturada en perfectas líneas rectas. Posteriormente, charlando con un paisano del pueblo, nos dice que mi abuelo tenía mucha razón y que la vida ha cambiado mucho, tanto que a los tractores les han añadido un dispositivo GPS con el que los dirigen vía satélite. Asombroso hasta dónde puede llegar la tecnología.
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Rectas perfectas. |
Y regresamos a la estación (Apartadero) de Ciruelos de Coca; desde aquí vemos claramente el desdoblamiento de vías, lo que nos demuestra que, además de hacer las funciones de apeadero, daba la posibilidad de aparcar algún tren para su arreglo, limpieza o descanso.
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Vía principal y vía de espera. |
La anterior etapa en la que teníamos como meta esta estación y no pudimos disfrutar de su belleza a causa de la nevada que nos cayó encima, por ese motivo nos sorprendió muy agradablemente su visión, haremos una pequeña descripción, la pequeña construcción dedicada a los aseos está prácticamente derruida, muy cerca se haya el edificio de dos plantas de usos múltiples, en la planta baja se situaba la sala de espera y curiosamente la oficina de telégrafo, la planta alta se destinaba a despacho y vivienda del jefe de estación, el inmueble está en unas condiciones aceptables y con posibilidades de reparación, a muy pocos metros hay una curiosa y bonita garita bastante bien cuidada que está unida por un pasillo al edificio principal, a todo esto habría que añadir los edificios de los talleres en peor estado.
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Trasera de la caseta del guarda agujas. |
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Nombre de la empresa. |
Desafortunadamente, dada la situación, vemos el desenlace final de nuestra pequeña aventura y la última etapa la tendremos que hacer cuando mejore la situación, pero no hay mal que por bien no venga; aprovecharemos y haremos un recorrido por la historia y los diferentes blogs que vemos, todos de lectura fácil, amena e interesante. Nosotros hemos disfrutado varios montones.
No podemos contar toda la historia, pero con las ganas nos quedamos. Desde luego, hay detalles imposibles de obviar, por ejemplo, el nombre de la empresa que gestionó las obras de la línea Segovia-Medina, que tenía el tradicional nombre de Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España y que, para economizar, se la conoció por Norte, motivo por el que así reza en el rótulo situado encima del pequeño edificio que suponemos que está recientemente restaurado.
Parece mentira que esta denigrada línea fue usada por unidades de los TER. "Tren Español Rápido" con dirección a Oviedo, Hendaya y Santander y que, aunque parezca mentira, nuestros ojos vieron y nuestros oídos oyeron cuando pasaban por las vías de LA ESTACIÓN. DEL ESPINAR, a los que habría que añadir trenes de pasajeros de cercanías y unos interminables vagones de mercancías; cierro los ojos y oigo el suave traqueteo de las ruedas al pasar por las irregulares vías; también veo cómo enfrente de la ventana había un rail que cedía ligeramente a su paso, volviendo a la normalidad una vez rebasado el punto débil por la expedición, hace mucho tiempo de ello, pero gracias a la lectura de infinidad de páginas han vuelto esos recuerdos. Es curioso que durante todo el recorrido de La Vía no habíamos pensado que ya hace muchos años fuimos copartícipes con la línea Segovia-Olmedo. Es ahora que solo nos falta una etapa para terminar el recorrido, dado que estamos en dique seco a la espera de unos necesarios remiendos. Aprovecharemos el tiempo para leer y aprender sobre los trenes y la línea que nos ocupa, historias curiosísimas:
El trazado entre Medina del Campo y Segovia seguía la cuenca de los ríos Eresma y Zapardiel. En su momento se ejecuta un trazado de 87 kilómetros, del cual el 87% es en línea recta (ahora nos vienen a la cabeza las interminables rectas andadas) y el 13% restante lo forman curvas con radios mínimos de 300 metros. Cuenta con 34 kilómetros sin rampa, 32 kilómetros de trazado en rampa con una pendiente inferior a 0,010, 11 kilómetros con pendiente entre 0,010 y 0,015 (así se nos ha hecho tan fácil) y una única rampa con pendiente superior de 0,198, en la entrada a Segovia (único tramo que no hemos realizado dado que la Vía Verde la comenzamos desde el Puente de Hierro).
- El momento del cierre contaba con un túnel, cuatro puentes y 12 estaciones en el trazado entre Segovia y Medina. La línea era de vía única y estaba electrificada en su totalidad desde 1966.
- En el penúltimo año se documentó que la media diaria fue de 57 pasajeros, lo que evidenció la poca rentabilidad y su posterior cierre
- Desde 1991 solo dos trenes de viajeros y uno de mercancías recorrían la línea a unas velocidades muy bajas. Todo esto trajo la supresión del servicio a partir del 26 de Septiembre de 1993. El último tren que circuló por la línea fue una unidad eléctrica serie 438 popularmente entre los trabajadores como "la yenka".
El Comando Peñota quería hacer coincidir el trigésimo primer aniversario del cierre de la línea con la última etapa el día 26 de septiembre, pero, ya se sabe que el hombre propone y el trocánter y la fosa trocantérica disponen, no nos queda más remedio que posponer el último tramo.Esperemos que el día que llegue la hora de hacer la última y definitiva nos acompañe la suerte y el recién descubierto CONSORCIO VÍA VERDE VALLE DEL ERESMA, encargado del cuidado de la misma haya; íbamos a decir segar, pero por lo que vimos en la última etapa será más bien podar, que hará falta para cortar los famosos cardos borriqueros.
Pedir perdón a la diputación, que pensábamos que eran los que descuidaban a La Vía.
Tenemos que decirlo: a raíz de suprimir nuestra ya querida línea, la estación de Segovia se ha distorsionado, se ha convertido en un "cul de sac" que, unido a las pocas unidades que circulan de Segovia a Cercedilla, nos viene a la cabeza el famoso refrán que dice "cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar", o sea que huele que, no tardando mucho, es posible que pase una futura vía verde por el término
Para acabar y en honor del pequeño y bonito pueblo, con la estación más coqueta de todas, mostramos una coplilla campestre ya centenaria vista en alguno de los blogs visitados y que dice así:
"Soy de Ciruelos,
Rico solar de Castilla,
Donde con calor intenso
El sol con majestad brilla.
Ciruelos del alma mía,
Nunca te podre olvidar.
Fuiste mi cuna primera.
Llena de amor maternal.
Son tus campos orgullosos
Bandejitas del amor,
Donde crecen los trigales
Y el majuelo en esplendor.
Y en tus llanuras, con arrogancia
Crecen los frutos en abundancia.
Y para colmo de admiración,
Para si tiene estación. "
Noticia de última hora:
Veíamos con desconsuelo un reportaje en el que se nos mostraba la fotografía de una maquina amenazando a los edificios de la antigua estación de Ortigosa del Pestaño que se encuentran en un estado de deterioro bastante grande por lo que Adif después de más de treinta años de abandona decide derruirlo, a lo que los escasos vecinos del pueblo se oponen, por supuesto, el Comando apoya la moción, ya hemos contado en varias ocasiones que la decisión de hacer La Vía nos surgió precisamente allí, con posterioridad hemos repetido la visita mínimo en otras cuatro ocasiones, afortunadamente la oposición de los vecinos y la ayuda de un posible comprador ha paralizado su derribo de lo que nos alegramos infinito.
Es incomprensible cómo no pone cartas en el asunto el dueño de las estaciones y las ha puesto a la venta antes de que se desmoronen definitivamente. Estamos seguros de que habrá algunas personas que estarían interesadas y se les podría dar un futuro más bonito que una escombrera. Es penoso que durante más de treinta años Renfe no haya vendido todos los inmuebles para darles una vida.
Feliz 2025
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