17-02-24
10ª de La Vía Verde
De camino veníamos hablando del buen día que ha amanecido hoy para hacer la 10ª de La Vía; cuál no habrá sido nuestra sorpresa cuando antes de llegar a la salida vemos un rótulo que nos indica una previsión del tiempo para hoy un poco frívola. Rechazamos de pleno el aciago pronóstico y ya que estamos aquí ¡la haremos!
Aparcamos en la plaza mayor frente al primer descubrimiento del día, una extraordinaria iglesia de medidas considerables; resulta curioso ver la pequeña entrada que tiene, lo que no es óbice para que esté adornada por cuatro arquivoltas enmarcadas por un alfiz, todo ello realizado en ladrillo y centrado en el muro de la gran nave central que da a la plaza del ayuntamiento.
Fachada a la plaza. |
Un cuarto de vuelta para descubrir una fachada formada por varios poliedros colocados desigualmente y una escalera de subida al atrio.
Fachada oeste. |
En la cara que da al mediodía nos encontramos un precioso atrio que domina la fachada con pilares, arcos realizados con ladrillo y en el centro una sencilla puerta. A esto hay que añadir unas columnas románicas de piedra con verdaderas obras de arte en sus capiteles…
Fachada sur. |
En la fachada oriental nos encontramos con dos ábsides, una realizada con mampostería y la central que, con una base también en piedra, por encima de ella nos muestra tres pisos de arcos de medio punto realizados con ladrillo, todos ellos ciegos. Nos recuerda mucho al hemiciclo de la iglesia de Zarzuela del Monte.
Toda ésta monumental iglesia tiene la guinda del pastel en su torre, curiosamente es rectangular con tres alturas; lo corona un precioso capitel con su clásica veleta y su no menos tradicional nido de cigüeña. En la segunda y tercera plantas vemos nueve arcos en cada una, en su día, con todos los vanos con sus respectivas campanas, habría que oír sus conciertos.
La vistosa iglesia medieval de San Esteban de Nieva con su mezcla de románico y mudéjar nos deja pasmados; es prodigioso saber que hace tantos siglos hiciesen semejantes obras tan grandes, duraderas y bellas.
Parte de la fachada este. |
Arrancamos, y antes de salir del pueblo se ven bodegas, alguna de ellas haciendo importantes obras. Está claro que el vino actualmente es buen negocio. Nos llevamos una gran sorpresa cuando curioseando, descubrimos que el ranking mundial de bebedores per cápita asombrosamente está dominado por el país más pequeño del mundo, la Ciudad del Vaticano, sí señor, los habitantes del Vaticano, vaya por dios, seguidos de cerca por dos enanos más, andorranos y gibraltareños; verlo para creerlo, no especifica si es tinto, clarete o blanco; seguramente que a cualquiera de ésos destinos habrá llegado alguna botella de vino con la denominación de Nieva…
Ya fuera del pueblo cuando llegamos al km. 42 de la SG-342, donde nos desviamos a la derecha por un camino donde nos encontramos un tremendo ejemplar de pino piñonero. Vemos que está catalogado con el número 41 en el catálogo de árboles singulares de Segovia; tiene un perímetro de seis metros, una altura y una copa de unos 24 metros y la respetable edad de 350 años, como quien dice de nuestra quinta, que se haya situado en el centro de un parque con sus mesas de piedra, muy bonitas y sus barbacoas, muy peligrosas.
Es llamativa la diferencia de grosor comparándole con sus congéneres que le rodean.
Pino Morgas. |
Coincidimos con dos andarines del pueblo y genuino apellido segoviano. Conocedores de la zona nos ponen al corriente de infinidad de datos. Hablando y andando llegamos a un cruce de caminos donde nos indican nuestros recientes conocidos que nos vayamos a la izquierda, que se da la casualidad de ser el camino de Madrid a Santiago. Aquí nos despedimos de Marta y de Ángel hasta la próxima; pronto vemos que vamos bien indicados.
A Santiago |
De casualidad nos topamos con el calendario que anteriormente nos comentaban los dos neveros conocidos recientemente; el primero que llegaba le ponía al día; hoy ese privilegio ha recaído en las manos del Comando Peñota.
Calendario del resinero |
Realmente sabemos que el beneficio de la extracción de la resina es muy provechoso para los hombres, pero, ver a todos los pinos con esas enormes cicatrices hechas por los humanos que les dejan tan magullados duele duele un poco a la vista.
Sobreexplotado?? |
Retomamos el camino de Madrid; nos encontramos con las excavaciones del arenero de la Asunción que nos obligan a irnos hacia la derecha. Poco más adelante, nos enfrentamos ahora al arenero de Los Llanos, arenero que pertenece a la empresa Arexna (muchos camiones se ven por las carreteras). Esta nos acerca tanto a la vía que se podría decir que ahora formamos una doble vía.
Arenero |
Una vez dejamos atrás los areneros, retomamos el Camino de Madrid que pronto abandona el pinar y nos deposita en la gran llanura de Nava.
Al fondo Nava de la Asunción |
Aquí tenemos una fantasía culinaria; vemos un "choco vasco" en el centro de la provincia segoviana lleno de "valencianos" haciendo un "concurso de paellas", "ché", por mucho que les decimos que nos corre sangre valenciana por las venas no se les remueve la conciencia; está claro que sospechan que si nos invitan primero les contaríamos el famoso "hecho histórico" del "mosén y el arross de Sueca" y posteriormente les dejaríamos sin paella.
La sola visión de las paellas nos abren el apetito, y a quien no, tendremos que resignarnos y dar cuenta de nuestros discretos bocatas, que a falta de paella bien vienen. A continuación comenzamos la vuelta viendo la infinita recta que tenemos que patear.
La rectísima |
Para cortar los vientos que seguramente sean fuertes en ésta planicie durante los meses de invierno, están plantando arbolitos en ambos lados al mismo tiempo que lo adornan con multitud de obras de arte rústico.
"Las paligüeñas" |
Dejamos atrás la "sabana" de Nava, los arbolitos recién plantados, "la galería de arte" y de nuevo caminamos entre los pinos resineros que nos aromatizan la marcha y nos hacen más agradable el camino que no deja de ser rectilíneo. Llegamos a la altura del cruce con el Camino de Arévalo que pasa bajo el AVE y aparece un "biker" con su BH. Extrañados por ambas partes nos paramos a charlar. "Utiquio" se llama, setenta y dos años, enjuto, de músculo fino y fibroso, lo que viene a dar la conjunción de la BH, el trabajo de una vida y el campo, voz suave y pausada que da la clausura obligada de la campiña que es capaz de relajarte el cansancio del camino. Una conversación muy agradable. No entendía nuestra obcecación de acercarnos al arroyo sabiendo cómo él sabía de sobra que no podríamos cruzarle sin mojarnos los pinreles. Luego de explicarle que habíamos parado en la anterior etapa en el lado contrario del arroyo nos entendió. Nos despedimos, él se va para el pueblo, nosotros al destino raro pero deseado. Llegamos al arroyo Balisa al que vemos que sigue sin poderse cruzar.
(Nos asombra lo que leemos sobre el Balisa, en el pasado, hace muchísimos años, no se llamaba así, se denominaba Paleomoros, sí, y formaba parte de nuestro río Moros que por entonces era afluente del Voltoya; posteriormente se quedó el Balisa con esa desembocadura y el Moros se desvío a desaguar al Eresma). Realmente fascinante el estudio realizado sobre éste valle, como diría mi abuelo "cómo ha cambiado la vida".
Efectivamente, desde que salimos de Nava hasta el Balisa es todo una recta con más de seis kilómetros y una vez conseguido nuestro propósito de ver el estado del arroyo, damos media vuelta para llegar al camino que cogió anteriormente nuestro amigo. A partir de aquí nos disponemos a seguir las huellas de "Utiquio" y su BH tuneada que nos llevará de seguro al pueblo…
Dejamos atrás el punto en el que nos despedimos de nuestros informantes y cogíamos esta mañana el Camino de Madrid; atravesamos ahora en sentido contrario el pinar colindante al pino Morgas; vemos como el sol al caer por el oeste incrusta diagonalmente sus rayos áureos entre los pinos aplicando laminas de pan de oro sobre el terreno.
Abandonamos el pinar y pronto llegamos a los arrabales del pueblo donde nos encontramos de nuevo con lo que creíamos la predicción del tiempo y que a la postre resulta ser el nombre del pueblo y al mismo tiempo el de su famoso vino blanco, al coche y a casa, que a la vista de la etapa en el Wikiloc realmente podemos decir que hoy hemos hecho una etapa poco ancha pero bastante larga…
Bonito pueblo, bonita iglesia, bonito nombre y rico vino, suponemos. |
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