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jueves, 12 de octubre de 2017

Cueva Valiente 17-09-17




17-09-17

La valentía


    Después de lo que parecen varios siglos, retomamos la sana costumbre de volver a trotar por el monte primeramente y la posterior terapia de contar la "batallita" como el abuelo Cebolleta, intentémoslo. 

    Llevaba varios días rondándome por la cabeza,  aunque no se lo comenté a mi compinche,  la idea de que la primera etapa que hiciésemos después del parón del verano fuera a Cueva Valiente, con el único fin de guardar en ella la "morriña" que crecía en mi cabeza según iban pasando los días sin caminar por el "terruño" pero, el hombre propone y...

     Mañana es el día de arrancar de nuevo, pero se nos han ido las ganas, mi compi me pregunta  ¿Andamos o no andamos? Unos segundos de reflexión ¡Andaremos! Porque lo necesitamos ¿Y dónde vamos a ir?  Dadas las circunstancias, le respondo que haremos una cómoda, tipo Camino de los Ingenieros, a lo que sorprendentemente me contesta; podemos ir a Cueva Valiente ¡Me ha leído el pensamiento! La coincidencia me deja estupefacto, eso me anima.  Decidido ¡Subiremos!

     Hoy decretamos que no iremos por el camino normal, desde la última vez que estuvimos en Cabeza del Buey  y viésemos una posible ruta a la Cueva ignota para nosotros, motivo suficiente para tener el plano de la etapa dibujado en la cabeza, por eso aparcamos enfrente de la puerta que nos lleva a la "cañá" Juan Llanos, que la cruzaremos con dirección al cauce del Secal que curiosamente a estas alturas del verano y de cota, baja con un poco de agua. Llevamos el mismo camino que hacen en la "Tropical" de Cueva Valiente (cima), este le abandonamos para entrar a Peguerinos por la talanquera que está un poco más al oeste. Seguimos con nuestra particular "Tropical", ahora por camino ignoto paralelo al Secal. Fuertes pendientes. Cruzamos el lecho del arroyo, a esta altura se halla completamente seco, dejamos su hoy presunto nacimiento a la izquierda, subimos hasta la cresta que divide las cuencas del Secal y la Hiedra por la que subiremos ahora con dirección a la explanada de los Peñoncillos a la cual accedemos después de otra preciosa "Tropical", una vez aquí nos relajamos un poco del empinado y pedregoso camino. Tomamos el sendero que nos llevara a la cueva, donde nos encontramos  a nuestra izquierda la fuente que gracias a la información dada por Javi sabemos que fue Ezequiel Martín natural de Cercedilla. Corría algo de agua pero no por el caño precisamente, un entrañable recuerdo de lo bien que nos vino el día que la descubrimos por primera vez, asustados, temblorosos, muertos de sed y sin agua, ¡Inolvidable!


Fuente de Fernando Benito.

     Continuamos y rápidamente llegamos a la meta, es llamativo el magnetismo que tiene la cueva para los senderistas del lugar y foráneos, la curiosidad nos hace preguntarnos por sus principios, suponemos que en un principio sería una mina, habrá que preguntar a los "Supercicutas", hay que coger fuerzas, nos sentamos en uno de los múltiples "bancos" que tiene en su entrada y mientras disfrutamos del bocata y de lo "otro" vemos en pantalla gigante todo el espectáculo que tenemos delante de nuestros ojos ¡Y gratis! Nos aprovecharemos antes de que compren los derechos los del “Pagaplus” y nos hagan pagar también. El terreno está muy seco dadas las fechas que son. En el recuerdo tenemos la última visita, durante la cual la niebla no nos permitía ver las cimas de enfrente, terminamos el ágape y la “peli”. Ha llegado el momento vamos a meter en el fondo de la cueva  la morriña,  además intentamos dejar un poco de nuestro desconsuelo.

¿Se oirán las campanas del Caloco durante la Romería?



Cueva Valiente.

     Antes de irnos un último vistazo al entorno y a las tres cimas que tenemos enfrente que parece que están cortadas al mismo nivel, lo miramos en el plano, efectivamente, se mueven dentro de un arco de veinticinco metros de diferencia. Cabeza Renales nos engaña que aun pareciendo la más bajita es el más alta de los tres, llego la hora ¡Nos vamos!
  
En primer término los Arteseros, el Peñón de la Solana y al fondo Cabeza Renales


  Desandamos el camino, decimos adiós a la fuente de ¡Benitín!, dejamos a nuestra izquierda el Peñoncillo y de nuevo hacemos la "Tropical", ahora en sentido descendiente. Lo que creíamos que era "crujido de meniscos", afortunadamente eran las piedras del cascajal por el que bajamos. El presunto camino va paralelo a la alambrada que separa los términos de Peguerinos y el Espinar, nos encontramos una puerta que cruzamos y sorpresa, descubrimos una fuente, desconocemos su nombre, está completamente seca. (Gracias a las posteriores indicaciones de Javi sabemos un poco más, nos comenta que la fuente se llama del Cura, además nos apunta que puede ser el nacimiento del arroyo de la Hiedra, curiosidad que nos llama la atención y que en vista de la topografia del terreno, del panorama que vimos y teniendo en cuenta que a los pies de la fuente a día de hoy hay un trampal con agua que corre aunque sea minimamente)

Fuente del Cura.
      Vamos disfrutando de una vereda cómoda y
 bonita, nos encontramos con dos pinos "plateados" preciosos.

Los gemelos.

     Continuamos y el descubrimiento del día ¡El Peñón del Carnero!  Partido en dos mitades, a la izquierda el Espinar y a la derecha Peguerinos, Peñón ignoto para el Comando Peñota, ¡Que paraje! mucho más bello de lo que suponíamos.

Peñón del Carnero.

     Cuando llegamos a él sorpresa MAYÚSCULA. Desde aquí se ven las mejores vistas de San Rafael (por supuesto en nuestra modesta opinión)  asombrosa la panorámica, nos encanta. Bello espectáculo, no habíamos subido nunca, ya lo dice el refrán, "nunca es tarde si la dicha es buena", solo un pero, la tierra y las plantas están deshidratadas, afortunadamente el escenario es sublime.


 Cabeza del Buey con su guardaespaldas Cabeza Lijar.

El Peñoncillo.

San Rafael-1 con la ¡Tachuela! a su espalda.

San Rafael-2

San Rafael-3

San Rafael-4

El Carnero y mi compi.

Preciosa, Cabeza Reina.

Magnifico, "el circo".

Peña el Aguila y nuestra querida Peñota.

   
   Tenemos el convencimiento de que sumaremos muchos días disfrutando del precioso descubrimiento de hoy, lo dicho una verdadera gozada, dejamos volar nuestra imaginación por nuestro precioso valle. Volando pasamos por encima de los Ángeles, sobrevolamos Otero viendo a nuestra izquierda a las Vegas y Valdeprados (saludamos a María) más a la izquierda en Zarzuela decimos adiós a nuestro queridísimo Carlos,  a la derecha dejamos atrás a Ortigosa y la Losa, seguimos volando en línea recta y nos encontramos con el floreciente pueblo de Valverde, de frente Carbonero hemos dejado atrás a Paco en Roda de Eresma y desde aquí vemos a Domingo García donde aterrizamos a disfrutar de sus preciosos petroglifos de los cuales nos enamoramos locamente. Desde aquí regresamos “ipso facto” a la realidad. Tenemos que parar antes de entrar en ¡Narnia!, el imaginario vuelo nos viene francamente bien y despeja por un momento la cabeza.

La "tachuela" y a su izquierda el Caloco con sus Caloquillos.
     Llega el triste momento de bajarnos de la nube y de la nueva atalaya descubierta hoy, volveremos, y además pronto, seguro. Comenzamos el descenso, inmediatamente nos topamos con otra "tropical", con cascajal incluido. Bajamos por un arrastradero infernal, lo único bueno que tiene es que no se prolonga durante mucho tiempo, la pendiente se va ablandando y cuando nos queremos dar cuenta estamos pasando por encima de la fuente de los Gabarreros, cruzamos la ¡Cañá!, la puerta y al coche.

     
     P.D.: Ojala que hoy en nuestra visita a la Cueva, además de esconder ficticiamente alguno de nuestros contratiempos, el espíritu de su antiguo morador Juan el Valiente nos haya inoculado un poco de su valentía = Determinación para enfrentarse a situaciones difíciles.


  

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2 comentarios:

  1. Me alegro muchísimo que el comando Peñota haya vuelto a las andadas, preciosas fotografías y como siempre un placer volver a leer la crónica hecha por el gran maestro Gea.

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    1. Muchas gracias, que no te había visto, gracias también por el nuevo título otorgado, quedamos a la espera del primer sueldo con el cual os invitaremos a unas gachas, un abrazo.

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